Читать книгу Desactivad@ - Marisol Gallego - Страница 10

PUNTO DE PARTIDA: SOY ADICTA

Оглавление

Es adicto solo aquel que puede serlo, y no constituye una cuestión de vanidad, hay quienes reúnen ciertas condiciones que, más allá del elemento en cuestión, pueden desarrollar “exitosamente” hábitos adictivos. Mala suerte la mía, pero es real. En este caso, al cigarrillo, que además cuenta con aceptación social y es legal, aparte de contener nicotina, que, como compuesto orgánico alcaloide, constituye una de las sustancias más adictivas.

La mayoría de los fumadores se percibe como “vicioso”, y siente que la palabra adicto les queda “grande”, pues no creen estar enfermos, o en todo caso suponen tener enfermedades asociadas al consumo de tabaco, pero no como un toxicómano. Además el vicioso disfruta, busca gozo y persiste en esta postura, porque estima que es un simple hábito “no tan nocivo”, justificando su continuidad y huyendo de cualquier planteo que ponga en duda su convicción.

Cuando se le pregunta a un fumador si querría entrar en abstinencia, la respuesta casi automática es SÍ… al tiempo que su mente le envía un sinfín de justificaciones para no hacerlo (no es el momento, lo voy a pensar, estoy en eso, la vida es corta…), lo cual retrasa la decisión, ya que es muy difícil vencer este preconcepto.

El adicto cree que no puede vivir sin el objeto de su adicción, por lo tanto lo busca de manera permanente, sistemática y compulsiva.

El consumo se hizo hábito, y tengo una fuerte dependencia psicológica o física, o ambas. Tengo una enfermedad crónica y recurrente por una búsqueda patológica que me alivie.

Al principio de este apartado mencioné “soy adicto porque puedo”, y le agregaría “aun a pesar de mí”, y fue casi como arrogante, pero no lo es, en realidad soy adicto entendiéndolo como una compulsión recurrente a realizar alguna actividad específica a pesar de sus consecuencias nocivas, consideradas así aun por el propio protagonista, por ejemplo, lo podía ser a la comida, bebida, juego, deporte, etc., etc. Aunque me cueste medirlo en esos términos.

Aquí comienza mi primera faena, que será mi punto de partida, debo reconocerme ADICTO, y no será para nada sencillo hacerlo.

Reconozco en mí un hábito, o costumbre recurrente, cuando en realidad tengo una grave dependencia, que tiene consecuencias que afectan a mi vida personal / social y comprometen mi salud física y mental, además de mi capacidad de libre albedrío.

En definitiva, creo que no puedo vivir sin fumar, lo que me lleva a buscarlo en forma permanente y a veces compulsiva. Tal como lo manifiestan, literalmente, quienes quieren entrar en abstinencia.

El adicto no controla su dependencia, vive en función de ella, que es la que condiciona su rutina diaria. En nuestro trabajo sería el cigarrillo de la mañana, aquel que viene a mi mente, cuando apenas abro los ojos, aquel al que no puedo renunciar y me zambullo en esa faena, incluso muy a pesar de mí, doblegando mi voluntad… o tal vez el de la sobremesa, el del café, etc.

Dejar de fumar constituye un gran acto de fe y amor a vos mismo, te merecés esta oportunidad, por lo tanto debés tener la certeza de que has tomado la decisión correcta, no debés boicotearte, tu camino con pensamientos derrotistas que no te conduce a nada. O más bien te conduce nuevamente a la esclavitud.

Reconocer que soy adicto no tiene vuelta atrás, es la génesis del arduo trabajo que tengo por delante, y hacerlo no será fácil.

Cada individuo que anda felizmente fumando por la vida cree que los otros son adictos, no se reconoce en esa condición, es recién cuando empezamos a hacer nuestro trabajo con el cigarrillo a fin de desactivarnos que empieza a cerrar nuestro círculo no virtuoso.

Es así como entre negaciones, avances y retrocesos, doy mi primer paso y me reconozco como tal. Y no es porque lo digan los demás, lo internalizo y entre desilusión, temor, asombro y vergüenza lo asumo como propio, refleja mi condición.

Entonces, ¿¿¿qué es lo que necesito???... compartir, hablar con los demás, intercambiar, pero con aquellos con quienes logre empatía, que hablen mi “mismo idioma”, necesito estar entre pares, ser escuchado y comprendido, no necesito ser juzgado, eso lo puedo hacer yo, y muy bien. Debo buscar incansablemente un GAM, que ya abordaremos más adelante.

Desactivad@

Подняться наверх