Читать книгу La Adoración Que Toca El Corazón De Dios - Nina Gardner - Страница 43

El Espíritu Santo es como un río que se mueve libre y armoniosamente. Él no puede ser detenido porque es una fuente de Dios que siempre está fluyendo. Como Jesús, Él no vino a la tierra para hacer Su propia voluntad, sino para hacer la voluntad del Padre. Por lo tanto, Él fluye como lo hace el agua dentro de un curso que está trazado por Dios. Cuando encuentra obstáculos, no cambia de ruta. Así como el agua, el Espíritu Santo seguirá derramándose sobre las almas de los hombres, buscando una manera de fluir a traves de sus heridas y alcanzarlas con el amor de Dios.

Así es cómo fluye el Espíritu Santo en esta relación de amor entre nosotros y Dios, y tal amor no puede ser confinado. Puesto que amamos a Dios y confiamos en Él, nos rendimos totalmente para fluir por donde Dios elija llevarnos, sin questiones o resistencia. Si llegan obstáculos a nuestro camino, no nos desvían de nuestra adoración. Cuando entramos en el fluir del Espíritu Santo, Él nos guía hasta el corazón de Dios para que experimentemos Su santa presencia y despues nos guia afuera. Como la sangre que circula por el corazón, así es esta adoración. Si tu corazón está decidido a seguirlo, Él te mostrará el camino al corazón de Dios.