Читать книгу Obras morales y de costumbres (Moralia) XI. Tratados platónicos. Tratados antiestoicos. - Plutarco - Страница 10
Оглавление1 La expresión de Plutarco da por supuesto que el lector recuerda el parto viril del que habla Sócrates en Teeteto 150c, cuando compara su mayeútica con la actividad de su madre, que era comadrona. Toda esta primera Cuestión juega con el doble sentido de la procreación en sentido propio y en el sentido figurado en el que PLATÓN nos dice en el Fedro que Theuth es el padre de las letras (Fedro, 275a) o que el discurso necesita constantemente la ayuda de su padre (Fedro, 275e), etc.
2 Teeteto 150c. Frente al maieúesthai platónico, Plutarco ha puesto el contracto maioûsthai.
3 La ironía era un modo de expresión característico de Sócrates, cf. Apología 37e-38a; Gorgias 399e; Banquete 216e.
4 Sujeto, Platón.
5 Teeteto 151c.
6 Mantengo la lectura de los manuscritos, sin completar con el texto platónico.
7 La oposición refleja una imagen bipartita del alma que, más que la platónica, en la que se distinguen un elemento racional y otro no racional, parece responder a la aristotélica entre alma racional y alma vegetativa.
8 Frag . 762 y 70 KOCK.
9 Frag . B119DK.
10 Sobre los distintos tipos de daímones que encontramos en la Grecia arcaica, cf. E. R. DODDS , Los griegos y lo irracional , trad. esp., Madrid, 1960 y A. PÉREZ JIMÉNEZ & G. CRUZ ANDREOTTI (eds.) Seres Intermedios. Ángeles, Demonios y Genios en el Mundo Mediterráneo, Málaga, 2000, especialmente las contribuciones de E. SUÁREZ DE LA TORRE , «La noción de Daimon en la Literatura de la Grecia Arcaica y Clásica», págs. 47-87 y J. DILLON , «Seres Intermedios en la tradición platónica tardía», págs. 89-117.
11 Alusión al daímdn de Sócrates, esa voz que que lo frenaba ante determinadas acciones. A ella dedica PLUTARCO su tratado Sobre el demon de Sócrates. La concepción propiamente plutarquea de daímōn, sus deudas para con sus predecesores, especialmente Platón, y las sutiles modulaciones que constituyen su personal contribución al tema han dado lugar a una extensa bibliografía en la que cabe destacar los siguientes trabajos: P. DECHARME , La critique des traditions religieuses chez les Grecs des origines au temps de Plutarque, París, 1904; G. SOURY , La démonologie de Plutarque, París, 1942; G. MÉAUTIS , «Le mythe de Timarque», Revue des Ét. Anc. 52 (1950), 201-211; Y. VERNIÈRE , Symboles et mythes dans la pensée de Plutarque. Essai d ’interprétation philosophique et religieuse des Moralia, París, 1977; F. E. BRENK , «A most strange doctrine. Daimon in Plutarch», Class. Journal 69 (1073), In Mist Aparelled. Religious Themes in Plutarch's Moralia and Lives, Leiden, 1977, «In the Light of the Moon: Demonology in the Early Imperial Period», ANRW II. 16.3. 1986, págs. 2068-2145; Índices II. 36.2, 1987, págs. 1283-1299; «An Imperial Heritage: The Religious Spirit of Plutarch of Chaironeia», ib. II. 36.1, 1987, págs. 248-349, Índices II. 36.2, 1987, págs. 1300-1322 y «Darkly Beyond the Glass: Middle Platonism and the Vision of the Soul», en S. GERSH y C. KANNENGIESSER (eds.), Platonism in Late Antiquity, South Bend, Indiana, 1982, Christianity and Judaism in Antiquity 8, págs. 39-60; R. M.a AGUÍLAR FERNÁNDEZ , La noción de alma personal en Plutarco, Madrid, 1980; P.-L. DONINI , «Nozioni di daimon e di intermediario nella filosofía tra il I e il II secolo d. C.», en E. CORSINI y E. COSTA (eds.), L'autumno del diavolo, Milán, 1990, págs. 37-50; J. DILLON , «Plutarch and the Separable Intellect», Misticismo y Religiones Mistéricas, ant. cit., págs. 35-35; C. MORESCHINI , «¿Apuleyo mago o Apuleyus philosophus platonicus», en A. PÉREZ JIMÉNEZ y G. CRUZ ANDREOTTI (eds.), Daimon, Páredros, Magos y Prácticas Mágicas en el Mundo Mediterráneo, Madrid-Málaga, 2002, págs. 161-190.
