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HISTORIA DE LA OBRA



El espacio potencial que evoca —y que se instituye ya en la lectura que mantenemos con él— nos hace sensibles a una realidad que percibimos a menudo por defecto.

Un vínculo se ha creado con el autor, promesa renovada y firme de un encuentro. Ya no nos queda más que acudir a la cita.

J. B. Pontalis3

(Pontalis, [1975] 1987: VIII)


En 1945 Winnicott leyó ante la Sociedad Británica de Psicoanálisis “Desarrollo emocional primitivo” que fue publicado en la revista International Journal of Psycho-Analysis el mismo año. Posteriormente fue incluido en Escritos de pediatría y psicoanálisis3(1958), libro en el que presenta sus nuevas propuestas basadas en veinte años de experiencia clínica como pediatra y psicoanalista. Como se dijo anteriormente, el texto puede considerarse un parteaguas en su pensamiento y desarrollos teóricos. Observamos a un Winnicott más libre, con ideas propias, pero principalmente encontramos los cimientos de sus futuras aportaciones. Tal es el caso del tema que aquí nos ocupa: la transicionalidad. En ese escrito, además de haber desplegado el proceso subyacente al desarrollo emocional durante los primeros meses de vida, propuso sus ideas sobre la ilusión, uno de los conceptos pilares en los que se sustenta el artículo que publicó seis años más tarde, “Objetos y fenómenos transicionales. Estudio de la primera posesión no-yo” (1951).

De acuerdo con Rodman (2003), Winnicott expuso por primera vez el artículo “Objetos y fenómenos transicionales. Estudio de la primera posesión no-yo” en la Sociedad Británica de Psicoanálisis el 30 de mayo de 1951. Su ponencia estaba programada para septiembre del año anterior; sin embargo, un problema cardíaco le impidió presentarse.

Durante el tiempo en que desarrolló el texto sobre los objetos y fenómenos transicionales su vida personal y emocional fue muy difícil. En 1948 murió su padre y al poco tiempo, en febrero de 1949, Donald sufrió una trombosis coronaria y tuvo una nueva afectación alrededor de octubre de ese mismo año, en el que se separó definitivamente de Alice. En julio de 1950 su paciente “Susan”, adicta al secobarbital, se suicidó. Winnicott la había hospitalizado; aparentemente no se tuvieron los cuidados necesarios en el hospital. Se sintió profundamente afectado por la pérdida y poco más de un mes después de este evento, sufrió una tercera coronaria. Para finales de ese año sus dificultades disminuyeron. En una carta a Ernest Jones, noviembre de 1951, comenta: “Mis asuntos privados ya están estables y estoy expectante de mi nuevo matrimonio antes de fin de año” (Rodman, 2003: 166, i.).

El primero de mayo de 1951, como algo inusual, pidió a Strachey que leyera su artículo sobre los objetos y fenómenos transicionales. Rodman considera que era muy probable que Winnicott supiera la importancia de ese texto y seguramente requería apoyo. Durante su ponencia en mayo se dedicó a comentar, principalmente, el apartado sobre la ilusión. El artículo fue muy bien recibido por la comunidad psicoanalítica y rápidamente fue considerado un clásico de referencia (en la actualidad es uno de los artículos psicoanalíticos más consultados). Ese mismo año apareció publicado en la revista International Journal of Psycho-Analysis, vol. 34, 1953: 89-97. Para 1958, formó parte de Escritos de pediatría y psicoanálisis.

En Realidad y juego (1971a),4 Winnicott retomó su artículo sobre los objetos y fenómenos transicionales de 1951 y lo incluyó como el primer capítulo del libro. La primera parte de esta nueva edición se mantuvo muy parecida a la versión original, pero agregó dos apartados para ilustrar sus teorías y presentó nuevas ideas sobre psicopatología. El apartado II, “Una aplicación de la teoría” había sido publicado anteriormente en 1960 y 1965. Con la introducción de éste, Winnicott dio un viraje en la comprensión de sufrimientos psíquicos como las adicciones, el fetichismo, la pseudología fantástica y el robo. Puso el acento en la pérdida y la separación de la madre, así como en la agonía impensable que les subyace. El apartado III, “Material clínico: aspectos de la fantasía”, versa alrededor de un caso que le sirvió para presentar algunas de sus ideas sobre las diferencias entre la fantasía y el fantaseo en la escisión, el abordaje clínico de la ausencia y lo negativo.

