Читать книгу Mis cartas a Papelucho - Marcela Paz - Страница 10
IX
ОглавлениеTU HERMANO JAVIER ES HARTO PATUDO de mandarle recado a mi hermana Rosario en tu carta para mí.
¿Sabe él, entonces, que tú y yo nos escribimos?
¡No te lo perdono si se lo has contado! En todo caso rompí tu carta, y dile a él que no nos use como correo. Que venga él mismo a hablar con la Rosario si se atreve...
Subí a la micro detracito tuyo y nos barrieron hasta el fondo. Ni me miraste; prueba de que ni me conoces.
En la apretura del viaje, vi a un mocosito meter la mano en la cartera de una gorda y cerré los ojos para no acusarlo. Los abrí justo cuando ella, con un grito, pescó esa manito y la abrió a la fuerza. Pero no había nada en esa manito sucia... La gorda, además de sus kilos, tenía corazón:
—Eres un ladronzuelo —le dijo por lo bajo—, y debería entregarte a la policía. Alguien te va a castigar duro si lo haces otra vez.
Su cara estaba enojada, pero su mano gorda puso unas monedas en la manito sucia...
Estoy pensando en ser escritora cuando grande. Una mamá tiene tiempo para eso y le sirve también para vaciar las cosas que se le van ocurriendo.