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4 Definiciones


Plan del procedimiento 4: definiciones

El objetivo del presente capítulo es demostrar que la investigación empírica va ligada a una utilización precisa de los conceptos. Las definiciones unívocas de los conceptos difusos son imprescindibles para la marcha sucesiva de la investigación. Así, en primer lugar se pretende explicar lo que son las definiciones y la función que éstas cumplen. Después se señalarán las exigencias y los criterios que debe satisfacer una definición.

4.1 Conceptos y realidad

Las observaciones científicas acerca de la realidad aparecen ligadas al lenguaje. De este hecho se derivan muchos problemas: el lenguaje no es nunca idéntico al fenómeno al que se refiere, sino siempre selectivo; cada concepto es expresión de una determinada construcción de la realidad y del contenido de nuestro pensamiento; las palabras no están vinculadas a un objeto concreto; un idioma con frecuencia dispone de distintos conceptos para designar el mismo objeto; el significado de lo dicho resulta del contexto en que se desarrollan los acontecimientos. La comunicación presupone un consenso en la forma de entender los conceptos utilizados. Sin embargo, dicho consenso no se puede considerar evidente así sin más ni en la vida cotidiana ni en la discusión científica. De este modo puede ocurrir que uno no sea entendido bien, que interpretre erróneamente lo que otro ha dicho y que responda a algo que el otro no ha preguntado o a lo que ni siquiera se ha referido. Por ello las definiciones son imprescindibles para:

• los objetos a los que se refiere la investigación;

• la totalidad de los objetos a los que se deben aplicar los resultados de la investigación (véanse sobre el particular las explicaciones del capítulo 8.2 acerca del «universo de trabajo»);

• las variables mencionadas en el planteamiento o en las hipótesis;

• los valores de las variables que se desean analizar empíricamente.

4.1.1 Definiciones nominales

Las definiciones nominales son determinaciones o convenciones acerca del contenido de los conceptos. No tienen contenido empírico; es decir, no pueden ser ni verdaderas ni falsas. Sin embargo, son necesarias porque, por una parte, sirven para aportar claridad a la comunicación y, por otra, para delimitar el objeto de investigación. Así, deben ser adecuadas para hacer posible la comunicación y para el objetivo de la investigación.

Esta «definición de la definición» significa que:

• Las definiciones son transformaciones sinónimas de las expresiones lingüísticas. El concepto que hay que definir se sustituye por otros conceptos acerca de cuyo contenido existe consenso. Por ello, al tener que ser una y otra vez definidos aquellos conceptos difusos que contiene la definición, se pueden originar sucesiones de definiciones. El momento de poner punto final a dichas sucesiones es de nuevo una decisión que queda al libre arbitrio de quien investiga.

Ejemplo: si se lleva a cabo una investigación sobre los «deportistas», se debe definir lo que se entiende por ello. Se podría establecer que «deportistas», a efectos de la investigación, son las personas de más de 15 años que hacen deporte con regularidad, o sea, por lo menos una vez por semana. Esta definición se encuentra «inacabada», puesto que en torno al concepto «deporte» de ningún modo existe una noción homogénea. Así, se puede continuar definiendo: deporte significa una comparación del rendimiento en la competición según las exigencias de destreza y rendimiento que se dan en cada tipo de disciplina. Según las circunstancias se deberá seguir definiendo lo que se entiende por tipo de deporte, destreza, rendimiento, etc.

• Si las definiciones nominales establecen criterios conceptuales, no dicen nada acerca de la realidad, sino solamente algo sobre las partes de ésta que son relevantes para la investigación. Por ello las definiciones nominales tampoco pueden ser demostradas empíricamente. Por medio de ellas no es posible obtener ningún conocimiento científico nuevo.

• Las definiciones nominales establecen el objeto de estudio y con ello el ámbito que abarca la investigación. Por medio de ellas se decide lo que de la gran variedad de la realidad debe ser estudiado o quedar fuera. Por consiguiente, tienen que ser adecuadas en orden al objetivo de la investigación. Al mismo tiempo son de suma trascendencia para el transcurso de la investigación y para sus resultados. En una definición nominal se debe aclarar siempre cuáles son sus presupuestos (teóricos) y consecuencias. Presupuesto teórico significa que las presunciones acerca de cómo la delimitación de los hechos podría influir en el resultado de la investigación son necesarias, al menos implícitamente.

Ejemplo: si definimos a los deportistas como se ha sugerido en el ejemplo anterior, descartamos de la investigación a todas aquellas personas que hacen deporte menos de una vez por semana o que son menores de 15 años. Además, igualmente dejamos fuera a quien no haga deporte orientado al rendimiendo con vistas a la competición y en conformidad con ciertas reglas. Una delimitación semejante puede ser conveniente cuando interese saber de qué forma la práctica intensiva del deporte marca el modo de vivir y la identidad individual. Sería totalmente inadecuada si quisieramos saber algo acerca de cuánto dinero gastan los deportistas en el deporte. La definición que hemos dado contiene (implícitamente) la presunción de que el modo de vida y la identidad sólo pueden verse marcados por una práctica deportiva intensiva y orientada a la competición o que los efectos económicos no pueden ser comprendidos en su totalidad sino tras haber considerado un espectro muy amplio de actividades deportivas.