12 Eco de PLAT. , Apología 23c-24a, Teeteto 210c; cf. Sofista 230b-c.
13 La concepción de la enseñanza como una téchnē, compartida por los sofistas y Sócrates, justifica la pretensión de los primeros a ser debidamente remunerados, provocando rivalidades entre ellos de las que Platón se burla en Hipias ma. 282b. Por lo demás, es sabido que Platón, como los aristócratas en general, critica tan agriamente la práctica de cobrar por enseñar como la misthophoría impuesta por Pericles (Gorgias 515c).
14 PLAT ., Sofista 230c-e, 231b.
15 PLAT ., Cármides 165b, Gorgias 506a, Cratilo 384c, y PLUT ., Cómo distinguir a un adulador de un amigo 72 A, Contra Col . 1117 D.
16 PLAT ., Leyes. 731d-e. Recurrente en PLUT.: Distinguir a un adulador 48E, Cómo sacar provecho de los enemigos 90A, 92E. De esta sentencia Plutarco hace partir una guirnalda de ejemplos cada vez más concretos.
17 Frase proverbial.
18 PLAT ., Fedón 85c, Filebo 29a.
19 Posible eco de PLAT. , República, 330 c «Yes que, del mismo modo que los poetas quieren a sus poemas y los padres a sus hijos, de ese mismísimo modo los que han adquirido sus riquezas por sí mismos ponen su afán en ellas, porque es obra propia...» y de Fedro 275a: «Así tú ahora, como eres padre de las letras, les has atribuido por cariño el efecto contrario al que producen».
20 PLUT ., Licurgo 20, 6, Máximas de reyes y generales 190C-D, 215E-F. Ya antes HERÓDOTO , II, 160 y DIODORO SÍCULO , I, 95, 2.
21 HERÓDOTO VIII, 125 y PLUT ., Temístocles 17, 120d, [PLUT .], Sobre la malevolencia de Heródoto 871D-E. El premio fue para Temístocles a quién todos calificaron en segundo lugar. Esta anécdota puede estar en la base del Certamen de las Amazonas —posiblemente una ficción literaria— que refiere PLINIO , XXXIV, 53: varios escultores famosos habían realizado estatuas de Amazonas para el Artemisio de Éfeso. Antes de conceder los premios se pidió a los propios artistas que dijeran cuál era la que, detrás de la suya, consideraban más hermosa.
22 La censura a los filósofos dogmáticos que sostiene la comparación con la conducta de los generales después de Salamina puede incluir a la vez eco de PLAT. , Filebo I4b-c; recurrente en Contradicciones de los estoicos 1036B donde censura a los que combaten por la victoria y no por alcanzar la verdad.
23 Cf. DIÓGENES DE APOLONIA , Frag . A 19 DK; TEOFRASTO , Sobre los sentidos 19 y 41.
24 Sobre el demon de Sócrates 588D-E y 589C-D.
25 Escepticismo radical que Arcesilao atribuía también a Sócrates. Cf. PLUT. , Contradic. estoic. 1036A y Contra Col. 1121F-1122A. Sobre esto, véase P. H. DE LACY , «Plutarch and the Academic Sceptics», Class. Journ. 49 (1953), 79-84.
26 Cf. PLAT. , Teeteto 151 e y 160e-161a.
27 Para Platón el peor mal que puede afligir al alma es la amathía, esto es, la falsa identificación de los valores. Plutarco, sin duda por estar hablando de los sofistas, ha preferido el término apátē que sugiere inmediatamente la teoría estética de Gorgias; Plutarco la generaliza, al menos en sus efectos, a todos los sofistas.
