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2 La pregunta de la investigación


Plan del procedimiento 2: desarrollo de la pregunta de la investigación

La investigación empírica es un proceso de resolución de problemas. Así, cada paso de la investigación sirve «solamente» para poder responder al final o por lo menos para aproximarse a la respuesta de la pregunta científica planteada al comienzo del estudio. La respuesta a la pregunta de la investigación es el objetivo y la investigación empírica, el camino que lleva a uno a alcanzar dicho objetivo. La pregunta determina el diseño de la investigación y establece qué resultados cabe esperar. Cada uno de los pasos del estudio empírico resulta adecuado en tanto contribuya a dar respuesta a la pregunta de la investigación. Por ello, al inicio de un estudio empírico es imprescindible formular con precisión la pregunta de la investigación y exponer las razones de su formulación.4

El estudio comienza con una decisión provisional acerca de la pregunta de la investigación. Se establece una primera orientación respecto a lo que ha de ser investigado y la forma en que debe hacerse. El problema de la investigación se va precisando en una serie de pasos hasta acabar concretándose definitivamente.

El objetivo del presente capítulo es exponer las razones por las que no se debe realizar una investigación empírica sin un planteamiento preciso y bien argumentado de la pregunta de la investigación. No obstante, para formular con propiedad la pregunta de la investigación se debe estar al corriente de las siguientes cuestiones: 1) ¿Qué tipos de preguntas científicas deben diferenciarse? 2) ¿Cómo se llega a su formulación? 3) ¿Qué condiciones influyen en la formulación de la pregunta?

2.1 Tipos de preguntas

Cabe diferenciar los siguientes tipos de preguntas: 1. Exploración. 2. Descripción. 3. Explicación. 4. Pronóstico. 5. Tecnologías. 6. Evaluación. 7. Poner al descubierto consecuencias no intencionadas de las decisiones que se tomen.

1. Exploración: cuando uno se fija en un tema nuevo y que hasta la fecha apenas ha sido estudiado, se encuentra con que el saber existente es, con frecuencia, aún demasiado escaso como para determinar inmediatamente lo que en particular se tendría que describir, explicar, pronosticar y, dado el caso, modificar; todavía se desconoce cuáles son los hechos que de algún modo existen en un campo de investigación y las propiedades que caracterizan un objeto de estudio. Uno aún no sabe con exactitud por dónde debe empezar la búsqueda. Por ello, las exploraciones son los primeros «viajes de investigación» en un territorio en gran parte todavía desconocido e inusitado –como hacían los etnólogos en sus primeros informes sobre nuevos países y culturas desconocidas–. En particular, las exploraciones persiguen los siguientes objetivos:

• Tienen que recabar las primeras informaciones científicamente aprovechables acerca de un nuevo objeto y facilitar las primeras descripciones de un campo de estudio o las propiedades de los objetos de la investigación.

• Resultan idóneas como estudios preliminares para poder estandarizar, por ejemplo, los cuestionarios o desarrollar conceptos válidos para construir las escalas.

• Pueden ser condición previa para formular con más exactitud los tipos de preguntas que se señalarán a continuación, por ejemplo, para determinar las variables que hay que tener en cuenta y los hechos que se deben explicar.

• Sirven para plantear hipótesis (véase capítulo 3) y seleccionar indicadores (véase capítulo 5) de estudios ulteriores.

Ejemplo: el trabajo de Abraham (1986) acerca de «los problemas de identidad en la gimnasia rítmica deportiva» constituye un buen ejemplo de estudio de evaluación. El objetivo de dicha investigación fue descifrar el espacio vital de las deportistas en la gimnasia rítmica y comprobar hasta qué punto se puede ir conformando una identidad estable teniendo en cuenta las exigencias y expectativas contradictorias a las que aquéllas se ven expuestas. Este campo era nuevo y hasta esa fecha en gran medida inexplorado. Por ello, una investigación empírica tan sólo podía dar a conocer las condiciones de trabajo y rendimiento, el estado anímico general y la vivencia personal, la capacidad de actuación y los déficits de la estructura de la personalidad. Para ello se utilizó un estudio de evaluación sobre la base de entrevistas en profundidad (véase capítulo 6.2.3.5).

