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ОглавлениеMAÍZ
DATOS BÁSICOSProducto: maíz (Zea mays) es una especie de gramínea anual originaria de América e introducida en Europa en el siglo XVII. En algunos países latinoamericanos se lo conoce como «choclo». Producción mundial: es el cereal con el mayor volumen de producción a nivel mundial, superando incluso al trigo y al arroz.Principales países productores: las previsiones del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) para la campaña 2019/2020 son de una producción mundial total de alrededor de 1.100 millones de toneladas, de las cuales más de un tercio, 381 millones de toneladas, corresponderán a los Estados Unidos. Le siguen China, Brasil, Argentina, la Unión Europea, Ucrania y México.Usos / productos en los que se encuentra: posee numerosos usos culinarios; destacan por su popularidad las tortillas mexicanas y las arepas colombianas y venezolanas. Está presente en la harina de maíz (polenta), variados snacks, granos de maíz enlatado, aceite de maíz, almidón de maíz, colorantes, jarabe de maíz. La hoja del maíz se utiliza para preparar humitas o tamales. También se puede utilizar con fines medicinales (como diurético, astringente o para combatir la hipertensión, entre otros usos), para fabricar tejidos o como base del etanol. |
Introducción
El maíz ha sido la base de la alimentación de los pueblos nativos americanos y sigue siendo un alimento fundamental para todos los países del continente. Sin embargo, en Europa, donde se cultiva desde el siglo XVII, la producción se destina fundamentalmente a alimento para animales, especialmente los cerdos, así como para la producción de aceite comestible y de etanol. No extraña entonces que dos de las principales zonas productoras de maíz en el mundo sean también áreas de intensa ganadería: el Corn Belt estadounidense y el sudeste de Brasil. Y es también por ese motivo por lo que, si bien el maíz es el cereal que más se produce en el mundo, por encima del trigo o del arroz, no es el primero en consumo humano.
El maíz es un cultivo estival que se siembra en ambos hemisferios. Es un cereal de muy rápido crecimiento, pero que necesita una provisión abundante de insolación. Ese es el motivo principal por el que el maíz cultivado en el Corn Belt tiene una productividad mayor, gracias a que las noches de verano son muy cortas; lo mismo sucede en las zonas equinocciales latinoamericanas.
En España, el maíz nunca ha sido una base de la alimentación, si bien en las últimas décadas se ha generalizado el consumo de copos de maíz para el desayuno o de maíz dulce enlatado para la preparación de ensaladas y otros platos ligeros.
EL JARABE DE MAÍZ
El jarabe de maíz es un edulcorante líquido producido a partir del almidón o fécula de maíz. En los últimos años se ha extendido su uso como endulzante para bebidas y un número creciente de alimentos precocinados, incluidas las papillas para bebé. Su uso se expandió en Estados Unidos y después se ha generalizado en otros países, principalmente en países como Hungría, Canadá, Bélgica, Argentina, Japón y México.
De poco han servido hasta ahora las advertencias de varios estudios científicos que le atribuyen efectos sobre la salud más dañinos que los que provoca el azúcar. Un informe de las universidades de California y Oxford de 2012 (1) sostiene que las grandes cantidades de jarabe de maíz de alta fructosa que se encuentran en muchos alimentos en todo el mundo pueden explicar el aumento de la epidemia global de diabetes de tipo 2. Algunas investigaciones lo asocian también a la obesidad, la hipertensión y a daños en el hígado a largo plazo.
En los últimos años, se ha extendido rápidamente la siembra de semillas híbridas, que son comercializadas por las multinacionales del sector semillero. Como a menudo sucede con las semillas en el modelo del agronegocio, las semillas de maíz solo pueden utilizarse para una siembra, por lo que el agricultor está obligado a comprar nuevas semillas cada año.
EL SECTOR
Como sucede con el resto de las commodities, el precio del maíz lo marca el mercado internacional, muy influido a la baja por los fuertes subsidios al sector agrícola en Estados Unidos y en la Unión Europea. Esta distorsión de la competencia ha sido denunciada por los países del Sur, y principalmente por los que, como Brasil, se encuentran entre los principales productores y exportadores de maíz y de otros productos subsidiados en el Norte.
Pese a su mayor competitividad, los subsidios en Estados Unidos y Europa impiden a los productores del Sur global competir en pie de igualdad en el mercado global de commodities.
En Estados Unidos, el Acta Agrícola o Farm Bill de 2014, que estuvo en vigor durante cuatro años, supuso subsidios por el maíz por 40.300 millones de dólares; a esa Acta siguió la Farm Bill de 2018, que garantizó también generosas ayudas para los agricultores.
Algo parecido sucede con la agricultura europea, si bien en este caso es más difícil cuantificar las cantidades que se destinan a cada producto.
FALTA MAÍZ EN MÉXICO TRAS EL TLC
El país de las tortillas cada vez tiene que importar más maíz. Es la crónica de una muerte anunciada. Muchas voces alertaron de que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), vigente desde 1994, llevaría a la quiebra a muchos productores mexicanos, y no pocos intentaron frenar el acuerdo. No lo consiguieron, y salió adelante un acuerdo comercial que postulaba la progresiva liberalización del sector: la absoluta libertad para importar y exportar maíz llegaría, según lo marcado en el tratado, en 2008. Ocurrió lo previsible: el maíz estadounidense, generosamente subsidiado, inundó el mercado mexicano y con ello, incrementó la dependencia alimentaria del país. Entre 2005 y 2010, la tasa de incremento anual de las exportaciones de maíz blanco fue del 40%.
