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Capítulo 2 Proyecto Hierro

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-Zoe, Zoe, despierta- dijo Pelayo.


-¿Qué pasa? ¿Por qué me despiertas?- Dijo Zoe entre sueños.


-Estabas llorando, ¿Estas bien?- Pregunto Pelayo


-Si,... sí, he tenido un sueño muy raro- Dijo ella un poco desorientada.


-Y me dijo "Intenta descansar, mañana te espera un gran día", y se dio la vuelta, apago la luz y se quedó otra vez durmiendo.- Le contaba Zoe a su amiga, de camino al trabajo.


- Desde luego, vaya un espécimen...- Dijo Katia.


Zoe la miro con reproche, y esta prosiguió- Ya sé que es tu novio, y que le amas- dijo esto último en tono burlón- pero reconoce que no es muy delicado, podría haber preguntado que era ese sueño.-


-Sí, eso lo podía haber hecho, pero no lo hizo.- dijo Zoe, con un poco de pena- Y yo no he pegado ojo desde entonces.-


-Zoe,- prosiguió Katia,- es que, es muy fuerte... qué lástima que no fuese una película, me gustaría verla.-


-No sabía que se podía amar con tanta intensidad- dijo Zoe- Ahora me siento vacía, como si me faltara algo.-


-Sí, un novio nuevo- dijo cortante Katia.


Zoe la miro, y se sonrió - No tienes arreglo Katia.-


-¿Yo?- pregunto Katia sorprendida- Pero si no pegáis ni con pegamento, Tú, una arqueóloga con matrícula de honor en todas las asignaturas, durante toda la carrera, y él... por favor. - Dijo esto último con tono despectivo.


-Pelayo es recepcionista en un hotel, sabe hablar 4 idiomas...- defendió Zoe.


-¿Cómo?- Pregunto ofendida Katia- A ver si hago el recuento bien, español, valenciano, inglés y... ¿Y?, me faltan 2, por qué, que yo sepa, el valenciano es un dialecto, que solo se habla en 3 provincias de las 50 de España..., bueno, que en realidad son 52 si sumamos a Ceuta y Melilla... y estoy divagando.

¿Cuáles son los otros dos idiomas?-


-Francés e Italiano- Dijo con contundencia Zoe.


-Eso no es correcto, Zoe, porque esos dos idiomas los está estudiando ahora -corrigió Katia- ...lo que voy a disfrutar cuando nos contraten el "El Prado", y el no encuentre trabajo, porque el "hotel de papa", no tiene sucursales en Madrid- dijo con ironía Katia.


-Vale, vale, Katia, comparado con mi currículum, el suyo es de risa, y el tuyo también, bueno,... en realidad cualquier currículum es de risa.- Dijo Zoe burlándose de su amiga.


Katia, dejo de andar, giro la cabeza, como dándole la razón a su amiga y dijo -Hombre, mirándolo así, eso es cierto. Pero...-


-Siempre hay un pero...- dijo Zoe resignada, reanudando el paso.


-Pero...- repitió Katia- no pegáis, lo siento, no lo veo.-


Zoe se echo a reír, resignada, de lo que su amiga de toda la vida, le acababa de confesar,... otra vez.


Katia y Zoe se conocían desde pequeñas, ya en el cole congeniaron muy bien, y siempre habían sido aliadas.


En la Universidad, las dos comenzaron a estudiar Arqueología, las pirámides les fascinaban,... pero Katia encontró que la arqueología de biblioteca era lo que realmente le gustaba.


Se dio cuenta el día que tuvo que tocar una momia, casi se muere de asco, vomitando, con mareos...


Aquel echo, fue una prueba de fuego para ambas, por que así descartaban a los buenos investigadores de campo, de los buenos investigadores de biblioteca.


Zoe pasó la prueba con orgullo, y ambas recordaban aquel día con sentimientos diferentes... casi igual que con lo que sentían por Pelayo, el novio de Zoe.


