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Bautismo singular de Saint Dié, Lorena, en 1507—Investigaciones y opiniones de Alejandro de Humboldt—¿Es Amerigo nombre propio, es apelativo ó es apodo?—Vespucci primer americano.

Fué en Saint Dié, pequeña población perdida al pié occidental de los Vosgos, muy lejos de Nancy, de Metz y de Strasburgo, y que no se distingue por otra cosa que por ser la sede de un obispado que viene desde el siglo VII, obispado debido á la fundación de un monasterio por Sanctus Deodatus de Nevers; fué en este Saint Dié, que en Abril de 1507, ocurrió lo que se ha llamado “el singular bautismo del Nuevo Mundo, descubierto por Cristóbal Colón.”

He aquí como se expresa Alejandro de Humboldt:—“He tenido la felicidad de descubrir muy poco há, el nombre y los trabajos literarios del personaje misterioso que propuso el primero, en 1507, el nombre América para designar el nuevo Continente, y que se oculta á sí mismo bajo el nombre griego Hylacomylus.”....“Resulta de mis investigaciones, que el nombre América ha sido, cuando menos, inventado, y propagado por la ignorancia de este viajero (Vespucci).”[11] En otro lugar[12] Humboldt dice:—“A mi juicio no hay más que otro ejemplo de esta peligrosa celebridad, adherida, como la de Vespuce, sea á hombres ó cosas, por una reunión fortuita de circunstancias.” Y más adelante:[13]—“Es probable que Vespuce jamás supo la gloria peligrosa que se le preparaba en Saint Dié, en un lugarejo situado al pié de los Vosgos, y cuyo nombre verosímilmente le fué desconocido.” Hasta la época de su muerte (en Sevilla, á 22 de Febrero de 1512), el nombre América, como denominación de un Continente (America, Amerige, Americi terra) solo se halla en dos obras impresas, la Cosmographiæ Introductio, de Martin Waldseemüller, y el Globus Mundi, etc., (Argentor: 1509.) Hasta aquí no hay prueba alguna de relación directa entre Waldseemüller, impresor de Saint Dié, y el navegante florentino. Las Quatuor Navigationes que registra la Cosmografía del primero, son traducidas de vulgari gallico in latinum.

Aceptando la opinión de Varnhagen, de que la segunda carta de Vespucci, datada en Lisboa el 4 de Setiembre de 1504, fué en seguida publicada en italiano, á principios de 1506, en Pescia, tendremos por la primera vez, un documento impreso en la misma época, y que nos da la palabra Amerigo como nombre propio de Vespucci. Pero hay todavía más: es la primera vez que el nombre Amerigo se encuentra en un impreso, ya sea éste ejecutado en Italia, ó en otra parte; nombre completamente desconocido hasta entonces, y que no existe entre los nombres de santos que se usaban á la sazón como nombres propios.

Es muy importante observar, que el cuarto y último viaje de Colón fué de 1502 á 1503; que en Setiembre de 1503 fué conocido en Europa el resultado de este viaje, por la llegada de dos subalternos, Méndez y Fiesco, enviados de Jamaica por Colón, y que Vespucci, que vivía entre marineros y pilotos, que eran las gentes de su esfera, tuvo toda ocasión de conocer los detalles de este viaje. Puede suceder que á la sazón haya conocido el nombre Amerrique, que por segunda vez oía, como el de un país rico en oro, si en efecto supo en su primer viaje de 1497, de donde venía el oro que los indios le habían mostrado.

¿Pues cómo puede explicarse que habiendo llevado Vespucci hasta 1504, el nombre Alberico, bien conocido como nombre cristiano, le haya sustituido con el de Amerigo, que era desconocido en Europa? ¿Lo tomó como sobrenombre?, ó no es más que apodo que los marinos de los puertos de la Península ibérica le dieron por su persistencia en hablar de Amerrique? Estas son con frecuencia las causas vulgares y familiares de los apodos[14] entre las gentes de mar, y cuyo origen se oculta rápidamente con la dispersión de los que los inventan ó usan, subsistiendo, sin embargo, y trasmitiéndose de boca en boca, y haciéndose permanentes, sin que pueda saberse el punto de partida.

Mi impresión, después de un dilatado estudio de este asunto, es que, ya dado por otros, ó tomado por él mismo, el nombre Amerigo pareció á Vespucci mejor que el común y conocido Alberico. En efecto, el nombre Amerigo parecía recordar, mediante una designación extranjera, y por el país del Nuevo Mundo que lleva la de Amerrique, que entre los Vespucci de Florencia, era aquel el gran viajero y explorador de países nuevamente descubiertos. En una palabra, el nombre Amerigo es más bien un calificativo que un nombre propio; pudiendo decirse que Vespucci fué el primero á quien se dió un nombre tomado del Nuevo Mundo, y que fácilmente se trasformó en Americo como más apropiado al del origen, que es Amerrique: y en este sentido puede también asegurarse que Vespucci fué el primer Americano. Es decir, que en lugar de tener el honor de dar su nombre á la cuarta parte del mundo, de ésta salió el sobrenombre que lleva, trocado en nombre por el uso, y que lo ha hecho célebre; siendo además el primer europeo que ha tenido tal honor.

¿No se dice el día de hoy el “Chino Gordon,” para designar al héroe de Khartoum? ¿No es llamado Congo Stanley, el gran viajero y descubridor del curso del Congo? ¿Por qué no habría podido decirse Amerigo Vespucci en 1504? ¿No tuvo Roma á Escipion el Africano y otros por el estilo?

El cambio del nombre propio de Vespucci efectuado entre la fecha de su primera carta, que debe ser Marzo ó Abril de 1503, y la de la segunda, que es de Setiembre de 1504, es un hecho incontestable, sobre el cual hasta ahora no se ha llamado la atención, pues todo el mundo se ha contentado con admitir que el nombre propio de Vespucci ha sufrido numerosas variaciones. ¿Cómo no ha sucedido igual cosa con los nombres de los otros navegantes? ¿No han sido siempre los mismos los nombres de Colón, Vasco de Gama, los Cabotas, Cortés, Pizarro, Magallanes, Cartier, etc., etc. Solo el de Vespucci cambia y es sustituido por otro que no se conoce en Europa, y que no tiene más analogía que con el de un lugar del centro del Nuevo Mundo.

Todo lo dicho se funda en documentos impresos en aquella época, y cuya autenticidad es indiscutible. Más adelante hablaremos de los manuscritos aparecidos después, impresos ó autografiados, en que no solo se halla el nombre Amerigo, sino también Americus: muchos de estos documentos han sido falsificados (ó llevan al menos graves sospechas de haberlo sido) para satisfacer á los amantes de autógrafos, ó á los panegiristas á todo trance, que han creado genealogía y antecedentes á un hombre oscuro, que fué célebre hasta largo tiempo después de su muerte.

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