Читать книгу San José, la personificación del Padre - Leonardo Boff - Страница 13
2. ¿Una familia de desiguales?
ОглавлениеEn segundo lugar, señalan algunos, esta es una familia extraña, pues las relaciones entre los miembros son absolutamente desiguales. María es sierva del Señor (cf Lc 1, 38), José proveedor y padre putativo (cf Lc 3, 23) y Jesús, la encarnación del Verbo, que es Dios (cf Jn 1, 14). María habla y medita, guardando las cosas en el corazón; Jesús habla y hace milagros; José calla y sólo sueña. ¿Cómo articular esas diferencias dentro de una misma familia? ¿No harían de la familia una realidad meramente virtual?
A eso respondemos que los relatos evangélicos no dan base para tal excentricidad. Los evangelios nos muestran una familia normal, unida; hablan de los padres que van al Templo y, como padres, se preocupan por la desaparición del hijo y, finalmente, dicen que el Niño les era sumiso (cf Lc 3, 51).
La tesis que sustentamos en nuestro libro evita cualquier desequilibrio, pues Dios, tal como es, Padre, Hijo y Espíritu Santo, por tanto como Familia divina, deja de ser Trinidad y Familia inmanente, encerrada en su inefable misterio, y se hace trinidad y familia histórica, por cuanto se acerca a la existencia humana y se personaliza, asumiendo el Padre a José; el Hijo, a Jesús; y el Espíritu Santo, a María. De ese modo, reina un perfecto equilibrio. Cada uno es diferente, pero todos entretejen una relación íntima y singular, de orden hipostático -como discutiremos más adelante-, con las respectivas personas divinas. Cada persona de la familia humana personaliza una Persona de la Familia divina.