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PRÓLOGO 2020 EL AÑO QUE ESTREMECIÓ AL MUNDO PARA PENSARLO DESDE LAS CIENCIAS SOCIALES

Alvaro Díaz Gómez Universidad Tecnológica de Pereira Grupo de investigación en estudios políticos y jurídicos

En 1919 John Reed publica la primera edición de su obra: “diez días que estremecieron al mundo” donde da cuenta de su vivencia sobre una transformación sociopolítica en ciernes, “la revolución de octubre”, como la denomina el autor. Al parafrasear este título bien se puede decir “2020 el año que estremeció al mundo para pensarlo desde las ciencias sociales”.

¿Se debe pensar el mundo solo desde las ciencias sociales? ¡No! Sin duda que por los acontecimientos derivados de la epidemia del COVID-19, generador del CORONAVIRUS, todas las ciencias, disciplinas profesiones y quehaceres deben repensar sus fundamentos y maneras de aplicación, pero, en el presente caso, nos centraremos en las ciencias sociales objeto de este libro, para ayudar en el propósito que se traza en su respectivo capítulo Jorge Mario Flores Osorio, y que denomina, Colonización del pensamiento psicológico latinoamericano. Él nos dice “deseo que los postulados del presente artículo se conviertan en aportaciones epistemológicas para la reflexión con respecto a la psicología, sobre todo en lo que corresponde a problemáticas concretas de la población latinoamericana”.

Al día de hoy, marzo 30 de 2020, se reportan a nivel mundial 738.546 personas infectadas y 35.006 personas muertas como consecuencia del COVID 19. Esto implica que lo que empezó en una provincia (Whuan, China) expresión de lo local, ahora se encuentra diseminado por 203 países, concreción de lo global y ambos son materialización de lo que hace unas décadas se empezó a denominar lo glocal. Pero aquí hay un giro pues esto implicaba de lo global a lo local, mientras que lo que ahora se presenta va en vía inversa: de lo local a lo global. Por lo que su denominación bien puede ser Localglobalización (locaglob).

En ella se expresan procesos que han sido de interés de las ciencias sociales y que cuentan con respaldo teórico tales como globalización, multitud, individuo, individualismo, control, autonomía, política, biopolítica, medioambiente, miedo, sociedad red, sociedad de la información, sociedad del conocimiento, liberalismo, comunitarismo, republicanismo, ciudadanía planetaria, neoliberalismo. En el presente libro se pueden reconocer ideas que con sutileza van en ese sentido y que son un aporte realizado por Sofia Triliva, Athanasios Marvakis con su artículo Neoliberal psy-practices in Greece.

Frente a la pandemia del coronavirus se muestran acciones que privilegian el desarrollo del capital financiero, el libre mercado, en últimas de desarrollo del neoliberalismo, sobre la vida humana, esto se reconoce en la rapidez o demora para tomar medidas de salud pública tales como: cierre de fronteras, limitación en el uso de medios masivos de transporte, impedimento de uso de zonas públicas como parques, balneários, bares, cafés, restaurantes, el fomento del teletrabajo y con ello su contrapeso: el funcionamiento con sus mínimos de requerimiento presencial, de personas en todo el sector productivo, cambios en las modalidades de enseñanza de los niveles de primaria, secundaria y todas sus expresiones en el nivel de la educación superior, pasando de la educación presencial a la educación virtual con lo que adquieren importancia los textos de los profesor Rolando Pinto Contreras: Fundamentos socio-antropológicos y epistemológicos de la pedagogía crítica latinoamericana; y de Carlos Calvo Muñoz, Pedagogía comunitaria: disoñando sinergias educativas con la comunidad, estos dos textos aunque se centran en perspectivas particulares abren opciones para pensar la educación en un sentido más general.

El privilegio del neoliberalismo sobre la vida humana genera tensiones que han sabido presentar las ciencias sociales, tales como ¿es el mercado autónomo? ¿Cuál es su grado de autonomía? ¿Debe ser regulado? ¿Hasta dónde? ¿Se debe distribuir el capital? ¿A quienes? ¿Cómo? ¿Tiene razón de ser el Estado? ¿Debe ser un Estado fuerte o débil? ¿Debe intervenir o solo ser un mediador en el funcionamiento de la sociedad? De esto y de manera crítica, nos habla Huertas, en su texto Al otro lado del discurso neoliberal: actos de resistencia en el mundo sobre el neoliberalismo y que aparece como capítulo del presente libro.

El texto que nos propone David Pavón-Cuéllar y desarrollados bajo el título, La rebeldía zapatista como arma y pauta para la crítica de la disciplina psicológica, se me antoja como un referente para pensar y explicar los procesos de confinamiento de poblaciones de países enteros, quienes deben hacer global el imperativo ¡quédate en casa! ¡lávate las manos! ¡No le des las manos a otra persona! ¡mantente alejado de los otros! ¡mínimo a un metro! Lo que hace que se piensen y se pongan como agenda pública, lo que hasta ahora eran reflexiones exclusivas de las ciencias sociales tales como: ¿qué es lo humano? ¿Qué nos hace humanos? ¿Qué es lo público? ¿Qué lo privado? ¿Hasta dónde va lo uno respecto de lo otro? ¿Cuáles son sus entrecruces? ¿Cómo enfrentar el calentamiento global? ¿Nos debe importar el medio ambiente?