La agricultura maicera del país se desploma y es cada vez menos capaz de abastecer la demanda interna, aunque los pequeños campesinos no han abandonado el cultivo para el autoconsumo. En México, la economía del maíz ha dado un giro de 360 grados en el último cuarto de siglo. La producción de tortillas para el abastecimiento de las ciudades se ha convertido en un negocio industrializado y monopolizado por grandes corporaciones mexicanas y estadounidenses, como Cargill. Este modelo ha encontrado una gran resistencia entre los campesinos mexicanos.
En 2018, el gobierno mexicano, todavía en manos de Enrique Peña Nieto, comunicó su intención de imponer un gravamen sobre las importaciones de maíz y soja, que juntas suponen alrededor de 4.000 millones de dólares al año, en el caso de que el gobierno estadounidense, encabezado por Donald Trump, insistiera en sus políticas proteccionistas con nuevos aranceles. (2)
IMPACTOS AMBIENTALES: EL MAÍZ TRANSGÉNICO
Qué es el maíz transgénico
El uso para la alimentación del ganado y para la producción de etanol ha facilitado la generalización del maíz transgénico. La primera variedad fue el maíz RR (Roundup Ready), que, como en el caso de la soja, es un tipo de maíz transgénico resistente al glifosato, un herbicida que combate las malezas retardadoras del maíz en cultivos intensivos. Se comercializó por primera vez en 1996. En 2007, se anunció una nueva variedad resistente al virus del rayado fino del maíz, que sigue en fase de investigación.
Otra variedad frecuente es la Bt, manipulada genéticamente para producir un insecticida que ataca al gusano barrenador europeo. El problema, alerta Greenpeace, es que también perjudica a otros insectos que ayudan a controlar plagas, entre ellos la mariposa monarca. Esta toxina se acumula en los suelos de cultivo y, por ese motivo, podría afectar su fertilidad a largo plazo.
Impactos sociales
Como sucede con otros cultivos transgénicos, los efectos sobre la salud son objeto de controversia. No se han demostrado científicamente sus efectos perversos para la salud, si bien Greenpeace y otras organizaciones han denunciado que las grandes empresas del sector, como Monsanto (hoy Bayer), se han negado a hacer públicos algunos estudios. (3)
Lo que sí se ha comprobado son las consecuencias perversas que los cultivos transgénicos pueden tener para los agricultores, y no solo en los países del Sur, sino también en Estados Unidos, el principal productor mundial de maíz gracias a los subsidios a este cultivo y al impulso al maíz transgénico. En ese país, muchos pequeños productores se han endeudado para adquirir los costosos paquetes tecnológicos que implica el maíz transgénico; en algunas ocasiones, ni siquiera habían escogido libremente comprar semillas a Monsanto, sino que sus cultivos fueron contaminados de forma «accidental».
Al igual que ocurre con otros OGM, los herbicidas y plaguicidas a los que es resistente el maíz genéticamente modificado no solo son tóxicos para las malas hierbas y los insectos que provocan las plagas, sino también para otros organismos que cumplen importantes servicios ambientales, como es el caso de la mariposa corona y la crisopa. Greenpeace alerta además del peligro de contaminación genética de otras especies tradicionales y locales; algunas ya están en peligro de extinción. A ello se suman los efectos desconocidos o imprevisibles de la manipulación genética en el funcionamiento de ecosistemas complejos.
Sí parece haber evidencias de la contaminación del suelo por la toxina que libera el maíz Bt, que pueden tener efectos acumulativos y de largo plazo. También se han detectado residuos procedentes de cultivos de maíz transgénico en cursos de agua, donde la toxina Bt puede ser mortal para algunos insectos.
Los diversos riesgos sociales, ambientales y de salubridad están generalizando el rechazo de los OGM en muchos de los países productores. En Europa, tras la prohibición de Francia y Polonia, el Estado español es el único país de la Unión que dedica una cantidad significativa de suelo al maíz genéticamente modificado. (4) En 2016, los transgénicos en España suponían el 95% del total en la Unión Europea, en gran medida gracias a las 129.000 hectáreas de maíz transgénico de la Monsanto que se producía en suelo español.
¡OJO CON LA ETIQUETA!
En Europa, el uso de transgénicos en alimentación es legal pero tiene que figurar en las etiquetas. El Tratado de Libre Comercio (TTIP) que la Unión Europea quiso firmar con Estados Unidos, ahora en suspenso, puso en peligro este requerimiento.
LAS CLAVES
• El maíz es la base de la alimentación de los pueblos americanos y se ha generalizado en todo el mundo para alimentar el ganado.
• El cultivo de maíz transgénico se ha extendido pese a las advertencias de científicos y ecologistas sobre la pérdida de biodiversidad y el riesgo de contaminación de las especies tradicionales.
• Estados Unidos es el principal productor mundial, gracias a los generosos subsidios a los productores. En México, la firma de un tratado de libre comercio hace veinte años ha llevado a un gran incremento de las importaciones de maíz estadounidense y al declive del sector maicero en el país de las tortillas.
1- «El jarabe de maíz de alta fructosa podría estar detrás de la epidemia global de diabetes tipo 2»: http://www.20minutos.es/noticia/1661151/0/jarabe-maiz/fructosa/diabetes-tipo-2/
2- Véase: https://elpais.com/economia/2018/06/15/actualidad/1529016656_018528.html
3- http://www.greenpeace.org/espana/Global/espana/report/transgenicos/salud_medioambiente_notas.pdf
4- España se queda sola en el cultivo de transgénicos: http://www.eldiario.es/sociedad/espana-transgenicos-maiz-agricultura_0_255474771.html