Читать книгу La guerra cristera - Lourdes Celina Vázquez Parada - Страница 46

La cueva, El comisario y otros cuentos, de Augusto Orea Marín

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Augusto Orea Marín (Huajuapan, 1928) incluye en este libro, publicado en 1975, un cuento breve con el título “El seis”. En él, un militar del ejército del gobierno cuenta cómo su tropa trata de localizar al Seis, un peligroso cristero. Después de muchos intentos frustrados, el narrador descubre al Seis en un billar solitario, donde está jugando con su nieto, pero no se anima a enfrentarlo, y en forma magistral Orea termina el cuento con las siguientes palabras:

Calculé que enderezar el máuser me llevaría más tiempo que a él dispararme toda la carga. Volví a mirar las paredes despostilladas, un rayo de sol que entraba por la claraboya, al chamaco sonriendo sarcástico, las moscas que zumbaban. Recordé a Juana, mi caballo, las lomas amarillas de zacate recortándose contra el azul del cielo, las falsas sombras de los huizaches, las caras asustadas de mis cuatro compañeros.

Apreté los dientes y dije al viejo:

—Adiós, abuelo, siga su juego.

En este cuento se refleja cómo, después de muchos años, permanecen los deseos de venganza, y cómo se apagan de repente al darse cuenta de que ninguno de los combatientes es ya el mismo. Los años los ponen en una nueva situación, donde la vida cotidiana, el paisaje del terruño y la presencia de los descendientes le hace pensar al soldado lo absurdo de continuar peleando y guardando viejas cuentas.

Obviamente, el autor no tiene interés especial por mencionar las causas de la guerra o tomar partido por alguno de los bandos. En “El Seis”, sólo quiere describir la valentía y astucia de un famoso cristero, quien logra burlar la vigilancia de las tropas del gobierno. El Seis tiene cierto parecido con Ramón de la Cruz, el viejo zorro de Los Altos que nos presenta José Gudiño en Dichoso el real…

La guerra cristera

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