28 TEOGNIS 432. Cf. ATENEO , 6.
29 Plutarco ha escogido la palabra katharmós que nos hace evocar el poema de EMPÉDOCLES Purificaciones, un híbrido de pietismo órfico y de Filosofía de la Naturaleza jonia, tal vez para sugerir que también en Sócrates hay elementos místicos y racionalismo, aplicado ahora a la Ética. Sobre Sócrates, médico del hombre interior, cf. W. JAEGER , Paideia , trad. esp., México, 1957, págs 407-411; el paralelismo entre la medicina, que cura las enfermedades del cuerpo, y la sabiduría, que cura las afecciones del alma, se encuentra también en DEMÓCRITO , Frag. 31 DK. En la metáfora del alma llena de úlceras tenemos un eco clarísimo del mito del Gorgias (524e), que Plutarco conoce perfectamente.
30 Cf. PLAT. , Gorgias 480b y 524e-525a.
31 Contra el relativismo sofistico.
32 La afirmación concuerda con un aspecto importante de la personalidad de Plutarco que, aunque no parece haber contribuido al progreso de los conocimientos científicos, está al tanto de los mismos y se muestra activamente comprometido en su divulgación. De acuerdo con la alternativa que Platón reitera en Laques 186e-187a, Fedón 85c, 99c, Alcibíades 106d, 109d-e, 110d, según la cual se alcanza el saber técnico por aprender de otro o por descubrimiento personal, esto no es necesariamente contradictorio con Sobre cómo se debe escuchar 48 B-D donde defiende la investigación que conduce a los descubrimientos. En cambio, para el superior nivel de la Ciencia Platón exige que cada cual emprenda por sí mismo la ascención dialéctica.
33 Cf. PLUT. , Sobre cómo se debe escuchar 47D.
34 En esta fórmula, cuya traducción literal sería «fíjate», encuentra J. OPSOMER , Zητήματα, pág. 78, la marca de la respuesta de Plutarco a la pregunta formulada y, con ello, la culminación de la Cuestión.
35 La idea platónica, no socrática.
36 Cf. PLAT. , Banquete, 204b, 210e-212a; República 409a, 490a-b, 501d, Teeteto 176c-d.
37 Cf PLUT. , La desaparición de los oráculos 422B-C. La doctrina de la reminiscencia es expuesta por PLAT. en Menón 85d-86c, Fedón 72e-76e y Fedro 249a.
38 Cf. PLAT. , Teeteto 15 la-b y 157c-d.
39 Cf. PLAT. , Teeteto 161e, 184a-b, 210b.
40 PLAT ., Timeo 28c; cf. 37c y 41a. En Charlas de sobremesa 718A, PLUTARCO altera el orden: patéra kaì poieîn. En nuestro texto ha sustituido el toû pantós , el Universo de Platón por tôn pántōn, «de todas las cosas», expresión que se utiliza también para el Universo. En opinión de F. FERRARI , «Dio: padre e artifice», ob. cit., págs. 395-409, frente a Numenio que refería los dos términos a entidades distintas, padre al dios supremo, identificado con el Bien y con el primer intelecto y artífice al intelecto demiúrgico, Plutarco atribuye ambos al único dios de su metafísica, que es, a la vez, principio ontológico y principio cosmológico.
41 Cf. PLAT. , Timeo 40d.
42 «Padre de hombres y de dioses» es una fórmula que se aplica a Zeus doce veces en la Ilíada y tres en la Odisea.
43 Pervive la teoría clásica —cf. ESQUILO , Euménides 657-661— según la cual la madre sólo es depositaria del feto; frente a ella Empédocles y Alcmeón de Crotona, ambos médicos y pensadores, Parménides y Demócrito y, en opinión de P. LAÍN ENTRALGO , El cuerpo humano. Oriente y Grecia antigua. Madrid, 1987, pág. 86, posiblemente también Anaxágoras, defienden la idea de que la semilla procede tanto de la mujer como del varón.
44 Filósofo estoico del S. III a. C. SVF, Frag. 1158.
45 Banquete 177d. Plutarco aplica aquí el principio hermeneútico Platonem ex Platone saphēnízein que utiliza masivamente en la primera parte del Sobre la generación del alma en el «Timeo»; sobre este principio, véase F. FERRARI , «Struttura e funzione», 535-538, con bibliografía y paralelos.
