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Manuscrito del viento

Conocer la vía de la estrategia de otras escuelas

Escribo el manuscrito del viento142 a propósito de otras escuelas de estrategia, para explicar lo que éstas son en el manuscrito. No se puede comprender del todo la vía de la propia escuela sin conocer la de las demás.

He visitado y observado las otras escuelas de estrategia; en una se utiliza un sable de gran longitud con el único fin de desarrollar la fuerza técnica, en otra se practica la vía con un sable pequeño llamado kodachi. Otra ha elaborado muchas y variadas técnicas; transmite la vía con guardias de sable diferentes y se distingue el aprendizaje de la superficie del del fondo.143 En este manuscrito explico las razones por las que todas esas tendencias no son la verdadera vía y describo sus ventajas e inconvenientes.

El principio de mi escuela es muy distinto. En las otras escuelas, se exponen técnicas como si fuesen mercancías adornadas con flores y bellos colores para hacer de ellas un medio de ganarse la vida; pero esto no es la verdadera vía. Las estrategias de este mundo se limitan al único y pequeño ámbito del arte del sable,144 y consideran que basta con adquirir las técnicas para vencer entrenándose únicamente en el manejo del sable y en los movimientos del cuerpo. Ninguna de esas dos vías es cierta.

Explico aquí lo que les falta a las otras escuelas. Hay que examinar bien todo esto a fin de comprender la ventaja de mi Escuela de los dos sables.145

Las escuelas que utilizan un sable grande especialmente largo146

Hay escuelas que prefieren un sable grande especialmente largo. Desde el punto de vista de mi estrategia, son escuelas débiles, puesto que su preferencia por el sable grande y largo se debe a que buscan la victoria situándose lejos del sable del adversario, creyendo que ésta es la ventaja del sable largo. Esta actitud obedece al desconocimiento del principio que consiste en vencer al adversario en cualquier situación.

Se suele decir que cuanto más largos sean los miembros,147 mejor, pero esta idea es fruto de quienes desconocen la estrategia. En lugar de recurrir al principio de la estrategia, se intenta ganar por medio de la longitud, situándose lejos del adversario. Esta actitud obedece a la debilidad de la mente; en ese sentido considero que sus estrategias son débiles.

Si combate a una distancia corta donde eventualmente podría batirse cuerpo a cuerpo, cuanto más largo sea el sable, peor pegará y más le costará darle vueltas, además de que un sable largo es un peso; en esta situación, quien tenga un sable pequeño148 o incluso quien no tenga nada en la mano puede tener ventaja. Quienes prefieren un sable largo pueden justificar su elección, pero su razonamiento sólo es válido para ellos. Si miramos desde la vía justa de este mundo, no hay razón para ello. ¿Cómo podemos decir que un sable pequeño pierde inevitablemente contra uno grande? Si combatimos en un lugar estrecho y no muy alto, o si estamos en una casa donde sólo está permitido llevar un sable pequeño, es nefasto elegir un sable grande porque esta preferencia obedece a la incertidumbre sobre la propia estrategia. Además, hay personas que no tienen la fuerza suficiente para manejar un sable grande.

Como dice el proverbio, “uno grande puede remplazar a uno pequeño”, yo no rechazo incondicionalmente la longitud, sino la predilección por la longitud. En la estrategia de grupo el sable grande corresponde a un gran número, y el pequeño, a un pequeño número. ¿Le es imposible a un pequeño número combatir contra un gran número? Conocemos varios ejemplos en los que una minoría ha logrado la victoria. En mi escuela rechazo esta especie de predilección limitada. Hay que examinar bien todo esto.

Las escuelas que utilizan el sable con fuerza149

No es conveniente establecer una diferencia entre sable fuerte y sable débil. Si pega queriendo producir fuerza, su técnica del sable será grosera, y es difícil vencer con una técnica grosera. Si se esfuerza por partir de un tajo un cuerpo humano con fuerza, no lo conseguirá. Si intenta partir de un tajo diversos objetos,150 constatará que es malo pegar con fuerza.

Al combatir contra un enemigo mortal,151 nadie pensará en partirlo de un tajo con debilidad o fuerza, cuando usted quiera matar a alguien, no lo haga ni con fuerza ni, por supuesto, con debilidad, sino simplemente para que muera.