El que un estudio sea explorativo –de lo que se deriva un determinado diseño de la investigación– depende del saber preexistente; es decir, de las investigaciones realizadas sobre ese tema u otros relacionados. Solamente cuando uno sepa poco acerca del objeto de la investigación, sopesará la realización de una exploración con la finalidad de determinar con más precisión el problema y el objeto de estudio, así como las variables relevantes. Antes de adoptar la decisión de abordar un estudio explorativo, resulta imprescindible pasar revista a la bibliografía y a los proyectos existentes sobre el mismo tema llevados ya a cabo –no únicamente en el restringido campo de la investigación deportiva, sino ante todo en las correspondientes disciplinas básicas–.

2. Descripción: en el caso de la descripción de lo que se trata es de determinar si el objeto de la investigación –es decir, los individuos (deportistas, trabajadores voluntarios, aficionados, etc.), grupos (equipos, juntas directivas de los clubes, pandillas, etc.), organizaciones (clubes, asociaciones, empresas comerciales de deporte, etc.), situaciones, eventos (p. ej.: competiciones) o estructuras sociales (el sistema deporte, la familia)– posee los rasgos característicos que se buscan. Lo que se pretende es determinar la existencia de variables y sus valores respectivos.

Describir significa comprobar empíricamente: a) si en el objeto de la investigación existe una variable o no –en capítulos posteriores esta forma de descripción será denominada medición nominal (véase capítulo 5.2.2)– o b) qué valores en concreto («débil-fuerte»; «mayor-menor»; «de 1 a 10») posee la variable correspondiente. Estos valores se pueden establecer a distintos «niveles de medición» (véase capítulo 5.2.2).

En algunas ciencias del deporte (como la psicología o la medicina deportiva) se emplean como sinónimos el término descripción y los términos diagnóstico o análisis. Asimismo, un gran número de los tests existentes (véase cap. 6.5) son utilizados con fines descriptivos.

Una variable es el símbolo de un rasgo distintivo o de una propiedad del objeto de la investigación que, por lo menos, tiene dos valores antagónicos que se excluyen recíprocamente. En el caso más sencillo –cuando se trata de una medición nominal– los valores son «existe»-«no-existe» o «pertenece a»-«no pertenece a»; en el caso más favorable se pueden medir los valores numéricos por medio de intervalos constantes.

Existen sinónimos para expresar el concepto de variable tales como característica, dimensión característica, propiedades, categorías de observación. A partir de ahora sólo se hablará de variables y valores de las variables.

Los objetos de investigación son portadores de variables. Las variables tienen distintos valores. Son informativas en virtud de estos valores. Éstos vienen determinados en una escala. Las informaciones que ilustran cada uno de los valores de las variables se denominan datos (para más datos, véase capítulo 5.2.2).

Los datos son informaciones acerca de las variables que se registran en una base de datos –sea por escrito, grabadas en cinta, guardadas en ordenador– para poder ser tratadas en cualquier momento. Además, son relevantes del problema que se está investigando. Las meras declaraciones orales, los textos o las observaciones carentes de estructuración aún no pueden ser considerados datos.

Ejemplo: si el objeto del estudio es el deportista, entonces la variable relevante para la investigación podría ser (junto a otras muchas) su miedo ante una competición. En el caso de que lo que se compruebe sea si existe o no dicho miedo, la variable tendría dos valores. La intensidad de ese sentimiento se puede graduar en una escala: «muy intenso» - «intenso» - «escaso» - «inexistente». Según esta escala, la variable «miedo» tendría cuatro valores. Tan sólo por medio de la escala la variable «miedo» comienza a ser informativa. Las respuestas que den los deportistas respecto a estos valores en un cuestionario realizado a cada uno de ellos son los datos.

