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Jubilados y pensionados y AUH

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Se pagó un bono extraordinario de cinco mil pesos en diciembre y otro en enero de 2020 a quienes percibían sólo un haber mínimo o hasta un tope de $19.068, así como de dos mil pesos a los beneficiarios de la AUH (asignación universal por hijo). Y a partir de marzo, se puso a disposición una lista de 170 medicamentos gratuitos para los afiliados a PAMI.

Al mismo tiempo, se congelaron las jubilaciones, suspendiendo la fórmula que había impulsado la gestión anterior con la reforma jubilatoria de finales de 2017 y modificando a partir de allí los haberes por decreto hasta que se sancionó la nueva fórmula en diciembre de 2020.

Es obvio que la medida no es la más deseable, pero atiende un concepto claro a la hora de ordenar prioridades, y opera sobre el segmento de beneficiarios más castigado frente al avance de los precios en la gestión de Macri. Luego se presentó el nuevo proyecto de ley de actualización de los haberes regresando al criterio vigente hasta 2017, donde la evolución quedó atada a variables como salarios y recaudación, desenganchando la actualización del avance de los precios al tiempo que vincula la mejora del poder adquisitivo de jubilados y pensionados al modo en que se muevan el salario y a la performance de la economía en su conjunto.

De esta manera, los recursos fiscales se reorganizaron buscando fortalecer la base de la pirámide al tiempo que se relegó a quienes percibían haberes más elevados. Es decir, teniendo en cuenta los bonos que se otorgaron en 2020, aquellos que cobraron la jubilación mínima quedaron casi a la par de la inflación, mientras que los que perciben haberes más elevados vieron caer su poder adquisitivo.

Si observamos la evolución de las jubilaciones, AUH y Salarios versus los precios, veremos que en la última década los números hablan por sí mismos.

TABLA 5



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