Читать книгу Salud pública veterinaria - Luis Carlos Villamil Jiménez - Страница 5
ОглавлениеLa salud pública es un hermoso destino, mi querido Ismael. Es una especie de construcción
del futuro; veo en ti y en tu obra, el mejor fruto de mi labor
Vericel (1889){1}
Temas de trascendencia como la milenaria relación entre humanos y animales (en la nutrición, el trabajo y como compañía), las enfermedades emergentes, el crecimiento de la población, el cambio climático, los desastres naturales y la demanda creciente por alimentos de calidad nos obligan a reflexionar acerca de si “padecemos más de lo que pensamos e investigamos sobre la interdependencia esencial entre nuestra salud y la de los demás seres vivos". Convivimos con los animales a diferentes distancias y de diversas maneras. Los animales desempeñan un importante papel en la ciudad y en el campo, nos nutrimos con su carne, sus productos como la leche y sus derivados, y los huevos; la soledad y la incapacidad de muchos, encuentra respuestas en la compañía y el trabajo con mascotas, busca respuestas y a veces terapias (Franco, 2006).
De lo anterior, surgen varias situaciones. La primera, relacionada con el bienestar, desde la perspectiva de los animales de compañía, los que se crían para la producción de alimentos y la inocuidad de los productos de consumo y obviamente todos los aspectos relacionados con la seguridad alimentaria. La segunda, con la realidad y alcance de los diversos riesgos relacionados con la resistencia a los antimicrobianos y con la presencia de más de doscientas zoonosis (algunas olvidadas, otras consideradas como emergentes), descritas hasta hoy; de ellas, algunas se adquieren mediante el consumo de alimentos; otras, por contacto directo o indirecto, como en el caso de la rabia, que causa la muerte de más de 50.000 seres humanos al año. La violencia, la migración forzada y en general los fenómenos migratorios, están acompañados de frecuentes exposiciones a las zoonosis. La guerra biológica, capítulo aún no superado por la humanidad, emplea en su mayoría zoonosis, como la peste y el ántrax (Franco, 2006).
Las últimas décadas han señalado la ocurrencia de diversos acontecimientos epidémicos o epizoóticos de carácter mundial, relacionados con las zoonosis emergentes como la influenza aviar (H5N1), el síndrome respiratorio agudo severo (SARS), la encefalitis espongiforme bovina (vaca loca), la enfermedad de Nipah, la enfermedad de Hanta, la rabia —en especial la transmitida por murciélagos—, la fiebre aftosa, la influenza pandémica (H1N1/2009) o los desastres que, bien de forma natural o provocados por la intervención del hombre, han afectado a las poblaciones humanas o animales.
A esto se añaden circunstancias complejas que tienen que ver con los sistemas de producción animal y la intervención veterinaria, como la aparición de microorganismos resistentes a los antibióticos y la residualidad de las sustancias empleadas en la terapia antimicrobiana y antiparasitaria, y otros productos químicos y biológicos empleados en los procedimientos preventivos o en los de tipo clínico en animales de compañía y en los de granja, todo lo cual pone de relieve la importancia de la interacción entre el hombre y los animales y señala la necesidad de integrar la sanidad animal con la salud pública en un todo homogéneo que contribuya a garantizar la sanidad de las diferentes poblaciones en el ámbito mundial (Vallat, 2005; DeMeneghi et ál., 2007; EFSA, 2011).
La Salud Pública (SP) es la herramienta clave para afrontar tales problemas sanitarios, porque estos tienen que ver con la interacción entre los humanos, los animales y el ambiente. Sin embargo, en el contexto de las profesiones del sector agropecuario, en especial las ciencias veterinarias, la SP no se ha posicionado debidamente y en el futuro deberá dirigir sus acciones y horizontes desde la perspectiva de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) hacia el concepto de Un mundo, Una Salud, al integrar las comunicaciones, los recursos y, en general, facilitar la intersectorialidad: salud, agricultura, ambiente y comercio internacional; razón por la que la SP debe incrementar su peso en los programas educativos de las disciplinas relacionadas con la salud y especialmente, en las facultades de veterinaria como un tema transversal desde el inicio de los programas de pregrado y de posgrado, donde esta disciplina debe constituir una estratégica área de énfasis.
