Читать книгу Pilates y golf - Manuel Pedregal Canga - Страница 6
ОглавлениеPrólogo
Cuando Manuel Pedregal me sugirió la posibilidad de prologar su nuevo libro fue para mí un honor aceptar. El cómo nos conocimos ya dice mucho a favor de la personalidad y el carácter de quien escribe este libro y por ello quiero hacer referencia aquí en este prólogo.
A través de una fisioterapeuta profesora de esta Universidad de Oviedo, compañera y sin embargo amiga, se puso en contacto conmigo para solicitar poder acceder a mis clases prácticas con los alumnos de fisioterapia. Por supuesto, lo mismo que retornan con regularidad ex alumnos que vienen a recordar conceptos olvidados, o a repasar, le respondí que podía acudir cuantas veces quisiera. Lo que no sospechaba entonces era que me encontraba ante una persona tenaz, responsable y con unas ansias de seguir aprendiendo tan extraordinarias que le hicieron compartir conmigo y mis discentes todo un curso entero, rodeado de preparaciones cadavéricas, huesos, músculos, tendones, ligamentos, vasos sanguíneos, nervios, y todo el material que es necesario que aprendan todos los estudiantes que hacen algún estudio relacionado con ciencias de la salud.
Pero es que su tremendo afán le ha llevado y le lleva a seguir perfeccionándose, aprendiendo cada vez más, mejorando sus conocimientos, e inusitadamente sigue asistiendo a más y más clases. Él, precisamente por su trabajo, es probablemente una de las personas más capacitadas para poder aplicar, como profesor-monitor de Pilates, los conocimientos óseos, musculotendinosos, articulares y biomecánicos que ahora tan ansiadamente absorbe día tras día.
A una persona con tal grado de responsabilidad, capacidad de estudio, ganas de perfeccionarse, de seguir y seguir aprendiendo cómo iba a poder negarle este humilde y sucinto prólogo.
Gracias a ti, Manuel, por permitirme comprobar con mis propios sentidos que todavía existen personas en las que las ganas, la curiosidad por la ciencia, el conocimiento, el aprendizaje son superiores al simple mercantilismo. Y sirva este prólogo para que nunca pierdas, sino que aumentes si eso es posible, tu fe en el estudio y la autoformación continuada.
Santos Suárez Garnacho
Catedrático de la Escuela Universitaria de Oviedo en el área de Anatomía y Embriología Humanas