Las definiciones nominales se elaboran a partir de las consecuencias que implican para el resultado de la investigación. Estas mismas presunciones son con frecuencia hipotéticas, de cualquier forma, especulativas. Se debería tener conocimiento previo de la forma que toman las variables y sus valores dentro y fuera de la realidad delimitada conceptualmente. Sin embargo, esto es lo que se desea investigar en primer lugar. Las definiciones nominales siempre entrañan el riesgo de que según las circunstancias algunos hechos altamente relevantes para el planteamiento o para la comprobación de las hipótesis se vean sin querer conceptualmente excluidos. Por ello es imprescindible considerar con atención las consecuencias de las opciones que se realicen.

4.1.2. Definiciones reales

Hasta ahora se ha hablado de definiciones nominales que el mismo investigador fija para delimitar el objeto de su investigación y como presupuesto para una comunicación libre de dudas. Otra cuestión es la del contenido semántico de los conceptos en el lenguaje coloquial; es decir, la de las definiciones reales. Las presunciones sobre los contenidos semánticos en el lenguaje coloquial pueden ser verdaderas o falsas, esto es, empíricamente comprobables. De aquí surge uno de los problemas centrales de la investigación empírica, ya que:

• El investigador puede atribuir a los conceptos (p. ej.: cuando se emplean en un cuestionario) otro contenido semántico al que se les otorga en el lenguaje coloquial.

• Dichos significados coloquiales de los conceptos pueden ser distintos para los diferentes destinatarios en función del sexo, la pertenencia a una clase social, la procedencia regional, etc.

• Los investigadores y el personal investigador, o sea, los distintos entrevistadores e intérpretes de los textos (p. ej.: de entrevistas cualitativas) pueden dar a los mismos conceptos diferentes significados.

• Ese significado coloquial de los conceptos puede cambiar a lo largo del tiempo.

En general: la diferencia semántica en la comunicación puede llegar a ser de tal magnitud, que se llegue a hablar sin entender nada de lo que se quiere decir.

La diferencia semántica se refiere a la diferencia de significados de los conceptos que las distintas personas les atribuyen. Sólo si esa diferencia semántica es pequeña –es decir, si todos los participantes en una comunicación entienden lo mismo por un concepto y lo subsumen dentro de los mismos hechos–, se hace posible una comunicación razonable y, en último término, también la investigación empírica que se está llevando a cabo.

El concepto «diferencia semántica» muestra un problema central de la investigación empírica. Todos los procesos de obtención y análisis de datos aparecen ligados al lenguaje: el lenguaje empleado por las personas a las que se encuesta, el lenguaje de los autores de textos que esperan ser valorados, el de los investigadores que realizan entrevistas o elaboran y evalúan textos, vídeos o protocolos de observación. La investigación empírica siempre exige una interpretación de lo que el otro quiere decir y una idea de cómo los demás interpretan lo que uno mismo dice. Si esto no se lograse –es decir, si las diferencias semánticas fuesen muy grandes–, no se podrían obtener datos fiables, válidos u objetivos. Las distintas técnicas de obtención y análisis de datos proporcionan –como veremos a continuación– diferentes soluciones a este problema.

4.2 Criterios de calidad en las definiciones

Una definición debe reunir los siguientes criterios:

1. Precisión: ha de ser claramente determinable. Hay que poder decidir si cada uno de los hechos relevantes de la investigación están o no incluidos en ella.

2. Consistencia: ha de ser entendida y aplicada de la misma forma por cada una de las personas que la emplean independientemente del tiempo, el espacio y la situación.

3. No circular: no puede emplear términos que sean los que deben ser definidos.

4. Extensión: el contenido de un concepto, por una parte, no puede ser tan extenso que lo abarque todo y, por otra, debe abarcar un número suficiente de casos demostrables empíricamente.

5. Compatibilidad: los conceptos deben hallarse en concordancia tanto como sea posible con las definiciones de uso corriente en la ciencia correspondiente o con los utilizados en investigaciones similares. Las teorías y los resultados de las diferentes investigaciones son solamente comparables los unos con los otros si toman por base las mismas definiciones.

Las definiciones nominales sirven para proporcionar una información libre de dudas en la comunicación científica y para delimitar claramente los objetos de la investigación, las variables e indicadores. Quien no efectúa dichas definiciones o lo hace con poca precisión tiene que contar con que una y otra vez se den malentendidos en la comunicación y sobre todo con que en la marcha posterior de la investigación no quede claro lo que realmente debe ser investigado. Al mismo tiempo el lenguaje es el medio de comunicación entre investigadores y sujetos de la investigación. Las interpretaciones del significante y significado de lo dicho o escrito son una tarea imprescindible a la vez que compleja en cada investigación empírica.

Lista de comprobación 3: definiciones

1. ¿Se ha comprobado en todos los objetos de la investigación, en el universo de poblacion, en las variables y en sus valores si se emplearon en su determinación conceptos difusos que deberían ser definidos?

2. ¿Se han definido todos estos aspectos –relevantes para la investigación– conforme a las exigencias puestas a las definiciones? ¿Contienen éstas conceptos en sí difusos?

3. ¿Se han escrito todas las definiciones de los conceptos?

4. ¿Se han considerado suficientemente los intereses de la investigación? Es decir, ¿son las definiciones adecuadas en relación con el interés de la investigación?

5. ¿Aparecen reflejadas las presunciones, implicaciones teóricas y posibles consecuencias de estas definiciones?

6. ¿Concuerdan las definiciones establecidas con las de otras investigaciones similares? Y, de no ser así, ¿cómo se justifican tales divergencias?

7. Las definiciones efectuadas acerca de los conceptos ¿han sido empleadas en las respectivas disciplinas científicas y en otras investigaciones? Si no es así, ¿cómo se explican dichas divergencias?

Introducción a la metodología de la investigación empírica en las ciencias del deporte

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