Ejemplo: si el objeto de investigación son «los clubes», una variable de interés podría ser el presupuesto de ingresos anual de que disponen. Los respectivos valores pueden graduarse/desglosarse en la escala «por debajo de los 5.000 euros» - «entre 5.001 y 20.000 euros» - «por encima de los 20.000 euros». La variable «presupuesto de ingresos» tendría según la escala propuesta tres valores.

En este sentido la descripción puede perseguir los siguientes objetivos:

• Examinar la existencia o la inexistencia de una variable.

• Comprobar la distribución de los valores de una variable. Así, se computarán las frecuencias, las distribuciones o los valores medios.

• Comprobar las variaciones de los valores de una variable con el transcurso del tiempo.

• Crear tipologías de forma que los objetos de la investigación sean agrupados conforme a los valores de una variable, por ejemplo, todos los clubes que acrediten un presupuesto por debajo de los 5.000 euros y por encima de los 20.000 euros; deportistas que no sientan miedo y deportistas que lo sientan con intensidad.

• Determinar la relación de diferentes variables y hacer una comparación entre los distintos objetos de la investigación, por ejemplo, «margen presupuestario» en diferentes tipos de club o «miedo» en distintas clases de deporte. Estas relaciones se representan estadísticamente en forma de correlaciones.

• Comprobar empíricamente si los hechos que se desea explicar son realmente ciertos (véase capítulo 3.3).

Ejemplo: se lleva a cabo un diagnóstico del rendimiento entre deportistas para determinar el grado de prestación en un momento dado; para hacer posible la comparación del rendimiento interindividual dentro de un grupo de entrenamiento en un momento determinado; para documentar los cambios de los resultados en el transcurso del entrenamiento; para conocer los efectos en el entrenamiento de cada una de las variables observadas o para hacer una clasificación tipológica de los deportistas con diferentes características de rendimiento (Martin et al. 1991, 118).

El paso de la evaluación a la descripción resulta fluido. Nunca –ni tampoco en un estudio de evaluación– se podrá abarcar toda la variedad de la realidad. Las ciencias y las preguntas científicas son siempre selectivas; sólo se fijará la atención en unos hechos determinados, es decir, en variables preformuladas con claridad y en los valores que las caracterizan. Esto es debido a la perspectiva limitada de las diferentes disciplinas científicas, al concepto teórico del cual se parte y al reducido tiempo del que se dispone para recopilar datos. No todo se puede comprobar de la misma manera y al mismo tiempo. Por ello, habría que establecer tan pronto como fuera posible y con la mayor exactitud posible los objetos, las variables y sus valores relevantes para la investigación; incluso en el caso de los estudios de evaluación.

3. Explicación: en la explicación se trata de dar respuesta a la pregunta de por qué un hecho, mejor dicho, una variable o sus valores, existen; es decir, se pretende determinar la relación causa-efecto entre, por lo menos, dos variables.

Ejemplo: la destreza motriz de los deportistas es crucial para ser competente en la práctica deportiva o para practicar con éxito determinados tipos de deporte. Por ello es importante saber cómo se desarrollan dichas destrezas motrices; es decir, cuáles son sus causas. Por tanto, para poder explicarlas se empieza por buscar determinantes biogenéticos, parámetros neurofisiológicos, relaciones de causalidad entre destreza motriz y desarrollo somático. Además, se fija la atención en determinados episodios biográficos de los primeros años de la niñez, de la edad juvenil y de la entrada en la madurez; es decir, de las influencias de la biografía personal en la destreza motriz (al respecto véase Baur et al. 1994, Riera 1989, Roca 1989).

4. Pronóstico: los científicos no desean saber únicamente cómo son y cómo se explican las cosas, sino además cómo se desarrollarán en el futuro. Se trata de elaborar pronósticos.