Ambas chicas llevaban un año trabajando en un equipo arqueológico de España. Estaban destinadas en la ciudad de Alicante.


Ese día, era especial, por que, por fin les daban un proyecto serio, un trabajo de verdad, como decía Katia. Y Zoe, era jefa de equipo. Era el 3 de Septiembre.


Las dos chicas formaban equipo, junto con otras cuatro personas.


Irma Castro y Raúl Padilla eran informáticos.


Irma era la encargada de todo lo referente al ordenador, programas fotos... todo aquello que les facilitara el trabajo.


Y Raúl tenía que llevar el control sobre los gastos de proyecto y toda la parte administrativa del proyecto. Era un enlace entre el museo y el equipo.


Abigail Pacheco se movía en silla de ruedas, por un problema degenerativo, pero era un cerebrín, inteligente y lista, y con un gran corazón.


Ella era la ayudante de Katia y la de mayor edad del equipo.


Roque Quesada, era el más joven de todos. Era el ayudante de Zoe, quien lideraba el equipo, junto a Katia, que asumió el segundo puesto del equipo.


El proyecto consistía en catalogar correctamente un mapa y mucha documentación que habían descubierto enterrado, en una reforma del castillo de Santa Bárbara.


Era su primer proyecto como jefa de equipo, y ya conocía al resto del equipo de otros proyectos.


Apenas llevaban un mes analizando el misterioso documento, cuando llego la Directora del Centro, e informo a Zoe, de que no podían continuar con ese proyecto, porque, el Ejército de España los reclamaba para un asunto "Clasificado".


Debían de recoger todas sus pertenencias y desplazarse a otro laboratorio, en las afueras de la ciudad, lo antes posible.


Como estaban trabajando en un laboratorio en el que apenas podían moverse los seis, tardaron un par de horas en recogerlo todo e ir al nuevo laboratorio.


El equipo estaba encantado, les falto hacer una fiesta cuando aterrizaron en el nuevo laboratorio.


Dejaron sus cosas y se fueron a comer. Después buscarían donde colocarlas.


Cuando volvieron, felices, se separaron por la enorme habitación, para elegir su lugar de trabajo.


-Aquí podemos hacer carreras de sillas de ruedas- Dijo Irma mientras cogía la silla de Abigail y salía corriendo con ella. Abigail se reía, estaba feliz.


Mientras estaban decidiendo donde colocar sus cosas, las puertas dobles, de la entrada al laboratorio, se abrieron de repente, con gran estruendo.


Entraron dos militares, armados hasta los dientes.


Todos se quedaron mudos, y como en un acto instintivo, se agruparon alrededor de Zoe y Katia.


Katia, agarro a Zoe del brazo.


-Tranquilos- dijo tranquilamente Zoe, al sentir el desconcierto en su equipo, mientras, soltaba la mano de Katia y se dirigía hacia la puerta.


Apenas había dado dos pasos, cuando entro una gran caja de madera por la puerta.

Todos se quedaron atónitos por el tamaño.


-Dra. Alcalá- salió una voz potente, por detrás de la enorme caja, que dejo helados a los asistentes a aquella extraña escena.


Por detrás de la caja, salió un hombre alto, fornido, moreno de piel y de pelo, vestido de militar de alto rango.


Esa imagen dejo helada a Zoe. No se podía creer lo que estaba viendo.


Su cuerpo temblaba y se quedó sin palabras. ¡¡¡Era Dyehuty!!! Thoth.

Katia noto que algo le pasaba a su amiga y se fue a su lado, cogiéndola de nuevo del brazo.


-¿Dra. Zoe Alcalá?- Le pregunto el militar acercándose a ella.


Inconscientemente, Zoe movió la cabeza en signo afirmativo, mientras, no podía salir de su asombro.


El hombre de sus sueños, el que se despedía de su amor eterno, era real, y estaba allí,... frente a ella.