Con la nueva publicación en Realidad y juego pretendió despejar y aclarar los malentendidos sobre los conceptos fundamentales vertidos en su primer artículo. El problema principal de los lectores del texto de 1951 fue que dieron muy poca importancia al objeto transicional como experiencia en comparación al fuerte impacto que les produjo el objeto en sí mismo. Pontalis expone esta situación en el prólogo del libro,


El autor —en este caso podríamos hablar del inventor— lo denomina objeto transicional. A pesar de que no dedica más que una parte del artículo a la descripción de este objeto, de su advenimiento y de sus modos de utilización, a pesar de que habla al mismo tiempo —ya en el titulo—, de fenómenos transicionales, que orienta toda su demostración hacia la existencia de un tercer área, la cual asegura una transición entre el yo y el no-yo, la pérdida y la presencia, el niño y su madre, y que subraya finalmente que el objeto transicional no es más que el signo tangible de este campo de experiencia, a pesar de todo esto, el descubrimiento de Winnicott se vio rápidamente restringido, por aquellos mismos que lo adoptaban, al descubrimiento de un objeto. ¡Otro objeto más! […] cuando lo que ante todo interesaba a Winnicott, pero le interesaba en primer lugar clínicamente, y lo que constituye el mérito de su descubrimiento para todo psicoanalista, se ocupe o no de niños, es el área intermedia: área que el psicoanálisis no sólo ha descuidado sino que en cierto sentido sus instrumentos conceptuales —teóricos o técnicos— le impiden percibir y, a resultas de esto, de hacer advenir (Pontalis, [1975] 1987: III-IV).


En este nuevo escrito intentó disuadir a la comunidad psicoanalítica de buscar nuevos objetos psíquicos a modo de objetos parciales o fetiches: el objeto transicional no es un objeto, aunque sí lo sea. Winnicott mostró la existencia de un área de experiencia de la cual el trabajo analítico no se había percatado. Introdujo un campo teórico inédito que permite la observación clínica de fenómenos hasta entonces no considerados fundantes de la psique. Winnicott buscó que la comprensión del lector se dirigiera del objeto a la observación del fenómeno en sí mismo, el cual es muestra de un cambio en la posición del bebé respecto al mundo.

Se sabe que fue Money-Kyrle quien le sugirió utilizar el término intermedio; sin embargo, Winnicott consideró que la palabra que más se acercaba a lo que él quería transmitir era el de transición, ya que el primero implica un fenómeno espacial que transmite la idea de algo estático y la segunda contiene la noción de movimiento. A pesar de ello encontramos a lo largo del texto el uso de ambos vocablos. En el caso de los fenómenos y objetos transicionales, el movimiento tiene que ver con una forma de movimiento emocional durante la época del desarrollo temprano en que se transita de la dependencia absoluta a la dependencia relativa.

La idea de movimiento era tan importante, que tituló su libro Playing and reality, aunque fue traducido como Realidad y juego. En la traducción se pierde una parte esencial de su intención al nombrarlo así. Como dijimos, jugando alude al tiempo, a la acción, a eso que acontece en la zona transicional en la cual la persona, niño o adulto, puede permanecer disfrutando de ella en un estado de no-integración o podría estar creando. Es por esto que a lo largo del libro se pueden observar conceptos como,


…fantasying, dreaming, living, object-relating, interrelating, communicating, holding, using, being,5… etc. Es decir, cuantos términos indiquen un movimiento, un proceso que se está realizando, una capacidad —no necesariamente positiva, como en el caso de fantasying, por ejemplo, en el que Winnicott observa una actividad mental cuasi compulsiva, casi opuesta a la imaginación— y no el producto terminado (Pontalis, [1975] 1987: III).


De acuerdo con Jorge Rodríguez, “…el título de su libro tendría que ser Jugar y realidad (como en inglés Playing and reality) y no Realidad y juego, ya que el niño va del juego (crear realidad mediante cosas existentes) a la realidad (¿inevitablemente?) y no al revés” (Rodríguez, 2017: 133).

Cabe aclarar que la traducción al español de la palabra play es juego, pero también lo es para el vocablo game. ¿A qué término se refería Winnicott? El primero describe la acción de jugar en un juego sin reglas estrictas que se lleva a cabo libremente. Game, por su parte, sí implica la existencia de determinadas reglas, gracias a las cuales éste puede desarrollarse. Winnicott alude al juego sin reglas, o mejor dicho, al jugando libremente.



3 Esta cita de Pontalis, así como las que se encuentran más adelante, forman parte del prólogo al libro Realidad y juego, , Barcelona, Gedisa, 1979 (primera edición). Pontalis lo escribió en 1975 y fue publicado por primera vez en 1978 en el libro Entre el sueño y el dolor. Por lo tanto, en la primera versión de Realidad y juego (1971), no aparece como prólogo. Más aún, él no se enteró que pondrían su texto como prólogo (Jorge Rodríguez, comunicación personal, septiembre, 2017).

4 Nótese que el título del artículo de 1951 es “Objetos y fenómenos transicionales. Estudio de la primera posesión no-yo”. La versión de 1971 fue titulada “Objetos transicionales y fenómenos transicionales”.

5 Traducción al castellano: fantaseo, soñando, viviendo, relacionándose con el objeto, interrelacionando, comunicando, sosteniendo, usando, siendo.

Donald W. Winnicott: Objetos transicionales y fenómenos transicionales

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