Ejemplo: por lo general, en el deporte de competición dichos pronósticos se realizan para detectar talentos y como fundamento para la promoción de éstos; en el deporte para todos se establecen para predecir los cambios del estado de salud de la población; en el deporte de rehabilitación son importantes para predecir los efectos terapéuticos y los cambios de la autoestima. Además, son de mencionar los tests de fitness (condición física), cuyo cometido es informar sobre las probabilidades de concluir con éxito una carrera deportiva o, por el contrario, de abandonarla; finalmente cabe hacer alusión a los pronósticos sobre la situación del mercado de trabajo, mediante los cuales se pretende valorar las perspectivas de empleo de las personas licenciadas en ciencias de la actividad física y el deporte (Heinemann/Dietrich/Schubert 1990; Martínez del Castillo et al. 1992).

5. Desarrollo de técnicas para la resolución de problemas: con frecuencia, el cometido de la investigación en ciencias del deporte es elaborar procedimientos, estrategias, pruebas piloto, planes de actuación, posibilidades de intervención, terapias o técnicas –obsérvese que, para designar una misma realidad, se dispone de un gran número de términos– para actuar sobre una realidad a partir de una base científica.

Ejemplo: a título de ejemplo pueden mencionarse: los métodos para optimizar la capacidad de rendimiento; los nuevos modelos de enseñanza para mejorar el aprendizaje; los planes estratégicos para una gestión eficiente de los clubes; las técnicas de autorregulación psíquica, con las que los deportistas pueden trabajar sus emociones antes y después de las competiciones con la finalidad de aumentar el rendimiento; la programación de ejercicios con los que alcanzar mejores resultados para la salud, y los nuevos procedimientos de relajación en el deporte de ocio.

Este tipo de técnicas de intervención son tarea prioritaria en la gestión deportiva, las ciencias del entrenamiento y la pedagogía deportiva, y están destinadas a solucionar ciertos problemas de modo que sea posible alcanzar los objetivos previstos mediante la búsqueda de relaciones de causa-efecto. Así pues, tanto ellas como las investigaciones de tipo explicativo tienen cometidos análogos.

6. Evaluación y control de los efectos: cuando se han desarrollado y puesto en práctica técnicas de resolución de problemas, lo que se desea saber es si con ellas realmente se ha alcanzado el resultado esperado. El cometido de la investigación empírica puede ser, por tanto, controlar el éxito o el fracaso de las medidas adoptadas tal y como aparecen descritas en el punto 5 del epígrafe anterior. Al aplicar dichas técnicas de resolución de problemas nos encontramos, en principio, ante experimentos de campo (véase capítulo 7.3): bajo condiciones controladas se obtiene una modificación; los resultados y el éxito de dichos cambios se examinan empíricamente. La investigación empírica sirve para controlar el éxito de la aplicación de las técnicas de intervención.

Aquello que debe ser medido, –es decir, la pregunta de la investigación empírica– es, en este caso, el objetivo del programa que se está llevando a cabo.

Ejemplos: 1) con un programa de entrenamiento se desea mejorar la capacidad de reacción y el rendimiento en velocidad; se harán pruebas diagnósticas de rendimiento para valorar los efectos del programa aplicado en el tiempo de reacción y en la velocidad; 2) con un cuestionario se tratará de evaluar el éxito de un programa de integración de la población inmigrante por medio del deporte. En la evaluación la investigación empírica persigue controlar los efectos de la aplicación de una tecnología o de un programa.

Con frecuencia, el cometido de las evaluaciones no sólo consiste en comprobar hasta qué punto se puede alcanzar el objetivo planteado, sino que además se pretende:

Comprobar los objetivos: las técnicas de resolución de problemas presuponen que quienes llevan a cabo un programa han fijado con exactitud sus objetivos. Sin embargo, dichos objetivos aparecen con frecuencia formulados de forma difusa, por no decir vacíos de contenido. Por esa razón, la partes implicadas en el programa también lo entienden de forma diferente, especialmente cuando éste tiene continuidad en decisiones políticas. De esta manera, parte del trabajo empírico consiste ante todo en investigar los objetivos perseguidos con el programa en cuestión, ya que solamente así será posible evaluar sus efectos.

