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¿Qué implica enseñar de manera virtual o en la virtualidad?

Cuando enseñamos de manera virtual, planificamos e implementamos propuestas educativas que buscan generar oportunidades de aprendizaje mediante tecnologías de la información y la comunicación (TIC). Estas tecnologías —dispositivos, programas, aplicaciones y contenidos digitales, entre otros— habilitan, según indican los investigadores norteamericanos Nicholas Burbules y Thomas Callister (2008), un entorno, espacio o ciberespacio en el cual se pueden desarrollar las acciones e interacciones propias de los procesos formativos. Así, a partir de las posibilidades tecnológicas, los docentes y los estudiantes sostienen procesos de enseñanza y de aprendizaje aun cuando no compartan un espacio de formación convencional, como un aula o un gimnasio, e incluso aunque intervengan en momentos distintos.

Las propuestas de educación que se llevan a cabo sin que docentes y estudiantes coincidan en los espacios y los tiempos convencionales y propios de la enseñanza presencial no son novedosas. De hecho, la llamada educación a distancia se viene desarrollando desde hace más de ciento cincuenta años. Inicialmente, como explica el profesor español Lorenzo García Aretio (1999), esta modalidad respondía a la necesidad de ofrecer formación a adultos a lo largo de la vida. Los sistemas educativos de aquel momento, con su organización e infraestructura, no podían dar respuesta a esa demanda, por lo que se empezaron a gestar nuevas modalidades. En la Argentina se rastrean antecedentes de educación a distancia en los cursos de dibujo por correo postal que ofrecía la Escuela Panamericana de Arte (inicialmente Escuela Norteamericana de Arte) en la década de 1950 y otros cursos ofrecidos por diferentes instituciones.

La educación a distancia, que inicialmente recurrió a los materiales impresos, el correo postal, la radio y la televisión, se ha ido transformando con los cambios tecnológicos hasta utilizar en la actualidad las TIC, en especial Internet. Paralelamente a estas transformaciones en materia tecnológica, con el paso del tiempo se han revisado y modificado los principios pedagógicos y metodológicos propios de las propuestas de enseñanza a distancia, e incluso las demandas y las necesidades por las que se recurre a este tipo de formación. Así, para algunos autores como los especialistas argentinos Gisela Schwartzman, Fabio Tarasow y Mónica Trech (2014), en la medida en que se cuenta con nuevas tecnologías que ofrecen la posibilidad de generar espacios de encuentro en línea, la distancia (entre docentes y estudiantes, y entre estudiantes) podría dejar de ser la característica más distintiva de este tipo de formación. De hecho, en la actualidad esta modalidad no surge únicamente cuando no es viable la educación presencial, e incluso en ocasiones, como explicaremos unos párrafos más abajo, se combina con instancias educativas presenciales. Estos cambios han suscitado la aparición de nuevos y múltiples términos para denominar esa modalidad de formación, entre los que destacamos: educación a distancia en línea, educación en línea, teleformación, e-learning, enseñanza virtual, aprendizaje virtual, aprendizaje en red, educación en ambientes o entornos virtuales, enseñanza en la virtualidad, enseñanza sin presencialidad.

En este libro hablaremos de enseñar de manera virtual, enseñanza virtual, propuestas de enseñanza virtual y, como veremos en la siguiente pregunta, de recorridos virtuales.

Pero ¿qué entendemos por enseñar de manera virtual? Como hemos anticipado, entenderemos que se enseña de manera virtual cuando, usando el entorno tecnológico que brindan las TIC, se planifican e implementan acciones educativas que buscan generar oportunidades de aprendizaje en situaciones en que los participantes del proceso formativo no comparten un mismo espacio físico (por ejemplo, un aula en una escuela) ni en ocasiones las mismas coordenadas temporales. Así, en contextos de enseñanza virtual, se habla de:

Comunicación o intercambio sincrónico cuando las acciones e interacciones formativas se llevan a cabo con la presencia simultánea de los participantes en el entorno tecnológico habilitado para la formación (por ejemplo, una clase organizada por videollamada).

