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Consumo de materia seca (CMS)

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En la alimentación de animales herbívoros domésticos, como el vacuno o el búfalo, el consumo de materia seca (CMS) es una de las principales limitantes si se trata de cubrir sus requerimientos nutricionales para la producción de carne y leche. El CMS está determinado por factores que involucran al alimento y al animal, y pueden actuar de manera física y metabólica, siendo la parte física determinante por el contenido de pared celular o fibra detergente neutra (FDN) del forraje[1]. La relación entre el aumento del contenido de FDN y el descenso en el CMS se explica por el volumen de las paredes celulares del forraje, ya que estas provocan distensión del rumen y estimulan los mecanismos receptores de la capa muscular, generando una sensación de saciedad que limita el CMS[1b], [2], [3]. Los requerimientos de energía, proteína, minerales y de otros nutrientes deben estar incluidos de manera eficiente en la materia seca para que, a partir de esta, los búfalos puedan obtener mayores ganancias de peso corporal y tengan una buena producción de leche (con mejores contenidos de grasa y proteína de buena calidad). El CMS también está influenciado por la edad, el peso corporal, el sexo, el estado fisiológico, el tipo de producción y el estado reproductivo y sanitario del búfalo (Cuadro 1).

Cuadro 1. Estimaciones del consumo de materia seca (CMS) para algunas categorías de búfalos en diferentes estados fisiológicos

Estado fisiológico Consumo de materia seca como % del peso Vivo
Mantenimiento 1.3-2.4
Bubillas de vientre 2.2-2.6
Machos bubalinos de ceba 2.5-3.0
Búfalos reproductores 2.2
Machos de levante castrados 1.99
Búfalas gestantes en el período seco 1.8-2.5

Fuente: Adaptado de Bülbü[4].

Después de una extensa revisión de las observaciones de 55 grupos de animales en diferentes institutos de investigación en India, Mandal, et al.[5] encontraron que la ingesta diaria de materia seca (IMS) tuvo correlaciones positivas con el peso metabólico, con el aumento de peso diario, con la cantidad de leche corregido por el 4 % de grasa[6] y con el contenido de grasa en esta. Señalaron también una correlación negativa con los niveles de nutrientes totalmente degradables (TDN) y proteína cruda (PC) de los alimentos consumidos, datos que corrobora la observación de Paul y Lal[7] de que los búfalos pueden aumentar el consumo cuando se les somete a dietas nutricionalmente pobres. Sin embargo, no mencionan correlaciones significativas entre la IMS y el porcentaje de forraje o pastos en la dieta.

Las estimaciones de CMS pueden expresarse como el porcentaje (%) del peso corporal o como el valor de acuerdo con el peso metabólico (BW0.75), el Cuadro 2 muestra la conversión del peso corporal al peso metabólico. Aunque no se tenga una referencia específica, en la práctica se ha propuesto determinar el CMS a partir de la calidad de forraje, y particularmente del contenido de FDN (CMS= 120/FDN %), este CMS se expresa en porcentaje según el peso vivo del animal; por ejemplo, una búfala adulta con un peso de 520 kg de peso vivo que consume un pasto con una FDN de 64 % tiene la capacidad de consumir el 1.88 % de su peso vivo en MS de pasto, es decir 9.78 kg (520 kg P.V x 1.88 %); por lo que un búfala adulta que produce leche o alimenta a un ternero para producir carne debe tener buena disponibilidad de forraje (Figura 1).

Figura 1. Grupo de búfalas adultas con buena oferta de forraje verde, lo que garantiza que puedan cubrir los requerimientos del CMS


Fotografía: Alejandro Ortiz Acevedo.

Cuadro 2. Cálculo del peso metabólico

Kg P.V. BW Kg 0.75 Kg P.V. BW Kg 0.75 Kg P.V. BW Kg 0.75 Kg P.V. BW Kg 0.75
10 5.62 260 64.75 510 107.32 760 144.70
20 9.46 270 66.61 520 108.89 770 146.17
30 12.82 280 68.45 530 110.47 780 147.60
40 15.91 290 70.28 540 112.02 790 149.01
50 18.80 300 72.08 550 113.57 800 150.40
60 21.56 310 73.88 560 115.12 810 151.83
70 24.20 320 75.66 570 116.65 820 153.20
80 26.75 330 77.42 580 118.19 830 154.64
90 29.22 340 79.18 590 119.71 840 156.00
100 31.62 350 80.92 600 121.23 850 157.42
110 33.97 360 82.65 610 122.74 860 158.80
120 36.26 370 84.36 620 124.20 870 160.19
130 38.50 380 86.07 630 125.75 880 161.60
140 40.70 390 87.76 640 127.20 890 162.95
150 42.86 400 89.44 650 128.73 900 164.30
160 44.99 410 91.11 660 130.20 910 165.68
170 47.08 420 92.78 670 131.69 920 167.00
180 49.14 430 94.43 680 133.20 930 168.41
190 51.17 440 96.07 690 134.63 940 169.80
200 53.18 450 97.70 700 136.10 950 171.12
210 55.16 460 99.33 710 137.54 960 172.50
220 57.12 470 100.94 720 139.00 970 173.81
230 59.06 480 102.55 730 140.44 980 175.20
240 60.98 490 104.15 740 141.90 990 176.49
250 62.87 500 105.74 750 143.32 1,000 177.80

Fuente: Elaboración propia.

