Читать книгу Llegan 3 ¡y antes de tiempo! - Mónica Virchez Figueroa - Страница 14
Planificación de la familia, la noticia y la sorpresa
ОглавлениеLa gente cree que tengo una historia de “cuento de hadas”, porque ven a mis hijos sanos, por fortuna. Pero no fue realmente así y ahora les contaré la realidad de esta gran aventura. Me siento muy afortunada con la experiencia vivida en Inglaterra.
¡Uno de cada diez nacimientos en el mundo son prematuros! La prematuridad es uno de los problemas de salud más prevalentes entre la población infantil de los países desarrollados. Entre un 8% y 10% de los nacimientos se dan antes de la semana 37 de gestación, y es la causa del 75% de la mortalidad perinatal, además de ser motivo del 50% de los problemas de discapacidad en la infancia (UNICEF, OMS).
Iniciaré mi relato contando que Marc y yo dejamos nuestro México lindo y querido después de habernos casado, y de que él ganara una beca en el extranjero. Estuvimos cambiando de residencia y empezamos a plantearnos la idea de tener familia. Vivíamos en aquel entonces en Alemania, y la empresa donde trabajaba Marc lo trasladaba de nuevo al Reino Unido. Yo tenía 35 años y llevábamos una vida tranquila. Somos un poco aventureros y nos gustaba viajar y conocer diferentes culturas.
Llegamos a vivir a Inglaterra y nos instalamos en una cabaña, un antiguo granero a las afueras del norte de Londres, en un micro pueblo muy cerca de Watford y no muy lejos del trabajo de Marc. El lugar era hermoso, silencioso y retirado de la civilización. Estábamos rodeados de naturaleza, todo era muy verde, rodeado de prados y bosques. La típica campiña inglesa muy bonita, aunque aislada de la ciudad. Había animales silvestres a nuestro alrededor y ausencia de alumbrado en las aceras. Llevábamos una vida muy práctica y, en aquel entonces, yo trabajaba en la ciudad; estábamos como a 40 minutos del centro. Solíamos salir los fines de semana con nuestros amigos o a visitar los alrededores.
Todavía era finales del invierno, cuando salí un fin de semana a pasear con mi madre que estaba de visita con nosotros. Empecé a tener un dolor intenso en la parte baja de la espalda, en el riñón, y tuve que acudir a mi médico rápidamente. No podía ni conducir, era un dolor muy fuerte que no había sentido nunca. Tenía un cólico nefrítico o algo similar, así que tuvieron que ingresarme unos días para observación médica. Por ese ingreso y las pruebas de sangre que siguieron, supimos que estaba embarazada. Cuando nos dieron la noticia, nos quedamos muy asombrados. Realmente nos sentimos sumamente contentos y lo recibimos con mucho entusiasmo e ilusión. Seguí mi vida y mi rutina diaria de manera normal, no tuve náuseas o vómitos en las primeras semanas, como suele sucederle a muchas futuras madres, y eso me llamó la atención. Solo recuerdo haber estado muy sensible del sentido del olfato. Olía el café con claridad a larga distancia.
Primer trimestre de embarazo
En las primeras revisiones ginecológicas rutinarias, nos dijeron que estábamos esperando gemelos, lo cual nos hizo mucha ilusión pues personalmente siempre había deseado eso, pero nunca pensé que me pasara a mí. Nos hicimos a la idea de que tendríamos gemelos y estábamos felices con la noticia. Unos meses después, fuimos a la siguiente consulta médica y con el ultrasonido nos confirmaron que no veían dos bebés, ¡sino que eran tres! Y estaban en distintas bolsas.
No lo podíamos creer y nos sentimos todavía más emocionados. Claro que eran aún muy pequeños, pero se veían a la perfección en la pantalla del aparato. La verdad es que fue sumamente sorprendente y fuerte recibir la gran noticia para nosotros como futuros padres primerizos, la tomamos con gran ilusión y nos alegró muchísimo. ¡No lo podíamos creer!
En el marco del sistema nacional de salud (NHS) británico, se plantea la opción de la reducción de embriones, y, de hecho, nos preguntaron si estábamos de acuerdo con la idea de continuar con un embarazo de trillizos, ya que los embarazos múltiples implican altos riesgos físicos para la madre y los bebés, además de que plantean una gran aventura para los futuros padres.
Nosotros estábamos convencidos desde el inicio sobre nuestra decisión de quedarnos con los tres y seguir adelante con la gestación, no nos cupo ninguna duda. Por lo tanto, no se volvió a tocar el tema con el doctor. Mi médico nos indicó que sería un embarazo de alto riesgo por mi edad, además ser embarazo múltiple. A partir de los 35 años, las mujeres tienen mayores riesgos, además de necesitar cuidados especiales y mucho reposo. El médico nos recomendó que contactáramos con diversas asociaciones relacionadas con la maternidad para recibir asesoría y la guía necesaria, ya que tener un embarazo múltiple sería algo delicado e implicaría varios cambios en nuestras vidas. Nos sugirió que contactáramos a la Dra. Brant, de la Asociación de Embarazos Múltiples (Multiple Birth Association, MBA), en Londres.
Me puse en contacto de inmediato con la asociación y me comentaron sobre las próximas reuniones que organizaban para futuras madres de múltiples. Posteriormente, me enviaron información con las fechas de los siguientes encuentros para embarazas de gemelos o trillizos en un hospital de Londres, donde estaba la MBA en aquel entonces. Continuaba con mi rutina día a día y me sorprendió que realmente no tuviera cambios repentinos o notables en mi cuerpo como yo esperaba, por tratarse de mi primer embarazo ¡y de trillizos!
