Читать книгу Nuevas investigaciones sobre el origen del nombre América - Jules Marcou - Страница 3
I
ОглавлениеIntroducción
Cuatro hechos dominan y resumen toda la cuestión acerca del origen del nombre de América: 1.º Amerrique es el nombre indio de unas montañas existentes entre Juigalpa y La Libertad, Departamento de Chontales, que separan el lago de Nicaragua de la costa de los mosquitos. En lengua maya significa “País del viento,” “País donde el viento sopla siempre.”
2.º El nombre propio de Vespucci es, en italiano y español, Alberico, en latín Albericus.
3.º Jamás ha sufrido ningún nombre propio tantas variaciones y combinaciones, unas de intento, otras inconscientemente, como el de Vespucci. Semejante confusión es sin ejemplo, es única en la historia de los hombres célebres. Hecha excepción del nombre Alberico, ninguno de los otros nombres se encuentra en las nomenclaturas y calendarios, á la sazón tan ricos, de santos italianos y españoles, y esto en tiempo del mayor fervor religioso, y de la supremacia absoluta del cristianismo católico romano. Enunciemos algunos de esos nombres: Americus, Amerrigo, Amerigo, Amérigo, Amergio, Americo, Almerigo, Albertutio, Almerico, Morigo, Damerrigho, Armerico, Emeric, Aïmeric, Alméric y Améric. Estos no son diminutivos, ni alteraciones usuales, sea en italiano, español ó francés, de Alberico, Albericus, Albéric, Albert.
4.º En fin, antes de 1507, fecha de la publicación del nombre Americus por Jean Basin, en Saint Dié, no se encuentra este nombre en ningún documento impreso, ni aun manuscrito, de autenticidad reconocida é incontestable.
Mi primera memoria publicada en 1875, “Sobre el origen del nombre América” (Bulletin de la Societé de Geographie, serie 6.ª, tomo IX, pág. 587, Paris) ha tomado al mundo por sorpresa. Uno se resiste á cambiar hábitos seculares que se han hecho clásicos. Sin embargo, las traducciones in extenso, y las citas que de ese trabajo se han hecho en todas las lenguas importantes, ponen de manifiesto el interés que ha despertado.
Con especialidad en los países en donde se habla la lengua española, se han dado muestras de haberse aceptado con gusto la solución que yo ofrezco, y ha sido publicada mi memoria no solo en el Boletín de la Sociedad geográfica de Madrid, correspondiente á Setiembre de 1883, y en el Boletín de la Sociedad geográfica argentina, de Buenos-Aires, en 1884, sino también en periódicos políticos, como el Diario de la Marina de la Habana, en Diciembre de 1882, y el Diario de Centro-América de Guatemala.
Varios periódicos y revistas de los Estados-Unidos, Francia, Alemania é Italia, han publicado noticias y extractos de aquel trabajo; y hánse presentado también no pocas objeciones y dudas.
En general puede decirse, que en España y en la América española, ha sido bien acogido el origen indígena del nombre del Nuevo Mundo; que lo mismo lo ha sido en los Estados-Unidos,[1] con cuatro ó cinco excepciones, habiendo sabios que piensen que su erudición les impone el deber á unos de manifestar escrúpulos, á otros de responder con sátiras.
En Francia, Alemania é Italia, se ha dejado ver incredulidad, duda, y se han presentado objeciones, salvo entre un corto número de eruditos, de los cuales citaré al señor Guido Cora, geógrafo de Turín.
Vamos á pasar en revista las críticas, á examinar todos los documentos que se relacionan con la cuestión, y abrigamos la esperanza de demostrar, mediante una acumulación de hechos de los cuales parecen resultar conclusiones inevitables é irresistibles, cuál es el origen verdadero del nombre tan apropiado y tan bello de América, dado al Nuevo Mundo.