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AÑO 7

Año 137-09-09 de la nueva era

Año 2982del calendario gregoriano

PRIMER PILAR

09:00 horas

Universidad de Mogadiscio

Erik, Samia y Bono han llegado a la pista de aterrizaje de la universidad. Es la presentación oficial del nuevo curso académico, un vehículo les espera en una salida lateral reservada al personal de servicio. Abdelaziz ya está dentro de la sala de control.

Abdelaziz — Buenos días, Samia, Erik, Bono.

Samia — Buenos días, gracias por venir.

Abdelaziz — Si os parece correcto, este será el medio de transporte diario de vuestro hijo.

Erik — ¿Vendrá solo?

Abdelaziz — Si me dais vuestro permiso, le acompañaré. Cuando queráis estará a vuestra disposición.

Erik — Costará mucho dinero.

Abdelaziz — Irá a cuenta del departamento aéreo espacial de la Tierra de los Pueblos.

Erik — ¿Cómo es posible?

Abdelaziz — Una consecuencia lógica del proyecto Nacimiento.

Samia — Es un privilegio que no podemos aceptar.

Erik — Estoy de acuerdo.

Abdelaziz — Os propondré otra alternativa, pero mientras, si os parece bien, le traeré y lo llevaré yo mismo todos los días. La profesora Weltegi os espera en la entrada.

Samia — Gracias, de todo corazón.

Los tres entran en el vestíbulo de la universidad que en ese momento ya está abarrotada de jóvenes y familiares que esperan la hora fijada para entrar en el paraninfo. Tímidamente se les acerca una mujer de pelo canoso muy corto.

Profesora — Señora Samia, señor Erik, buenos días. Soy la profesora Wiltegi, profesora y tutora de Bono.

Les da la mano antes de dirigirse hacia el niño.

Profesora — Es un honor que estés con nosotros.

Bono — Será un honor aprender con ustedes.

Profesora — Lo intentaremos. Ahora tenemos la presentación, Bono. Estás en la fila 12, nº 43, los familiares —dijo mirando a sus padres— veréis la ceremonia desde el anfiteatro.

El paraninfo está a rebosar. Bono con timidez busca la fila número 12 por uno de los laterales de la sala. La voz se ha corrido entre los estudiantes y a su paso todos le miran con curiosidad y respeto. En la fila 12 una chica le está esperando.

Chica — ¿Bono?

Bono — Sí.

Chica — Me llamo Samia.

Bono — ¡Igual que mi madre!

Samia — Estaremos juntos en clase, ven conmigo.

Erik y Samia observan desde el anfiteatro a su hijo sin hacer mucho caso a las palabras del rector. Bono está en medio de su grupo, la joven Samia está junto a él haciendo todo lo posible para que se sienta a gusto.

Erik (en tono jocoso) — Samia, esa chica te va arrebatar a tu hijo.

Samia — ¡Eres un tonto! Aunque, bien pensado, tendré que vigilarla. —Ambos ronríen.

Tras la breve presentación cada alumno se dirige a su correspondiente aula donde serán informados de los horarios y las distintas materias a impartir.

Son 25 alumnos los que cursarán 1º de Ética y Tecnología. Los 6 profesores esperan en una gran sala hexagonal separadas en su interior por cristales holográficos acústicos que forman 6aulas triangulares, con la posibilidad de aislarse por aula o trabajar todos los departamentos sin barreras de ningún tipo.

Están sentados en el centro de la sala, frente a ellos los asientos de los alumnos que poco a poco van siendo ocupados.

Profesora — Buenos días, soy la doctora Weltegi, vuestra tutora y a su vez quien os impartirá la asignatura de neurobiología y redes neuronales artificiales A continuación se irá presentando el profesorado que impartirá el resto de materias. Con vosotros el doctor Abbi Bile.

El doctor Abbi Bile, entusiasta defensor de los recursos naturales, está a punto de jubilarse, este será su último curso académico como docente.

Doctor Bile — Buenos días, alumnas, alumnos, sostenibilidad, diversidad, corrientes marinas, clima solar… estos y otros tantos serán los ejes de la materia. Intentaremos comprender cómo funciona nuestro planeta antes de que la plaga del Homo Sapiens Sapiens acabe con ella. Y, por supuesto, qué hacer para cuidarlo. Como podéis ver, el material lo tenéis en vuestras mesas de trabajo. Tendremos 5 salidas en las que realizaremos trabajos de campo: Groenlandia, Borneo, Mar de Somov, Verkhoyansk y desierto de Atacama. ¿Alguna pregunta?

Nadie se atreve a levantar la mano, pero finalmente Samia se levanta.

Samia — Clima solar, esta materia es nueva.

Doctor Bile — Perdonad mi torpeza, así es, la Universidad nos ha concedido el privilegio de ser los primeros en impartirla y, en función de los resultados, pasará a ser materia obligatoria en la especialidad. Tenemos; por tanto, una gran responsabilidad. Esperemos que durante este año no privaticen nuestra estrella.

Todos sonríen, pero enseguida cambian de expresión al recordar que hace exactamente 265 años el Sol se privatizó y todo el mundo debía pagar un impuesto por su consumo. Ese hecho fue la culminación del sistema capitalista apoyado por las armas. El final fue trágico, acabó en una guerra a escala planetaria, la 6ª Guerra Mundial, también llamada Guerra Solar.

Dra. Weltegi — Efectivamente, tras muchos años de investigaciones el doctor Bile ha convencido a la comunidad científica y docente de incluir esta asignatura como materia. Un tema apasionante y una oportunidad para vosotros. Asmira, por favor.

Dra. Asmira — Buenos días, es mi primera presentación oficial en esta universidad y tengo el privilegio de poder compartirlo con vosotros. Os prometo que será un curso apasionante. Estamos rodeados de tecnología, los androides nos están sustituyendo, tecnología transformada para muchas personas en religión, incluso una amenaza real para la mano de obra artesanal. Os preguntaréis qué papel tiene la filosofía en todo esto y yo os lo intentaré explicar. Hace muchísimos años un monje benedictino comentaba a su sobrino que, en aquel entonces el gobierno impulsaba a la juventud a formarse mayoritariamente en carreras técnicas, menospreciando la formación en humanidades, cuando estas materias son las que cambian la sociedad. Son los pensadores, los filósofos, los que cuestionan el orden imperante. La tecnología se puede transformar en opio si detrás no hay personas con ética; en definitiva, personas que pongan al servicio de la sociedad una tecnología social.

Uno de los chicos con timidez levanta la mano.

Dra. Asmira — Adelante.

Alumno — ¿La religión dónde queda?

Dra. Asmira — De ella hablaremos, pero no es materia escolar al ser una cuestión de fe.

Dra. Weltegi — Un tema apasionante. Doctora Zahra, por favor.

