Читать книгу Llegan 3 ¡y antes de tiempo! - Mónica Virchez Figueroa - Страница 15
Cuidados en el embarazo de alto riesgo con trillizos
ОглавлениеEl mío se consideraba un embarazo de alto riesgo porque, según los estudios, el promedio de la gestación de trillizos era de alrededor de 34 semanas. Los obstetras recomiendan el reposo absoluto a partir de la semana 24, ya sea en hospital o en casa con las mismas atenciones que en un centro médico. La única diferencia es que en casa se necesita organización y mucha ayuda para la futura mamá en reposo.
Generalmente se sugiere a la futura madre practicarle una cesárea por seguridad, tanto de ella como de los bebés, ya que con el parto natural pueden experimentar sufrimiento fetal los pequeños que nacen después del primero. Se informa a los padres sobre la posible futura prematuridad de los múltiples, ya que en trillizos el 80% nacen antes de tiempo y necesitan tratamiento especial en las unidades de cuidados intensivos de los hospitales durante varias semanas (MBA, 1998). Sin embargo, hay países en los que siguen naciendo bebés múltiples por parto natural, como Estados Unidos.
Con toda esta información confirmamos nuestra decisión de cambiarnos a la ciudad, pues no me veía sola con tres bebés viviendo en el campo y desconectada de los servicios. Empezamos a organizarnos para visitar posibles pisos donde vivir. Londres es una ciudad muy cara, así que teníamos que hacer una gran búsqueda y hallar algo que fuera práctico para nosotros.
Cuando estaba aproximadamente en el cuarto mes encontré un piso en el centro y decidimos cambiarnos lo antes posible. A partir de ese momento, empezamos a tomar en cuenta los espacios de las habitaciones, cercanías y cosas prácticas para cuando tuviéramos a los bebés en nuestro hogar. Así es que realizamos la mudanza en pocos días y pronto estuve ya instalada en el nuevo piso en Londres, mucho más cerca de los médicos en el centro de la ciudad, lo cual resultaba muy cómodo para mí y me tranquilizó bastante. Todavía pude hacer la mudanza con tranquilidad, calma y ayuda.
El piso estaba cerca del metro Maida Vale. Volvíamos de nuevo a Londres, ciudad entrañable y acogedora. Activa, dinámica y vanguardista. Te atrapa y siempre me ha parecido atractiva, me gustaba mucho y siempre disfruté de sus calles y su vida.
Nos instalamos rápidamente y a mi ritmo. Me sentí muy tranquila y motivada cuando volví a la ciudad, pues presentía que mis hijos estarían mejor atendidos. Entraba la primavera en Londres y se respiraba otro aire y ambiente, los parques estaban florecidos con narcisos y tulipanes típicos de esa época del año.
Semanas más tarde, ya instalada del todo y sintiéndome más segura, volví a tener cita con el gran doctor Nick en Harley St., zona de las consultas de los mejores médicos en la ciudad, cerca de Regent’s Park. Esta vez era un encuentro muy especial pues nos dirían el género de nuestros bebés y estábamos muy expectantes e ilusionados.
Acudí a la cita cerca de la semana 20 de gestación, era una ecografía rutinaria del embarazo y el doctor Nick nos dijo que estábamos esperando dos niñas y un niño. Nos dio mucho gusto, aunque cualquier género nos hubiera parecido igual de bien, realmente no teníamos preferencias. Sin embargo, el médico especialista comentó que me preparara, ya que pronto empezaría a sentirme muy pesada y cansada, sobre todo porque la panza aumentaría mucho debido al crecimiento simultáneo de los tres bebés, a la vez desarrollándose dentro de mi vientre, semana a semana. Se acercaba el inicio del verano y todavía me sentía con algo de fuerza. Sin embargo, se me hincharon los pies por el calor que hacía. Así es que seguía tomando mis descansos, y continuaba también con el suplemento de vitaminas para el embarazo.
Todavía realizamos un viaje con la autorización del doctor Nick aunque yo estaba muy dudosa. Me parecía que el médico comprendía perfectamente que sería una de nuestras últimas salidas antes de tener a los bebés y por mucho tiempo. Me cuidé mucho durante el viaje y lo disfruté sabiendo que tal vez sería el último juntos como pareja. En general estuvo muy bien y fue tranquilo. Únicamente me sentí cansada cuando caminaba, ya que empezaba a estar más pesada y panzona. También al levantarme de la cama, reincorporarme y ponerme de pie. Me empezaba a costar mucho moverme.
Las semanas posteriores empecé a sentir mucho dolor en las dos ingles por el peso de la panza, creo que en todo ese proceso fue el dolor más fuerte que sentí. Claro que descansaba e intentaba no estar de pie mucho tiempo, pero era como si fuera la gravedad y la panza pesara, así que no podía mejorar mucho ese dolor. Compré un cinturón para embarazo y lo usaba de día al caminar, me ayudaba solo un poco a sostener la barriga que cada vez se volvía más y más grande.