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CAPÍTULO 3

BENEFICIOS DEL EXITING

“Tener coraje no significa no tener miedo, sino decidir que hay cosas mas importantes que el miedo de las que ocuparse”

Aníbal Carmona, presidente de Unitech S.A.

Nadie contrataría una excursión a un lugar desconocido sin, por lo menos, mirar algunas fotos, o recibir referencias.

De la misma manera, sólo se puede pensar en la salida de la empresa, si, al mismo tiempo, se imaginan situaciones beneficiosas que esa salida va a conllevar.

Poder dejar la empresa de una manera consciente implica beneficiarse de diferentes circunstancias. Algunas, referidas expresamente a la empresa, y otras ligadas al ámbito de desarrollo personal.

El empresario que decida un cambio tan significativo, debe hacerlo sabiendo, por anticipado, cuáles son los beneficios que va a obtener.

Qué significa “beneficio”

Todo empresario está acostumbrado a medir el beneficio como la diferencia entre el precio percibido y los costos totales. Y su compromiso con su espacio en el mundo de la producción suele consistir en obtener el mayor beneficio posible.

Sin embargo, este no es el único concepto de “beneficio” que se puede computar, ya que en el moderno mundo de las empresas han nacido nuevos objetivos que han mermado una parte de terreno al beneficio:

•Crecimiento

•Poder de mercado

•estabilidad

•sustentabilidad en el largo plazo

•adaptabilidad al medio

•respeto al sistema ecológico

•responsabilidad social

•servicio a la comunidad

Para encarar un proceso de exiting, el empresario debe pensar los objetivos que su empresa debería cumplir, sea los que están aquí enumerados, o los que surjan de su experiencia o sus ideales.

Pero también, para poder tener éxito en su salida, el empresario debe re-definir que llama “beneficio”. En algunos casos, es posible que sea necesario resignar rentabilidad en función de una empresa más ordenada, o menos dependiente de quienes hoy la lideran.

En otros casos, quizás sea necesario resignar una porción de mercado o una zona geográfica, en función de que la empresa resulte manejable.

Finalmente, en caso de venta de la empresa, quizás sea necesario resignar una parte del valor teórico, en función de aceptar una oferta real, que permita ejecutar el proceso en un momento determinado, en lugar de seguir esperando indefinidamente hasta que llegue el comprador ideal.

Algunas historias de beneficios

Vamos a ver a continuación algunas historias de beneficios que se pueden obtener a través del proceso de exiting

Participar de otra manera con la pareja y con la familia

Nunca me imaginé que Eduardo podía ser tan compañero, y tan buen abuelo –dice Beatriz, encantada con el nuevo tiempo que puede compartir con su marido−. Todos estábamos tan acostumbrados a que él se levantara temprano y volviera agotado a la noche, que nunca nos habíamos preguntado cuál era su verdadero deseo. Desde que Eduardo se retiró planificamos viajecitos cortos, a veces de fin de semana, o vamos al cine en los horarios en los que él antes trabajaba… Pero, lo que más placer me da, es verlo jugar con los nietos, no sé de dónde sacó tanta paciencia, él, que antes era un cascarrabias…

Para algunos, el tiempo libre significa un redescubrimiento de sí mismo, y la posibilidad de encarar la vida en pareja de una manera diferente. Y eso significa abrirse a un tiempo de nuevos desafíos, de reencuentro en el diálogo y en las actividades compartidas.

Un tiempo de jubilación, pero en el sentido de “jubileo”.

El cuidado del bienestar personal

Cuando uno entra al taller, encuentra un cartel en chapa que dice: “Norberto Condetti, pequeño empresario argentino”.

Él lo muestra con orgullo, y dice: “lo hice con mis propias manos, lo pinté. Lo colgué. Es para espantar a las brujas…”

Norberto, pequeño empresario, es grande en creatividad, en ganas de vivir, en hobbies para su futuro.

Me estoy haciendo una quinta, aquí, en los fondos del taller −cuenta. Y agrega−: ya casi no me quedo en el taller. Solamente, lo uso para pasar a mi quinta. El taller quedó en manos de mi yerno, y yo ocupo todo mi día en la quinta. Silbando, escuchando música, decidiendo qué es lo que voy a plantar. A la tarde, hago la siesta con una tranquilidad que no tenia cuando manejaba el negocio… y una vez por mes, participo en una reunión donde mi yerno nos explica, a mí, a mi señora, y a todas mis hijas, cómo va evolucionando el negocio.

Mire, yo siempre hice lo que me gustaba. Para mí, hacer piezas únicas de tornería, encontrar soluciones a los pedidos de los clientes, mandar a fabricar matrices, fue siempre un placer. Pero llega un momento en que se debe dejar lugar a la juventud, y entonces seguir haciendo, pero en otro ámbito. Con menos exigencias.

Norberto encontró una salida que le resulta muy cómoda.