Comunicación o intercambio asincrónico en los casos en que las acciones e interacciones formativas se realizan de manera diferida, sin la presencia simultánea de los participantes (por ejemplo, el caso en que un docente filma sus explicaciones acerca de un tema —con Zoom, por ejemplo— y comparte la grabación en un blog o un grupo de WhatsApp para que los estudiantes la miren cuando puedan).

Para enseñar de manera virtual, el docente tendrá que poner en juego los conocimientos sobre los contenidos de la propia disciplina/área y sobre las metodologías de enseñanza, el manejo de la dinámica de la clase y las alternativas de evaluación, así como sus conocimientos y habilidades acerca de las nuevas tecnologías y sus combinaciones con recursos más tradicionales. Además, será fundamental que se sensibilice acerca de las posibilidades que los estudiantes tienen de acceder a los recursos tanto desde el punto de vista material (acceso a los dispositivos y a Internet) como procedimental y cognitivo. En definitiva, la enseñanza virtual implica no solo saberes pedagógicos y disciplinares, sino también tecnológicos, al menos básicos.

Es importante tener en cuenta que se enseña y aprende virtualmente tanto fuera de los sistemas de educación formal como en los contextos formales propios de las instituciones educativas. De hecho, son cada vez más frecuentes los talleres o cursos que especialistas en diferentes disciplinas u oficios dictan por fuera de cualquier contexto institucional, así como los seminarios de posgrado e incluso las carreras de grado que ofrecen las universidades o institutos terciarios para cursar en línea.

Por otra parte, la enseñanza virtual se puede desarrollar en la totalidad de un curso, seminario de formación o actualización, taller o asignatura, o solo en una etapa o componente de la formación, como por ejemplo una unidad de un programa, una clase o una actividad específica, una secuencia didáctica. En este sentido, diversos especialistas en Tecnología Educativa coinciden en reconocer modalidades diversas para la integración de la virtualidad en las propuestas formativas: propuestas de enseñanza completamente virtuales, propuestas de enseñanza híbridas o mixtas, y propuestas de enseñanza presenciales con algunas instancias virtuales. En la tabla 1 se exponen las características básicas de cada una de estas modalidades.


A su vez, como detallaremos en la pregunta 3, podemos transitarlas en forma autogestionada, autoadministrada o autoasistida, o bien interactuando con docentes, tutores, etc.

Como se puede advertir, aunque las TIC son indispensables para la enseñanza en la virtualidad, las claves de este tipo de propuesta no se encuentran explorando el mero funcionamiento de los recursos tecnológicos. De hecho, en procesos formativos virtuales las TIC se suelen combinar con otros recursos más tradicionales como el libro impreso. Para comprender cabalmente qué implica enseñar de manera virtual, es necesario reflexionar sobre los aspectos vinculados a los objetivos y al contexto de enseñanza; el rol del docente y del estudiante en la formación, y sus representaciones acerca de las TIC y de la enseñanza con estas tecnologías; los tipos de decisiones al momento de diseñar la propuesta de enseñanza y los pasos durante este diseño; los recursos tecnológicos disponibles, tanto las tecnologías actuales como las más tradicionales; los materiales didácticos, incluyendo los preparados por el responsable de la formación y los disponibles en Internet; la elaboración de consignas; los “apoyos” que se puede brindar a los estudiantes y la evaluación, entre otros aspectos importantes. También será necesario explorar las TIC y sus características, y los procesos sociales y culturales a los que dan lugar, y preguntarse por la presencia de estas tecnologías en la educación.

Ante la imposibilidad de abarcar todas estas dimensiones en un mismo apartado, en esta sección hemos elaborado una respuesta muy general (e incluso provisoria) a la pregunta planteada, respuesta que iremos profundizando y complejizando al retomar los aspectos recién mencionados en las diferentes preguntas del libro. De esta manera, apuntaremos a comprender qué implica enseñar de manera virtual considerando tanto sus particularidades y ventajas como sus problemas, riesgos y desafíos.

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