Si practica el sable con fuerza, si da con vigor para parar152 el sable del otro, la fuerza se desborda y eso siempre es malo. Si choca con fuerza con el sable del otro, su sable puede partirse en dos.153 Por eso, preconizar el sable con fuerza no tiene sentido.

En la estrategia de grupo, si intenta vencer en una batalla con poderío, con soldados fuertes, sus adversarios también intentarán tener soldados fuertes y querrán batirse con fuerza. Es decir, los dos bandos pensarán lo mismo. Es imposible vencer en ámbi to alguno sin el principio de la vía.154 En la vía de mi escuela155 nunca debe pensar en la imposibilidad y debe aprender a vencer de todas las maneras posibles gracias a la fuerza del saber de la estrategia. Hay que elaborar bien esto.

Las escuelas que utilizan el sable corto

Intentar ganar únicamente con un sable corto156 no forma parte de la vía justa. Desde los tiempos antiguos, se habla del sable grande y del pequeño, lo que expresa claramente la utilidad de tener uno largo y otro corto. En este mundo una persona fuerte puede manejar fácilmente un sable grande, entonces ¿por qué limitarse a uno corto? Cuando se necesita un arma larga, se puede coger incluso una lanza o un naginata.157 Cuando con un sable pequeño busca un fallo en el ataque del adversario para partirlo de un tajo o para penetrar con un salto o atrapar el cuerpo del adversario, todas esas actitudes son parciales y malas. Buscar en un fallo la ocasión de atacar equivale a sufrir la iniciativa del otro158 y ha de evitarse, puesto que podría embrollarse con él.

Frente a adversarios numerosos,159 si tiene en una mano un arma corta, la idea de acercarse bastante para luchar cuerpo a cuerpo o cogerlos160 no es eficaz. Si se ha entrenado especialmente con sable corto, cuando quiera rechazar a numerosos adversarios partiéndolos de un tajo o saltar libremente o dar vueltas con energía, toda su técnica de sable se tornará defensiva y usted tenderá a caer en la confusión. Por ello no es una vía segura.

En la medida de lo posible, debe rechazar a los adversarios y hacerlos saltar y alterarse, mientras usted se mantiene firme y fuerte, a fin de obtener la victoria con seguridad. Ésta es la vía. El principio es el mismo para la estrategia de grupo. En la medida de lo posible, lo esencial de la estrategia es aplastar de inmediato a los enemigos mediante la fuerza del gran número y rechazarlos de un solo golpe.161

En este mundo, durante el aprendizaje, si se acostumbra siempre a las técnicas de parar, esquivar, liberarse/separarse o de pasar por debajo de un ataque, su mente será dirigida por esas maneras de hacer (michi)162 y se arriesga a dejarse llevar por los demás. Puesto que la vía de la estrategia es recta y justa, es importante dominar al adversario y hostigarlo con el principio justo. Hay que examinar bien esto.

Las escuelas que cuentan con un gran número de técnicas

Enseñar a las personas muchas técnicas(97) del sable es hacer de la vía una mercancía y hacer creer a los principiantes que se trata de un aprendizaje profundo, impresionándolos con la variedad de las técnicas. Hay que evitar esta actitud mediante la estrategia, porque pensar que hay diversas maneras de partir de un tajo a un hombre es fruto de una mente extraviada. En el mundo no hay diferentes maneras de partir de un tajo a un hombre. Ya sea un adepto o un no iniciado, una mujer o un niño, las maneras (michi) de pegar, de dar y de cortar no son tantas. Aparte de esos gestos, no hay más que los de atravesar y de cortar ampliamente en horizontal. Puesto que se trata ante todo de la manera (michi) de partir de un tajo, no puede haber muchas diferencias.

Sin embargo, cualquiera que sea el lugar y la situación del combate, por ejemplo en un lugar bajo y estrecho, hay que coger el sable sin que el lugar nos limite, de esta necesidad derivan las cinco maneras de coger el sable, las cinco son necesarias.