La doctora Zahra posee una amplia experiencia en el estudio de nuevos materiales, durante muchos años ha trabajado en el departamento aéreo espacial de nuevos materiales, dependiente de la Tierra de los Pueblos en Bombay.

Dra. Zahra — Buenos días a todos, al hilo de lo comentado por mi colega, no podemos dejar en manos de personas sin ética la explotación de los recursos naturales, todos tenemos en mente lo ocurrido en los últimos siglos… Incluso nuestro Sistema Solar tiene que ser gestionado con criterios éticos. Haremos dos salidas: una al cráter lunar Archimedes y la otra al centro de investigación de materiales de Bombay para analizar las muestras recogidas en la Luna. Mañana nos vemos.

Dra. Weltegi — Doctor Kione, por favor.

El doctor Kione lleva toda su vida profesional en la universidad de Mogadiscio, es colaborador directo del centro de propulsión perteneciente a la Tierra de los Pueblos.

Doctor Kione — Buenos días, jóvenes con ganas de aprender, ¡qué más puedo pedir! Nos espera un curso apasionante: ir más rápido, consumir menos, optimizar materiales, diseñar propulsores para cumplir las 3 variables anteriores. Este año estudiaremos la evolución de los sistemas de propulsión, tanto teóricos como reales, así como la tecnología más puntera: la propuesta realizada por el grupo Nacimiento. Esta propuesta la estudiaremos antes de finalizar elcurso y, por supuesto, tendremos el privilegio de escuchar la propuesta por boca de uno de sus componentes.

Todos miran a Bono, que se sonroja. Samia, su nueva amiga, le mira con cariño y le dice algo al oído.

Dra. Weltegi — Samia, nos gustaría que lo compartieras con todos nosotros.

Samia — Perdóneme, le he querido tranquilizar diciéndole que tenemos suerte de estar aquí.

Dra. Weltegi — Gracias, por explicárnoslo, Samia. Es cierto, somos unos privilegiados. Doctor Aytham, por favor.

Doctor Aytham — Buenos días, me llamo Aytham Edris. Este primer curso abarcará muy someramente la mayoría de los campos de la genética y analizaremos, mejor dicho, reflexionaremos sobre las consecuencias de la ingeniería genética humana utilizada hasta la fecha y las nuevas propuestas. Imaginaros androides con cerebros humanos, ¿sería ético? Cuanto más sepamos, cuanto más dominemos las tecnologías,más importante será nuestro comportamiento como seres humanos, os espero.

Dra. Weltegi — Gracias, doctor Aytham. Y ahora solo queda mi asignatura, también muy relacionada con su uso ético: neuronas humanas artificiales y salud robótica. Los androides pensarán como nosotros, ¿nos sustituirán? Todo depende de la ética de las personas, de nosotros, de vosotros. Aunque lo tenéis en la documentación, quiero hacer hincapié en las pruebas de aptitud. El 40 % será de trabajo en equipo, otro 40 % en trabajos con departamentos externos, un 10 % en trabajos individuales y el 10 % restante consistirá en un examen final individual y optativo. ¿Tenéis alguna pregunta?

Durante más de 1 hora todos realizan preguntas especialmente relacionadas con los trabajos en los departamentos externos. Al salir, los alumnos y los profesores se quedan en el aula comentando los pormenores de la presentación.

Doctor Kione — Bono ha sido el único que no ha realizado preguntas.

Dra. Weltegi — Lo tendrá todo muy claro.

Dra. Asmira — No va a ser 1 año cualquiera.

Dra. Weltegi — Las ofertas de colaboración externa se ha incrementado notablemente.

Dra. Zahra — ¿Más?

Dra. Weltegi — En las últimas horas, un 87 %. No nos va a quedar más remedio que discriminar. La semana que viene lo trataremos en el rectorado. Os pido una propuesta, el listado lo tenéis disponible.

Samia y Erik esperan sentados a la sombra en el exterior, cuando después de 3 horas los primeros alumnos empiezan a salir. Bono sale acompañado de Samia.

Bono — Aita, ama, esta es mi compañera de clase, Samia.

Erik — Es un placer conocerte.

Madre y compañera se dán dos besos y se miran con curiosidad.

Samia — Gracias por cuidarlo.

Samia — Hasta mañana Bo, Erik, Samia.

El viaje de vuelta a casa discurre tranquilo, era lo que querían.

137-09-10, 08:00 horas

Es el primer día de clase y Abdelaziz ha pasado a recoger a Bono. El viaje a la universidad dura unos 10 minutos aproximadamente. Abdelaziz está pensativo, Bono le mira intrigado.

Bono — Creo que tiene algo que comentarme.

Abdelaziz — Son muchos años de carrera y en 1 año de bachillerato mira lo que ha pasado. Bono — Serán 3, no se preocupe maestro, nada es al zar.

Abdelaziz — Muchos centros de investigación esperan impacientes para colaborar.

Bono — Sabe cómo pienso. No quiero que nadie, absolutamente nadie, medre con nuestros proyectos.

Abdelaziz — Tendremos que contar con los máximos representantes de la Tierra de los Pueblos, confío en ellos.

Bono — Lo dejo en sus manos.

Abdelaziz piensa en las palabras de Bono: «serán tres», la universidad la finalizará en 3 años... Efectivamente hay un plan establecido, nada es al azar.

Los dos se despiden en la entrada hasta la tarde. Abdelaziz se queda fuera sentado en el jardín de la universidad bajo una espectacular Commphora myrrha, el olor a mirra es muy agradable.

Un hombre de edad avanzada, pero con paso firme, se acerca y se sienta junto a él. Es el rector de la universidad.

Rector — Buenos días.

Abdelaziz — Rector, buenos días.

Rector — Usted dirá.

Abdelaziz — Colaborarán directamente con el departamento científico de Bombay, ellos se encargarán de direccionar los diferentes proyectos.

Rector — ¿El presidente está informado?

Abdelaziz — Así lo ha querido.

Rector — Será un antes y un después.

Abdelaziz — Todavía no.

El rector le mira sorprendido, no obtiene respuesta. Abdelaziz se levanta.

Abdelaziz — Señor rector, si no hay novedades nos reuniremos siguiendo el plan establecido.

137-11-15 15:00 horas

Abdalaziz como todos los días espera impaciente la salida de Bono. Son las 3:10 horas y todavía no ha salido, se dirige hacia la entrada cuando lo ve acompañado de Samia.

Abdelaziz — Buenas tardes, Samia.

Samia — Buenas tardes, Abdelaziz. Hasta el lunes Bo.

El tono de su voz es triste, diferente, algo pasa. Durante el viaje de vuelta el niño no articula palabra, sus ojos bañados de lágrimas muestran su tristeza.

Abdelaziz — Les echas de menos.

Bono — Sí.

Abdelaziz no quiere insistir, sufre al verle tan triste echando de menos a sus compañeros de bachillerato. Al llegar a casa Samia les espera en el exterior y Bono, sin mediar palabra, sale corriendo hacia su habitación.