46 PLAT ., Fedro 261a.
47 Fedro 242a-b.
48 De acuerdo con los MSS . E, B, ɛ, n.
49 De acuerdo con los MSS .
50 Cf. PLAT ., Banquete 196e-197a; 205b-c.
51 Cf. PLUT ., Sobre la tardanza de la divinidad en castigar 559D.
52 Cf. PLUT ., Sobre el refrenamiento de la ira 462F.
53 Cf. PLUT ., Charlas 718A. La creencia de que el Universo es divino y de que el alma humana —o parte de ella— es de la misma sustancia que la divinidad se encuentra en los órficos (B 19 DK) y en los presocráticos (HERÁCLITO , Frag. A 15 DK). La idea es básica en el pitagorismo: Según refiere ALEJANDRO POLIHÍSTOR para los pitagóricos el alma de los hombres es un apóspasma o fragmento del éter y lo caliente y lo frío; y es inmortal porque inmortal es aquello de lo que se ha desprendido. En los mitos escatológicos de Plutarco este elemento divino, el noûs, es superior al resto del alma. Cf. P. THEVENAZ , ob. cit., pág. 72; F. BRENK , «The Origin and Retum of the Soul in Plutarch», en M. GARCÍA VALDÉS (ed.), Estudios sobre Plutarco: ideas religiosas, ob. cit.
54 PLAT . Timeo 34a-b, 36d-e.
55 El locus classicus para la concepción Platónica del proceso de creación como imposición del orden se encuentra en Gorgias 503e; para la creación del mundo, véase Timeo 31c-32c, 53b; 69c. En Plutarco, esta concepción se repite en Sobre la generación del alma... 1014B-C e Isis y Osiris 372F.
56 Cf. PLAT. , Filebo 27d.
57 Cf. PLUT. , Charlas... 719A y Sobre la generación del alma ... 1023C.
58 Sobre el concepto de harmonía, véase la nota a Sobre la generación del alma... 1013D.
59 Cf. PLUT. , Sobre la tardanza de la divinidad... 559D. Plutarco amplía lo dicho aquí en Sobre la generación del alma... 1041E; sobre el uso de preposiciones diferentes, véase H. DÖRRIE , «Le Platonisme de Plutarque», Actes du VIII e Congrés G. Budé , París, 1969, que atribuye el cambio a influjo aristotélico. En cuanto al paralelismo entre este pasaje y La desaparición de los oráculos 435, cf. R. M. AGUILAR , ob.cit ., pág. 201.
60 En su análisis de la estructura de esta Cuestión , J. OPSOMER , Zητήματα, págs. 80-82, constata que en la primera sección de la respuesta hay seis argumentos, rígidamente encadenados por éti, sin marcas formales que permitan establecer relaciones o una jerarquía entre ellos. En la segunda sección, en cambio, las formulas introductorias varían, es perceptible una gradación entre los argumentos y queda claramente marcada la mayor importancia del último.
61 República 509d-511e.
62 La suma de los dos géneros que han quedado deslindados en el símil del Sol, el de las cosas visibles y el de las cosas inteligibles.
63 Sobre el problema de lectura que se plantea aquí a Plutarco, véase lo que decimos en la Introducción a este opúsculo.
64 De la eventual mayor extensión del segmento de la línea que representa a las realidades inteligibles parece deducirse la mayor extensión de las mismas. Este punto de vista es considerado erróneo en el § 2.
65 Plutarco acude a conceptos del Timeo —cf. 35a y 37a para explicar la República —; no puede, por tanto sorprendernos el que la terminología utilizada sea común al Sobre la generación del alma... (cf. 1012B, 1014D, 1022E-F). Estos términos aparecen también en Sobre la tardanza de la divinidad... 428B, 430D y en Charlas... 718D y 719E.
66 Cf. PLUT. , Sobre las nociones comunes, contra los estoicos 1080E.
67 Cf. PLUT. , Sobre la generación del alma ... 1013C.
68 PLATÓN dice en República 511d —cf Filebo 62a y Timeo 28a y 52a— que el conocimiento de tipo nóēsis sólo puede tener por objeto las Ideas, pero, tanto en Fedón 74a-76e como en Fedro 250a-d explica que lo que en este mundo nos encamina hacia ellas es la capacidad de evocación de las mismas que tienen las cosas sensibles que las imitan o participan de ellas.