Determinación de las hipótesis: detrás de una prueba piloto existen hipótesis (confiemos que bien argumentadas) acerca de una relación causal: si se usa el procedimiento A, se puede alcanzar el objetivo B. Por ello, en una evaluación, es importante saber a qué hipótesis se refieren los autores que realizan aquélla y cómo las fundamentan (teórica o empíricamente). Determinar estas cuestiones puede ser el planteamiento inicial de un estudio evaluativo.

Ejemplo: a mediados de los años ochenta se llevó a cabo en Alemania una acción de gran envergadura y dotada de importantes recursos financieros que tuvo como lema «integración de los inmigrantes mediante el deporte». Sin embargo, el término integración era demasiado difuso como para poder ser la base de medición de los resultados en el marco de un estudio de evaluación. Por ello, antes de iniciar la evaluación propiamente dicha se consideró necesario clarificar las ideas en torno al objetivo, las expectativas y esperanzas que los distintos participantes asociaban al proyecto. De esta forma, muchos de ellos empezaron a percatarse de lo imprecisas que eran sus ideas en torno al objetivo de la acción que estaban desarrollando. Claro que tampoco existían nociones claras de la causa y el efecto. La integración por medio del deporte resultó ser una utopía de los responsables del programa, que carecía de aseveración empírica. Al hacerse notorio este hecho en la primera fase de la evaluación y al no poderse apreciar con rapidez los resultados esperados, se cancelaron en un santiamén los medios destinados a la investigación y se destinaron a otras investigaciones que sirvieran para legitimar las acciones de los responsables de la política deportiva.

7. Determinar las consecuencias no intencionadas: muchas cuestiones importantes se dirigen hacia los efectos y las consecuencias no intencionados que provoca nuestra actuación. Los objetivos y los móviles de ésta pueden apartarse de las consecuencias que en realidad supone. También, en este caso, de lo que al fin y al cabo se trata es de determinar relaciones de causa-efecto. Sin embargo, los resultados no son consecuencias intencionadas cuyas causas residan en el decidir y el actuar. La búsqueda de resultados no intencionados presupone un gran conocimiento teórico y también «tacto» científico, ya que se trata de resultados de los que, en principio, nadie sabe nada.

Ejemplo: en un estudio sobre sociología financiera de los clubes se sostuvo la tesis y se comprobó empíricamente, que los cambios de la estructura de los recursos de aquéllos, por ejemplo, el incremento de la proporción de ingresos estatales o comerciales en el presupuesto global, también inciden, sin quererlo pero de forma irreversible, sobre las características estructurales de los clubes (p. ej.: el alcance del trabajo voluntario, el grado de participación democrática, el tipo de oferta ofrecido); en esta ocasión se trataba de una tesis cuyo objeto versaba sobre las consecuencias no intencionadas de la comercialización del deporte o de los clubes (Heinemann/Horch 1991).

En un proyecto de investigación se pueden tratar simultáneamente problemas que hay que subsumir dentro de los distintos tipos descritos.

Ejemplo: de esta forma, un proyecto puede comenzar con la búsqueda de talentos (diagnóstico/descripción); se proseguirá con la detección de los talentos (pronóstico); en un paso ulterior se considerarán los factores que influyen en la destreza motriz que se requiere para la práctica de un determinado deporte (explicación); sobre esta base se efectuará una promoción de los talentos (técnicas de actuación/intervención); y finalmente se realizará una evaluación que comprobará hasta qué punto se han alcanzado los objetivos de rendimiento establecidos.

Al decidirse por una pregunta de investigación surge un «hilo conductor» que determina de forma decisiva todos los demás pasos del proceso de la investigación. Así, cada una de las etapas de dicho proceso se debe configurar de forma distinta según si lo que se pretende es realizar una exploración, una descripción/un diagnóstico, una explicación o un pronóstico, o se trata de desarrollar estrategias de actuación y de comprobar su eficacia. Por ello, al determinar y fundamentar la pregunta de la investigación debe procederse con una enorme prudencia.