Samia — ¿Qué le pasa?

Abdelaziz — Echa de menos a sus amigos.

Samia — Pensaba que se llevaba bien con sus nuevos compañeros y compañeras.

Abdelaziz — Así es; sobre todo con Samia. Ha descubierto que varios de ellos han venido de otros pueblos, incluso de otros continentes, dejando sin plaza a muchos estudiantes nativos. Interés de los padres o quién sabe.

Samia — Me dejas helada.

Abdelaziz — No te preocupes, ahora os necesita.

Los dos se despiden preocupados, verlo por primera vez así resulta difícil de asimilar. Samia se acerca a la habitación de Bono y encuentra la puerta abierta y a él trabajando con un holograma tridimensional. Se mueve de forma extremadamente rápida. Nunca lo había visto trabajar así, siempre lo hace de forma pausada y controlada. Samia está algo asustada, pero no quiere perder el control porque Bono necesita a su madre fuerte para cuando realmente le haga falta.

Sigue parada en la puerta de la habitación sin pestañear y sin comprender lo que su hijo está haciendo y cómo lo está haciendo. Se está asustando.

Samia (con la voz quebrada) — Bo.

Bono se da la vuelta y corre a abrazarla fuertemente.

Samia — ¿Qué te pasa, hijo mío?

Bono rompe a llorar, no puede parar.

Samia — Llora, hijo mío, llora. Te aliviará.

Durante 10 largos minutos Samia lo abraza con fuerza, cierra los ojos y llora en silencio con él. Una y otra vez se pregunta por qué no puede ser un niño normal como los demás. ¿De qué sirve ser alguien como él si no va a poder disfrutar de su edad?

En la habitación solo se oye el llanto de Bono, al principio reprimido, ahora libre. Poco a poco las lágrimas dan paso a la calma, Samia lo sienta en su regazo y mientras le seca las lágrimas.

Samia — Les echas de menos.

Bono — Sí.

Samia — Tus amigos nunca dejarán de serlo, tal vez deberíais juntaros más a menudo.

Bono con la cabeza asiente las palabras de su madre.

Samia — Déjame secarte.

Bono — ¿Las personas por qué actúan así?

Samia — Los padres somos así, cegados por el amor a nuestros hijos, no vemos que otros padres quieren de igual manera a sus vástagos. También me ha comentado que podría haber otros intereses.

Bono — Son buenos compañeros y compañeras.

Samia — No tienen la culpa, gánatelos.

Bono tiene los ojos abiertos como platos mirando a su madre segura de sus palabras.

Samia — ¿Y qué me dices de mi contrincante Samia?

Bono sonríe y abraza con fuerza a su madre.

Bono — Yo nunca te abandonaré.

Samia no puede reprimir las lágrimas, lágrimas de silencio contenido. Los dos siguen abrazados. El abrazo fuerte, el abrazo protector, da paso al abrazo relajado que no tiene fin y que ahora los funde.

Han pasado más de 2 horas y los dos siguen en la habitación. Samia está sentada en la cama mientras Bono duerme tranquilo sobre su regazo y lo acaricia con suavidad. Cuando suena el timbre exterior Samia se levanta para ir a abrir la puerta intentando no despertar a su hijo.

Samia — ¡Sois vosotros!

Son todos sus amigos de bachillerato, Abdelaziz está detrás de ellos. Samia no puede contener la emoción y se abraza con Abebe.

Samia — Gracias por venir.

Abebe — Nuestro amigo nos necesita y aquí estamos.

Samia — Pasad, por favor.

Samia mira a Abdelaziz con un gesto de agradecimiento. Todos entran en silencio detrás de Samia.

Samia — Bo, mira quienes han venido.

Bono cuando los ve sale corriendo y los abraza uno a uno, llevándolos de vuelta a su habitación.

Abebe — ¿Habría algún problema si pasamos aquí la noche?

Samia — ¿Vuestros padres?

Abebe — Tenemos su permiso.

Samia — Os lo agradezco de todo corazón.

Samia cierra la puerta y se dirige a la cocina, tiene trabajo extra, Erik no llegará hasta la 11 de la noche.

Abdelaziz ha tenido un día ajetreado y se retira a su casa. Antes de entrar en su vehículo siente una oscuridad que le envuelve y lo ahoga, pero ya conoce los síntomas y se pone de rodillas intentando coger aire. Cuando despierta lo primero que hace es tocarse, duda de estar vivo. Está tumbado sobre una loma con una vegetación que le es completamente desconocida, por instinto la huele; nuevo también. Acto seguido mira el color del cielo y es diferente al igual que la luz, tonos verdes claros e intensos. Al levantarse una persona con una túnica blanca, igual a la que lleva Bono, se le acerca. Aparentemente es una mujer de rostro ovalado y facciones suaves, el pelo blanco corto y los ojos azules del mismo tono que los de Bono: ahora sabe dónde está.

Mujer — ¿Abdelaziz?

Abdelaziz — Sí, soy yo.

Mujer — Sígueme.

Los dos bajan andando por la loma en silencio, en dirección a un edificio de color gris plateado y en forma de cúpula que está situado a 200 metros. No tiene más de 10 metros de altura y un diámetro de 20 metros. Una puerta en forma de arco de medio punto se abre de la nada, la mujer le cede el paso.

Hay muy poca luz, el suelo apenas se ve y avanza con precaución. El interior, aparentemente inmenso, está completamente vacío o lo parece. Abdelaziz está tranquilo, ya sabe por qué está donde está.

Mujer — Me llamo Der, estás en un lugar remoto de nuestro universo. Nos llaman EN, Bo me llama De. Quiero presentate a mis compañeras.

Como lámparas alargadas y con luz propia de más de 50 EN, surgen de la nada, ingrávidas, en la inmensa sala que parece no tener fin.

Abdelaziz — ¿Cuándo va a ser?

La EN de mayor edad se le acerca.

EN — ¿No tienes miedo?

Abdelaziz — ¿Por qué iba a tenerlo? Si Alá me quiere llevar, lo aceptaré con gratitud.

EN — Protegerás al niño con tu vida, todo tiene un fin.

Abdelaziz — Qué más puedo pedir, seré un peldaño más en el camino. Doy gracias por ello.

EN — Y nosotras te damos las gracias también. Cuando despiertes nada recordarás.

Abdelaziz — Prefiero vivir con ello, me dará más fuerzas para seguir. ¿Cuándo será?

EN — Todavía tienes mucho que hacer.

Der — Acompáñame.

Todas le despiden inclinando la cabeza hacia adelante. Los dos toman el camino de vuelta hacia la colina en silencio. Sorprendentemente, Der lo rompe.

Der — Un niño extraordinario, le queremos mucho aquí.

Abdelaziz — Hoy hemos llorado con él.