69 El plan de estudios al que son sometidos los guardianes de la Ciudad que han de llegara ser filósofos y regentes en República 525b-531 d.
70 Incluye, sin duda, junto a las figuras planas la estereometría tratada por PLAT . en República 528a-e. De hecho, Plutarco menciona explícitamente los sólidos en las líneas siguientes.
71 Para este uso de mégethos como extensión de un plano, cf. GORGIAS , Frag. B3 DK.
72 También ALEJANDRO DE AFRODISIA atribuye a Platón este modo de acceder a las Formas, que pone en relación con la idea de que en la jerarquía ontológica de la realidad los niveles superiores son más simples. Favorable a la tesis de Alejandro se muestra F. LISI , «Ontología y Política en Platón», EClás. XXXIV (1992), 101, 7-21 (cf. concretamente, pág. 10). Por su parte, ARISTÓT ., Física 193b35-194a7 da a entender que es ajeno al propio Platón este modo de acceder a las ideas, que, por lo demás, le parece una extrapolación abusiva de las Matemáticas a la Metafísica. Cf. H. CHERNISS , Arislotle’s criticism of Plato and the Academy, I, Baltimore 1944, págs. 203-204. Por otro lado, J. OPSOMER , Zητήματα, pág. 82, estima que, muy probablemente, Plutarco haya tomado este argumento de manuales escolares o repertorios doxográficos y que, de ningún modo, podemos atribuírselo, porque es un aspecto de un razonamiento más amplio, que Plutarco va a refutar a continuación. En el mismo sentido se pronuncia H. CHERNISS , Plutarch’s Moralia XIII, 1, pág. 39.
73 Cf. [PLUT .], Dichos 877B.
74 Cf. PLUT. , Sobre la generación del alma... 1012E, 264A, 374A, 388A, La desaparición de los oráculos 428E-429B, ARISTÓT. , Metafísica XIV 4, 1091a23. Esta definición del número, que corresponde al pitagorismo, enmascara la distinción entre número «vulgar», número matemático y número ideal que Platón, en coherencia con su doctrina, exige en República 524e-526b. Cf. Cartas VII 342a-343b. El testimonio de SIMPLICIO indica que la diada, al ser determinada por la unidad produce el dos ideal. Cf. LISI , ibidem. Como observa CH . FROIDEFOND , «Plutarque et le Platonisme», pág. 192, la crítica de Plutarco a Jenócrates implica la unificación por parte de éste del número matemático y el número ideal.
75 Cf. PLUT. , Charlas 718E. La comparación de Plutarco atribuye gráficamente carácter de «imagen» a las entidades matemáticas, aunque, como indica H. CHERNISS , Plutarch’s Moralia XIII, 1, pág. 41, no responde al planteamiento Platónico.
76 Cf. PLUT. , Sobre la tardanza del castigo . 564A, No es posible vivir 1105D y Sobre las nociones com . 1084B.
77 La relación de analogía entre microcosmos y macrocosmos aparece ya en DEMÓCRITO Frag. B 34 DK. En PLATÓN , la encontramos en Filebo 29a-30a. A un planteamiento semejante acude en la República cuando estudia las virtudes del alma en el Estado, en la esperanza de que su mayor tamaño permita captarlas mejor.
78 Cf. 1003E, Charlas 636A-B y Sobre las nociones com. 1077A-B.
79 19 Cf. PLUT. , Sobre la generación del alma 1016B, donde el dios es identificado con «la mejor de las realidades inteligibles».
80 Cf. PLUT. , Sobre la generación del alma 1023A.
81 Timeo 34 b. Cf. PLUT ., 1023A.
82 Leyes . 898e.
83 Cf. PLAT. , Timeo 36e,
84 La razón que da PLATÓN en Timeo 41 a-b para que el Universo, que por ser compuesto y haber nacido, está lógica y naturalmente abocado a la disolución y la muerte, se conserve, es la bondad y voluntad del dios. Cf. PLUT. , Charlas 720B.
