Читать книгу La naturaleza sagrada del ser humano - Mª Ángeles Carretero Casar - Страница 12

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Somos creadores de nuestra propia vida

Somos energía y cuando venimos a la Tierra nos ponemos el traje biológico; recuperamos nuestras memorias celulares de las otras vidas que hemos experimentado aquí en la Tierra, todo lo que está sin resolver lo traemos de nuevo para solucionarlo; es lo que conocemos como karma.

Todos, sin excepción, debemos purificar y equilibrar nuestras energías para que nuestra vida aquí en la Tierra sea mejor, y para que todos podamos vivir en paz y tengamos nuestro lugar en el planeta.

Somos energías transformadas en manifestaciones humanas, animales o de la naturaleza, pero cuando dejamos el planeta, cuando morimos físicamente, volvemos al origen. Todo es transitorio en la vida, solo nos han prestado un traje físico durante un corto periodo de tiempo, por eso es tan importante hacer lo que tenemos que hacer y hacerlo bien, disfrutar de la vida sin poseer.

La humanidad forma un conjunto; como en el desierto, cada ser humano es un grano de arena y todos juntos formamos el desierto, sin color, razas o credos.


Para poder CREAR tenemos que armonizar nuestros cuerpos, físico, emocional y mental.

El mental es el cuerpo más complejo, es el que dirige nuestra vida: SOMOS LO QUE SENTIMOS . El mental es muy poderoso y nos pondrá una y mil trabas, nos hará dudar millones de veces, pero si somos constantes y conscientes de nosotros mismos y de lo que hay a nuestro alrededor, nos daremos cuenta de que todo lo que vamos creando se va haciendo realidad; los pequeños milagros, las coincidencias se suceden y las intuiciones que nos llegan son ciertas.

Al ir transformando las emociones y la pequeña mente, nos damos cuenta de que somos esclavos de los apegos que nos hacen «necesitar» cosas que son inútiles. En realidad no necesitamos nada superfluo para vivir bien y ser felices; nos sobran las mochilas que llevamos atadas a la espalda cuyo peso nos ahoga ya que no se corresponde con nuestra nueva forma de vida. En el momento en que soltamos amarras empezamos a crear una vida más real y ligera.

Para crear hace falta ser responsable de nosotros mismos. Nuestro comportamiento tiene repercusiones tanto en los demás como en nosotros mismos, somos artífices de nuestro comportamiento y de nuestras palabras, pensamientos y acciones. Tenemos que aprender a ser observadores de nosotros mismos y de nuestro alrededor; nuestro comportamiento debe ser el correcto, no el que se espera de nosotros o el que queramos o deseamos que sea.

La voluntad, el esfuerzo, la responsabilidad, el coraje y la fuerza empiezan a formar parte de nuestra nueva personalidad, y cada una de las decisiones que hayamos tomado correctamente será reforzada por esas cualidades. Dejaremos de tener miedo a enfrentarnos a nosotros mismos y a los demás, y con alegría y serenidad iremos venciendo todos los obstáculos que encontremos en el camino.

El miedo y las dudas desaparecerán poco a poco; vamos tomando consciencia de nuestro potencial. ¡CÓMO VAMOS A TENER MIEDO DE AQUELLO QUE HEMOS CREADO !

Cuando descubrimos la esencia, la razón de la emoción, no hay que librar una batalla malgastando energías para hacer desaparecer dicha emoción; al contrario, hay que desarrollar la virtud opuesta. Por ejemplo, si la emoción es el odio, la rabia, hay que desarrollar el amor, la ternura, lo que tendrá por efecto debilitarla y, finalmente, erradicarla. Solo el amor hacia nosotros mismos y hacia los demás hará que toda manifestación agresiva desaparezca, ya que el amor nos hace compasivos y empáticos, y nos hará ver y sentir el dolor que provocamos a los demás y a nosotros mismos.

