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Capítulo VIII Sueños

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La noche fue larga. La ultima vez que miro el reloj, eran la 5:30.

Todavía faltaban un par de horas, por lo que se acomodo de nuevo en el sofá, y se quedo profundamente dormida.


Miro a su alrededor, y estaba de nuevo en la habitación donde vio por primera vez a Amat, a Thoth.


Y se miro.


Zoe, era la mujer de la que Amat-Thoth estaba enamorado.


-Eres demasiado hermosa, no se ni como he conseguido que te enamoraras de mi. -Dijo Thoth detrás de ella.


Se volvió y él la abrazo muy fuerte, y la beso apasionadamente. -Seshat, te amo.-


-Thoth, te amo. -Y se besaron de nuevo.


El hizo un pequeño movimiento y ella se separo de él. -¿Te duele? -dijo ella señalando el tatuaje del pecho.


-No. Solo un poco incomodo, no quiero mancharte de la crema que me has puesto para que cicatrice pronto.-


-No pasa nada, así se me hidrata la piel. - Dijo ella cogiéndolo de la mano, y llevándolo a la cama.


Allí, se besaron, y la temperatura fue subiendo de nivel.


-DIOS MIO. -Grito Zoe, despertándose. -Acabo de hacer el amor con Amat... aunque era Thoth..., pero yo era Seshat..., Virgen Santísima.- Respiro hondo, intentando calmarse.


Se sentó en la cama, y pensó que tenia que contárselo a Amat, pero como se lo contaría. No, mejor no lo hacia.


-Madremia, me tenia que haber ido a mi casa. Que locura de noche. ¿Que hora sera?... Las 8 menos cuarto.... y encima voy a llegar tarde, estando en el mismo edificio.-


Se vistió corriendo y fue al office a desayunar.


Esperaba no encontrarse con Amat, pero al mismo tiempo deseaba verlo.


Y alli estaba, charlando con Ansuez, tan guapo como en sus sueños. -Buenos días, caballeros- dijo ella tímidamente cuando entro en la estancia.


-Buenos días- le contestaron y siguieron con su conversación.


Algo había llegado mal en el envío que recibió Ansuez esa noche, y estaba hablándolo con Amat.


-Bueno, voy a hacer lo que me has dicho. -Dijo Ansuez, dejando la taza, en la que acababa de tomar café en el fregador. Y Salio por la puerta dejándolos solos.


El Comandante, no pudo resistir la tentación y se acerco a donde ella se estaba preparando el desayuno. -Buenos días, Zoe -dijo de una manera encantadora.


Zoe lo miro a los ojos y le sonrió -Buenos días Ramiro.-


-He tenido un sueño bastante extraño- Dijo pensativo, dudando si contárselo o no.


-Yo no he dormido bien tampoco -Contesto Zoe, y le dio un sorbo a su taza.


-He soñado que yo era Thoth y tu Seshat, y hacíamos el amor. -Dijo sin miramientos y con una voz muy sensual. -¿Crees que lo soñé por que te vi desnuda? ¿O sera otra cosa?-


-Yo he tenido el mismo sueño -Dijo ella, mientras deseaba meterse dentro de la taza de la que bebía.


El Comandante la cogió suavemente del brazo y le pregunto, a unos centímetros de su cara -¿El mismo sueño?-


-Zoe bajo la taza y mirándolo a los ojos, le dijo -Tu... bueno... Thoth, estaba molesto por que Seshat le había hecho el tatuaje del pecho, pero tu..., es decir, el ...no quería decírselo y le dijo que...-


-... que no quería marcharla, con la crema que le había puesto, para que cicatrizara pronto- termino él la frase.


Ambos se quedaron pensativos.


Zoe siguió desayunando, y veía como Amat estaba preocupado y no paraba de pensar que pasaba.


Cuando dejo la taza en el fregador, Amat le dijo.


-Ya, pero... Crees que la atracción que sentimos mutuamente, ¿se debe a los sueños?, o es ¿por que realmente somos ellos?- dijo casi en un susurro, temiendo que entrara alguien y los escuchara.


Zoe se le quedo mirando, como si de nuevo le hubiese vuelto a leer la mente. Ella había estado sopesando esa posibilidad.


Amat, al ver la cara que ponía continuo exponiendo su teoría. -Piénsalo bien, Zoe. La noche en que me ocurrió todo, tu tienes un sueño..., en el que yo aparezco.

Yo, en teoría, debería estar traumatizado por todo lo que me paso... pero estoy feliz... por que tú estas aquí.