Kg P.V.: peso vivo en kilogramos

BW: Peso metabólico P.V.0.75

En el Cuadro 3 se presentan algunos forrajes tropicales consumidos por los búfalos, así como su calidad bromatológica mediante varias muestras tomadas en sistemas productivos de Colombia. Estos forrajes se caracterizan por presentar un alto contenido de FDN que limita el consumo y el aporte de nutrientes requeridos por los búfalos.

Cuadro 3. Características bromatológicas de algunos forrajes en praderas consumidas por el búfalo

Especie MS Proteína FDN DIVMS EM ED Ca P Cu
Dichanthium aristatum (Poir.) C. E. Hubb 24.0 6.5 58.9 59.6 2.1 2.3 0.77 0.17 2.5
Urochloa plantaginea (Link) R. Webster 23.0 9.6 65.2 56.5 2.4 2.8 0.40 0.25 4.5
Brachiaria brizantha (Hochst. ex A. Rich.) Stapf cv. Marandú 22.5 6.4 65.6 47.4 2.4 2.8 0.40 0.14 2.8
Andropogon gayanus Kunth 24.3 13.1 62.6 59.9 2.3 2.7 0.30 0.41 3.2
Dichanthium annulatum (Forssk.) Stapf 21.0 6.9 65.2 47.5 2.4 2.8 0.60 0.22 3.2
Urochloa decumbens (Stapf.) R.D. Webster 24.0 7.4 66.8 56.0 2.4 2.8 0.43 0.25 4.0
Brachiaria dictyoneura (Figari. & De Not) Stapf. 25.0 9.5 65.7 61.0 2.4 2.8 0.37 0.30 6.7
Cynodon plectostachyus K. Schum. 22.6 12.0 65.8 59.2 2.4 2.8 0.59 0.32 4.6
Megathyrsus maximus (Jacq.) B. K. Simon & S.W.L. Jacobs 22.8 10.8 65.3 58.5 2.4 2.8 0.51 0.27 4.5
Urochloa humidicola Morrone & Zuloaga 20.1 7.1 68.8 51.7 2.5 2.9 0.34 0.22 3.2
Leersia hexandra Swartz 24.3 18.5 63.1 70.0 2.3 2.7 0.23 0.17 6.4
Ischaemun ciliare Zetz 26.5 10.4 66.5 57.1 2.4 2.8 0.39 0.29 3.9
Panicum laxum Sw. 23.2 13.5 64.4 50.4 2.3 2.7 0.32 0.40 3.9
Urochloa mutica (Forssk.) T.Q. Nguyen 23.8 9.1 66.6 53.2 2.4 2.8 0.50 0.23 4.3
Paspalum f asciculatum Willd. Ex Flügge 25.0 9.8 64.1 51.8 2.3 2.7 0.55 0.22 4.7
Hyparrhenia rufa (Nees) Stapf. 20.5 14.8 60.8 51.7 2.2 2.6 0.71 0.46 2.8
Digitaria sanguinalis (L.) Scopoli 22.3 13.9 61.4 58.8 2.2 2.6 0.34 0.26 4.2
Pennisetum purpureum Schum 24.3 11.3 63.8 57.5 2.3 2.7 0.34 0.30 5.7
Urochloa arrecta (Hack. ex T. Durand & Schinz) Morrone & Zuloaga 21.8 11.0 65.2 61.1 2.4 2.8 0.50 0.32 3.9

Fuente: ACB y MADR[8]

Ms: Materia seca (%)

Proteína (%)

FDN: Fibra detergente neutra (%)

DIVMS: Digestibilidad in vitro de materia seca (%)

EM: Energía metabolizable (Mcal/kg MS)

ED: Energía digestible (Mcal/kg MS)

Ca: Calcio (%)

P: Fósforo (%)

Cu: Cobre (ppm)

La calidad composicional de los forrajes puede cambiar dependiendo de las condiciones de manejo de la pradera, una de esas prácticas es la edad de aprovechamiento de pastura porque, a medida que los forrajes son más maduros, el contenido de fibra se incrementa y la digestibilidad de esta disminuye, lo que altera el CMS y el contenido de proteína y carbohidratos no estructurales que aportan energía de rápida asimilación[9].

El búfalo de agua. Tomo 2

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