Si somos capaces de observar profundamente nuestra realidad, cada uno de nosotros tiene, además de su proyecto empresarial, otros intereses en la vida. Se trata de sacarlos a la luz, y poder ejecutarlos con la misma pasión que hemos invertido alguna vez en la empresa.

Cambios en la relación con una actividad no querida

Mi mamá era práctica contable en este pueblo, y me obligó a seguir Ciencias Económicas. A mí me habría gustado ser actor, pero no tuve opción. Cuando me recibí, me incorporé al Estudio. Por suerte, creció mucho desde que yo entré a trabajar aquí, pero nunca tuve la libertad de manejar la organización. Así es como, cuando falleció mi mamá, me encontré con que yo tenía una suerte de obligación de mantener a las tres mujeres que trabajaban con nosotros. Ninguna demasiado profesional. Hoy siento que es como tener a mis tías en mi lugar de trabajo.

Cuánto malestar expresa Darío J. A los 52 años, se dio cuenta de que no tiene espacio mental para seguir ejerciendo una profesión que no ama. Siente que ya cumplió. Viene a la consulta para analizar cuál es la mejor manera de proteger a “las tías”, y, al mismo tiempo, usar su libertad, su energía, y probablemente su talento, para encarar esa “asignatura pendiente” con el teatro.

Desde ya, las estrategias para el exiting son diferentes cuando el empresario aborrece su actividad, y cuando obtiene placer de su actividad.

En cualquier caso, la posibilidad de pensar la salida ofrece una oportunidad para relacionarse con la actividad de la manera mas gratificante que resulte posible.

Beneficio de preservar los aspectos queridos de una actividad

Hace unos años, Daniel J., el hijo mayor de un conocido abogado y empresario, me convocó para que lo ayudara a resolver lo que él entendía era una situación de grave riesgo: su padre, a los 80 años, no estaba dispuesto a dejar de ir a trabajar a la empresa. Si bien había cedido el capital a sus cuatro hijos, y había organizado el sistema de toma de decisiones, don Gabriel seguía asistiendo diariamente a la empresa y se había reservado en forma exclusiva el manejo de las situaciones conflictivas.

Después de la descripción que Daniel me había hecho de su padre, yo me esmeré por caerle bien. De su buena relación conmigo dependía, en definitiva, que este hombre decidiera retirarse, y dejar el control total de la empresa en manos de sus hijos.

−Lo felicito por la pintura –le dije mientras le daba la mano, en un ambiente dominado por un desnudo impactante..

−Ah, gracias, pero yo de pintura no entiendo nada –me contestó– de lo que entiendo es de mujeres.

Así empezó nuestro diálogo. Y siguió con una lección de estrategia, que me brindó don Gabriel al explicarme por qué era tan “lento” en la comunicación con los proveedores, y por qué les escribía las cartas para enviarlas por correo, en lugar de usar Internet.

−Son muchachos muy engreídos, los jefes de ventas de nuestros proveedores. Cuando yo les demuestro que llegué antes, y que mi relación es anterior a su lugar en la empresa, consigo que nos respeten un poco más.

Llegué a la conclusión de que los temores de Daniel eran infundados, en cuanto al riesgo de que su padre tuviera el pensamiento lentificado, o no estuviera a la altura de los desafíos del presente. Por el contrario, tuve la sensación de que estábamos frente a una persona extremadamente lúcida, de la que todos podíamos aprender. Pero el problema era que, desde la visión de Daniel y sus hermanos, nada quedaba por aprender de su padre.

Por lo tanto, nuestro trabajo consistió en demostrar cuánto valor había en la sabiduría de don Gabriel, y en entrenar a sus hijos para poder recibirla y valorarla, sin el prejuicio de que, por ser el padre, y de avanzada edad, ya nada tenía para aportar a la empresa.

Don Gabriel obtenía mucho placer de la empresa, y de su sensación de seguir haciendo aportes de valor, después de una vida de éxitos.

Los beneficios de pensar en la salida

Hace poco entrevisté a todo el personal superior de una excelente empresa de transportes. Cuando les preguntaba cómo se veían dentro de cinco años, el aplomo que la mayoría había evidenciado hasta ese momento se desvanecía. Miradas perdidas, respiración profunda, expresiones balbuceantes conformaban la imagen corporal de la incertidumbre.

Alguno de ellos, finalmente, logró verbalizar lo que los inquietaba: “Los dueños están grandes, así que no sabemos qué puede pasar…” Con esa información en mi poder, traté de indagar en profundidad. El tema no se hablaba de manera abierta, porque nadie quería que los dueños se ofendieran por una mención a su edad. Cualquier presencia externa (por ejemplo de un consultor, de un nuevo proveedor o de un cliente desconocido) era vivida como una amenaza, porque, ante la falta de comunicación, el personal tendía a imaginar de inmediato que se estaba negociando “algo” respecto de la empresa, a sus espaldas. Esta falta de información los llevó a vivir sin proyectos, sintiéndose a la deriva y a la espera de una decisión de los dueños, que podría, en cualquier momento, dejarlos en la calle.