Der — Su familia y amigos le reconfortarán, ten fe.

Samia — ¡Abdelaziz, Abdelaziz!

Abdelaziz está en el suelo recuperando la consciencia y con la ayuda de Samia se levanta.

Samia — ¿Qué te ha pasado?

Abdelaziz — Creo que me he mareado.

Samia — Si quieres te miro en el escáner de casa.

Abdelaziz — No te preocupes, tal vez sea el estrés.

Samia — Cuídate.

La normalidad ha vuelto a la casa. Samia tiene preparada la cena, Bono y sus amigos han estado jugando en el jardín, pero ahora llevan un buen rato en la habitación en silencio. Samia abre suavemente la puerta, y les encuentra mirando una pantalla gigante donde aparece el mapa de una región: su clima, vegetación, animales salvajes, geología, geomorfología, impronta antrópica, agricultura intensiva, tradicional… están analizando todas las variables que afectan al territorio.

Samia — Basta de trabajo, la cena está preparada en el jardín.

Las primeras estrellas del firmamento se encienden acompañadas de la brillante Venus. La temperatura es agradable, todos están sentados en una mesa improvisada para tantos comensales. Los niños no comen, devoran entre risas y anécdotas cuando suena el timbre exterior.

Samia — ¿Quién será?

Bono — El aita.

Samia — No, llegará más tarde.

Al abrir la puerta es Samia con una pequeña mochila en la espalda.

Samia — ¡Qué sorpresa!

Con timidez entra en el jardín, todos la miran intrigados, nadie la conoce.

Bono — Os presento a mi amiga Samia, estudia conmigo. ¿Tienes hambre?

Samia — Un poco.

Como una más, Samia conecta rápidamente con sus nuevos amigos. Después de la cena todos se tumban en el jardín y juegan a identificar estrellas. Disponen de gafas cartográficas que muestran la ubicación de cada una de ellas hasta la magnitud 8, pero sin nombre. Cada uno, por turno, dice la ubicación y el resto tiene que identificarla con el nombre.

23:35 horas

Samia está leyendo en la sala, no se ha dado cuenta que Erik ha entrado en casa.

Erik — Buenas noches.

Samia — Estaba concentrada, ¿qué tal el viaje?

Erik — Bien, ¿qué tal el niño?

Samia le coge de la mano y abre con suavidad la puerta de la habitación en la que ya todos duermen, cada uno en sus esterillas, salvo Bono que duerme en su cama junto a Samia.

Erik — Rápido ha buscado sustitutos.

Samia — ¿Celoso?

Erik sonríe.

Samia — Ha tenido un mal día. Con sus amigos es otro, los necesita y ellos están aquí.

Erik — Esto de ser padre es duro.

Samia (sonriendo) — Hijos para toda la vida.

Erik — Tengo hambre.

Samia — Algo quedará para ti, vamos a la cocina.

Samia mira como devora la comida, le hace gracia.

Erik — ¿Qué te hace gracia?

Samia — Comes igual que tu hijo.

A Erik le gusta lo que dice y le llena de orgullo. Mientras, toman el café.

Samia — Abdelaziz estaba sin sentido junto a su vehículo después de traer a los amigos de Bo.

Erik — ¿Qué tal está?

Samia — Está bien, aunque creo que no es un tema de salud.

Erik — No te entiendo.

Samia — Creo que me estaba ocultando algo.

Erik — Me extraña, es algo innato en él, jamás oculta nada.

Samia — Lo sé.

Samia le da vueltas y no encuentra explicación, tiene que haber un motivo, pero ¿cuál?

Erik — Vete a la cama, terminaré de recoger.

Son las 10 de la mañana, tras el desayuno todos recogen sus cosas. A la salida hay un vehículo de considerable tamaño en el que Abdelaziz espera paciente. Todos se despiden de Bono, su cara ha cambiado al igual que la de sus amigos y amigas.

Tras la partida, Samia y Bono entran en la habitación.

Samia — ¡Parece una leonera!

Bono ríe con picardía.

Bono — ¿Lo recogemos entre los dos?

Samia — Me parece razonable.

137-12-19

Isla de Tanna, archipiélago de Vanuatu, este de Australia

La familia de Bono y Abdelaziz han sido invitados por Isabela Trenti —amiga íntima de Samia desde la infancia— y por su compañero Tomas, a la fiesta anual que cada año celebra la comunidad Ernst Haeckel. Ella es diseñadora industrial de reconocido prestigio y naturalista convencida y Tomás, en su día, fue un consumado alpinista conocido como uno de los más grandes, por sus vías abiertas extremadamente expuestas. Los dos lo dejaron todo para vivir juntos y en la naturaleza.

Isabella es de origen siciliano, tiene 38 años terrestres, es morena de ojos serenos y mirada dulce, cabello negro largo y tez blanca nacarada. Los amigos la llaman también «virgen de Murillo».

Este año la organización le corresponde a la comunidad de la isla de Tanna. Prácticamente todos sus miembros, junto a los invitados y participantes del resto de comunidades —40 a lo largo de todo el planeta—, se encuentran en el estadio.

Son más de 25 000 personas las que están disfrutando de los diferentes juegos y concursos que se están desarrollando sobre la hierba del estadio. Más de 2000 participantes que están realizando diferentes actividades: danzas, deportes autóctonos, gastronomía, música entre otros y, como punto final, el concurso Un mundo nuevo donde cada comunidad propone una idea que deberá tener un índice inferior al 50% del I.A.F.C., es decir, la propuesta deberá tener en cuenta 3 variables: el impacto medioambiental medido en CO2, su funcionalidad medida en ahorro tiempo/persona/salud y el coste, valorándose los materiales utilizados, la durabilidad y porcentaje de reutilización.

La comunidad de la isla de Tanna, de origen volcánico, se asienta sobre uno de los extremos del lecho de lava y vida que dejó el volcán Yasur hace 731 años. La cuenta atrás de una nueva erupción sobrevuela la vida de sus habitantes pese a los sofisticados sistemas de alerta y predicción. Las características del volcán dejan un margen de huida muy reducido, especialmente por la nube piroclástica que desarrollará en el peor de los casos. A pesar de los numerosos simulacros que se realizan, en las peores condiciones, solamente se salvaría el 54 % de la población y el 100 % en el mejor de los casos.

Pese a los avances tecnológicos, los animales siguen siendo el sistema de alarma más eficaz: 30 minutos frente a los 15 de los sistemas más avanzados.

A lo largo de todo el interior de la isla se encuentran las plataformas de emergencia, cada una de ellas con una capacidad para 500 personas, siendo su control autónomo. Las situadas en la costa tienen la posibilidad de sumergirse en el mar, su control también es autónomo y tienen capacidad para 1000 personas. Todas ellas son circulares y están completamente abiertas. Cuando se ponen en marcha, del perímetro se despliega una cúpula que, en función del camino de huida —aire o mar— variará su grosor.

