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CAPÍTULO 2

COMENZAR EL VIAJE

Pues es hora de comenzar el viaje, capa a capa, desde lo más externo, veremos entonces de qué está compuesta la pared externa.

Por fuera tenemos una forma, la cual consta de esta autoimagen que tenemos de nosotros mismos, esa que vemos en el espejo, esa que distinguimos como bella o fea, a través de nuestro engañado mirar. Incluida la ropa con la que nos dibujamos, el peinado, el cuidado que el sistema ha impuesto como moda, lo que se usa, se acostumbra, eso nos hace estar a tono con este mundo. Ahora ahondaremos en esta imagen de nosotros mismos, veremos de qué se trata.

Si yo te pregunto, ¿quién eres?, tú comenzarás a relatarme tu historia, tu pasado, entonces dirás, yo soy Juan, Juan Pueblete, suponiendo un apellido, obviamente ya veremos por qué ese apellido... soy hijo de..., nací el..., estudié en el colegio..., luego me gradué en la universidad, me recibí, por lo tanto soy un gran médico, trabajo en el importante centro hospitalario..., tengo muchísima gente que acude a mi consulta, me dedico a hacer el bien, y mayormente lo logro, siempre quise ser alguien importante, me dedico a mi trabajo y a mi familia, por cierto tengo una excepcional, mi esposa, una gran mujer, mis chicos, hermosos, inteligentes, nada les falta, tenemos una casa hermosa, un auto muy bueno, una cuenta bancaria...

Si te vuelvo a preguntar: ¿quién eres?, si te quedaras en silencio, pensarás: pero esta mujer es tonta o es sorda, ¿acaso no me prestas atención?, te acabo de describir quién soy y tú me preguntas ¿quién eres?...

Lo que tú me has dicho es tan solo una recopilación de datos, una historia, por cierto muy interesante, tan interesante como tu apellido, pues es la misma a la que llamo Pueblete, pues es la misma con un ingrediente más, un ingrediente menos, de la de cada ser humano, pero eso no me dice quién eres...

¿Eres acaso tan solo tu nombre y un paseo por tu memoria?... También sé que eres de pelo color café, ojos oscuros, piel clara, de un metro y ochenta centímetros, de complexión delgada... eso puedo verlo perfectamente, ahora contéstame: ¿quién eres?...

Intenta entender, tómate unos minutos, observa y ve...

Imagínate que no puedo oír, que tampoco puedo ver... ahora dime: ¿Quién eres?... ¿Cómo te definirías si tu imagen no puedo verla, si el lenguaje no existiera?...

Esta es la primera capa, la que nos tiene estancados en un “esto soy”, y esto es la vida. Sigamos un poco más profundo. Si hay una persona ciega delante de ti y te preguntara: ¿qué es el color azul?, ¿cómo se lo podrías explicar?, de nada te servirá decir que es el cielo, el profundo mar en calma, tampoco servirá que le digas que es un color primario, que no se crea con mezcla de colores. ¿Cómo explicarlo con lenguaje?, a no ser que se pueda experimentar por uno mismo, no se puede conocer.

En otro aspecto, debemos saber que hay cosas que hasta que no crecemos, no podemos comprender, así es que hasta que no avanzamos en este viaje al interior, no comprendemos desde las capas exteriores. Si tu hijo cumpliera años en el mes próximo, y te pidiera de regalo una hermanita, cosa que suele ser muy común en un hijo único, tu respuesta no le gustará, de hecho le dirás que no se puede, quizás te diga cómprame una, quizás si ha visto algo más de televisión te diga hazme una con mamá... ¿Cómo explicar al niño que no es cuestión de comprar o hacer?, que esa no es la naturaleza de las cosas, que deben pasar nueve meses... se quedará triste, ninguna explicación le responderá, hasta que ese niño crezca, de hecho cuando crezca, no será necesario explicarle, por sí solo entenderá.

Cuando crecemos entendemos, no necesitamos lenguaje, no hay ya ese tipo de preguntas. Lo mismo nos sucede cuando comenzamos a ir en este viaje al interior capa por capa, hasta llegar al mismo centro, ese mismo centro es una única esencia, vacío, pero hasta que crezcamos no lo podemos entender, y ninguna respuesta nos parecerá adecuada...

Por lo tanto continuemos, tu imagen, tu historia, ese cuento que me narraste, no eres tú...

Aquí comienza la ley de extracción.

¿Recuerdas la taza de té que el hombre sabio sirvió?, para que la taza en verdad pueda recibir el té, no puede estar llena, obviamente debe haber vacío, tan solo vacío en ella, lo mismo nos sucede, a no ser que extraigamos esa idea de que somos tan solo nuestro nombre, nuestra imagen frente al espejo, o nuestra historia hasta hoy, a no ser que volquemos esta capa, que nos vaciemos de ella, nada más puede caber... es imposible avanzar una capa más, pues esta es la más sencilla, si con ella no somos capaces, entonces nada hay por hacer.

Vamos un poco más sobre esto, si te ayuda a salir de ella, será fantástico, ¿recuerdas que somos átomos y moléculas en movimiento?, que más hay dentro de los átomos, lo único que hay es vacío, entonces por un instante cierra tus ojos, intenta desdoblarte, ve tu cuerpo como un vibrar de átomos...

Nuestro mirar es relativo, si tienes un edificio delante de ti, lo ves en una dimensión de diez pisos, sí, es grande... ahora intenta verle si fueras tu mascota, un perrito pequeño, ¿cómo le verías?, muchísimo más grande..., obviamente, ¿y si le vieras desde los ojos de una hormiga?, el tamaño cambia absolutamente con la mirada...

Desde nuestro mirar una pared es intraspasable, imposible, hermética, sellada, pero para seres en forma de microorganismos prácticamente invisibles a no ser bajo microscopio, para ellos esa misma pared es traspasable, ¿por qué?, porque ellos verán un átomo y otro átomo de la misma pared, separados enormemente, de manera tal que podrán pasar... Esa es la naturaleza de las cosas, solo átomos en movimiento, rellenos de vacío. Vacío, sin ese pensar negativo, un vacío positivo, ese que esta más allá de la cáscara de la semilla, donde el todo cabe, cabe el árbol, su florecimiento, su fruto, su descendencia, ese es el vacío infinito donde todo tan solo existe.

Entonces, ¿qué es la imagen que vemos en el espejo?, es tan solo la cáscara de esa semilla, es tan solo una protección del vacío interno, donde realmente reside la vida, nuestra esencia, quienes en verdad somos, pero si nos quedamos en esta capa, contradictoriamente viviremos vacíos, desde el lado negativo, eso es sin sentido, sin respuestas y llenos de preguntas, buscando la puerta, como un hombre alcoholizado, con su puerta enfrente de sus narices, pero buscando a lo lejos, sin saber ni dónde, a tientas, sin ver, sin entender ni dónde está, tambaleando, inseguro, lleno de confusión y miedo.

Entonces entendamos, debemos extraer esta primera capa, esta idea tan arraigada, de que somos esto... No, no somos esto, tan solo paredes, sigamos otro paso, sigamos el viaje más importante de nuestra vida, vamos al interior, vamos extrayendo capa a capa, hasta quedar con la esencia. La única esencia y nada más...

Esta ley de extracción es la más importante, la única necesaria para realmente comenzar una vida, una vida llena de sentido, de magia, de color.

La gran fórmula

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