Читать книгу El silencio es la música del alma - Manuel José Fernández Márquez - Страница 13

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9. Miedo al silencio

Tenemos muchos miedos. Es humano tener miedos: al dolor, a la soledad, al futuro, al qué dirán, al fracaso, al absurdo...

Pero sobre todo tenemos miedo al silencio. No sabemos qué hacer con el silencio.

No sabemos a dónde nos acabará llevando.

No sabemos a qué mundo desconocido nos acabará conduciendo.

El silencio nos lleva a una experiencia de soledad...

El silencio como soledad nos lleva a situarnos ante nosotros mismos, desnudos, sin ropajes ni artificios, solos ante nuestra cruda y bella realidad.

A esta soledad, sin nadie que nos arrope, sin nadie que nos comprenda o proteja; a esta soledad le tenemos miedo. Nos cuesta vernos tal como somos y aceptarnos tal como somos...

Por eso, una razón para huir del silencio es nuestro miedo a la soledad, miedo a nosotros mismos, miedo a encontrarnos con nuestra propia realidad.

Si tenemos paciencia y afrontamos ese miedo a la soledad sin buscar compensaciones, recuperaremos el paraíso perdido, descubriendo la riqueza de vivir y existir tal como somos; recuperaremos el paraíso perdido y encontraremos el hogar, nuestro hogar. Un hogar lleno de vida y de paz. La vida y la paz que brota del silencio, la vida y la paz que da el amor del corazón, la vida y la paz que da la luz de Dios, iluminando nuestra mente y nuestro corazón.

Si tenemos paciencia y vivimos el miedo a la soledad más allá de ella, encontraremos el valor del silencio en su pleno sentido: encontraremos nuestra comunión con nosotros mismos, con Dios y con toda la creación.

El silencio es la música del alma

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