Son las 17:50 horas, en pocos minutos se iniciará el concurso de ideas y cada comunidad está dando los últimos toques a su proyecto. Numerosos medios de todo el planeta lo siguen de cerca, especialmente los medios de temática científica.

Numerosas ideas salidas del concurso año tras año han sido aplicadas en la vida cotidiana de las personas, empresas, sanidad… La idea ganadora será utilizada para financiar los gastos estructurales de todas las comunidades Ernst Haeckel: infraestructuras de transporte, comunicación, sistemas de emergencia, productos básicos… El resto de ideas son cedidas a la comunidad a través del departamento de Medio Ambiente de la Tierra de los Pueblos.

Bono está sentado en la parte alta de la tribuna orientada al este, desde donde se puede ver el humo que sale del volcán Yasur. A su lado Samia y su amiga Isabella, una de las representantes de la comunidad de la isla de Fogo. Tras ellos Erik y Abdelaziz. Bono mira a Abdelaziz y le hace un gesto con la mano, algo va a suceder… Luego mira a Isabella, le coge de la mano y tira con fuerza de ella.

Isabella — ¿Qué pasa Bo?

Bono — Informa a los que están en el exterior que se dirijan a las plataformas inmediatamente.

Un escalofrío recorre la espalda de Isabella; sin dudarlo, de su bolsillo saca una pequeña figura y la aprieta con fuerza. Solamente han sido informados los que se encuentran fuera del estadio.

Isabella — ¿Qué hacemos? ¡No podemos huir!

Samia — ¿Qué pasa?

Isabella — El volcán Yasur.

Bono — Avisa a la gente, mensaje visual, que nadie se mueva de su sitio.

Isabella inmediatamente informa al servicio de emergencias del estadio, ellos no tienen ninguna confirmación. El responsable mira a su perro, está tranquilo.

Responsable — No hay constancia alguna, ¿quién ha dado la orden?

Isabella — Bono. Mensaje visual: «que nadie se mueva de su sitio, emergencia inminente».

El responsable corre hacia una de las salas de emergencia que está en la planta baja del estadio. La sala tiene forma de media luna, una mesa con la misma forma y 5 pulsadores. Sin dudarlo pulsa el botón derecho de la mesa.

Sistema — ¿Mensaje?

Responsable — Que nadie se mueva de su sitio, emergencia inminente.

El responsable con su perro corre hacia el césped para situarse junto al resto de personal de emergencias. Su perro empieza a moverse nervioso, tiene miedo.

El mensaje está en las pantallas gigantes, todos los participantes del concurso están en el césped paralizados, aterrorizados. Los perros ladran sin parar. Todos se miran sin encontrar explicación al protocolo de emergencias, pero se mantienen quietos en sus asientos.

Una fuerte explosión proveniente del volcán Yasur hace chillar de pánico a todos los presentes.

Isabella —Bono, ¡qué hacemos!

Bono mira a Abdelaziz y le indica que vaya con él hacia el césped.

Bono — Ama, aita, Isabella, no os mováis.

Los dos lentamente bajan por las escaleras, allá por donde pasan la gente los mira con cara de pánico. Bono no mira a nadie, pero Abdelaziz les hace un gesto con las manos pidiendo tranquilidad. Las televisiones siguen emitiendo y las cámaras se centran en ellos dos.

El ruido del volcán va aumentando al igual que el pánico entre la gente.

Isabella — ¡Enfocad a Bono, quitad el mensaje! ¡Rápido, por favor!

El responsable situado en el césped envía la orden al estudio de televisión interno para que inmediatamente busquen a Bono.

Estudio — ¿Dónde está? ¡Dónde está!

Responsable — Tribuna oeste, escaleras, fila 5. Detrás de él, adulto con túnica marrón claro.

Rápidamente las cámaras los enfocan, todo el mundo le conoce, esperan algo, aunque no saben bien el qué. Han pasado 5 minutos y las personas que por motivos laborales no han podido ir al estadio se dirigen a las plataformas más cercanas. Tienen 10 minutos para llegar. Las plataformas del extremo norte tienen 3 minutos más de margen.

En el estadio, con la irrupción de Bono en las pantallas, las escenas de pánico han dado paso a la esperanza en un niño que transmite seguridad, la expresión tranquila y el paso firme de Abdelaziz contagia a todos.

Bono regresa al centro del césped, todos los participantes se apartan e inconscientemente se ponen en círculo a unos metros de él.

Bono — Ayúdame a quitarme la túnica.

Abdelaziz le mira sorprendido.

Bono — Cógela del extremo.

Entre los dos extienden la túnica.

Bono — Suéltala.

Una fuerte explosión hace dudar a todos de lo que pueda pasar, empiezan a preguntarse por qué no han ido a las plataformas.

Bono con las palmas de las manos hacia arriba eleva la túnica sobre el estadio y, con un movimiento enérgico de los brazos, esta se expande de tal manera que lo cubre todo, extendiéndose 100 metros más en la fachada este expuesta al volcán, quiere evitar el choque frontal de la nube piroclástica.

Bono — Ama, necesito a Isabella aquí.

Samia — Isabella, Bo te necesita.

Isabella baja las escaleras asustada, pero no quiere correr por miedo a que la sigan y cunda el pánico. Llega al punto en el que se encuentra Bono.

Bono — Informa que el personal externo está a salvo y que en 3 minutos una nube piroclástica pasará por encima nuestro. No podemos movernos hasta que la temperatura exterior sea la adecuada. Los servicios externos están en marcha.

En las pantallas gigantes, Isabella repite palabra por palabra las indicaciones de Bono. Todas las plataformas se dirigen a la isla de Erromango situada al norte de Tanna. Los equipos de emergencia exteriores se han puesto en marcha desde Fiji, Vanuatu y Nueva Caledonia. La información captada por los satélites y comentada por los expertos es transmitada directamente a las naves y barcos que se están desplazando hacia Tanna. Todas las islas en un radio de 2000 km están en alerta de tsunami.

Los servicios de emergencia externos intentan en vano comunicarse con la central de alarmas de la isla, han salido de ella según el procedimiento establecido. El resto está dentro del estadio y no se explican por qué nadie ha salido.

En las pantallas aparece la cuenta atrás: falta 1 minuto y 15 segundos para que la isla quede arrasada.

Bono — Isabella, informa a los servicios externos: «en 30 minutos podremos salir del estadio, luego tendremos 2 horas para salir de la isla, ni un segundo más».

Isabella llama al responsable de emergencias y le pide su sistema de comunicación de alarmas.

Responsable — Lo siento, no soy capaz de comunicarme ni de entender lo que está pasando.

Isabella mira a Bono sorprendida.

Bono — Utiliza tu sistema de comunicación.