2.2 Vías para encontrar la pregunta

En nuestras sociedades los investigadores gozan en principio del derecho de escoger sus áreas de estudio y las preguntas que han de investigar independientemente de los demás y libres de presiones externas. Los temas de investigación, por lo general, no vienen prescritos. Por esa razón, no existen reglas ni procedimientos seguros para dar con un «buen» tema de investigación. Al fin y al cabo, cada investigador lo debe escoger por su cuenta. La elección de un tema es el primer (y con frecuencia difícil) paso del trabajo de investigación.

Las siguientes vías pueden ayudar a encontrar un tema de investigación:

• Tareas, dificultades y exigencias que se plantean en los propios campos de acción, situaciones vividas, observación de problemas sociales, exigencias prácticas.

• Intereses teóricos, por ejemplo comprobar empíricamente la validez de unos presupuestos teóricos.

• Encargos de asociaciones, ministerios, empresas.

• Posibilidades de obtener ayudas de fundaciones, institutos de investigación, universidades, ministerios, etc.

• Oferta para colaborar en un projecto de investigación.

• Probar nuevos métodos y técnicas de investigación deportiva.

• La tradición de un instituto de investigación en el que se trabaja o en el cual se desearía poder hacerlo.

• Modas según las cuales un tema puede tener vigencia en un determinado momento.

• Oportunidades de hacer carrera académica si uno se dedica a un (determinado) tema.

• Interés personal por un tema, etc.

Éstos son solamente algunos ejemplos de cómo se pueden encontrar áreas y temas de investigación. Todas estas posibilidades son igualmente válidas; también otras son concebibles. Así, nadie puede impedir que en una noche apasionada se le pase a uno por la cabeza la idea de investigar la expresión de las emociones de los niños mientras juegan o la precisión motriz en la tercera edad.

A primera vista, puede sorprender que a todos los puntos de la enumeración se les conceda la misma importancia. Cabría objetar: ¿no deben las ciencias del deporte estar preferentemente relacionadas con la práctica?, es decir, ¿no deben aquéllas ayudar a resolver los problemas que se plantean en los distintos campos de actuación del deporte? En contra de esta idea se puede decir que del hecho de que la ciencia sea pública, esto es, de libre acceso para todo el mundo, no es posible sacar la conclusión de que sea la «práctica» la que tenga que proporcionar los problemas de la investigación.

Hay que hacer que, cualesquiera sean los orígenes de la pregunta de la investigación, los resultados pueden ser muchas veces altamente relevantes para la resolución de problemas prácticos. También los problemas relacionados con la práctica pueden llevar a resultados teóricos sumamente significativos. En resumidas cuentas, el origen del problema no dice nada sobre la relevancia de los resultados.

Además, se puede objetar que las investigaciones por encargo implican especiales peligros debido a que lo más probable sea que quien encarga la investigación esté únicamente interesado en obtener unos determinados resultados. En estos casos uno debe guardarse muy bien de que los clientes no deseen sólo ver confirmados sus propios prejuicios y conocimientos previos, de que no se abuse de la investigación para legitimar planes preconcebidos o de que únicamente se esperen dictámenes de complacencia. Sin embargo, por lo general, también el mismo cliente está interesado –o, por lo menos, debería estarlo, en obtener informaciones objetivas– Su deseo es solucionar problemas y esto sólo lo puede hacer si dispone de informaciones objetivas. En el caso de que el cliente quisiera emplear sus resultados científicos en conflictos de intereses con otras partes, de poco le servirían si aquéllos hubieran sido obtenidos de forma tendenciosa, porque la parte contendiente pondría en duda su validez. Para el cliente la utilidad de la investigación científica reside precisamente en la obtención del saber científico de forma independiente y sin servir a otros intereses.