Aparte de esto, a la verdadera vía no le resulta conveniente partir de un tajo pivotando las muñecas, torciendo el cuerpo, saltando o tomando distancia,163 puesto que el acto de partir de un tajo a un hombre no puede hacerse pivotando, torciendo el cuerpo, saltando o tomando distancia. Son gestos completamente inútiles.

En la estrategia de mi escuela mantenga rectos el cuerpo y la mente, y haga que se deforme y retuerza el adversario; es esencial vencer en el momento en que, en su mente, él pivota y se retuerce. Hay que examinar bien esto.

Las escuelas que insisten en la importancia de la guardia en el arte del sable164

Es erróneo considerar que la guardia es esencial en sable. En este mundo, cuando no hay adversario es cuando puede establecerse una guardia.165 La razón es que, en la vía del combate, no hay lugar para establecer leyes, tanto si éstas proceden de la costumbre como de las reglas actuales. En estrategia, se trata de elaborar lo que pone en desventaja al adversario. Lo que denominamos la guardia significa recurrir a la inmovilidad. Por ejemplo, para construir un castillo o disponer el orden de una batalla, hay que tener una mente fuerte e inmutable, aun cuando los adversarios ataquen; ésta es la actitud de base. Mientras que en la vía del combate de estrategia hay que procurar tomar iniciativa tras iniciativa, en cualquier situación. Ahora bien, adoptar una guardia es esperar que el otro tome la iniciativa. Hay que elaborar bien esto.

En la vía del combate de estrategia, usted quebranta la guardia del otro, emplea técnicas en las que éste no piensa, le hace perder los estribos, irritarse y asustarse, y le vence, captando la cadencia por la que se pierde en la situación de combate. En esta práctica, es malo adoptar una guardia que es una espera de la iniciativa del otro. En este sentido, en mi escuela insisto en la guardia sin guardia,166 es decir, que aunque haya una guardia, no se trata de una guardia rígida.

En la estrategia de grupo debe conocer el número de adversarios y las condiciones del lugar, así como el número de los suyos y las capacidades de su campo. Lo esencial es comenzar las maniobras del combate de los soldados evaluando el interés de esos elementos. Entre dos situaciones, aquella en que el adversario ha tomado la iniciativa de ataque y aquella en que la ha tomado usted, la desventaja y la ventaja varían del sencillo al doble.

Adoptar una buena guardia y prepararse para bloquear y rechazar bien al adversario, equivale a mover una lanza o un naginata167 para erigir una barrera.168 Si quiere pegar al adversario, la actitud ha de ser la de quitar una estaca de la barrera para utilizarla como lanza o naginata. Hay que examinar bien todo esto.

Las escuelas que enseñan maneras particulares de mirar(98)

Algunas escuelas enseñan maneras particulares de mirar. Esta enseñanza varía de una escuela a otra, hay que fijarse ya en el sable, ya en la mano, ya en el rostro, ya en los pies del adversario. Pero fijar los ojos de esta manera en un lugar concreto puede alterar la mente y constituye un defecto de estrategia.

Voy a intentar explicarme con algunos ejemplos: un jugador de pelota169 da una patada sin fijar la mirada en la pelota, da patadas rozando sus sienes,(99) alcanzando la pelota mientras corre o dando vueltas sobre sí mismo. Una vez acostumbrado, ya no necesita mirar fijamente. Lo mismo pasa con un acróbata;(100) un experto de este arte es capaz de hacer juegos malabares con varios sables y una puerta encima de la nariz.(101)

Las cosas se hacen naturalmente si, en lugar de mirarlas fijamente, las practicamos con constancia.

En la vía de la estrategia, si acumulamos experiencias contra diferentes adversarios, aprendemos la ligereza o el peso de la mente de cada uno de ellos. Si practicamos la vía de esta manera, podemos ver todo lo que está lejos y cerca, y también apreciar la rapidez y la lentitud del sable. Generalmente, en estrategia debe dirigir la mirada a la mente del adversario.170 En la estrategia de grupo, la mirada se fija en la situación y el estado de los soldados del enemigo. Existen dos maneras de hacer, mirar y ver.(102) Hay que mirar con fuerza hasta percibir la mente del adversario y el estado del lugar. También hay que mirar con amplitud a fin de percibir el estado dinámico de la batalla, la fuerza y la debilidad del momento. Es esencial vencer de este modo, justamente. En la estrategia de grupo y también a la individual está fuera de lugar fijar mucho la mirada. Como ya he dicho antes, debido a una visión intensa y minuciosa usted dejará escapar lo grande, y su mente se tornará insegura, lo que le hará perder una posibilidad de ganar con seguridad. Hay que examinar estas razones y entrenarse bien.

