Читать книгу Mis cartas a Papelucho - Marcela Paz - Страница 14

XIII

Оглавление

ESTEBAN ME PILLÓ aguando la leche.

—¿Es por adelgazar o para adelgazarnos? —preguntó malicioso.

Silencio.

—No abriré mi boca si me sirves de esclava...

—¿Qué? —tartamudeé espantada.

—Entendiste bien —dijo con calma superior—. Te estoy sobornando, pero entre hermanos es apenas un compromiso amistoso.

—De verdad no te entiendo... —balbuceé.

—Eso no importa. Tú no quieres que cuente lo que he visto y yo no quiero que cuentes lo que veas... ¿De acuerdo?

Mi cabeza asintió mientras enrojecía de malos pensamientos por él. Los misterios de esta casa se atropellaban en mi memoria:

1. El anillo que se le perdió a la mamá cuando yo era chica y dijeron que me lo había tragado.

2. El paquete con jamón que desapareció antes de entrar al refrigerador.

3. Un pantalón de Esteban nuevecito...

4. Tantas cosas que se hablan y que enmudecen las bocas cuando yo entro.

Frené mis pensamientos. Si no lo hago, en poco rato más estaría culpando a mi hermano de algún crimen.

Mi pecado es juzgar mal a Esteban, pero fue él quien usó la palabra “soborno” que huele a podrido.

N. T. T. D. E. M.

Mis cartas a Papelucho

Подняться наверх