Lo único era que me sentía sumamente fatigada, tenía sueño permanente a todas horas. Durante el primer trimestre seguí moviéndome por la ciudad como de costumbre. Estuve tomando clases de yoga, pero las tuve que dejar pues me cansaba muy rápido con los ejercicios. Recuerdo algún día haberme quedado dormida en el tren antes de llegar a mi destino. Mi abdomen había comenzado a crecer poco a poco, y cada día estaba más y más grande.
Previendo los inconvenientes, decidimos que lo más acertado sería cambiarnos de casa. Vivíamos en un lugar hermoso y rodeado de naturaleza, muy sano, pero muy apartado de la ciudad, y no me veía con mis tres futuros bebés alejada de la civilización y de todo lo que pudiera necesitar como madre primeriza. Así que empecé con la búsqueda de un piso en Londres. Estaba cursando mi primer trimestre del embarazo.
Al visitar los diferentes departamentos, tuve algún dolor de ciática, pero sólo era molesto y me duró un par de días, nada especial. Poco a poco veía que engordaba, pero solo de la barriga, los brazos y la cara se adelgazaban. Por supuesto que el médico me había recetado suplementos de hierro y ácido fólico, además de aspirina infantil para los primeros meses, los cuales tomaba sin falta, e intentaba comer alimentos sanos, pero reconozco que no tenía apetito y me sentía satisfecha rápidamente. El estómago se me llenaba muy pronto. Comía lo que me apetecía en ese momento y varias veces al día. Recuerdo haber tenido mucha sed y beber mucha agua y zumos durante este periodo y, sobre todo, intentaba descansar cuando tenía oportunidad. Dormía bastante bien, sin problemas, y descansaba lo suficiente, pero aun así me sentía cansada. Experimentaba mucho agotamiento físico. En Londres comenzaba la primavera y los días se empezaban a poner muy lindos y soleados.
Mi médico nos comentó que, tras las 14 semanas de embarazo, había pasado el peligro de aborto natural, común en los embarazos múltiples. Por esa razón, no quisimos dar la noticia a nuestras familias hasta que hubiera pasado el tiempo suficiente para compartir con los nuestros la alegre y sorpresiva nueva. Tenía mis revisiones ginecológicas periódicas a las que siempre acudía con entusiasmo y constancia para saber cómo se encontraban los bebés. Me sentía muy emocionada cada vez que tenía cita médica. Me hacían varias pruebas, ecografías, estudios de laboratorio y todo parecía normal durante estas primeras semanas de gestación. Mi médico me envió a hacerme una prueba necesaria con el doctor Nick.
Me gustaría hablarles un poco del doctor Nick y de su trayectoria.: Se trata de un médico extranjero radicado en el Reino Unido, especialista en medicina materno-fetal y pionero en la cirugía fetal. Profesor de medicina fetal en el Hospital King’s College en Londres, mejoró la prevención de la preeclampsia y del parto prematuro y el desarrollo de la terapia fetal. Realizaba operaciones quirúrgicas intrauterinas. Llevaba a cabo la evaluación del escáner de 11 a 13 semanas, incluida la medición de la translucencia nucal, y fue él quien propuso un nuevo modelo de atención del embarazo. Estos estudios permiten evaluar el riesgo de amenaza de aborto o parto prematuro, además de que son muestra de que es posible evaluar el riesgo de la mayoría de las complicaciones relevantes que afectan a la madre y al minúsculo bebé. Evaluar la posibilidad de complicaciones del embarazo de alto riesgo en un momento temprano brinda a los médicos la oportunidad de tranquilizar a las pacientes y a las futuras madres.
El Dr. Nick realizó un estudio nucal específico para esa semana de gestación con el que podríamos saber cómo se encontraban los bebés, midiendo su peso, y su talla, además de evitar la prueba de la amniocentesis, ya que es invasiva y conlleva el riesgo de inducir un aborto. La prueba nucal era común en Inglaterra en ese momento y consistía en medir la nuca del bebé por medio de la ecografía para así saber si existía algún problema específico, como podría ser una complicación en algún órgano, síndrome de Down u otro factor genético importante a tomar en cuenta durante el embarazo y el futuro parto.
Unos días más tarde, nos enteramos de la siguiente reunión de la MBA, que se llevaría a cabo en el Queen Charlotte’s Hospital. Marc y yo asistimos nerviosos aunque muy interesados y motivados por saber qué nos dirían. Pudimos darnos cuenta de que, entre los asistentes, habían varias mujeres embarazadas de gemelos y cuatro de trillizos. En la mesa de discusión hablaron distintas madres de partos múltiples que desempeñaban diversos roles en sus vidas diarias: la ejecutiva de empresa, la madre trabajadora, la que se queda en casa, la desorganizada, la hippie, la “supermamá”, la deportista, la perfeccionista y otras más.
Me pareció muy interesante escucharlas y nos dieron varios folletos, dosieres, consejos, sugerencias, además de que nos recomendaron libros sobre el tema. Estas reuniones se realizaban cada dos o tres meses aproximadamente. Recuerdo que me llamó mucho la atención que las madres de múltiples comentaron que todas habían estado internadas en el hospital por alguna complicación, generalmente por hemorragias que son comunes en este tipo de embarazos. De cualquier manera, empecé a enterarme del tema, a buscar referencias bibliográficas, y a visitar librerías, ya que todas las cuestiones relacionadas con los bebés y los embarazos múltiples me parecían muy interesantes e importantes en ese momento. Me motivaba saber qué estaría pasando en mi cuerpo en ese instante, semana a semana, y lo que podría hacer yo por mis bebés. La Asociación de Partos Múltiples daba una serie de recomendaciones para futuras madres de trillizos.