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¿Qué aspectos necesitamos evaluar antes de diseñar recorridos virtuales?

Antes de diseñar un recorrido virtual, es necesario evaluar los aspectos de la propuesta de enseñanza que se encuentran establecidos.

Inicialmente tendremos en cuenta especificaciones sobre la asignatura, el curso, el taller o espacio de formación para el que diseñaremos los recorridos virtuales (es decir, área disciplinar, destinatarios previstos, articulación con otros espacios, entre otras), así como el tiempo que insumirá el recorrido virtual. En algunos casos, la duración de estos recorridos coincidirá con el total de la formación; en otros, abarcará un período específico. En este sentido, debemos reflexionar sobre la forma de integrar la virtualidad en la enseñanza. En particular, será necesario determinar si todo el recorrido de la propuesta será virtual, si desarrollaremos una opción híbrida integrando recorridos presenciales y recorridos virtuales, o si incluiremos un recorrido virtual en el marco de una propuesta de enseñanza presencial. También tendremos que identificar si, en el marco de la propuesta analizada, ya ha sido diseñado un recorrido con objetivos similares para la presencialidad; y, en ese caso, al momento de planificar, vamos a tener que repensar ese recorrido en función de la virtualidad.

Paralelamente, debemos preguntarnos por qué se utilizarán recorridos virtuales. Entre las respuestas, podríamos considerar:

Porque no existen alternativas para la formación.

Porque se busca establecer formas más novedosas de enseñanza y aprendizaje.

Porque se pretende aumentar las oportunidades de aprendizaje.

Las respuestas que demos a nuestras preguntas, así como la información que relevamos a partir de las reflexiones iniciales, orientarán la toma de decisiones al planificar la experiencia. Por otra parte, una vez que hemos identificado estos aspectos básicos de la propuesta de enseñanza, podremos buscar ofertas formativas similares que sirvan para guiar el propio diseño. No se trata de copiarlas, sino de generar una propuesta original buscando orientaciones en diseños que otros docentes y formadores han desarrollado en circunstancias similares. De hecho, cualquier orientación derivada de una oferta formativa previa debe ser repensada en función del contexto educativo en el cual se implementaría nuestra propuesta de enseñanza. La caracterización de este contexto exige relevar información sobre diferentes dimensiones, entre las cuales destacamos:

El tipo de equipamiento y recursos disponibles para el desarrollo de propuestas didácticas.

El perfil de los destinatarios de la propuesta.

Las propias disponibilidad y habilidades respecto de los equipamientos y recursos.

En cuanto al equipamiento y los recursos, será importante considerar tanto los dispositivos (computadora, tablet, notebook, netbook, teléfono celular, entre otros) como otros recursos (programas, aplicaciones y materiales didácticos) tradicionales y digitales adecuados para diseñar una propuesta de enseñanza como la que necesitamos planificar. De esta manera, sabremos cuáles son los recursos disponibles a fin de elegir los más pertinentes en función de la propuesta de enseñanza. Pensemos, por ejemplo, en los documentos compartidos de Google Drive,3 que habilitan a los estudiantes la escritura en simultáneo en un mismo archivo observando quién está redactando y en qué segmento, así como comentar el documento e incluso chatear en línea mientras realizan la tarea. De esta manera, estos documentos pueden favorecer la reflexión sobre los problemas de escritura, lo que permite, a su vez, profundizar/ampliar el conocimiento léxico-gramatical.

Con respecto a los participantes, conviene prestar atención a las características relevantes para nuestro diseño (por ejemplo, la edad). Junto con ello, tendremos que considerar los conocimientos previos sobre los contenidos que pretendemos abordar en el recorrido virtual. Además, en diálogo con los aspectos detallados en el párrafo anterior, necesitamos evaluar la disponibilidad de dispositivos y el acceso a Internet de nuestros alumnos o participantes, así como sus habilidades para usar recursos y tecnologías digitales. En relación con esta última cuestión, tengamos en cuenta que un niño, joven o adulto puede ser muy habilidoso como usuario de algunas aplicaciones tecnológicas (Facebook o Instagram, por mencionar casos paradigmáticos), pero no ser igualmente hábil cuando se lo enfrenta a una plataforma con fines educativos (Moodle, por ejemplo). Relevar esta información supone realizar un diagnóstico del grupo de participantes, al que nos referiremos en la pregunta 5.

