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3 Manuel Scorza sigue vivo

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¿Alguien habrá dispuesto que exista una raza

de hombres despiertos, condenados a recordar,

a no dormir, mientras no se absuelva nuestra

queja? Quizá, pues no descansaremos jamás.

EL JINETE INSOMNE, Manuel Scorza

Si en el Perú de hoy los libros son caros y hablar de ‘La Ley del Libro’ constituye un chiste de mal gusto para los poderosos, entonces la revolución editorial que una vez llevara a cabo nuestro compatriota Manuel Scorza podría ser un proyecto ‘resucitable’.28 Pero ¿quién fue este ‘Cronista de la Epopeya India’?29 Manuel Scorza (1928-1983), poeta de la llamada ‘Generación del 50’,30 fue el creador de versos como:

Comprendí que el estaño

era

una

larga

lágrima

petrificada

sobre el rostro espantado de Bolivia.

¡Nada valía el hombre!

¡A nadie le importaba si bajo su camisa

existía un cuerpo, un túnel o la muerte!

(De: Canto a los mineros de Bolivia) (Scorza 1990a: 15-16).

Scorza fue también el autor de un ciclo narrativo, bautizado ‘La guerra silenciosa’, que constó de cinco novelas. En ellas se narra con aliento épico los episodios ocurridos en los años sesenta en los pueblos de la Sierra Central del Perú, en los que la entonces compañía norteamericana Cerro de Pasco Cooper Corporation sería la responsable casi directa de las masacres con el fin de ganar cada vez más terreno para sus fines lucrativos. Cómplices de las injusticias serían también ciertas autoridades políticas, jurídicas, militares y hasta religiosas.31

El estilo con el que se entretejen las dramáticas historias está paradójicamente lleno de ironía, humor, poesía, fantasía y magia, lo que hace de la lectura de Redoble por Rancas (1970), Historia de Garabombo, el Invisible (1972), El Jinete Insomne (1977), Cantar de Agapito Robles (1977) y La Tumba del Relámpago (1979), una experiencia que de forma amena logra conmover profundamente, sobre todo por mantener momentos de increíble vigencia y relación con el Perú actual.

Por ejemplo, si pensamos en la huelga de maestros a nivel nacional,32 una huelga insomne que no pestañearía hasta conseguir sus justos reclamos, nos conectamos con el insomnio del jinete Raymundo Herrera, quien no querría cerrar el ojo hasta conseguir justicia en el reconocimiento de los títulos de las tierras de Yanacocha y transcurre semanas sin dormir hasta que muere; sin embargo, las autoridades no ven nada, por eso Garabombo se vuelve invisible, porque la justicia está vendada de ojos en el Perú, pero no para ser imparcial, sino para hacerse muchas veces de la vista gorda. Para las autoridades en la actual coyuntura no importa que muera un estudiante de educación en Puno33 o que haya algunos heridos, si todos fueron advertidos, como en el capítulo 31 de la novela Historia de Garabombo, el Invisible: “El Gobierno advierte: será usada la fuerza” (Scorza 1972: 272).34

Finalmente, en La guerra silenciosa la superstición triunfa sobre la razón para equivocadamente llevar los sueños más caros al fracaso,35 como quien se fía de un candidato presidencial que se presenta como Salvador de los Incas descendientes de Pachácutec, siendo tan falso como el conquistador que pasó por ‘el enviado de los dioses’.36 Y así, se podría seguir con numerosos ejemplos. Lo cierto es que el mensaje de Scorza sigue latente: “la literatura es el primer territorio liberado de América Latina”.37

Huaraz, noviembre 2003.38

28El escritor creó y llevó a cabo un proyecto editorial en el que fueron publicados miles de libros de literatura nacional y universal en colecciones populares, que se agotaron en pocas horas en plazas y calles de Lima, y que debido a su éxito se repitió en otros países latinoamericanos, al punto que Alejo Carpentier llegó a hablar del ‘milagro Scorza’ (Ortega 1968); con ello, Scorza logró la internacionalización del mercado literario latinoamericano (Gras 2001). En el decir de Antonio Cornejo Polar, no obstante, aquella empresa editorial demostró paradójicamente las limitaciones y contradicciones del proyecto modernizador scorziano, puesto que nada menos moderno que el poeta cubriendo con su propio quehacer las carencias del sistema editorial (1999).

29Con ese apelativo lo llamó el investigador italiano Dario Puccini, quien observó en la estética narrativa de Scorza una estrecha relación con el uso de la fantasía en el género épico (Puccini 1986).

30La crítica literaria suele ordenar a sus autores, objeto de estudio, por ‘generaciones’, algo que puede resultar útil para ubicar en un plano cronológico la obra del autor en cuestión, no obstante, el año 50 marcará realmente un hito en la producción poética nacional en el Perú: “En esos años y por comodidad expositiva tomemos 1950 como fecha de partida [...] Manuel Scorza incuba, en tanto, la pluma singular que le llevará a escribir dos poemas significantes y singulares de la poesía peruana de esos años: Litoral de olvido y Canto a los mineros de Bolivia, poemas que con otro más le permitieron adueñarse de los tres primeros premios con los que, en un Concurso de Poesía Latinoamericana, la Universidad Nacional Autónoma de México celebrará su Cuatricentenario (Suárez-Miraval 1977: 38).