-Dra. Alcalá, soy el Comandante de la Fuerzas Aéreas Amat, seré su enlace con el Gobierno en este proyecto - Siguió diciendo el, sin importarle que ella lo mirara totalmente alucinada.


El Comandante levanto un sobre que llevaba en la mano, y Zoe lo cogió en un acto reflejo.


Él, entonces, se dirigió hacia el resto del equipo.


-Como ya les habrán informado, esto es un asunto de "Alto Secreto", nadie, absolutamente nadie, debe conocer en que trabajan. No permitiré filtraciones de ningún tipo.


Tengo carta blanca para hacer "lo necesario", para que este asunto siga siendo "clasificado"

No es una simple amenaza.


Han muerto 200 personas hasta que hemos llegado hasta ustedes, y les puedo asegurar, que 6 más no serían un obstáculo. -Se hizo un silencio sepulcral en la sala.


Se volvió hacia Zoe, que lo miraba, ahora con miedo, y que no se había dado cuenta que Irma, también estaba a su lado.


-Yo encontré...- continúo el militar, mientras señalaba la caja. Respiro hondo, muy hondo..., como si un gran dolor se le acabara de remover y prosiguió, con voz menos autoritaria. -Yo encontré esto,... y estoy condenado a ser su guardián por el resto de mi vida. A sí que... acostúmbrense a verme por aquí- dijo ya en su tono autoritario. -¿Alguna pregunta?- Dijo


-Comandante, yo tengo una- Dijo Raúl, como si no le afectara el tono autoritario del Comandante.


El Comandante Amat asintió con la cabeza, para que prosiguiera.


-¿Nosotros para quien trabajamos?, ¿Para el Museo? ¿Para el Ejército? ¿Para usted?- Raúl estaba acostumbrado a que le hablaran en ese tono, y el Comandante no ejercía ningún miedo en el.


El Comandante se quedó mirándolo como si fuera un insolente y le pregunto -¿Acaso importa?-


-Sí, sí importa- Contesto Raúl sin importarle el tono intimidador en el que le hablo el Comandante.

-Soy el encargado de controlar los gastos y debo saber, en que partidas debo meter los gastos, y sobre todo, a quien tengo que solicitar el material necesario para que este equipo realice bien su trabajo.-


Era cierto, El Comandante, se dio cuenta de que lo que aquel hombre le decía, era cierto.


-CABO- Grito de repente, asustando a Raúl que dio un paso hacia atrás.


Un hombre joven, de apenas unos 30 años, apareció por la puerta.


-Sr.....- Dijo Amat señalando a Raúl, a lo que este contesto

-Raúl Padilla.-


-Cabo, acompañe al Sr. Padilla, con el Capitán, tienen que hablar de "números".- le dijo el Comandante al Cabo.


-Por favor, Sígame- Dijo educadamente el Cabo.


-¿Alguna pregunta más?- Dijo mientras miraba uno a uno a los ojos.


-No, no, no... - movían uno a uno la cabeza, hasta que llego a Zoe y por primera vez, la miro a los ojos.


Algo se estremeció en su interior.


Hacía mucho que nadie lo intimidaba de esa manera, y en ese momento, se acordó de que estaba tratando con civiles y los acababa de tratar como a militares.


Retiro la vista de Zoe y se dirigió hacia la puerta. Se sentía culpable, se volvió, y dijo con una voz menos autoritaria. -Ruego me disculpen, últimamente me han pasado cosas... muchas cosas, y he olvidado completamente que ustedes son civiles y no están acostumbrados al trato militar.

No nos queda más remedio, a todos, el tener que buscar el punto para trabajar en armonía.-

Se giró, acelero el paso y salió de la sala.


-Zoe, Zoe, ¿¿qué es esto??- Susurro Irma, que permanecía a su lado, mientras le cogía el sobre que el Comandante le había dado.


-Zoe,- dijo Katia con voz miedosa.


-Dyehuty- Consiguió articular Zoe, dejando a todos helados, de nuevo.