Las escuelas que enseñan diversas maneras de desplazarse171

Hay escuelas que enseñan diferentes maneras de mover los pies a fin de variar los desplazamientos y de hacerlos más rápidos. Son, por ejemplo, los pies flotantes, los pies saltadores, los pies que brincan, los pies que pisotean,172 o los pies de cuervo.173 Desde el punto de vista de mi estrategia, todos estos desplazamientos presentan carencias.

Hay que evitar los pies flotantes, ya que en la situación de combate tenemos tendencia a sentir que los pies flotan, de modo que hay que moverse con pasos firmes.

Los pies saltadores no son buenos porque, en el momento de saltar, hemos de tomar impulso y hacemos un gesto de amortiguación que frena el cuerpo174 en el momento de tocar el suelo. No hay razón para saltar varias veces seguidas en un combate. Por lo tanto, hay que evitar los pies saltadores.

Con los pies que brincan, la mente también brincará y no podrá realizar un combate eficaz.

Los pies que pisotean son especialmente malos, puesto que son espera.175

Tenemos también los pies de cuervo, así como otras maneras de desplazarse con rapidez.

Pero el combate de sable puede desarrollarse en condiciones variables, por ejemplo en una zona pantanosa, en un arrozal profundo o en una zona montañosa, al borde de un río, en un campo pedregoso o en un sendero estrecho. Hay lugares en los que no podrá saltar o brincar ni tampoco desplazarse con rapidez.

En mi estrategia, la manera de desplazarse no es distinta de la marcha normal por un camino.176 Usted se desplaza con rapidez o con tranquilidad según las cadencias del adversario. En cualquier caso, desplácese sin alterar el movimiento de los pies, sin saltarse un paso, sin que el paso sea excesivo, con una posición adecuada del cuerpo.

El desplazamiento también es importante en la estrategia de grupo, ya que, si efectúa el asalto sin conocer la intención del adversario, con una rapidez imprudente, su cadencia se desfasará y será difícil ganar en esas condiciones. Con unos pasos demasiado lentos177 no es posible encontrar el momento en que el adversario se altera y va a derrumbarse; de modo que se le escapará uno de los elementos de la victoria y no podrá vencer de inmediato. Capte el momento en que sus adversarios se alteran y se derrumban, y no les permita recuperar el aliento; vencer así es esencial. Hay que examinar bien esto y entrenarse.

Las escuelas que insisten en la velocidad178

La rapidez no forma parte de la verdadera vía de la estrategia. Cuando decimos rápido, es que ha habido un retraso en relación con la cadencia179 de las cosas, eso es lo que quiere decir rápido o lento.

Cualquiera que sea el ámbito, los gestos de un buen adepto no parecen rápidos. Por ejemplo, hay correos que recorren corriendo cuarenta o cincuenta leguas en un solo día, pero no corren con rapidez de la mañana a la noche. Sin embargo, un principiante no puede correr una distancia tan larga, aunque por su aspecto parezca que es capaz de correr durante todo el día.

En teatro nô,180 cuando un principiante canta siguiendo a un buen adepto, tiene la impresión de estar retrasado y canta con la sensación de apremio. Asimismo, cuando se toca el tambor de Pino Viejo (Oimatsu),181 que es una melodía lenta, un principiante tiene la impresión de retrasarse y de tener que recuperar. Takasago182 es un canto más bien rápido; sin embargo, no es conveniente repiquetear con rapidez. La rapidez es el comienzo de una caída, porque produce un desfase en la cadencia. Por supuesto, demasiada lentitud también es mala. Los gestos de un buen adepto parecen lentos, pero no hay espacio muerto entre ellos. Cualquiera que sea el ámbito, los gestos de un experto no parecen nunca apresurados. Mediante estos ejemplos, tiene que comprender un principio de la vía.