Ejemplo: cuando en Alemania se realizó un proyecto acerca de la situación de los clubes deportivos financiado por la Federación Alemana del Deporte, las federaciones deportivas de los estados federados (Länder) y el Instituto Federal de las Ciencias del Deporte (Heinemann/Schubert 1994; Heinemann/Puig/López/Moreno 1997) se estableció una junta consultiva integrada por miembros de cada una de estas instituciones. Su cometido era incluir en el proyecto los temas y las cuestiones específicas que les interesaban. De esta forma se consiguió un equilibrio oportuno entre los intereses de los clientes y el equipo de investigación. Sin embargo, se aseguró contractualmente y de forma expresa que la responsabilidad y la última palabra en las decisiones relativas a la realización del proyecto, incluida la configuración del contenido de la encuesta, recaerían exclusivamente sobre el equipo científico. El hecho de que posteriormente no se consideren o apliquen importantes resultados de la investigación por amenazar la autoconciencia de los funcionarios o por no considerarse políticamente oportunos, es algo que cae fuera de la esfera de la responsabilidad e influencia de los investigadores.

Existen dos argumentos de mucho peso para responsabilizarse del origen y significado del problema de la investigación:

1. La influencia indirecta: el origen de la pregunta, en principio, no influye en el modo de solucionarlo en el proceso de la investigación empírica, ya que dicho proceso de resolución debe seguir unos procedimientos metodológicos, persigue unas necesidades internas propias con independencia de la procedencia de la pregunta. Sin embargo, esta afirmación no siempre es válida. Nunca se puede descartar que el origen, especialmente la gran variedad de intereses que puedan aparecer vinculados al problema y a su solución, influya sobre el proceso de la investigación y la interpretación de los resultados. La objetividad del estudio (véase capítulo 1.4) puede verse amenazada por la procedencia del problema de la investigación. Por ello, es imprescindible precisar cuáles son los desencadenantes que llevan a que uno se dedique a una determinada pregunta para, de esta forma, poder una y otra vez volver a comprobar si no son los desencadenantes –encargos, noche de amor o lo que sea– los que, aun de forma inconsciente, ejercen una influencia inadecuada sobre la marcha del proceso.

2. El valor teórico y práctico de los conocimientos: es verdad que el investigador tiene libertad a la hora de elegir sus temas de estudio. Sin embargo, uno tiene que tomar conciencia del motivo por el que resulta razonable dedicarse justamente a ese tema de investigación y del beneficio que puede obtener de los resultados de la misma. Este beneficio puede residir en el perfeccionamiento de conceptos teóricos, en la comprobación de hipótesis no aclaradas hasta la fecha o en la eficacia de estrategias de actuación, pero también en sus posibilidades de aplicación práctica y de solución de problemas derivados de la práctica. La ciencia se legitima por los beneficios teóricos y práticos que puede aportar.

2.3 Condicionantes para la elección de la pregunta

En la elección de la pregunta de investigación, en principio, uno es libre. En principio quiere decir que existen ciertos condicionantes que pueden limitar dicha libertad. Entre ellos se cuentan:

1. Costos de la investigación: una investigación siempre lleva aparejados gastos –el capítulo 12 expone de qué gastos se trata y su alcance–. Dichos gastos deben ser evaluados al comienzo para estimar las probabilidades de realización de un proyecto. No se deben calcular sólo en dinero, sino, también en forma de cualificaciones del personal, infraestructuras necesarias y apoyo de terceros.

2. Posibilidades de financiación: la libertad en la elección del tema está limitada por las posibilidades de financiación, las que a su vez dependen de las decisiones político-científicas y prioridades políticas, del buen parecer de los dirigentes de las fundaciones, de la elección y de las preferencias de los evaluadores, de las líneas prioritarias establecidas por las entidades financiadoras de la investigación, de los procedimientos burocráticos, de la situación económica y del número y competencia que sea posible establecer en función del número de proyectos presentados y los recursos disponibles. De estos condicionantes no se puede deducir que la libertad de elección del problema de la investigación sea sólo formal, sino únicamente que se verá limitada porque los recursos son escasos y hay mucha demanda de los mismos. Por ello, al solicitar ayudas financieras, es preciso hacerlo con proyectos maduros y bien argumentados. Éste es un argumento más para justificar la importancia de dominar bien la metodología de la investigación empírica.

