Читать книгу El silencio es la música del alma - Manuel José Fernández Márquez - Страница 15
Оглавление11. Leyendo a los místicos 2
Es preciso recuperar el silencio
«Lo hemos expulsado de las ciudades.
En el campo, en el monte, en la orilla del mar
es acosado por aparatos de estridente potencia.
Todo y todos se esfuerzan por ahogar su silencio.
Por eso es preciso crear islas de silencio
en torno a nosotros y en nuestras ocupaciones.
Islas para defendernos; islas para recuperarnos.
El silencio no nos engaña con propuestas fantásticas,
no nos distrae con milagros imposibles,
no nos cansa con estrépito fastidioso.
Es preciso repatriar el silencio que hemos desterrado.
Ese silencio que aporta calma, da paz y hace crecer
la sabiduría.
Los momentos más grandes de la vida humana
son siempre momentos de profundo silencio.
Los momentos más grandes del arte, de la ciencia,
de la creatividad, son momentos de absoluto silencio.
De cuando en cuando tenemos que retirarnos al interior
de nosotros mismos, y en el silencio, descubrir la verdad
y dirigir con seguridad el timón de nuestra vida.
Hay que crear islas de silencio en medio de las ocupaciones
más absorbentes para no ser arrastrados,
para ser dueños de las cosas y no dejarnos triturar por ellas.
Dios quiere que seamos dueños de las cosas
y no pajas que arrastra la corriente.»
F. Mieza