Es evidente que solo en casos muy concretos, la Salud Pública Veterinaria (SPV) está considerada como una herramienta clave a la hora de abordar problemas sanitarios en los que interactúan animales y humanos. Con la idea de crear conciencia sobre esta situación y de aportar algunas ideas que ayuden a la incorporación eficiente de dicha disciplina, algunas organizaciones internacionales han realizado eventos para discutir el papel del veterinario en la sociedad actual, su intervención en la SP y la posibilidad de potenciar la SPV como herramienta de trabajo para el ejercicio profesional. En todos ellos, una de las conclusiones fundamentales ha sido que la SPV y las disciplinas relacionadas más directamente con ella, deben pasar a formar parte fundamental de la estructura curricular de las carreras de medicina veterinaria, siendo necesario para esto una armonización de los contenidos y disciplinas que deben impartirse y, por tanto, deben ser parte de los conocimientos y competencias del veterinario del siglo XXI.
Algunos de los eventos que han llevado a crear una clara conciencia de la importancia de la SPV son: el foro de Internet Future Trends In Veterinary Public Health (WHO, 2002); la conferencia Community Based Veterinary Public Health (VPH) Systems (FAO, 2003); la Red Alfa Contribuyendo a los objetivos del milenio mediante la salud como un solo concepto (Sapuvet III, 2009) y el foro Evolving Veterinary Education for a Safer World (OIE, 2009), en todos los cuales se señalan los retos y las oportunidades de la SPV y se indican ajustes, direccionamientos y estrategias, entre ellas la intersectorialidad.
La preocupación con la SPV no está circunscrita a los países en desarrollo, donde se requiere su adopción y operación, sino que desde los países desarrollados toma cada vez más relevancia. Es así como en los últimos años han surgido y se han consolidado diversas organizaciones relacionadas con la SPV como el European College Of Veterinary Public Health (www.ecvph.org) y los proyectos Sapuvet (http://www.vet.uu.nl/site/sapuvet/), Sapuvetnet II (The Way Forward) (www.sapuvetnet.org), Sapuvet III (www.sapuvetnet.org), Med-Vet-Net (http://www.medvet- net.org/cms/), Emerging Diseases in a Changing European Environment (EDEN) (http://www. eden-fp6project.net/), el European Consortium for Continuing Education in Advanced Meat Science and Technology (ECCEAMST) (http://www.esb.ucp.pt/agrofood-network/ecceamst. html) y el VET2011 que, dentro de la celebración de los 250 años de la profesión veterinaria, señala su papel tanto en la seguridad alimentaria, como en la lucha contra el hambre y la pobreza (http://www.vet2001.org).
Todos estos esfuerzos parten de un concepto fundamental, la definición que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha formulado para la SPV y que evoluciona desde las aproximaciones de las instituciones de las Naciones Unidas (WHO, 2008-2010) sobre la base de las contribuciones de las ciencias veterinarias en el bienestar y la salud de la especie humana, a la más reciente: la sumatoria de todas las contribuciones al bienestar físico, mental y social del ser humano a través del entendimiento y aplicación de las ciencias veterinarias (WHO, 2002).
Es claro que en este último concepto se ha privilegiado el bienestar sobre el tradicional concepto de salud (quizá entendido en el pasado como ausencia de enfermedad), y desde la óptica de los autores del presente documento, se entiende salud como sinónimo de bienestar. Esto quiere decir que desde la SPV, finalmente, estamos pasando de los postulados de Koch (siglo XIX) a los postulados de Evans (1976).
De lo anterior resulta evidente que el papel de las profesiones del sector agropecuario, en especial de la veterinaria, requiere innovación, nuevas metas y competencias; los profesionales del sector pecuario en general y quienes decidan aceptar el ejercicio profesional en el ámbito de la SP, tendrán que actuar desde diferentes campos de acción como la sanidad animal, la intervención en los procesos productivos, la formulación de políticas de desarrollo, en un único ente conceptual e interactivo. Para esto, es necesaria una sólida formación en temas como la epidemiología, la medicina preventiva, la ecología, la política sanitaria, la economía, las comunicaciones y la sociología, entre otros.
