Читать книгу El atajo - Mery Yolanda Sánchez - Страница 11
ОглавлениеSIETE
Depende de quién interroga hay que preparar el gesto, la sonrisa, el carácter y así mismo dar nombre a la institución que represento. Una puesta en escena flotante según las circunstancias. Se resiste para cumplir. Navego en el dolor de la selva.
Varias mujeres bajan de una canoa con motor, venden pomarrosas. Tiempo atrás, mi madre me había recomendado conseguirle unas. Las comí y ese sabor a casi nada cayó en mi estómago. La pulpa, un algodón gelatinoso, rodó, bajó, se descompuso en mí, adentro. Vi deslizarse los trozos hasta abrir su exquisito olor. Y ya no olía a miedo, era pomarrosa, madre. Ser desde la boca hasta los pies.