Y eso, que apenas hace unos meses, que mi esposa, de la que estaba totalmente enamorado, ha muerto.

Y tú... no se muy bien lo que sientes por mi... pero creo que sientes algo, desde que tuviste el primer sueño... atracción física, seguro.

Tenemos que estar hechizados, embrujados o algo por el estilo. -Sentencio Amat.


Zoe lo miraba, y no daba crédito a lo que escuchaba.


-Buenos días -dijo Raúl cuando entro en el Office, y se fue directo al frigorífico, dejo una bolsa y se fue de nuevo.


-Yo he llegado a la misma conclusión -Acertó a decir Zoe, cuando salio Raúl. -Pero tu "hechizo", lo llamaremos así de momento, es diferente al mio. Yo no estoy sujeta a nada, solo tengo sueños.-


-Zoe, eso es lo que no entiendo. Lo único que se me ocurre es que yo tengo algo que te pertenece, y te lo tengo que dar. -dijo esto ultimo cogiéndola del codo, de nuevo.


Zoe se soltó con disimulo, y le pregunto -¿Que puedes tener tu, que me pertenezca? ¿Los tatuajes?-


-No- Respondió el rápidamente y totalmente convencido. Y la volvió a coger del codo. -Zoe, tu eres ella, la mujer del sueño. Seshat.-


-Buenos días- Dijo Katia entrando en el office y viendo la escena.


Ambos estaban a unos centímetros, el uno del otro, mirandosen a los ojos, y Amat tenia cogida a Zoe, por un codo.


-Mejor vuelvo luego, creo que he interrumpido algo -Dijo tímidamente.


-No Katia, no te vayas. -Dijo Amat, soltando a Zoe.


-De verdad, que no importa, vuelvo después. -Dijo Katia.


-Amat tiene una teoría, y yo no se si lleva razón o no. -Dijo Zoe intentando que Katia no se fuera y escuchara al Comandante.


-Todavía estáis aquí, venid rápido. -Dijo Raúl cuando descubrió que estaban todavía en el office, desayunando.


Los tres salieron rápido y fueron al laboratorio.


-¿Que ocurre? -pregunto Amat cuando entro al laboratorio


-Ahora ya nada. -Dijo Roque, con pena.


-Todos los sensores están perfectamente, no hay fallo en ninguno de ellos. -dijo Irma


Raúl, dijo -Cuando he venido del office, he visto que la piedra estaba levitado, sin emitir ningún tipo de sonido. Una de las maquinas, se ha puesto a pitar como loca, y me han dicho que fuera a buscaros.-


-Ya había pasado dos veces, antes -dijo Roque -Apenas a durado unos segundos, cada vez. La vez mas larga ha sido cuando ha venido Raúl.-


-¿Exactamente, cuando ha sido eso? -Pregunto Zoe totalmente intrigada.


-Ahora mismo. -Respondió Roque.


Zoe y Amat se miraron. Ambos comprendieron que la piedra había reaccionado cuando Amat había tocado a Zoe.


-Amat..., tenias cogida a Zoe del brazo, cuando yo he llegado. -Dijo Katia, aclarando las dudas de todos.


-No creo que este relacionado, una cosa con la otra -Dijo Zoe a modo de disculpa.


-Eso tiene fácil solución- dijo Irma, cogiendo a Zoe del brazo y acercándola a Amat, les dijo. -Cógela, como la tenias cogida cuando os ha visto Katia.-


Amat, siguiendo la orden que le acababan de dar, cogió de nuevo a Zoe por el brazo.


Y todos se quedaron boquiabiertos, cuando la piedra volvió a reaccionar de la misma manera.


-Si no lo veo, no lo creo. -Dijo Abigail , que estaba observando la escena. -Suéltala y vuélvela a coger- Dijo.


Amat la soltó, y ambos dieron un paso hacia atrás, separandosen. Y la piedra volvió a su estado anterior.


Amat, se acerco de nuevo a Zoe y apoyo ambas manos sobre los hombros de ella.


Y la piedra volvió a levitar.


-Ahora si que no queda ninguna duda. Estáis conectados. -Dijo Katia con pena. Ella sabía desde el principio que eso era así, pero no lo quería creer. Ahora, ya no había dudas.


-Comandante -dijo Roque -Ha tocado a Zoe por encima de la ropa, ¿podría cogerle la mano. Piel con piel?-


Amat y Zoe no sabían que hacer, normalmente, eran ellos los que daban las ordenes, pero aquella mañana fría de invierno, eran ellos las que las recibían.


