Читать книгу Más allá de las cenizas - Marlyn Olsen Vistaunet - Страница 7

Reconocimientos

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Se necesita una comunidad para escribir un libro. Un agradecimiento sincero a cada persona que me ha ayudado a escalar esta montaña.

Primero, a mis padres, quienes me convencieron de registrar las historias de mi niñez desde una edad temprana; sin esa información detallada no hubiera podido escribir este libro. Agradezco que hayan amado la Palabra de Dios, que nos hayan amado incondicionalmente a nosotros, sus hijos, y que me hayan recordado que mi tesoro más preciado se encuentra en la Biblia.

A Philip Samaan, orador, autor y profesor de Religión en la Universidad Adventista Southern, quien luego de escuchar mi testimonio sobre mi secuestro en México, me animó a escribir la historia. La primera versión condensada fue publicada en la Adventist Review en septiembre de 2007.

Gracias a Phyllis George McFarland, escritora/editora, por la camaradería que compartimos al colaborar en la redacción de las historias de mi niñez temprana; especialmente en la segunda versión detallada de “La pequeña niña perdida” (capítulo 1). Atesoraré para siempre sus habilidades expertas de edición, su perspectiva sobre el universo de las palabras, su sentido del humor y sus incansables palabras de ánimo. También agradezco al autor y editor Ken McFarland, quien en ocasiones le echó una mirada al trabajo de Phyllis para ofrecer el consejo perfecto.

A Camille McKenzie, autora, mentora y amiga, quien me convenció de que realmente tenía un libro, y que cada experiencia debía registrarse: las buenas, las difíciles y las dolorosas. “Escribe pensando en tus lectores. Tus experiencias pueden beneficiar a otros”, me decía. Gracias, Camille, por dos años de ánimo y de “vistos buenos” hasta que el trabajo estuvo completo.

A mi esposo, el pastor Loren, por estar a mi lado en esta aventura, por escucharme recitar historias, hacer comentarios y alentarme a avanzar. Gracias por tu consuelo cuando la narrativa era dolorosa. Mi gratitud no tiene límites.

A todas las hermosas personas que fueron ejemplos a imitar mientras yo crecía; por su poderosa influencia en cada conversación, por cada acto de bondad y por mostrar que hay gozo en la vida… gozo que se puede encontrar en estas páginas.

A mis queridos amigos en mi comunidad de redes sociales, que continuamente me inspiran, me animan y me iluminan; cuyos mensajes personales y palabras amables son como rayos de luz que brillan entre las nubes. Muchas gracias por mantener vivo mi sueño.

Finalmente, y por sobre todo, a mi Señor y Salvador, Jesucristo, quien susurró en mi oído el deseo de escribir; quien me consoló constantemente, secó mis lágrimas, danzó de gozo, y me guio y apoyó cuando quería darme por vencida. ¡Él es el Héroe en este libro!

Más allá de las cenizas

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