En 2011 se cumplieron 250 años de enseñanza veterinaria en el mundo y en 2010 celebrábamos el Bicentenario de la Independencia, dos efemérides que han abierto los espacios para reflexionar sobre el olvidado campo del quehacer de la profesión desde la perspectiva de su origen, alcances, dinámica, interdisciplinariedad y transdisciplinariedad. Indiscutiblemente, el veterinario del nuevo milenio deberá prepararse como un especialista en seguridad sanitaria, un formulador de políticas y un gestor de estrategias sanitarias en los ámbitos local y global.
Entender la naturaleza de las interacciones humano-animal, humano-humano y animal-animal; desentrañar sus mecanismos, documentar su ocurrencia, atender los eventos de salud (bienestar), prevenir los riesgos y promover formas positivas de convivencia, interrelación y aprovechamiento, son algunas de las áreas de trabajo de la SP desde la perspectiva de las ciencias veterinarias (Franco, 2006).
Para estimular la discusión sobre el papel de las ciencias agropecuarias y, en especial, de las ciencias animales en la SP —aspecto de interés para las instituciones de investigación y de educación, los profesionales en ejercicio y los estudiantes de los programas de pregrado y posgrado—, se presenta una colección de lecturas sobre este importante tema. El documento se construyó sobre la base del influjo de la salud pública en el origen de la profesión y en la consolidación de esta, al igual que en su inicio y desarrollo en el Nuevo Mundo. Se incluye también una síntesis del conocimiento existente, partiendo de experiencias de investigación y de docencia soportadas en casos locales, lineamientos mundiales y escenarios futuros. El objetivo de tales lecturas es recoger conceptos y postular ideas que puedan llegar a las nuevas generaciones de profesionales, para que discutan estos contenidos y en lo posible, los apropien para su vida y ejercicio profesional.
Por tanto, el presente documento pretende contribuir al debate sobre la SPV y complementar los libros y tratados disponibles en esta área del conocimiento. Los temas tocados buscan estimular el pensamiento, la crítica y la acción por parte de las generaciones presentes y futuras y servir para la reflexión en la formación de profesionales de las ciencias agropecuarias.
En tal sentido, se anotan algunos aspectos históricos de la constitución y el desarrollo de la SPV (capítulos 2 y 3); los campos de acción y los retos actuales (capítulo 4); la SPV y la seguridad y protección de alimentos (capítulo 5); las emergencias y reemergencias en el contexto de la SPV (capítulo 6); la función que cumple en los desastres (capítulo 7); la importancia de espacios de encuentro entre la salud humana y animal (capítulo 8) y los servicios veterinarios y la globalización (capítulo 9). Finalmente, sobre la base de los puntos más relevantes de cada capítulo, se discute la prospectiva de la SPV y se plantea el papel determinante de la universidad en la formación de nuevas generaciones de profesionales comprometidos con la salud comunitaria, la protección de alimentos, el control de zoonosis y la información y vigilancia en SP (capítulo 10).
Los miembros del equipo que organizó estas reflexiones agradecemos los aportes del Proyecto Alfa Sapuvet III Contribuyendo a los objetivos del milenio, mediante la salud como un solo concepto; a Katinka de Balogh de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO); a Miguel Reyes, quien conformó con el auspicio de la OPS-OMS, un grupo de estudio al que nos invitó para juntar ideas, hechos y experiencias de la SPV en Colombia, mediante la publicación de dichas experiencias por la OPS y que constituyen el eje inspirador y articulador del presente escrito; a Raúl Londoño Escobar quien, como director del Instituto Panamericano de Protección de Alimentos y Prevención de Zoonosis y asesor en salud del área Centroamérica y el Caribe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS-OMS), nos impulsó para divulgar y discutir en el ámbito de la región parte de estas reflexiones; a Juan Garza Ramos, secretario ejecutivo de la Sociedad Interamericana de Salud Pública Veterinaria (SSPVET), por sus comentarios y sugerencias; a los colegas del Proyecto Sapuvet III- Universidad de La Salle: Natalia Agudelo, Natalia Cediel, Alejandra Martínez y Jairo Forero, y del Proyecto Sapuvet III-Universidad CES: Santiago Henao, quienes fueron invitados como coautores para algunos capítulos.
Nuestra gratitud a los estudiantes de pregrado, a los de posgrado, a los colegas veterinarios y a los amigos médicos que dentro de proyectos de investigación, grupos de discusión y actividades académicas han estimulado nuestro interés por discutir temas alrededor del nuevo enfoque de la SPV. Para todos ellos están dirigidas estas notas.