Isabella — Soy Isabella Trenti, representante de la isla de Fogo, toda la población que queda de la isla está dentro del estadio. En 50 segundos pasara sobre nosotros la nube piroplástica. Pasados 30 minutos saldremos del estadio y dispondremos de 2 horas para abandonar la isla. Durante el flujo piroplástico perderemos la comunicación.

Emergencia externa — ¿De dónde ha sacado información tan precisa?

Isabella — Bono.

Emergencia externa — Estaremos esperando.

En el estadio todas las personas han confiado a Bono sus vidas. Pese a creer en él, es difícil mantener la cabeza fría cuando el corazón pide huir del lugar. En ningún simulacro habían previsto esta situación que se da cada 140 años, un solo día al año.

Un estruendo sobrecogedor hace temblar el estadio preparado para soportar terremotos de 9,8 en la escala de Richer. El flujo piroplástico pone rumbo ladera abajo a una velocidad de 350 km/h. En 25 segundos estará sobre el estadio. Todos miran a la tela que lo cubre y se preguntan una y otra vez si aguantará.

Isabella tiene miedo y agarra con fuerza a Bono que la mira y sonríe. Con la mano hace un pequeño gesto y todas las luces del estadio se encienden. La cuenta atrás se inicia: 10, 9, 8, 7…

El estruendo es terrible, el cielo se oscurece, la tela vibra con fuerza. Todos miran al cielo esperando en cualquier momento lo peor, pero no pueden dejar de mirar a la pantalla en la que aparece Bono que está con los ojos cerrados y moviendo los labios. Se le ve tranquilo al igual que Abdelaziz que mira sereno a la multitud y a los que le rodean.

Después de 5 minutos eternos, el ruido desaparece y la oscuridad del cielo da paso poco a poco a la claridad. En la pantalla se puede ver la temperatura exterior, 870 ºC, y el tiempo que falta para que la temperatura exterior baje a los 29 ºC: 19 minutos y 30 segundos.

Todos aplauden entusiasmados, abrazos con lágrimas de alegría… cada uno busca a sus allegados y amigos. Samia y Erik se abrazan con fuerza, desearían estar también con su hijo, pero la emergencia no ha finalizado.

Los que rodean a Bono, Abdelaziz e Isabella, son los concursantes del certamen Un mundo nuevo, investigadores y científicos consumados cuyo lema es «tocar para creer». Convencidos de que todo tiene una explicación, miran a Bono sorprendidos e incrédulos, tienen rotos los esquemas, todavía no se han sacudido el susto que llevan encima. Se sienten pequeños, insignificantes ante lo que han visto, entre ellos pronuncian la palabra «milagro», palabra que no les gusta utilizar porque no está soportada por hechos probados científicamente.

Los medios de comunicación no están emitiendo al exterior, pero si están grabando todo lo que ocurre en el interior. Todos los focos se centran en Bono, Abdelaziz e Isabella. Hay mucho que investigar y preguntar.

La temperatura exterior ha bajado a los 29,5 ºC. Bono, con un nuevo movimiento de sus manos, consigue que la tela vuelva a su tamaño natural, cayendo suavemente sobre una niña. Sus padres le indican a donde la tiene que llevar, pero no pueden contener su impulso y la tocan y la besan. Todos quieren hacer lo mismo cuando una nave se sitúa sobre el estadio; es la primera nave de rescate.

La niña corre con la túnica y se la da a Bono.

Niña — ¿Es tuya?

Bono — Sí.

Niña — Mis padres la han besado, ¿por qué?

Bono — Porque te quieren mucho.

La nave suavemente aterriza sobre el césped, tiene una capacidad de 1500 personas. Niños, madres y personas mayores son los primeros en entrar, sin correr, pero con extrema efectividad; están perfectamente preparados. Otras 15 naves hacen cola.

Todos quieren ceder su turno a Bono para que suba a la nave de rescate, pero su respuesta se oye en todo el estadio.

Bono — Abdelaziz y yo seremos los últimos en salir.

Samia y Erik han bajado al césped para estar junto a su hijo. La pantalla marca 30 minutos para salir antes de que un nuevo flujo piroclástico arrase nuevamente la zona.

Faltando 2 minutos sale la última nave. Isabella no puede reprimir las lágrimas mientras mira con estupor cómo ha quedado la isla: una nueva explosión del volcán Yasur seguido de otro flujo piroclástico que se expande a gran velocidad.

Isabella — ¡No va a quedar nada!

Bono — No llores.

Isabella — Lo siento, es momento de alegría. Gracias, gracias.

Isabella mira a Samia y corre a abrazarla.

Samia — ¿Estás bien?

Isabella — Sí, gracias a tu hijo.

Isabella no se atreve a preguntar, pero le extraña que estén como si no hubiera pasado nada especial, que no le quieran dar importancia, pero su hijo ha salvado a más de 25 000 vidas; si hubieran actuado siguiendo el protocolo de emergencias muchas personas no hubieran podido escapar de aquella trampa.

Isabella — Tengo tantas dudas que aclarar, pero creo que no es la ocasión.

Samia — Tendremos ocasión, ahora tenéis mucho trabajo por delante.

Isabella — Sí, nos esperan días duros.

La nave de emergencias llega a la isla de Erromango donde han aterrizado las plataformas de emergencias y 1/3 del resto de las naves de rescate. Los medios de comunicación no pierden detalle, quieren saber lo que pasó dentro del estadio y por qué milagrosamente están vivos. Todos dicen lo mismo: Bono les salvó. Nadie da más detalles.

Cuando baja Bono acompañado de sus padres, de Isabella y Abdelaziz, los medios se abalanzan sobre ellos. Isabella se adelanta y les atiende con amabilidad.

Isabella — Entendemos que quieran saber lo que ha pasado, pero comprendan que todavía estamos en estado de schock. Por otro lado, para saber lo que ha pasado tanto eldepartamento de emergencias de la zona como el nuestro necesitarán días para analizar las causas.

Mientras Isabella habla con los medios, las niñas y los niños rescatados se acercan a Bono para tocar su túnica y reír con él.

Los medios de comunicación presentes en el estadio están llegando a la isla de Fiji en la quinta nave que partió. Son 358, entre ellos 2 canales religiosos. Todos están repasando las imágenes grabadas porque algo no les cuadra. Más de 30 minutos de grabación han desaparecido, no ha quedado nada grabado desde que Bono se quita la túnica hasta que la recupera, se preguntan unos a otros si tienen el mismo problema: todos lo han visto, pero solamente lo pueden contar.

Sin esperar ni un minuto, los 2 canales religiosos desaparecen de la zona. Los 4 técnicos y el comentarista de la televisión vaticana montan en el vehículo que les espera a las afueras del aeropuerto de Suva. El piloto del vehículo informa al comentarista que tiene llamada del Vaticano.

Comentarista — Adelante.

