Читать книгу Repensar la antropología mexicana del siglo XXI - Pablo Castro Domingo - Страница 10
3
ОглавлениеEn esta perspectiva emerge un asunto que la antropología dejó tradicionalmente en manos de la sociología política: ¿cómo ser ciudadano? Si bien lo tratan algunos antropólogos dedicados a procesos electorales, poco comprendemos de la desafección ciudadana como proceso sociocultural y comunicacional. Suele vérsela como debilitamiento de las formas democráticas de representación, pero es mucho más que eso desde que la videopolítica llevó las disputas de las plazas a las pantallas y ahora porque los algoritmos sustraen y reorganizan nuestros datos y opiniones. Los partidos, sindicatos y movimientos sociales, entre ellos los étnicos, son reducidos y reubicados en una constelación de poderes que espían nuestra intimidad y nos reemplazan en la toma de decisiones.
Los indígenas, a la vez que subsisten en comunidades rurales, des de mediados del siglo XX se vuelven trabajadores urbanos que reformu lan los modos de habitar las ciudades y generan ciudadanías plurales. La universalidad de derechos, afirmada por la doctrina liberal, se desdobla en estrategias de sobrevivencia y acciones políticas diferenciadas, combinaciones nuevas de recursos educativos y de salud. Adriana Aguayo documenta cuánto contribuyen estas comunidades étnicas urbanas a crear ciudadanías menos formales que la noción abstracta de raíz europea. Surgen ciudadanías sustantivas, con énfasis en derechos de lengua y solidaridad, menos radicados en cada in dividuo que en maneras colectivas de producción y apropiación. Forman parte del proceso de ampliación contemporánea de los derechos sociopolíticos a los culturales, étnicos y ecológicos. Los indígenas, a semejanza de los migrantes, reivindican la ciudadanía como algo que puede negociarse ante más de un Estado, no sólo en relación con su territorio de origen.
Los vínculos entre ciudadanos y Estados disminuyen su protagonismo cuando la resistencia toma como referencia, más bien, acciones solidarias de la sociedad civil. El análisis de Ana Paula Castro Garcés y Pablo Castro Domingo sobre la 72 Hogar Refugio para Personas Migrantes, en Tabasco, muestra que necesidades básicas de centroamericanos que cruzan México —hospedaje, comida, atención médica y asesoría jurídica— no son ofrecidas por los servicios de migración sino por esta institución franciscana y por Médicos sin Fronteras. El hecho de que una organización católica incluya en sus beneficiarios a migrantes de la comunidad LGBTTTI evidencia desplazamientos aun en instituciones tradicionales.