Читать книгу Relatos de cuarentena - Myriam Noemí Lauría - Страница 9
Оглавление16/07/20
Amistad siempre presente
Qué difícil es, el no poder verse cara a cara con el amigo/a o el ser querido. La falta de un beso, de un abrazo fraterno, un mate compartido, un debate o reflexión o simplemente una charla distendida, pero, en vivo y en directo.
La amistad en cuarentena con todos los cambios de hábitos que conlleva, nos permitió pasar, de un encuentro en vivo a un reencuentro virtual.
Gracias a que, paradójicamente, nos toca transitar esta época de revolución tecnológica, nos permite estar en contacto, más cerca y muchas/os, juntas/os a la vez.
Amistad, tan necesaria siempre, pero más aún en tiempos de confinamiento e incertidumbre. Donde cada cual atraviesa diversos estados de ánimo, que hacen que una/o contenga a la otra/o, que esa otra/o, sea contenida/o a su vez, así como la extensión de una larga cadena de amor, ternura, comprensión, que hacen posible un anclaje, para no dejar caer a nadie, para sostenerse siempre, acompañarnos y simplemente estar.
Nos preguntamos una y otra vez ¿cuándo finalizará este tiempo de pandemia?
Tiempo que nos privó de vivir de la manera que uno/a elegía hacerlo, con quien o quienes. Acá entra en juego el tiempo, el que se va y que nunca cobró más sentido el tiempo presente, en el aquí y ahora, con una mirada acotada de futuro inmediato o mediato. Porque se percibe que la vida que nos proponemos vivir encuentra en el “afuera” límites. Estos impedimentos, sean por la amenaza viral, por el cuidado de uno/a y de los demás, por decretos del Estado, o por lo que sea, son límites al fin.
Entonces, se traduce en tiempos y vidas limitadas. Como muchas personas, mi anhelo es, que todo esto pase pronto.
Que podamos librarnos de éste mal, confiando en la ciencia y en sus buenos resultados, poder volver a respirar libertad, a recuperar sueños y proyectos y todo lo que uno desee hacer. No importa si es lindo, feo, malo, bueno, arriesgado, loco,...es tuyo, es propio, es lo que vale y podemos así, sentirnos parte de una nueva configuración social, que seguro resignificará nuestra manera de estar en este mundo.