85 El interés de Plutarco por evitar la confusión entre los átomos y lo inteligible es más evidente en la argumentación del Sobre la generación del alma 1022E.
86 Cf. PLUT. , Sobre las nociones com. 1081C y, antes, ARISTÓT. , Física 233b33-234a24.
87 Cf. PLAT. , Parménides 131b, ARISTÓT. , Física 218b13 y 220b5-6.
88 Como oportunamente indica H. CHERNIS , Plutarch's Moralia XIII, 1, pág. 46, n. a, que trae a colación Contra Col. 1114D, homogeneidad y simplicidad sólo son atributos de lo inteligible.
89 Frente a la tradición filosófica encarnada en Parménides y Heráclito, EMPÉDOCLES , Frag. DK B3, 4 y A86 «nos apremia» —como dice W. JAEGER , La teología de los primeros filósofos griegos, trad. esp., México, 1952, reprint. Madrid, 19934 , pág. 136— «para que confiemos en nuestros sentidos» o, mejor dicho, en cada uno de nuestros sentidos para el aspecto de la realidad que puede captar, porque las sensaciones de las cosas sensibles resultan de las emanaciones que son adecuadas para penetrar los poros de cada sentido concreto. Consecuencia de ello es que ninguno de nuestros sentidos puede conocer las afecciones de los demás.
90 Plutarco entiende que el noûs es inteligible.
91 Banquete 210d.
92 Mientras que, como es sabido, en los diálogos de la época de madurez Platón encuentra la causa de todo lo que existe en las Ideas, especialmente en la Idea del Bien (cf. República 509b) y aunque en el Sofista (248e-249a) admite que movimiento y alteridad son «principios», lo cierto es que evita ver en ellos la causa del movimiento que, a partir del Fedro , atribuye al alma y a la divinidad. Cf. sobre esto J. B. SKEMP , The theory of motion in Plato’s later dialogues, Cambridge, 1942.
93 Timeo 34b-35 a y Leyes 896a-c; cf. PLUT. , Sobre la generación del alma 1013E-F y 1016A-B.
94 Esta idea había sido expuesta por PLAT . en Timeo 30b, 34c y Leves 896a.
95 Esto es una generalización abusiva de lo que sigue, en contradicción con la tesis de la inmortalidad del alma y de su liberación del cuerpo.
96 Timeo 46d, Sofista 249a, Filebo 30c.
97 Para la tríada entendimiento, alma, cuerpo en la que el alma es configurada por el entendimiento y, a su vez, configura al cuerpo, formulada para el alma individual en el Sobre la cara visible de la luna, cf. R. AGUÍLAR , ob. cit., págs. 51 ss. y 202.
98 En Timeo 44a Platón califica explícitamente de ánous el alma humana, enloquecida al encarnarse, algo muy distinto de la tesis del alma precósmica que Plutarco sostiene aquí. Plutarco es consciente de la originalidad de su explicación que le permite no sólo justificar el movimiento de la materia antes de la creación del mundo, sino también resolver el problema del origen del mal. El tema es ampliamente desarrollado en el Sobre la generación del alma 1014B-E. Cf. 1017A-B. Sobre esto, véase M. BALTES , Die Weltenstehung, págs. 38-45 y 93-94; F. E. BRENK , «An Imperial Heritage», especialmente pp. 264-265, L. BRISSON , Le Même et l'Autre , ant. cit, págs. 297-299 y 449-454. De ello me he ocupado en «Plutarco ante el problema del mal en Platón», págs. 333-341.
99 Timeo 50d y 51a; cf. Sobre la generación del alma... 1014F.
100 En la segunda Cuestión, 1001C, Plutarco atribuye a la divinidad la imposición de orden, razón y armonía en el alma; del mismo modo, en Sobre la generación del alma se lo atribuye al Demiurgo. Aquí, en cambio, no menciona agente externo.