Vaticano — Hemos visto algunas imágenes, cómo algunos medios, y no precisamente los sensacionalistas, hablan de milagro.

Comentarista — Ha sido increíble. Todos lo hemos visto, pero no se ha grabado nada. Ningún medio ha podido grabar la túnica del niño, él nos ha salvado la vida.

Vaticano — ¿La televisión interna del estadio no ha podido grabarlas?

Comentarista — No, estaban como el resto de medios.

Vaticano — Investiguen, seguramente la tendrán.

Comentarista — ¡Esto es un caos!

Vaticano — Ahora están dando imágenes de Bono y sus allegados en la isla de Erromango.

Comentarista — Lo intentaremos.

Cuando la comunicación se corta, frustrado y con impotencia el comentarista se queja a sus compañeros.

Comentarista — Mierda, ¡no somos detectives! ¿Alguno de vosotros conoce algún técnico de la televisión local del estadio?

Los cuatro se miran sin entender nada. Han sido contratados en el último momento y entre ellos no se conocen. Uno de ellos levanta la mano con timidez.

Comentarista — Anaise, ¿conoces alguno? Anaise — Sí, al técnico de sonido.El comentarista levanta los brazos en señal de triunfo.

Comentarista — Nos vamos a Erromango.…

Isla Erromango, archipiélago de Vanuatu

El movimiento de personas tanto por aire como por mar es incesante. Los técnicos sin cámaras pasan desapercibidos, directamente se dirigen al centro de comunicaciones. Anaise entra mientras el resto se queda en el exterior.

En el interior el caos es mayúsculo, todos buscan información, imágenes, declaraciones, todo. Anaise ve a Nikiau, compañero de estudios, al fondo de un interminable pasillo lleno de gente.

Nikiau — Anaise, ¡qué alegría verte! ¿Cómo tú por aquí?

Anaise — Como todos, buscando información.

Nikiau — ¿Para quién trabajas?

Anaise — Para el Vaticano.

Nikiau — Me sorprende.

Anaise — Es trabajo, nada más.

Nikiau — ¿Te puedo ayudar en algo?

Anaise — Faltan imágenes de los momentos claves. Han desaparecido 30 minutos en blanco por arte de magia. ¿Disponéis de imágenes?

Nikiau — Las tenemos, pero necesito el permiso de Isabella. Este material nadie lo tiene, si lo roban no podrán verlo. Espérame en el exterior.

Nikiau se pone en contacto con Isabella y le transmite la petición realizada por la televisión vaticana.

Isabella — Se lo tengo que comunicar a Bono, cuando tenga respuesta te lo haré saber inmediatamente.

Dentro del caos que existe en la zona, Isabella coge del brazo a Samia.

Samia — ¿Qué pasa?

Isabella — El Vaticano ha pedido la grabación extraoficialmente.

Samia — ¿Por qué la piden si estaban dentro?

Isabella — La respuesta la tiene tu hijo.

Samia — Hablemos con él.

Samia llama a su hijo que está con Abdelaziz y Erik.

Isabella — El Vaticano pide la grabación del interior.

Bono — No hay problema.

Abdelaziz — No me fío de ellos.

Bono — La verán y luego la destruirán.

Samia — Es una amenaza a todo su sistema.

Bono — Mostraremos nuestra mano tendida.

Erik — Bo, por favor.

La decisión estaba tomada. Anaise junto a sus compañeros de trabajo esperan en el exterior a que Nikiau les traiga noticias. Tras una hora de espera estas llegan.

Nikiau — Anaise, aquí tienes la copia. No la podréis manipular ni copiar.

Anaise — ¿Y si me lo piden?

Nikiau — No te esfuerces, es tecnología que no dominamos. Para poder ver las imágenes tendrás que utilizar este programa. Solo podrán verlo 2 veces, también tecnología fuera de nuestro alcance.

Anaise — Gracias, Nikiau, te debo una.

Roma, el Vaticano

La Secretaría de Estado para Asuntos Generales, la Comisión Teológica Internacional, el Colegio Cardenalicio y el papa Pablo XII esperan con impaciencia las imágenes de la isla de Tanna.

Antes de entrar en la sala, el técnico de confianza del Vaticano les pide la grabación indicándoles que no pueden entrar y dándoles las gracias por el trabajo realizado.

Cuando se quedan solos, el comentarista empieza a hacer gestos de rabia e impotencia. Susilusiones de lograr un buen contrato se han desvanecido. Anaise le mira y sonríe.

Comentarista — ¡Nos han dado una patada en el trasero!

Anaise — Tranquilo, nos necesitan para ver las imágenes.

El comentarista le mira sorprendido y levanta las manos en señal de triunfo.

Comentarista — ¡Que se jodan! Son nuestros.

Efectivamente, el técnico sale corriendo en su busca y sonrojado les pide ayuda porque no pueden solucionar los problemas técnicos. Los 5 entran con la sonrisa en la cara, el comentarista con sarcasmo.

Comentarista — Enseguida verán lo que nosotros vimos, pero con una diferencia; nosotros lo sentimos.

Durante la proyección no se oye ni respirar. Todos tienen los ojos abiertos como platos, algunos se santiguan sin darse cuenta. Al finalizar la proyección, un representante del Colegio Cardenalicio se les acerca.

Representante — Perdonad nuestra torpeza, comunicaré personalmente al responsable de la televisión vaticana del extraordinario servicio prestado.

Anaise — Solo podrán verlo una vez más, luego será material inerte.

Los 5 salen eufóricos, tienen trabajo asegurado. El comentarista levanta los brazos no se aguanta de lo contento que está.

Comentarista — Anaise, ¡somos la ostia, todos somos la ostia!

El resto ríe, es un personaje algo raro, pero les cae bien. Dentro de la sala el revuelo es monumental, las palabras que más se oyen son «milagro» y «santa túnica». El responsable del Colegio Cardenalicio observa y calla, el descontrol es total. Hace una señal al técnico de sonido para que le dé la palabra.

Responsable — Por favor, no perdamos la cabeza. Esta grabación no puede salir de aquí, sería una amenaza y lo peor de todo es que escapa a nuestro control.

Un representante de la comisión Teológica Internacional le contesta airado.

Representante — Todos lo hemos visto, es un milagro y, por otro lado, si lo han observado, la túnica es de una sola pieza. ¡Dios mío!

Responsable — Tal vez estamos hablando de tecnología.

Representante — ¡Por favor, es una tela!

Responsable — Por la información que tenemos es crítico con Roma.

Representante — Jesús se reveló contra el sistema y lo crucificaron.

Todos quieren hablar, gritan entre ellos.

Papa Pablo XII — Calma, por favor, antes de sacar conclusiones investigaremos al niño y les informaremos puntualmente, mientras tanto, pedimos discreción, por favor.

Tras la proyección, el papa se reúne en su despacho con sus personas de confianza: el secretario de Estado, el portavoz de la Santa Sede y el padre Ossa.

