Читать книгу Relatos cortos que parecen historias - María Teresa García Escudero - Страница 6
RELATOS CORTOS
ОглавлениеDesde mi escuela de párvulos me atraía la estantería llena de libritos hasta el extremo de terminar todo el trabajo rápidamente porque doña Carmen, mi maestra, me mandaba al rinconcito a leer. Después, en casa de mi abuela, siempre me encontraban en la habitación de mi tío, que también tenía muchos libros. Era tanta mi afición a la buena lectura que me parecía que abusaba y, cuando oía a mamá, escondía el libro debajo de la almohada y no porque a ella le pareciera mal, al contrario, sino porque a mí misma me parecía demasiado. Muchos años después, siendo maestra en Garafía, me leí uno por uno todos los libros de la biblioteca escolar, así que no me he aburrido nunca, aunque viviera en pueblos pequeños y lejos del mundanal ruido.
En lo personal se me daba bien escribir, no en vano estuve escribiéndole a mi novio (que quedó en La Palma) a diario durante tres años; pero mi gusto por la escritura empezó después, cuando era maestra y lo utilicé como recurso educativo. Cuando estudiábamos un tema, siempre buscaba una forma distinta y bonita de expresar la enseñanza: a veces en forma de poema, unos versitos para recordar ortografía y los mil trucos que recordábamos de otra forma.
Hace unos años quise «aprender» con un profesor asistiendo a talleres y seminarios, pero no me llenaban: a mí me gusta expresarme de forma natural, sin florituras y sin darles vuelta a las ideas. No lo puedo remediar, soy maestra y hablo y escribo para que se me entienda con claridad. Así me gusta y, como escribo por mi propio placer, a quien le parezca simple, pues que no lo lea; yo soy feliz de este modo.
Os voy a recopilar unos cuantos relatos: unos de la realidad, otros de fantasía; pero todos, en su momento, los escribí con ilusión y bastantes andan por ahí publicados en recopilaciones de relatos premiados en concursos. Mi objetivo es que no queden olvidados en alguna carpeta o bolso antiguo, que los lean mis personas queridas si les apetece; si no, es igual: con solo escribirlos estoy volviendo a disfrutar.