Читать книгу Conspiración África - Luis Eduardo Uribe Lopera - Страница 6

I Las fuentes

Оглавление

Un plan secreto no se descubre de buenas a primeras, y, por supuesto, nadie involucrado querrá revelarlo. Reconstruir una historia de esta magnitud demanda conocer hechos pertinentes del pasado y el presente. Es quizá la mejor y única manera de establecer los pormenores que nos lleven a descubrir un plan preconcebido. En este caso, tengo en mi poder las actas del Consejo de la Mano Invisible, grupo clandestino integrado por los hombres más poderosos del Imperio Británico, y el confiable testimonio de la mujer que vivió de cuerpo presente gran parte de los acontecimientos que me dispongo a revelar.

Por la importancia de la testigo en cuestión he preferido hilvanar el hilo de los hechos en boca suya. Además, los miembros del Consejo eran gente muy frugal a la hora de redactar sus documentos. No sé si hablaban como escribían, o era una manera de protegerse, pero las actas por sí solas no dicen mucho. Desentrañar cada evento es clave para llegar a los más oscuros rincones del plan. Varios testigos, a lo largo de casi ciento cincuenta años, de alguna manera dejaron sus testimonios en cabeza de la mujer que pronto conocerán. Algunas voces del pasado legaron sus archivos voluntariamente, otras contra su voluntad, mientras que algunas convivieron con ella e imprimieron en su memoria, con actos y documentos, parte de los hechos aquí referidos. Diversos archivos corresponden a la época presente, cuando recién cumplimos catorce años de haber sufrido los embates de la gran guerra, que concluyó en 1918, y cuya reanudación parece inminente. Algunos recortes de periódicos también me fueron suministrados por Támara, la centenaria protagonista africana que murió hace apenas unos pocos años. A medida que avance en el relato entenderán cómo y por qué ella terminó cargando con los archivos y testimonios que soportan esta historia, y la razón por la cual me los entregó a mí. Debo advertir que Támara evitó darme información específica y puntual sobre direcciones y lugares citados por ella, así como tampoco reveló los nombres verdaderos de la mayoría de los involucrados, porque, aseguraba: «Debo evitar que los tentáculos del Consejo alcancen a quienes me ayudaron y ayudan en la actualidad. Cualquier pista que encuentren podría ser fatal para muchos a quienes estimo y respeto». Espero disculpen estas omisiones que, como deducirán en el camino, no son tan necesarias para recrear fidedignamente la historia.

Conspiración África

Подняться наверх