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Tras las indicaciones/testimonio de un agente británico - Londres, mayo de 2017


El lugar era uno de aquellos que no se recomendarían a nadie.

Una vieja oficina del gas junto al Támesis, lugar en el que se realizaban los negocios más turbios.

En una mezcla de olores entre petróleo, gasolina y carne camina el mal.

Los agentes Mary y Nicosia sabían muy bien que el presunto chantajista del vídeo no saldría con vida.

Con David Lobowicz presente.


— FBI —se oyó a lo lejos la voz de Paul Mary.

— Escuche, estas son cosas que normalmente resolvemos entre nosotros y luego ustedes, los del FBI, aquí en Londres; ¿qué significa esto? —replicó David Lobowicz.

— ¿Entonces también el homicidio se encontraría entre sus prácticas resolutivas?

— Miren…

— ¿Y también ha arreglado de esta forma las cosas con Virginia Blade y Pete Norton? —El estupor rodeó en un momento a David Lobowicz y sus hombres, mientras Paul Mary y Joseph Nicosia se acercaban lentamente.

— Solo queremos hablar —continuó Paul Mary— y aclarar algunas cosas.

— Bien, agentes, pero ¿y el vídeo?

— De momento les tengo que pedir que dejen las armas en el suelo: hay francotiradores por todas partes y hombres listos para entrar en acción, están rodeados.

— ¿Y de qué me podrían acusar? —David Lobowicz sonrió, indicando con un gesto a sus hombres que dejaran las armas en el suelo.

— ¿Larry Belfiori, trabaja para usted, es uno de los suyos?

— Querría que al menos me mostraran una copia del vídeo, si no les molesta.

— Antes deberá responder a algunas preguntas, Mr. Lobowicz.

— No sé cómo han llegado hasta mí, quién les ha mandado aquí, pero no creo que tenga mucho que decir sobre los nombres que me han dado.

— Sin embargo, nosotros pensamos que usted sabe más de lo que nos quiere hacer creer.

— Virginia Blade... creo que había alguien que la perseguía, una de esas personas que se divierten matando estrellas.

— ¿Y Larry Belfiori, Pete Norton, Nat Calaiò, incluso algunos hombres del ministerio?

— Puedo hablaros de Pete Norton, que se encargó de protegerla: es posible que lo matara el mismo hombre que perseguía a Virginia Blade.

— ¿Me está diciendo que este hombre consiguió matar a Pete Norton en el interior de un edificio de máxima seguridad?

— ¡En todo caso, quiero ese vídeo!

— Si no nos dice qué papel tiene en todo esto Larry Belfiori, en menos de una hora haremos distribuir este vídeo por todas las revistas más importantes de Reino Unido.

— ¿En menos de una hora, dice? ¿Y sabe que en menos de una hora podría cancelar la publicación?

— ¿Por qué tener problemas entonces y pagar por este vídeo?

— Es algo que no le importa.

— Querrá decir que, además de la publicación del vídeo, se hablará también de una extraña unión entre familias importantes y servicios secretos corruptos, dando nombres y apellidos, incluidos los suyos y los de Larry Belfiori, asumiendo una nueva versión sobre la muerte de Virginia Blade.

— Ese video no llegará a las manos de ninguna revista.

— ¿Está seguro? Podría pararlo enseguida, pero de hecho ya habría salido.

— En resumen, Belfiori; ¿quieren a Larry Belfiori, quieren saber si trabaja para mí?; no, no trabaja directamente para mí, pero nos ayuda.

— ¿En qué, tráfico de inmigrantes, drogas, armas, chantaje a políticos, jueces?

— Son cosas de las que al menos debería traerme algún indicio de prueba, ¿no cree?

— Tenemos una grabación en la que Belfiori nos cuenta su móvil para la muerte de Virginia Blade, que Webb y Merries son hombres suyos y que fue una muerte puramente accidental, por sobredosis.

— ¿Y entonces de qué estamos hablando?

— ¿Y sobre Pete Norton y Nat Calaiò, dos muertes más que sospechosas?

— Escuchen agentes, esos dos pueden haber tenido problemas que no hayan tenido nada que ver con la muerte de la cantante, ¿no les parece?

— Al menos querríamos hablar con Larry Belfiori.

— ¿Para qué, para arrestarlo?; ahora mismo les mandaría a verlo, pero ¿qué garantías me dan?

— Por el momento, sería importante al menos hablar, podrá venir en presencia de un abogado y nos limitaremos a tratar únicamente el caso Blade-Norton

— ¿Y el vídeo?; ¿quién me dice que no es una trampa?

— Si se habla de trampas, Mr. Lobowicz, en todo caso están a la orden del día aquellas que usted y sus hombres hacen con respecto a quien molesta en sus operaciones.

— Sí, sí, lo habitual en los policías. No creo que Larry sea imputable por estos hechos y, en cuanto al resto, debería saber que a menudo participa en el juego.

— Solo una conversación normal, después de la cual podrá recuperar el vídeo el mismo Belfiori

— Haré que se reúna Larry Belfiori, pero ese vídeo debe aparecer, ¿entendido?

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