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I. CONTEXTUALIZACIÓN: TRANSICIÓN ESPAÑOLA, TRANSICIÓN VALENCIANA Y EVOLUCIÓN DE UCD 1. INTRODUCCIÓN: CUESTIONES ACLARATORIAS
ОглавлениеEn líneas generales, mi objeto de estudio en este trabajo es la Unión de Centro Democrático (UCD) valenciana, desde su origen en 1977 hasta su final en 1982, con la esperanza de lograr una narración coherente que arroje luz sobre cómo se formó, cómo se desarrolló y cómo se deshizo la formación en Valencia. Uno de los aspectos en los que se ha hecho especial hincapié es en la articulación de la elite centrista en Valencia a partir de tres figuras que fueron fundamentales en la definición de las estrategias y grupos políticos de UCD-Valencia: Fernando Abril Martorell, Emilio Attard Alonso y Manuel Broseta Pont. Estas estrategias variaron también las características ideológicas del partido.
Desde luego, UCD-Valencia no fue nunca un bloque monolítico; bien al contrario, hubo luchas continuas por el poder desde el origen de la formación. También hubo otros políticos muy relevantes, además de los tres mencionados, que jugaron un importante papel en el partido como Joaquín Muñoz Peirats y Francesc de Paula Burguera. Por esta razón, no sólo se ha intentado recoger los planteamientos de mayor repercusión, sino que, por ejemplo, también han sido recogidas algunas de las posiciones de estos dos políticos liberales, especialmente en la medida en que fueron un contrapunto a la política oficial centrista en Valencia. Sin embargo, lo cierto es que F. Abril Martorell, E. Attard y M. Broseta fueron los tres políticos que más influencia ejercieron en las estrategias del partido –que no necesariamente en la organización del mismo–, permitiendo señalar, además, diferentes fases a tenor del predominio de un sector sobre otro.
Con este objetivo, en este primer capítulo se ha elaborado un marco que ha de servir para ubicar a UCD-Valencia en el contexto de la transición española en general y de la transición valenciana en particular. Sobre la transición valenciana conviene tener en cuenta que se ha optado siempre por la denominación oficial del territorio valenciano en cada momento: País Valenciano hasta julio de 1982, momento en el que, con la aprobación del Estatuto de Autonomía, la denominación oficial pasó a ser Comunidad Valenciana. El capítulo I finaliza con un recorrido por la evolución de la UCD española que incluye, asimismo, una síntesis de sus principales características, compartidas, en buena medida, por la formación en Valencia.
El segundo capítulo está dedicado al estudio de las tres fases diferentes de UCD-Valencia: una primera fase, de 1977 a 1979, con una pugna por el poder entre liberales y populares que se saldó con el éxito político del líder del Partido Popular Regional Valenciano, Attard; en una segunda fase, de 1979 a 1981, la llegada de Abril Martorell a la política valenciana, así como el ingreso en el partido de otra prestigiosa figura como fue Broseta, alteró la organización del partido hasta llegar a imponerse un órgano supraprovincial y desplazar así a todos los grupos políticos originarios de 1977; la última fase, que engloba el año 1982, corresponde a la descomposición del partido, causada en gran medida por las continuas bajas en el partido de los políticos más importantes, bien por dejar la política, como Attard, bien por unirse a un nuevo partido como Broseta, que pasó a las filas de CDS.
El tercer capítulo plantea los puntos de encuentro de la política española y la política valenciana. En este punto, también es importante tener en cuenta que, para referirse a la formación de UCD cuya área de influencia era el territorio español en su conjunto, se ha optado siempre por la denominación «nacional» antes que «estatal». Esos puntos de encuentro consisten, en primer lugar, en una articulación del poder nacional y regional en las figuras de tres gestores políticos: F. Abril Martorell, E. Attard y M. Broseta. Además, entre la política española y la valenciana existen espacios de acción política comunes, como son las Cortes españolas, ya que la política valenciana fue protagonista de debates nacionales en diversas ocasiones, de entre las que destacamos, al menos, dos debates: durante la redacción de la Constitución española de 1978 –en relación al artículo 138 y a la disposición transitoria segunda– y durante los trámites de aprobación del futuro Estatuto de Autonomía de la Comunidad Valenciana.
El cuarto capítulo intenta hacer un esbozo de los rasgos más destacables de la ideología de UCD-Valencia, aunque teniendo en cuenta algunas limitaciones: la heterogeneidad de los partidos que dieron lugar a la formación favorecía planteamientos muy diversos sobre el poder y la realidad española, lo que complicó la conjunción en una única línea ideológica; esto no tendría sentido sin tener en cuenta el carácter personalista de dichos partidos. Por otro lado, la ideología defendida por UCD-Valencia muestra, sin lugar a dudas, una evolución a partir de 1979, una vez varió la composición de la elite en Valencia. Por estas razones, se ha optado por intentar recoger los discursos más elementales como eran el liberalismo y el humanismo cristiano, así como profundizar en dos planteamientos ideológicos que caracterizaron al partido desde 1979: la defensa de la provincia como unidad de organización territorial primordial y el anticatalanismo. En el caso del anticatalanismo, he tratado de arrojar luz sobre dos connotaciones diferentes pero complementarias del concepto: las similitudes con los discursos populistas por un lado, y la relación con el proceso de redefinición de la identidad valenciana, por otro.
En el último capítulo, dedicado a las conclusiones de este trabajo, destaca el hecho de que, si hasta 1979 la provincia de Valencia era una de las provincias españolas en las que la organización centrista contaba con mayor independencia, puesto que la organización del partido había tenido siempre una dirección independiente del Gobierno, a partir de 1979 se produjo un control de la política centrista valenciana a través de un proceso de sustitución de elites y de la creación de un organismo regional que limitaba el poder político de la Presidencia provincial del partido.