-¿Que estás diciendo, Zoe?, vuelve en ti, ¡¡Zoe!!- Dijo Katia, que estaba muy asustada.


Zoe volvió en sí, y cogiendo a su amiga de los brazos, mirándola a los ojos le dijo -Katy, es el del sueño este tan raro que tuve el día que nos encargaron el proyecto del plano antiguo del Castillo.-


Katia se quedó con la boca abierta.- ¿Ese es Thoth?, ¿Tu Thoth?- Consiguió articular después de unos segundos, que al resto del equipo le pareció una eternidad.


-Si - dijo Zoe con la cabeza.


-¿Se puede saber de qué puñetas estáis hablando?- dijo Irma con voz alta, rompiendo el ambiente que había creado el Comandante.


-Thoth es un dios egipcio, ¿cómo va a ser ese militar?- dijo Abigail


Zoe, les contó abreviadamente, el sueño que tuvo hace unas cuantas semanas, y que no había podido olvidar.


-Raro es, desde luego...¿Y qué hacemos ahora?- Pregunto Abigail.


El sobre que me ha dado, era pesado, ¿dónde está?- dijo Zoe.


Irma lo mostró


- Vamos a la mesa, a ver que es - dijo Zoe.


Se acercaron a la mesa, y abrió el sobre que le había dado Irma.


Dentro había otro sobre, y dos hojas con detalles.


-A ver equipo, que leo- dijo Zoe, antes de abrir el segundo sobre.


"Proyecto Hierro"


Alto Secreto del Gobierno de España


Cualquier filtración será tomada como alta traición al estado Español, siendo el Comandante de las Fuerzas Armadas Aéreas Españolas, Dr. Ramiro Amat Fernández, máximo responsable en la toma de decisiones en este ámbito.


Dicho Comandante, también es el máximo responsable académico en este proyecto, quedando todo el personal, militar y civil, que trabaje en este proyecto, bajo su tutela y juicio.


Dra. Zoe Alcalá Iniesta, será la directora del equipo civil, constando este con:


-Dra. Katia Alcalá de la Alameda Juárez, como especialista en traducción de textos antiguos.

-Dra. Abigail Pacheco Puche, como ayudante especializada de la Dra. Alcalá de la Alameda.

-Dr. Roque Quesada Villar, como ayudante especializado de la Dra. Alcalá.

-Dr. Raúl Padilla García, como Ingeniero en Informática de Gestión.


-¿Raúl es ingeniero informático?- Pregunto Irma desconcertada, interrumpiendo la lectura de Zoe


-Sí, lo dicen los militares... y no creo que se equivoquen- contesto Zoe. -Continúo leyendo.-


-Dra. Irma Castro del Castillo, como Ingeniera Jefe en aplicaciones informáticas y de sistemas, y responsable de la seguridad informática.


-Ja...- volvió a interrumpir Irma- Perdón, no lo he podido evitar... Raúl es mi ayudante, ja...


-No te pases con él, ¿vale?- Le dijo Zoe a Irma sonriendo.


-Valeee..., seré buena chica- dijo con voz burlona, mientras le cucaba un ojo a Abigail.


Zoe continúo leyendo.


Si alguno de ustedes, no están de acuerdo, por favor, salgan por la puerta.

En caso contrario, estarán obligados a seguir las normas que el Comandante Amat considere oportunas.


-Y aquí termina, con un montón de firmas.- Dijo Zoe, enseñando las firmas a sus compañeros.


-Abriré este nuevo sobre.- Continuo diciendo.- ¿Alguien se retira? Estaremos bajo el mando del Comandante. Las reglas las dicta el y solo el. ¿Nos quedamos todos?-


Todo el mundo estaba de acuerdo, se quedaban todos.


Zoe abrió el segundo sobre con cuidado y salieron de él muchas fotos de tatuajes, y una nueva hoja de instrucciones.


"Proyecto Hierro"


Alto Secreto del Gobierno de España.


Su primera misión, será averiguar que significan los tatuajes de las fotos.