Paralelamente a reconocer las disponibilidad y habilidades de los estudiantes respecto de los equipos y los recursos, será necesario preguntarnos sobre nuestras disponibilidad y habilidades. Esto implica identificar los dispositivos de los que disponemos, el tipo de conectividad con la cual contamos y el uso que podemos realizar de los programas y aplicaciones más adecuados para la propuesta. La información sobre estas dimensiones será relevante para identificar algunos desafíos a los que nos enfrenta la planificación y, eventualmente, buscar los soportes (por ejemplo, tutoriales) que nos ayuden a aprender el uso de programas o aplicaciones específicos. En función de ello, podremos diseñar recorridos virtuales acordes a nuestras posibilidades y potencialidades.

A fin de comprender el diagnóstico previo al diseño de recorridos virtuales, nos parece interesante abordar las dimensiones detalladas desde el testimonio de una colega docente:

Habitualmente les pido a los chicos redacciones que tienen que ver con escritura creativa o la práctica de diversos géneros discursivos. Es decir, están habituados a elaborar este tipo de tareas. Y entonces me pareció que podía ser una buena idea transformar un género discursivo en un audio que mantuviera la estructura del género discursivo y sumara algunas cuestiones propias de la oralidad, y que pudieran compartirlo en un Padlet.4 Por un lado, sabía que la mayoría tenía conexión en algún momento del día y no dependían de datos del teléfono celular para conectarse y realizar las tareas. Y la cuestión de mandarnos audios era ya frecuente entre nosotros, porque durante un tiempo no tuve acceso a una cámara en mi computadora. La inclusión del Padlet tuvo que ver con que la estaban usando: la profesora de computación tenía el uso de Padlet como contenido de su clase, por lo tanto los chicos estaban habituados. Y me apropié un poco de ese conocimiento para facilitarme la tarea. Por otro lado, yo venía investigando algunas cosas, pero no sabía hasta qué punto podía usarlas. Estuve mirando tutoriales, algunos de hecho los facilitaron los directivos. Otras informaciones las obtuve de compañeros de trabajo, sobre todo de los especializados en TIC. La ayuda principal con respecto a eso fue en la cuestión de cómo establecer que mi teléfono pudiera servir de cámara y estar conectada al Google Meet por los dos dispositivos, tanto computadora como teléfono, por no tener cámara en la computadora. Al incorporar la cámara, las cosas se me facilitaron.

Candelaria Naveyra, docente de nivel secundario en Prácticas del Lenguaje en la ciudad de Mar del Plata, provincia de Buenos Aires

Como muestra el testimonio, en función de planificar su propuesta, Candelaria contempla dimensiones relativas a los destinatarios y a sí misma. En relación con los destinarios, tiene en cuenta aspectos vinculados a su formación en el área y a las tareas de escritura a las que estaban habituados, así como su conectividad y el grado de familiaridad con los recursos digitales involucrados (audios y Padlet). Con respecto al propio perfil tecnológico, considera la disponibilidad de equipamiento y el conocimiento sobre las aplicaciones. En ambos casos, menciona estrategias para resolver condiciones que podrían haber complicado el desarrollo de la actividad. Con respecto al equipamiento, hace referencia a la cámara; en cuanto a su conocimiento, a los tutoriales consultados y al intercambio con los pares, en algunos casos, especializados en TIC.

Recapitulemos, entonces. Antes de diseñar recorrido virtuales, necesitamos plantearnos las siguientes preguntas:

¿Qué aspectos de la propuesta se encuentran establecidos (vinculados a las características del curso, taller o espacio de formación desde el que diseñaremos el recorrido virtual)?

¿Cuánto tiempo insumirá el recorrido virtual?

¿Qué modalidad de formación asumiremos: completamente virtual, híbrida o mixta, propuesta presencial con instancias virtuales?

¿Ya contamos con un recorrido con objetivos similares pero para la presencialidad?

¿Por qué utilizaremos recorridos virtuales?

¿Existen propuestas formativas similares a la que queremos diseñar?

¿Cuál es el equipamiento y los recursos tanto tradicionales como digitales que podríamos utilizar en la propuesta?

¿Qué características particulares relevantes para nuestro diseño poseen los estudiantes o participantes previstos en la propuesta?

¿Qué conocimientos previos poseen los estudiantes o participantes o necesito prever para el diseño de mi propuesta?

¿Cómo evaluar la disponibilidad de dispositivos y el acceso a Internet de alumnos o participantes, así como sus habilidades para usar recursos y tecnologías digitales?

¿De qué recursos y habilidades disponemos como docentes?

¿A qué desafíos nos enfrenta la planificación que queremos diseñar?

3.Acerca de las posibilidades de los documentos de Google Drive, se puede consultar: https://www.google.com/docs/about/.

4.Aplicación digital que permite crear murales colaborativos a los que subir textos, audios, fotos, videos, entre otros recursos.

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