Papa Pablo XII — ¿Confidencialidad asegurada?

Computadora — Afirmativo.

Papa Pablo XII — ¿Qué hacemos con la cinta?

Padre Ossa — No se pueden hacer copias y se podrá ver una sola vez más.

Secretario — ¿Sería conveniente que lo vieran los judíos?

Portavoz — También les afecta.

Papa Pablo XII — ¡Dios mío, puede ser nuestro final!

Secretario — Consigamos más información.

Papa Pablo XII — Estoy de acuerdo, encargaos de que lo vean también.

138-05-19 10:00 horas

Universidad de Mogadiscio

Las clases han finalizado, Bono con sus compañeros de trabajo presentan su proyecto de fin de curso en la asignatura de genética. La doctora Weltegi, tutora del proyecto, ha mantenido en secreto la propuesta, pero la comunidad científica está intrigada, muchos de ellos han pedido permiso expreso para estar presentes; sin embargo, por petición expresa del grupo, solamente han podido acceder el profesorado del curso, el Director y los alumnos de 1º y, como invitados, los comités ejecutivos tanto de medicina tradicional como clásica y los representantes de la Tierra de los Pueblos, presentes en el órgano gestor de los nuevos medicamentos que serán dados de alta para consumo humano.

Más de 200 personas llenan la sala y esperan la exposición del proyecto que lo deberán defender en 30 minutos.

Tutora Waltegi — Buenos días. Mantener en secreto este proyecto ha sido todo un reto y aunque no es lo habitual, mis colegas y yo hemos entendido dicha petición y la hemos respetado, como no podría ser de otra manera. Queremos respirar sabiduría, conocimiento y no transformarlo en espectáculo, al menos, en esta institución.

La tutora está emocionada, necesita aire, mira a Bono y al resto del grupo sentados en la primera fila, tranquilos y sonrientes.

Tutora Waltegi — La comunidad científica lleva años calculando sin éxito la edad biológica del ser humano: manipulación genética, trasplantes, regeneración genética, regeneración celular y así un largo etcétera. No hemos sido capaces de ponerle años calculando exactamente… hasta la fecha. Samia, por favor.

Samia — Personal docente, alumnos, invitados, buenos días. Gracias al trabajo realizado por generaciones y generaciones de científicos hemos podido desarrollar nuestro proyecto. El ser humano necesita, necesitamos de la curiosidad para sobrevivir, conocer cómo funcionan las cosas y poder transmitirlo. Cuánto podemos vivir es casi una obsesión y, afortunadamente, no estamos para siempre. Tenemos un límite marcado por nuestras neuronas; es decir, 100 años biológicos y aproximadamente 195 años terrestres, este es nuestro límite. Por favor, luces.

Al apagarse las luces un holograma enmarcado con la forma de una puerta y 2 grandes pantallas cubren el escenario. Dos personas, una de edad avanzada y otra de mediana edad, suben al escenario y pasan por la puerta holográfica. Al instante, cada una de las pantallas muestran sus siluetas y los órganos y células que los forman.

Tras 5 minutos de análisis los datos de vida de cada órgano aparecen en cada uno de ellos, así como el dato final. En el gráfico de la persona de edad avanzada —92 años biológicos, 179 años terrestres— junto a sus datos sanitarios desde que su ADN fue tratado al nacer hasta la fecha actual. El gráfico de la segunda persona —62 años biológicos, 92 años terrestres y un órgano parpadeando en rojo, el hígado— muestra que la persona tiene 14 años biológicos más de los que debería tener.

Samia — Luces, por favor.

Samia espera a que una mujer y un hombre suban al estrado.

Samia — Las personas que han pasado por nuestro holograma son voluntarios anónimos traídos por la doctora Ariyel y el doctor Mendoza.

Dra. Ariyel — Buenos días, soy la doctora de la persona de mayor edad. Estos jóvenes no sabían quienes vendrían y los datos médicos desgranados son correctos. Además tengo que reconocer que algunos datos los desconocía. La edad terrestre es correcta.

Doctor Mendoza — Buenos días, como ha comentado mi colega, es la primera vez que pisamos esta tierra, hemos venido voluntariamente y confirmo los datos dados. Pensaba que el estado del hígado de mi paciente estaba mejor, estoy realmente abrumado. La edad terrestre es correcta.

Los dos doctores bajan del estrado y se dirigen a saludar y a dar la enhorabuena a los jóvenes. No es un saludo de maestro a alumno, es un saludo entre colegas. Aunque no está en el guión, Samia nuevamente se dirige al estrado mirando y señalando a sus compañeros.

Samia — La comunidad científica tendrá acceso al proyecto una vez que la patente esté en manos de nuestra Universidad.

Tutora Waltegi — Turno de preguntas, doctora Harris.

Samia hace una señal a Bono que será quien responda a las preguntas.

Dra. Harris — ¿Con cuántas personas habéis realizado las pruebas de fiabilidad?

Samia — Esta pregunta la puedo contestar: familiares, amigos y nosotros mismos. En total 168 personas.

Doctor Peyper — ¿Cuál ha sido la clave para lograrlo?

Bono — Determinar y predecir la regeneración de las células y datar su límite.

Doctor Peyper — El límite lo marca el cerebro. ¿Podríamos pasar la información de las neuronas humanas a neuronas artificiales y; por tanto, prolongar la vida?

Bono — ¿Convertir a un ser humano en androide? Entraríamos en el terreno de la ética y la ciencia ficción.

Dra. Miu — ¿Cuántos estudios habéis tomado como referencia para desarrollar vuestro trabajo?

Samia — 406 742 estudios. Han sido unos meses intensos y queremos aprovechar la ocasión para agradecer al departamento de comunicación su inestimable ayuda.

Nueva fiesta en el auditorio. Los jóvenes implicados se levantan y aplauden las palabras de Samia.

Tutora Waltegi — Ahora quiero dar la palabra a nuestro Rector.

Rector — Colegas, amigos y estudiantes, mañana la noticia correrá como la luz por todo el planeta, la bolsa se verá afectada, la comunidad científica dará un nuevo paso en la mejora de la salud de las personas y pocos hablarán de la principal noticia: la generosidad de estos chicos y chicas que pudiendo ser inmensamente ricos donan su fruto a la sociedad. Todo un ejemplo para las futuras generaciones. Ahora nuestra responsabilidad será gestionar los recursos que se generen y que nadie, absolutamente nadie, se enriquezca. Lo repito alto y claro, nadie ni ahora ni nunca.

El auditorio explota con las palabras del Rector mientras Abdelaziz desde el fondo del auditorio observa a la gente. Está satisfecho al ver cómo Bono en 2 años ha logrado ganarse a todo el sistema educativo, la base del sistema. El primer pilar de una nueva sociedad ha sido colocado.

Nacimiento

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