Y con mucha dulzura, Amat, le cogió la mano a Zoe. No sabia si estaba mas nervioso por los avances que estaban haciendo o por que estaba tocando a Zoe. No se atrevía a mirarla a la cara, y miraba su manos entrelazadas.


Zoe, estaba igual, nerviosa, excitada, a punto de desmayarse.


Cuando Amat le cogió la mano, la piedra, tuvo la misma reacción, pero esta vez, emitía un sonido melodioso, muy dulce, casi embaucador.


-Yo lo flipo. -Dijo Irma mirando los datos que aparecían en la pantalla del ordenador. -Tenéis que besaros - Ordeno sin miramientos.


-NO -Grito Katia. -De eso nada. Ya hemos hecho bastantes experimentos por hoy. -Y se metió entre Amat y Zoe. Agarro a Zoe y la saco del laboratorio.


-¿Me he perdido algo? -Pregunto Irma, sin entender la reacción de Katia.


Zoe se dejaba arrastrar hasta que llegaron a su despacho. Katia dio un portazo y le exigió explicaciones a Zoe. -¿Que pasó anoche? Por que no me negaras que no es extraño que después de casi tres meses, la dichosa piedrecita reaccione así ahora.-


-Nada Katy -Dijo Zoe intentando tranquilizar a Katia

-Nada...¿nada?... ¿de verdad crees que me lo voy a creer?. Os he visto muy acaramelados esta mañana. Algo paso y quiero saber el que.-


-Ven, siéntate. -Dijo Zoe señalando el sofá, y Katia, refunfuñando, se sentó al lado de Zoe.


-Ya te conté lo que había pasado en la ducha.-


-Sí..., pero también me colgaste..., y cuando te llame, varias veces, por cierto..., me cogió el teléfono él. Lo que significa que él y tu estabais en el mismo sitio, juntos .- Dijo Katia.


-Sí, eso también es cierto. Estábamos aquí, Katia. Yo estaba muy nerviosa, y tu risa, me puso mas nerviosa todavía.

Tenia pensado en pasar aquí la noche, no quería ir a casa, por si me encontraba con Pelayo. Y tampoco me apetecía ir a tu casa, quería estar a solas...Lo necesitaba.


No sabia si quedarme o irme, cuando Amat llamo a la puerta, me había dejado la toalla en su baño y vino a devolvérmela.

Me pidió que no dijera nada, a nadie, y se enfado muchísimo cuando le dije que te lo había contado.


Creo que lo hizo, para que no sintiera vergüenza delante de el ..., algún rollo psicológico de esos que usan los militares, o algo por el estilo...El caso en que comenzamos a discutir...


-¿Y te beso? -pregunto intrigada Katia.


-Ojala... no. Me cabreo hasta que le dije que era un idiota.-


-¿Y? -preguntaba con la mirada Katia.


-Que soltó una carcajada que se tubo que oír en todo el edificio.

Entonces comprendí que no estaba molesto de verdad, que lo había echo solo para que perdiera la vergüenza delante de el. -Dijo Zoe levantándose del sofá, sintiéndose culpable. -Fui muy borde con el.-


-Acabáramos... -Dijo Katia desplomándose en el sofá. -Pues menos mal que no paso nada, si llega a ocurrir, explota la piedra.-


-No nos tocamos, ni nada. No hubo contacto físico de ninguna manera. -Dijo Zoe, en modo disculpa, sin entender lo que Katia quería decir.


-A ver, vamos a centrarnos. -Dijo Katia, levantándose del sofá y acercándose a Zoe que estaba apoyada en su escritorio. -Vosotros estáis conectados, de eso ya no hay ninguna duda...- Dijo Katia, pero Zoe la interrumpió.


-Si, esa es la teoría de Amat. El cree que estamos hechizados o algo parecido.-


-Algo parecido, no. El si esta hechizado, sin duda alguna, o ¿que opinas de sus tatuajes flotantes?- Dijo Katia.


Zoe asintió con la cabeza y Katia continuo con su teoría. -Como decía. No hay ninguna duda de que ambos estáis conectados de alguna manera que todavía no conocemos.

El hecho de que anoche discutierais, y os dijerais todo lo que os molesta del otro, rompiendo ciertas fronteras emocionales..., ha tenido que ser el catalizador, que os ha impulsado a una nueva fase.


-Pero...¿Si eso es cierto...? -Dijo Zoe recuperando su don analítico, y dejando de sentirse una victima de las circunstancias, retomando el control sobre su vida. -Si eso que dices es cierto, yo no corro ningún peligro a su lado. Podría tocarle los tatuajes como el Teniente Ansuez.-

El misterio del tatuaje flotante

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