Fue muy interesante ver el cambio de actitud y la seguridad que fueron ganando todos cuando advirtieron que yo no estaba ahí en representación de algún comprador desconocido, dispuesto a prescindir de ellos, sino que, por el contrario, yo estaba allí para ayudar a los dueños en un proceso de exiting, en el cual el personal no sería considerado un pasivo del que hay que desprenderse, sino, justamente, un valioso activo a conservar… probablemente, una de las fuentes de valor más importantes de la empresa.

Esto les permitió sentirse incluidos, y saber que, aún cuando la empresa se vendiera a terceros, ellos formarían parte del proyecto.

En general, poder pensar en la salida nos ayuda a mirar la organización con ojos diferentes y ordenar, de una manera nueva y efectiva, factores que muchas veces están gobernados por la historia, pero no por las necesidades del presente.

En conclusión: el sólo hecho de incluir el exiting como una de las alternativas posibles, ayuda a repensar la empresa y encontrar nuevas soluciones a viejos problemas.

¿Cuáles son los posibles beneficios en su empresa y en su familia?

Los relatos transcriptos cumplen una función inspiradora: ayudarlo a Ud. a identificar los posibles beneficios de un proceso de exiting.

Más allá de que es probable que Ud. tenga ideas claras al respecto, lo que se escribe da una mayor posibilidad de objetivar, y permite, luego, controlar la efectiva concreción de esos beneficios, o, en caso de que ello no ocurra, permite revisar el por qué.

INSERTAR CUADRITOS PARA TILDAR

Beneficios en un proceso de exiting

Para la empresa: SI NO NEUTRO

Mejorar el orden

Establecer procedimientos cumplibles

Incorporar personal especializado

Medir la rentabilidad

Darle seguridades al personal

Otros

Para la familia

Mayor presencia

Mejor calidad del tiempo en familia

Menos viajes solo

Oportunidad de crecimiento para mis hijos

Posibilidad de mudanza

Otros

Para mí

Más tiempo libre

Posibilidad de desarrollar mis gustos

Posibilidad de vivir más descansado

Desafío de encarar nuevas actividades

Dejar de hacer cosas que no me gustan

Otros

Hacer el F.O.D.A.

Una vez que hayamos escrito las diferentes alternativas para el exiting, es necesario hacer un F.O.D.A., o sea, una evaluación de las fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas de cada una de esas alternativas.

Vamos a definir cada uno de estos aspectos:

FORTALEZAS: cuáles son las capacidades propias, y la de la organización, que permitan imaginar el éxito de la propuesta.

OPORTUNIDADES: si tomo ese camino, ¿cuáles son los beneficios que puedo lograr? ¿Qué situaciones puedo aprovechar?

DEBILIDADES: todo aquello para lo que no estoy preparado, o que mi organización tiene dificultades en atravesar y resolver.

AMENAZAS: los eventos que pueden hacer peligrar el proceso de salida, o a la organización.

En general, se considera que las fortalezas y debilidades son propias, y que las oportunidades y amenazas las proporciona el entorno.

Hacer un F.O.D.A. permite reconocer las propias fortalezas y debilidades, e identificar aquellas oportunidades que se podrían aprovechar, y las amenazas de las que hay que cuidarse.

Aprendí hace mucho tiempo que, cuando frente a un proceso determinado, uno no ve amenazas, o no reconoce debilidades, tiene que “salir de la ruta”, como si estuviera frente a un banco de niebla, porque, seguramente, hay datos de la realidad que no está pudiendo registrar.

Cada uno de nosotros, con las mejores intenciones, y con sus mejores fortalezas, también puede ser una amenaza para el avance de los procesos de la organización.

Por ejemplo, si alguien es un excelente técnico en una función específica de la empresa, es posible que se ocupe de formar a otro para reemplazarlo, o que sea excesivamente exigente con la persona elegida. Y, entonces, la fortaleza personal se convierte en una amenaza para el éxito de la organización.

CUADRO 5: Un ejemplo de F.O.D.A

Alternativa: dejo la empresa en manos de J.C.R, como gerente general profesional

FORTALEZAS:

Conoce la empresa desde hace muchos años

Es eficiente

Es leal

Lo conoce el mercado

Es respetado por el personal

OPORTUNIDADES

Justificaría otorgarle el aumento de sueldo que está reclamando

Se simplificaría el exiting, porque conoce la empresa a fondo.

DEBILIDADES

La relación de lealtad es exclusivamente hacia mí, ya que no tiene una buena relación con mi familia

No tiene inclinación a trabajar en equipo, o compartir información

Es apenas 5 años menor que yo

AMENAZAS

En caso de mi fallecimiento, existe el riesgo de que no brinde reportes adecuados a mi familia

Si él fallece o se incapacita no habrá una segunda opción, ya que él no tiene una inclinación a preparar gente.

Es un proceso que puede ser necesario replantear dentro de muy poco tiempo, dada su edad.

Exiting

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