Читать книгу Cóndor - María Casiraghi - Страница 13
VIII
ОглавлениеEn estas intemperies
quien persigue un ave
se exilia de sí mismo.
Es un triste que no puede verse hombre
un hombre que no puede verse triste.
Por eso se le acerca
con lentes, con lupas, con disparos
creyendo que sólo por volar, las aves son felices.
Pero no caben, juntos, el triste y el ave
en el reflejo del lago
su sombra
eclipsa nuestra sombra
y todo lo que éramos.
El aire no alcanza
La tierra no alcanza.
El infinito
(de quedarse solo)
tampoco soportaría la eternidad.