En la vía de la estrategia es malo buscar la rapidez. Voy a explicarme. En lugares como una zona pantanosa o un arrozal profundo, no podrá mover rápidamente el cuerpo ni las piernas. A fortiori, en sable, no hay que pretender partir de un tajo con rapidez. Si quiere partir de un tajo con un movimiento rápido, el sable, que no es un abanico ni un cuchillo, no podrá cortar debido a la rapidez. Hay que comprender bien esto.

En la estrategia de grupo también es malo precipitarse en busca de la rapidez. Si tiene la actitud mental de mantener sobre un reposacabezas, nunca estará retrasado. Si sus adversarios actúan con demasiada rapidez, aplique la actitud opuesta, tranquilícese y evite imitarlos. Hay que entrenarse bien y elaborar esta actitud mental.

Las escuelas que distinguen el fondo de la superficie

En materia de estrategia, ¿qué se entiende por la superficie y qué se entiende por el fondo?183 En las diferentes artes, hay una manera de distinguir el fondo de la entrada,184 que se refiere a la enseñanza última o a la transmisión secreta.185 Pero en el principio que interviene en el momento del combate contra un adversario no se puede decir que usted se bate con las técnicas de la superficie y que parte de un tajo con las del fondo.

En la enseñanza de la estrategia de mi escuela, usted enseña a quienes se inician en el estudio de la vía técnicas fáciles de asimilar, y les da una explicación que pueden comprender de inmediato. A medida que aumenta el grado de su avance,186 les va dando explicaciones que les llevan a principios cada vez más profundos. Pero, en general, les enseña las cosas que corresponden a las situaciones en las que se encuentran realmente; no hay que distinguir entre el fondo y la entrada en la enseñanza. Esto es comparable al adagio según el cual, si continúa adentrándose en la montaña, saldrá por otra entrada.187

En todas las vías puede ocurrir que la técnica del fondo sea eficaz o que lo sea la de la entrada.188

Con este principio de combate, ¿por qué debería ocultar una cosa para mostrar otra? Por eso, en la transmisión de mi escuela no hago prestar un juramento por escrito lleno de sanciones.189

Una vez observada la inteligencia del alumno, enséñele la vía correcta y ayúdele a liberarse de las cinco y de las seis malas vías de la estrategia.(103) Hágale entrar de forma natural en la verdadera vía, conforme a los principios de los guerreros, a fin de que su mente no albergue duda alguna. Tal es la manera (michi) de enseñar la estrategia de mi escuela. Hay que entrenarse bien en ello.

En este manuscrito del viento he escrito de forma sucinta sobre la estrategia de las otras escuelas, en nueve artículos. Debería haber escrito con más precisión sobre cada una de ellas, desde la entrada hasta el fondo, pero he evitado adrede precisar el nombre de las escuelas y de las técnicas, puesto que en cada escuela, el pensamiento y las explicaciones sobre una u otra vía pueden variar según la persona y la manera en que entiende las cosas, y cada uno tiene su manera de razonar; por lo tanto, hay pequeñas diferencias de pensamiento dentro de una misma escuela. Por eso no he mencionado el nombre ni las técnicas de las escuelas, pensando en su evolución futura.

He expuesto el aspecto general de las otras escuelas en estos nueve artículos. Si observamos las cosas desde la vía del mundo y también de la justa razón humana, todas estas escuelas siguen vías parciales, ya que una se centra únicamente en la longitud, la otra da prioridad al sable corto, las otras son parciales debido a una única preocupación, ya sea la fuerza y la debilidad o la tosquedad y la fineza. No hace falta que precise si se trata de la entrada o del fondo de una u otra escuela, puesto que todo el mundo lo sabe.

En mi escuela no hay ni fondo ni entrada para el arte del sable, y no hay guardias fijas. Lo esencial de la estrategia es únicamente que la mente aprenda la virtud.

El 12 del quinto mes del segundo año Shôho (1645),

Shinmen Musashi,

Para el Señor Terao Magonojo.

El 5 del segundo mes del séptimo año Kanbun (1667),

Terao Musei Katsunobu (rúbrica),

Para el Señor Yamamoto Gensuke.

Miyamoto Musashi

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