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PRÓLOGO LA SÍNTESIS DEL YOGA punto de partida

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Tendría que empezar este libro reconociendo mi profunda deuda con el Yoga. He crecido con él desde la adolescencia y he podido vivir profesionalmente hasta hoy en día; en el trayecto, he conocido a muchas personas entrañables y he accedido a un conocimiento que no pude ni imaginar en los inicios. Todavía hoy no dejo de sorprenderme con su práctica porque aún soy y me siento un aprendiz, y espero que así sea durante mucho tiempo.

Desde esa gratitud escribo y, aunque no pueda nunca condonar esa enorme deuda, espero poder compartir humildemente algunas comprensiones fruto de mi experiencia, tal vez algunas reflexiones y pistas para sortear ciertos obstáculos en la práctica personal y unas pocas señales en el ancho territorio del Yoga para no perderse, al menos no tanto como me he perdido yo durante décadas, aunque aprender implica deambular por lo desconocido necesariamente.

Parto de la idea que el Yoga es una vivencia profunda y no merece la pena cerrarse en posiciones rígidas o razones absolutas. Sólo aspiro a mostrar mi punto de vista, mi experiencia personal, necesariamente limitada y condicionada, pero al fin y al cabo, una perspectiva más que pueda ayudar a unos pocos en su propia trayectoria o posibilitar quizás un nuevo debate sobre lo ya aprendido.

La primera pregunta que vale la pena hacerse es a quién va dirigido este libro. Las librerías están llenas de libros de divulgación del Yoga perfectamente ilustrados, con toda clase de detalles técnicos y de consejos básicos. Ahondando un poco más en nuestra búsqueda, también podemos encontrar libros profundos de filosofía yóguica y otros de exégesis de libros sagrados de la India, libros todos ellos de gran calado y de necesaria lectura. No es la naturaleza de este libro, yo mismo no soy un gran divulgador del Yoga ni pretendo tampoco presentar una obra erudita, mi preferencia es el camino del medio. Quisiera, dentro de mis posibilidades, escribir un libro asequible, de comprensión sencilla y a la vez profundo; me gustaría enfocarme a las miles de personas que ya son practicantes de Yoga y conocen las recetas básicas de su práctica pero que se enredan en las complejidades de la filosofía profunda que el Yoga transmite o no saben adaptar el gran Yoga a la vida cotidiana que todos compartimos. Desearía escribir este libro como si hablara a mis alumnos, a cualquier practicante y a todo profesor que inicia su singladura de dar clases de Yoga, y por supuesto, a cualquier persona que sienta curiosidad hacia el Yoga aunque no lleve muchas horas de vuelo.

Mi intención es centrarme en lo esencial y descartar, de un lado, lo excesivamente técnico y, de otro, reflexiones y datos científicos que excederían el propósito de este libro. Al menos yo como aprendiz siempre he querido tener cuatro cosas claras antes que treinta certezas apenas hilvanadas. No voy a hacer historiografía del Yoga ni tampoco diseñar un nuevo método. Cuarenta años de experiencia me han llevado a ser práctico y a simplificar, en la medida de lo posible, a recuperar también la importancia de la vivencia y a recordar lo esencial.

El mismo título del libro, nombre también de mi escuela formativa (Yoga Síntesis), me obliga a redactar estas páginas con pies y cabeza, es decir, a reflejar la globalidad del Yoga dando una visión de conjunto. En una sociedad (hiper) especializada, intentar una síntesis puede resultar extraño, además de una ardua tarea porque, de toda la ingente cantidad de información que tenemos de cualquier técnica, concepto o símbolo, implica preguntarnos ¿qué es lo realmente relevante?

Disponemos de muchos técnicos en el mundo del Yoga, sabemos, por poner una imagen, pilotar a la perfección un gran barco con sus nudos y poleas, con sus velas y amarres… pero a menudo olvidamos el lugar al que queremos ir con ese barco llamado Yoga. Necesitamos técnicos, es cierto, pero también traductores que nos ayuden a entender bien la tradición y a volcarla después en nuestra vida real; precisamos de guías que nos enseñen a leer el mapa del territorio que estamos transitando, de personas que puedan compartir su experiencia en el Yoga sin necesidad de encaramarse a un pedestal y sin la estrechez de seguir alimentando un mito de perfección o de consecución de una vida extraordinaria. Mi lema es: hagámoslo más sencillo si es posible.

En este sentido, siempre me ha enfadado la letra ilegible de los médicos, el lenguaje enrevesado de los letrados, el circunloquio de los políticos, la complejidad de los apartados de los seguros. ¿Es necesario caer en el Yoga en una jerga apta sólo para iniciados, en un esoterismo más de los nuevos tiempos o en un convencionalismo donde se da por sabido lo que no se sabe explicar? Es momento de hacer un esfuerzo para explicar el Yoga de forma inteligible, de manera sensata, con claves prácticas, filosóficas o simbólicas, y ser muy prudentes allí donde no alcance la razón o no atine el sentido común. Como muestra, la primera definición que me dieron a la pregunta básica sobre el Yoga fue: “el Yoga es la unión del jivātman (alma individual) con el paramātman (alma suprema)”, y… aunque no le falte razón, quizá no es la definición más adecuada para un principiante.

He tenido maestros de cerca y de lejos, jóvenes y mayores, conocidos y desconocidos, santos y perversos. No han sido muchos, pero sí puedo decir que aprendí de todos ellos y que agradezco su presencia y su enseñanza, sin embargo, también me di cuenta de que los aprendizajes, a menudo los más importantes, provienen de fuentes insospechadas. Y es por ello que quiero dedicar este libro a mis alumnos pasados y presentes, a los que están por venir, porque son y han sido ellos los mejores maestros, con la dureza de sus preguntas, con la compasión de su escucha. Ellos son los grandes protagonistas de esta historia.

En breve será evidente que éste no es un libro técnico, con él no podremos conocer los pormenores de un āsana o el ritmo de un prānāyāma. No es momento para ello. Si construimos una casa sin conocer el territorio, sin conocer la dureza del suelo, la orientación del sol o las fuentes de agua construiremos quizá una casa muy bonita pero poco integrada en el espacio y con serios problemas de habitabilidad. Es necesario tener primero una visión de conjunto antes de poner la primera piedra. Esa es mi intención, dar una visión global del Yoga para después construir una práctica con eficacia y poder utilizar las técnicas a nuestro alcance pero dentro de un marco que le dé sentido.

Sin más, valga este libro como una invitación a recorrer juntos las ocho etapas clásicas del Yoga pero poniendo juntos el acento en la realidad de hoy en día, una apuesta para un Yoga del siglo XXI.


OM


La síntesis del yoga

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