La pandemia del coronavirus, nos lleva a nuevas prácticas y expresiones de y desde nuestros cuerpos por lo que adquieren relevancia preguntas del orden ¿qué es el cuerpo? ¿Qué es la corporeidad? ¿Permite el confinamiento en casa que pensemos sobre nosotros mismos? Entonces ¿potenciamos la reflexividad? Con ello ¿ampliamos nuestra subjetividad? O, por el contrario ¿somos aún más, sujetos sujetados? Estos interrogantes, desde otras claves de interpretación pueden encontrar ciertos asideros para ser pensados desde el trabajo que nos comparte Omar Alejandro Bravo: Los múltiples atravesamientos de la intervención y la Investigación con familiares de víctimas de desaparición Forzada en el conflicto armado colombiano. Aunque él nos advierte “los nuevos paradigmas redimensionan el lugar del sujeto del conocimiento, reconociendo el papel que la propia subjetividad del investigador tiene en su relación con el objeto de análisis. De esta forma, en el contexto de la investigación, la intervención del sujeto modifica al objeto analizado”.

Y, Si no podemos transitar, circular, interactuar físicamente ¿existe lo comunitario? ¿Cómo se expresa? ¿Cómo protestar si la plaza pública ya no es un lugar habitable? Estas preguntas que se yerguen como un desafío al pensamiento, pueden tener un asidero de referencia para su desarrollo en el texto que de manera colectiva escriben Raquel Souza Lobo Guzzo, Adinete Sousa da Costa Mezzalira, Ana Paula Gomes Moreira, Izabella Mendes Sant’Ana, bajo el título, Escuela y comunidad: desafíos y cuestiones para la psicología; y se complementa con lo propuesto como Reflexiones sobre el legado y papel histórico de La psicología social comunitaria en México, por parte de Manuel Martínez Camarillo.

‘Sin fines de lucro. Por qué la democracia necesita de las humanidades’, así se titula un texto escrito por Martha Nussbaum en 2010, en él plantea la importancia de las humanidades para el desarrollo de la sociedad. Pero tal lugar -extensible a las ciencias sociales- será viable, se podrá entender, siempre y cuando se vea como el capital (con su lógica inherente) no es el único elemento que ayuda en la emergencia de lo humano. De allí que textos como el que nos propone Bóia Efraime Júnior, Desafíos actuales de la paz y la guerra en Mozambique: notas de una lectura psicoanalítica nos ayuda a volver la mirada hacia las teorías que desde las humanidades y las ciencias sociales critican estas lógicas neoliberales que deshumanizan.

Los capítulo Writing narratives with mexican bilingual students: participatory action research explorations, de autoría de Johanna Esquivel, y Academics and politics: inercectionnalyty and systemic violence, de Ian Parkes, son un buen referente para apreciar cómo desde la teoría y reflexionando contextos específicos, se puede aportar a la respuesta de las siguientes preguntas que nos genera el actual contexto de confinamiento:¿Cómo construir las normas para que sean asumidas? ¿Cómo hacer que los ciudadanos cambien sus hábitos para enfrentar una pandemia? ¿Cómo reconocer que debe primar el interés general sobre el particular? ¿Cómo convivir en el ámbito del hogar, que se supone era el espacio de lo privado? ¿Cómo se expresa la solidaridad en situaciones límite como las derivadas de las condiciones de vida -desconocidas hasta el momento- que nos ha correspondido vivir durante el primer trimestre del 2020?

Como se reconoce, estas respuestas no las tienen las ciencias naturales o fácticas, quienes tienen sus propios campos de indagación y actuación tales como: saber dónde se originó la epidemia que se transformó en pandemia, qué virus causa el coronavirus, cuál es su secuencia genética, cómo se propaga, cómo se puede evitar, y fundamental ¿cuál es la vacuna que puede frenarla?

Las respuestas a las preguntas que hasta aquí se han formulado corresponden a las ciencias sociales y de ellas se da cuenta en el presente libro, que de manera acertada se titula Las ciencias sociales: al otro lado del discurso neoliberal. En él, se asume de manera clara y directa que aquellas son ciencias y recogen una tradición que ya desde el informe de la Comisión Gulbenkian para la reestructuración de las ciencias sociales (Wallerstein, 1996) las caracterizan, a saber: su desprendimiento de la filosofía en el siglo XVII; su recorrido para posicionarse en el concierto del conocimiento académico; su centralidad en el conocimiento; la referencia que ellas hacen al mundo empírico, que puede ser indagado mediante el uso del método científico, sin que este se reduzca al experimento de laboratorio. Ideas para tener un contexto de argumentación en este sentido se pueden encontrar en el capítulo que se presenta texto bajo el título Meditaciones teóricas y metodológicas para el estudio de los procesos histórico-culturales del profesor Antonio Padilla Arroyo.

Todo lo anterior se puede enmarcar para efectos reflexivos y de producción de un nuevo conocimiento que esté “al otro lado del neoliberalismo” en el planteamiento que en su texto presenta el profesor Omar Bravo quien dice “desde el momento en que la realidad se recorta, a partir de la pregunta que el investigador hace de ella, existe una dimensión subjetiva presente. Esa dimensión subjetiva responde a una construcción que también obedece, en buena medida, a cuestiones histórico-sociales que llevan al investigador a dimensionar a esa realidad a partir de un determinado posicionamiento ideológico, no siempre consciente o asumido” He aquí mi postura.

REFERENCIAS


Caracol Radio (2020). Estos son los países y territorios afectados por el Coronavirus. https://caracol.com.co/radio/2020/02/13/internacional/1581619078_125272.html

Reed, J. (1919/2008). Diez días que estremecieron al mundo. https://cronicon.net/paginas/Documentos/paq2/No.22.pdf

Nussbaum, M. (2010). Sin fines de lucro, por qué la democracia necesita de las humanidades. Buenos Aires, Katz.

Wallerstein, I. (1996). Abrir las ciencias sociales. Comisión Gulbenkian para la reestructuración de las ciencias sociales. México, siglo XXI.

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