Hasta que no lo sepan, no deberán abrir la caja, ya que podrían morir en el momento, sin aviso previo.


Hubo intercambio de miradas, mientras Zoe continuaba leyendo.


Los tatuajes son la clave, para controlar el artefacto que hay dentro de la caja.


Firmado

Felipe VI de España


-Necesito una silla- dijo Abigail, rompiendo el silencio.


-Muy graciosa- Dijo Irma- ¿Y qué hacemos con la de ruedas?-


-Me la quedo yo -Respondió Roque- Creo que me voy a desmayar.-


-Yo tengo ganas de vomitar- Dijo Katia- No entiendo nada.-


-Chicos, chicas...-dijo Zoe completamente restablecida y sorprendentemente relajada.- Esto es lo que hemos estado esperando toda nuestra vida. Por eso nos hicimos arqueólogos...-


-Yo no, yo soy informática- Reclamo Irma.


-Venga equipo, ...es lo que habíamos soñado.

Ademas, ya no hay marcha atrás. El tiempo de renuncia ya paso, cuando abrimos el segundo sobre.

Vamos..., es lo que siempre hemos deseado,... un puzzle que poder re-colocar..., Indiana Jones...-


-Si, a eso si me apunto- Dijo Irma


-Y yo- Dijo Abigail.


-Y yo- Dijo Roque.


-¿Katia?- Pregunto Zoe.


-Pues claro, ¿qué vais a hacer sin mí?- respondió Katia


-Entonces ya estamos todos, ¿no?- dijo Zoe, emocionada.- e hizo recuento.


-Zoe, si, Katia, si, Abigail, si, Roque, si, Raúl... tendré que informarlo después e Irma, sí.


-Of course- dijo Irma, mientras les quitaba a todos las fotos de las manos.

-Dadme las fotos, que voy a escanearlas- Y se fue, a un rincón donde había un ordenador y una impresora con escáner. Y mientras los demás la miraban atónitos, ella se puso a trabajar.


En ese instante, entro Raúl por la puerta, y le dio un papel a Zoe, y ella lo leyó, y dijo:

-Bueno..., por fin vas a trabajar en lo que estudiaste, Dr. Raúl Padilla, Ingeniero Informático.-


-No me tengo que preocupar por los gastos, y eso es tranquilizador. Ser secretario de todos..., va a ser una locura- dijo este cabizbajo.


Zoe apoyo una mano en su hombro, le sonrió y le dijo- Lo siento, eres el hermano pequeño de nuestra extravagante familia.-


Raúl la miro y le devolvió la sonrisa.


-LAS FOTOS ESTÁN NUMERADAS- Grito Irma, rompiendo el momento familiar, desde el escáner.


-Dame las que ya tienes escaneadas- Dijo Zoe acercándose a ella.


En la esquina derecha de cada foto había un número, siendo la mano derecha la primera, por delante y por detrás.


-Hay dos 1- dijo Irma- Por lo que he visto, creo que es el cuerpo de un hombre tatuado por delante y por detrás.


-Necesito una pared grande- Dijo Zoe.


-¿Qué pasa?- Pregunto Raúl


-Ven, yo te lo explico- Le dijo Abigail.


Zoe comenzó a buscar entre las cajas que había allí, y encontró lo que buscaba, cinta de doble cara.


Comenzó a pegar las fotos en la pared que quedaba a la izquierda de la puerta, quedando la mano derecha en el centro de aquel extraño mosaico.


El resto del equipo, comenzó a ayudarla, mientras Irma terminaba de escanearlas, y Abigail ponía al día a Raúl.


Mientras el trabajo comenzaba en el laboratorio, el Comandante intentaba ordenar sus ideas, cosa que no era fácil, después de todo lo ocurrido.


-Comandante, -le llamo alguien a sus espaldas.- ¿Te encuentras bien?- dijo el Teniente Ansuez.


-Sí, no te preocupes.- Le contesto Amat.

El misterio del tatuaje flotante

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