31Sobre la complicidad de algunas malos actores sociales Scorza opinó en la entrevista televisiva citada en la primera nota de este artículo: “La Cerro de Pasco Corporation es un ejemplo típico de las compañías multinacionales que han cometido toda clase de excesos, agravados por la complicidad de las autoridades, porque hay que decir en un momento de autocrítica, muchas cosas negativas que se han cometido en la América Latina, que se han cometido en el Perú, se deben también a la complicidad y a la participación de peruanos que se pusieron al servicio de estas malas causas” (Soler 1977).

32Aquí se hace alusión a lo que había ocurrido ese año 2003, en que se publicó este artículo. En aquel año había habido una prolongada huelga de maestros en la región de Puno, por lo que el presidente Alejandro Toledo en su afán de acallar las protestas había declarado al país en ‘estado de emergencia’, contra lo cual los alumnos y maestros de la Universidad del Altiplano se alzaron dentro del campus universitario en una revuelta de nefastas consecuencias (Moncada 2018).

33Las mencionadas protestas y motines contra las fuerzas policiales que habían invadido el campus de la Universidad del Altiplano, en Puno, en mayo de 2003, dejaron como consecuencia más de medio centenar de heridos y la muerte, por herida de bala, de Edy Quilca, estudiante de Educación (Gutiérrez 2003).

34El título de ese capítulo lleva un subtítulo que reza: “Da plazo de 72 horas a comuneros de Cerro de Pasco”. Se trata de un texto insertado en la novela (Scorza 1972: 272-273), que es presentado como una noticia periodística publicada en el diario Expreso de Lima, el 1º de diciembre de 1961. Todo como parte del juego scorziano de recurrir a datos aparentemente verídicos dentro del discurso literario, y, de hecho, verificables en la realidad.

35Algunos críticos han visto en esa derrota real un triunfo mítico: “El mesianismo latente de la novela [La Tumba del Relámpago] llega a su más alta expresión cuando se vislumbra el virtual renacimiento de Inkarri y se alude al mito de Pariacaca, según el cual la quinta revolución es la que triunfa [...] Esta inusitada irrupción de la conciencia mítica que anuncia un triunfo en el desarrollo histórico de los acontecimientos arrastra incluso a uno de los representantes de la conciencia histórica como Genaro Ledesma, pero ese triunfo campesino solo queda planteado virtualmente ya que el desenlace real de los acontecimientos será otra derrota del campesinado” (Díaz Caballero 1983: 254).

36En definitiva se alude a la posición claramente demagógica asumida por Alejandro Toledo durante su campaña a la presidencia del Perú, para su primer periodo (2001-2005), anunciándose como el descendiente de Pachacútec y llevando a cabo, llegado el momento, la ceremonia de toma del mando en la ciudadela de Macchu Picchu en el Cuzco, como se ha detallado en la nota 20.

37Al parecer, dicha sentencia se difundió a través de las numerosas declaraciones públicas que hiciera Manuel Scorza, y sus críticos literarios la repetirán con convicción, legitimándola. El novelista anunció que escribiría un ensayo al respecto, sin embargo, quedó inédito por lo menos hasta el año de su muerte en 1983, a pesar de que hubo quienes lo dieron por hecho: “Amaba a tal punto el oficio de escribir que tituló un ensayo: Literatura: primer territorio liberado de la América Latina” (Teitelboim 1984: 46).

38El título del texto original ––publicado a fines del año 2003 en una revista en Huaraz, y más tarde en enero 2009 en mi sitio digital Café con Letra––, De las razones por las que Manuel Scorza, el cronista de la epopeya india, sigue vivo (Huamanchumo 2003c), parodiaba la forma como Scorza tituló los capítulos de Redoble por Rancas (1970), que a su vez parodian los del Quijote de Miguel de Cervantes, algo que el mismo Scorza había declarado en una entrevista para la televisión española en el Programa A fondo, en junio de 1977: “Yo he titulado los libros en esa forma porque he querido rendir un homenaje, personal, por supuesto, al que me parece el más grande libro del mundo, que es El Quijote. En muchos lugares yo parafraseo los títulos del Quijote, por ejemplo, a veces digo en un título: Sobre las peripecias del apoderado Ambrosio Rodríguez, hombre de bien, si es que hombre de bien puede llamarse al que es pobre; bueno, esto está tomado de un título del Quijote. Yo parafraseo eso porque me parece que el Quijote es un libro prodigioso que contiene todo, es la, bueno, una de las dificultades del español es que empieza con la más grande novela del mundo, en mi opinión y es el homenaje que yo quería rendir a mi lengua; a mí me parece muy importante que nos estemos entendiendo en español” (Soler 1977).

Redobles por Manuel Scorza

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