Luchar contra un defecto o emoción focalizándolo sin cesar aumenta su poder, ya que mantiene nuestra atención centrada en él, haciéndolo crecer sin cesar. Es muy difícil transformar una emoción en ese estado; en el momento de mayor vulnerabilidad nos atacará y vencerá, y es, en ese momento, cuando podemos aprovechar dicha debilidad para transformarla en fortaleza sin conceder importancia a esa emoción o defecto, así la debilitaremos y desarrollaremos su opuesto, su cualidad.

La naturaleza de nuestras enfermedades físicas nos ayudará a poner la atención sobre la desarmonía mental que es la causa fundamental de la enfermedad. Hay un factor importantísimo y es la capacidad de AMARNOS A NOSOTROS MISMOS, AMAR A LOS DEMÁS Y AMAR A LA VIDA. S implemente por el hecho de amar, sin posesión, rindiendo homenaje al milagro del ser humano, siendo «un guerrero de paz de nuestra vida», luchando con amor por tener una vida más plena y serena, con fuerza y coraje, con respeto y sabiduría, podremos «VIVIR », dejar de sobrevivir y ayudar a los demás.

Una de las tragedias más grandes de nuestra historia actual es el materialismo, que a su vez favorece el aburrimiento, la comparación, el miedo, las dudas, la agresividad y todas sus consecuencias, haciendo que perdamos el verdadero bienestar interior. El hecho de tener «posesiones» en sí no es ni bueno ni malo, siempre y cuando no nos apeguemos a ellas y ellas no sean nuestras dueñas y nos esclavicen. Muchas veces el hecho de «poseer por poseer» nos proporciona efímeras satisfacciones, yéndose tan rápido como llegan, quedando luego un vacío cada vez mayor.

Debemos pararnos, reflexionar y ser conscientes de lo que pasa en nosotros mismos y a nuestro alrededor, si no lo hacemos entramos en un juego sin fin. Compramos para satisfacer un ego herido, huimos de nosotros mismos y de los demás, consumimos para olvidar, aparentamos lo que no somos para sentir el reconocimiento del otro, pero los vacíos que van dejando esos comportamientos son cada vez más profundos, porque hemos llegado a aburrimos de nosotros mismos, de nuestras vidas.

El antídoto del aburrimiento es tomar un vivo interés y ser parte activa de todo lo que nos rodea, de observar nuestra vida día a día, de aprender, aprender y aprender de nuestros semejantes, de nuestros errores y de nosotros mismos; de los acontecimientos cotidianos, de las lecciones que nos van llegando, y buscar la sabiduría y compartirla con los demás, beneficiándonos todos de dichos conocimientos y experiencias.

El alimento que necesitamos para sentirnos bien interiormente es el Amor; sus ingredientes son: la alegría, la serenidad, la fuerza y el coraje, que tanto bien y equilibrio nos aportan, proporcionándonos sabiduría, conocimiento y paz.

Cada día, si hacemos un poco de meditación durante cinco minutos, preferentemente por la mañana al despertar, nos ayudará a crecer en alegría, equilibrio y sabiduría. La monotonía y el aburrimiento de nuestra vida se transformarán en una aventura de búsqueda y descubrimiento de nosotros mismos, descubriendo cosas que antes no podríamos ni imaginar. Daremos importancia a las cosas que realmente la tienen, las pequeñas cosas de la vida —porque ellas están más cerca de la VERDAD : la belleza de una flor; la fragilidad, fuerza y belleza de una mariposa, símbolo de vida; la dulzura de un beso; el milagro de una sonrisa; el universo en una mirada llena de amor…—, y nosotros encontraremos nuestro lugar.

La resignación, la frustración y la sumisión nos reducen a ser caminantes sin consciencia, simples durmientes a través del camino de nuestra vida, pasando al lado de las situaciones sin ver las lecciones que tenemos que aprender para nuestra evolución interior y llegar a cambiar nuestra vida. Vivimos dormidos, inconscientes, nos sentimos víctimas —«la vida es así, ¡qué se le va a hacer!»—, dejando escapar todas las cosas maravillosas de la vida, bien porque huimos, bien porque vivimos de cara a los demás o bien porque vivimos sumergidos en nuestras pequeñas historias que no nos dejan ver más allá de nuestra propia nariz.

