Читать книгу La Adoración Que Toca El Corazón De Dios - Nina Gardner - Страница 41
El Propósito del Espíritu Santo en la Adoración
ОглавлениеEl fluir sacerdotal de ministrar a Dios viene de un corazón arrepentido. Por lo tanto, parte de la tarea del Espíritu Santo es traer una convicción y una contrición santa a nuestros corazones para que deseemos arrepentirnos y expongamos el pecado. (Convicción no significa condenación. La condenación juzga; la convicción hace que el corazón se rinda para recibir la corrección y hacer restitución.) El Espíritu Santo se encontrará contigo al interior del tabernáculo, en el Altar de Bronce, mucho antes de que llegues al Lugar Santísimo para ministrar a Dios.
Una vez que nos arrepentimos, Su siguiente tarea es sacar la basura del pecado junto con su culpa y vergüenza, ¡y lo hace con gozo! Luego lo remplaza con amor, paz, y un gozo celestial. Él a propósito remueve la condenación de nuestro pasado porque así nos prepara para ir a lugares más altos en la presencia de Dios. Por lo tanto, Él nos toma de principio a fin. Él ve el pecado, revela el pecado, convence de pecado, remueve su basura, y luego lo remplaza con su amor, gozo y paz. Ahora Él nos ha vestido con las vestiduras de justicia que Jesús proveyó, y por eso podemos entrar como sacerdotes para ministrar a Dios y cumplir los deseos del corazón de Dios.
Una vez que entramos en la presencia de Dios, viene Su próxima asignación; Él nos confirma que somos uno con Cristo Jesús. El testifica que nuestros pecados han sido perdonados por la sangre sacrificial de Jesucristo, nuestro sumo sacerdote, y nuestros pecados han sido lavados por la Palabra de Dios. Por lo tanto, somos aprobados por Dios y Dios nos concede acceso a Su Lugar Santo y a Su Lugar Santísimo para adorar y tener comunión con Él en Su presencia. Este proceso es accesible a todos los que se han arrepentido de sus pecados y continúan en su caminar cristiano, llenos por el Bautismo del Espíritu Santo o no.