3. Limitaciones temporales: el tipo y el alcance del proyecto deben acomodarse al marco temporal señalado. Se debe tomar en consideración que para una encuesta escrita se requieren aproximadamente 8 semanas; a nadie se le ocurre planear un estudio de evaluación que necesite 3 años si se sabe que el trabajo de investigación debe concluirse en 6 meses; uno no se plantea una investigación de panel a 8 años de plazo si se esperan resultados en un año.

4. Accesibilidad de los objetos de investigación: las disposiciones acerca de la protección de datos constituyen barreras de acceso; con frecuencia los documentos son confidenciales, las conversaciones, secretas, y los hechos demasiado íntimos como para darlos a conocer a los investigadores. Los límites éticos también ponen coto. ¿De qué sirve el mejor diseño de investigación si al final éste no consigue –o sólo lo hace acarreando gastos considerables– constituir la muestra de sujetos adecuada?

Así pues, se requieren muchos trabajos preparatorios y reflexiones previas antes de que la pregunta de la investigación pueda ser formulada con precisión y de forma definitiva.

• Se debe decidir si de verdad resulta razonable y necesario realizar un estudio empírico para dar respuesta a la pregunta de la investigación.

• Se tiene que seleccionar el saber ya existente; se deben recabar informaciones sobre proyectos de investigación comparables. Por una parte, acerca de los que ya han sido concluidos y, por otra –quizá todavía más importante– de los que discurren paralelamente. También son importantes las conversaciones con aquellos compañeros que están familiarizados con áreas de investigación similares. ¿De qué sirven unos resultados muy bonitos si un mes antes de la publicación del propio trabajo otro equipo de investigación ya ha llegado a los mismos resultados? Pero de lo que especialmente se trata es de comprobar que los resultados de las investigaciones ya existentes no sirvan para responder a la propia pregunta de la investigación haciendo inútil un estudio empírico al respecto.

• Se debe aclarar el origen de la pregunta de la investigación para disponer de un filtro que evite que el origen de ésta y la gran variedad de intereses que pudieran estar vinculados a su solución ejerzan un influjo –consciente o inconscientemente– inadecuado sobre la marcha de la investigación y la interpretación de los resultados.

• Hay que rendir cuentas acerca del valor –teórico y práctico– y de la finalidad que tiene el estudio de la pregunta de la investigación. El que el estudio sea libre no quiere decir que no deba estar justificado o que carezca de objetivos o de sentido.

• Uno debe asegurarse de que se den todos los presupuestos para un proyecto; es decir, que éste sea realizable con el tiempo disponible y con los recursos existentes.

Lista de comprobación 1: la pregunta de la investigación

1. ¿Se ha definido claramente el tipo de problemas que hay que tratar?

2. ¿Se puede comenzar a deducir cuál es el objeto, las variables y sus valores?

3. ¿Ha sido la pregunta de la investigación tratada con anterioridad? ¿Existen actualmente investigaciones similares en marcha?

4. ¿Se ha revisado el material existente relativo –según el tipo de problema planteado– a las variables relevantes, a sus valores, a las técnicas de resolución de problemas, a los programas de actuación, etc.?

5. ¿Se han expuesto las razones acerca de la relevancia teórica y científica y del significado práctico que podrían tener los resultados de la investigación?

6. ¿Se han especificado los intereses

* relativos al contenido

* acerca de determinados métodos

* de carácter personal (p. ej.: interés por hacer una carrera académica)

* del grupo (p. ej.: de los clientes actuales y de otros potenciales) que podrían aparecer vinculados a la investigación?

7. ¿Existen conflictos entre los diferentes intereses?

8. ¿Se han adoptado las medidas necesarias para que esos intereses no puedan ejercer ningún influjo en el curso de la investigación?

9. ¿Se puede realizar el proyecto en el contexto de los condicionantes (gastos, financiación, tiempo, accesibilidad de los datos) que le afectan?

10. ¿Se puede considerar por todo ello que la pregunta de la investigación definitiva está correctamente formulada y razonada?

Introducción a la metodología de la investigación empírica en las ciencias del deporte

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