En la vida todo es transitorio, la vida es ilusión y la única realidad es el AMOR; el resto es un sueño, a veces bueno, a veces regular y a veces son terribles pesadillas muy duras. Cada día es necesario sonreír y, con fuerza y determinación, seguir avanzando, aprendiendo, viviendo y bailando plenamente esta danza que es la VIDA . Abre tu corazón al AMOR y déjate guiar por él.

Siente el perfume de las flores silvestres; observa la fragilidad, la fuerza y la belleza de una mariposa; siente la fuerza y la majestuosidad de un árbol; observa el milagro del universo a través de las estrellas; no sigas caminando por caminar, eso no lleva a ninguna parte. Hay que «ser conscientes» de nuestro camino y de nosotros mismos; sin mirar ni observar por dónde pasamos no sabremos hacia dónde nos dirigimos.

Somos los creadores de nuestra vida; creando paz y armonía encontraremos la felicidad y el equilibrio, y, lo más importante, desarrollaremos nuestro Ser. Sentiremos la UNIDAD y esa sensación es mágica, sublime, es el milagro de la VIDA hecho realidad.

Esta realidad debe imponerse en nosotros como la única meta en nuestras vidas: «desarrollar nuestro Ser y saber quiénes somos»; así descubriremos una vida apasionante y llena de aventuras, en la serenidad y en la alegría. Desde el principio de los tiempos nos hemos preguntado ¿de dónde venimos?, ¿quiénes somos?, ¿hacia dónde vamos?

Somos una parte de la Energía Creadora; venimos y volvemos al punto de partida, a la Energía Creadora. Los seres humanos somos parte integrante de ella, cuando nos disfrazamos de seres biológicos nos olvidamos de la realidad para caer en el mundo lineal del tiempo y del espacio, confusos y perdidos.

Buscamos en los demás lo que nos falta; vamos de una relación a otra, lo que nos llena cada vez más de dolor y sufrimiento. Es importante hacer un balance de nosotros, nuestras virtudes y defectos, ¿qué es lo que queremos?, ¿qué es lo que no queremos?, y trabajar en ello, desarrollando la cualidad del opuesto: amor/odio, humildad/orgullo, ternura/agresividad; cuando estemos equilibrados encontraremos a la persona idónea para seguir avanzando juntos, mano a mano, si es ese nuestro deseo.

Para empezar a sentir la paz y la serenidad en nuestro interior, podemos imaginar que estamos en un lago en calma, bajo un cielo azul profundo, rodeados de flores silvestres, suave brisa…; cuando sintamos desánimo, pesar, tristeza… nos podemos refugiar en nuestro lago o en el lugar preferido de cada uno. Si visitamos nuestro lago cada día durante cinco minutos antes de dormir y al despertarnos, nuestro cuerpo físico, emocional y mental se calmarán, y poco a poco la paz y la serenidad entrarán a formar parte de nosotros, de nuestra vida. Además seremos más eficaces en todo lo nos propongamos, seremos más lúcidos cuando tomemos decisiones. Con paciencia y perseverancia todo se consigue.

El ser humano tiene un poder ilimitado, siempre y cuando esté armonizado y equilibrado. Poseemos la capacidad de crear nuestra vida.

¡Crea tu vida y no hagas reajustes por miedo!

Reflexiones- proverbios sabios:

 «No hay mayor odio que el de la ignorancia contra el conocimiento».

 

 «Los ojos no sirven de nada a un cerebro ciego».

 

 «El conocimiento sin sabiduría es vacío».

 

 «Con el conocimiento de la verdad se disipan las nieblas de nuestro intelecto».

 

 «Un error no se convierte en verdad por el hecho de que todo el mundo crea en él».

 

 «Con la cabeza exaltada tocaré las estrellas».

 

 «Si quieres luchar, usa la no violencia, usa las palabras, ten un comportamiento correcto, y lucha con humor y alegría».

Regla de oro:

«Ser consciente de nosotros mismos en cada momento y en cada lugar».

La naturaleza sagrada del ser humano

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