101 Cf. Timeo 42c-d y PLUT. , Sobre la generación del alma ... 1024D.
102 Para la oposición que Plutarco establece entre el movimiento caótico del alma precósmica y el movimiento racionalmente ordenado del alma cósmica, cf. Cuest. Platónicas 1007C, Sobre la generación del alma... 1014F-1015A y 1015E. Como indica F. CASADESÚS BORDOY , «Comentarios Plutarqueos sobre la creación del mundo en el Timeo de Platón», en A. PÙREZ JIMÙNEZ , J. GARCÍA LÓPEZ y R. M.a AGUILAR (eds.), Plutarco, Platón y Aristóteles, págs. 254-260, Plutarco hace del alma inteligente, e. e., una vez que ha sido dotada de noûs, el sujeto de una serie de acciones que hasta ese momento eran de la exclusiva competencia del Demiurgo.
103 Cf. Sobre la generación del alma 1024A-B y Charlas 720B.
104 Cf. Sobre la generación del alma 1029E. Plutarco parece haber amalgamado aquí el carácter eupeithés del caballo bueno del Fedro (254a) y la persuasión que el demiurgo ejerce sobre la Necesidad en Timeo 48a y 56c. Por lo demás, la idea de que el espíritu impone el orden a una materia caótica y con ello la convierte en kósmos era ya fundamental en Anaxágoras, Frag. 12 DK.
105 Cf. [PLUT .], Dichos 905A.
106 Cf PLAT. , Parménides 137d-e y 145b; ARISTÓT. , Sobre el cielo 286b13-16.
107 La aparente arbitrariedad de Platón en esta elección queda satisfactoriamente explicada por K. POPPER , La sociedad abierta y sus enemigos , trad esp., Madrid, reprint2 , 1982, págs. 495-499. Constata, en efecto, que incluyen las raíces cuadradas de 2 y 3, que son irracionales y que, como consecuencia de ello. Platón rompe con la concepción aritmética del mundo propia de los pitagóricos y la sustituye por una concepción geométrica.
108 En otras ocasiones Plutarco utiliza el término tetraedro, cf. Sobre la decadencia de los oráculos 427A.
109 Timeo 53c-56b.
110 Las expresiones «elemento de la tierra» y «semilla del fuego» aparecen en Timeo 56b. Sobre ellas véase CORNEORD , Plato’s Cosmology, The Timaeus translated with a running commentary, Londres, 1937, pág. 223, n. 1.
111 Resulta sumamente atractiva la hipótesis que, como pura hipótesis, propone POPPER , ibidem, pág. 497, que se confiesa en esto deudor de W. MARINELLI: dado que la suma viene a coindir con el valor de π (la diferencia por exceso con respecto a π r es menor de 0, 0047), suma que, de acuerdo con el interés por la adición de irracionales que demuestra en Hipias ma, Platón pudo haber hecho. A juicio de M. ISNARDI PARENTE , «Plutarco e la Matematica Platónica», en, I. GALLO (ed.), Plutarco e le scienze, págs. 130-131, esta Cuestión está básicamente dedicada a refutar una teoría del tipo de la de Timeo Locr. 98d-e, según la cual Platón menciona el dodecaedro con el único propósito de aludir a una esfera imperfecta. En L’ereditá di Platone nell’Accademia antica, Milán, 1989, págs. 51-54, apunta la posibilidad de que Plutarco dependa de exégesis anteriores cuyos autores contrastaran la geometría del Timeo y otras teorías que pudieron ser propuestas incluso en vida de Platón, por ejemplo, la de Arquitas de Tarento quien, de acuerdo con la noticia que transmite ARISTÓT. , Problemas 915a25 ss., planteó la cuestión de la prioridad de las figuras formadas a base de líneas curvas y asentaba en ellas su cosmología.
112 Timeo 55a.
113 Timeo 55c. Según refiere JÁMBLICO, Vida pitagórica, XVIII, 88 (L. DEUBNER) el pitagórico Hípaso murió en el mar por haber cometido el sacrilegio de dar a conocer la construcción de la esfera a base de doce pentágonos.
114 Cf. PLUT. , La desaparición de los oráculos 427B.
115 Cf. PLUT. , La desaparición de los oráculos 428D.
116 Cf. PLAT. , Fedón 110b.
117 En La desaparición de los oráculos 428A Amonio indica que esto no es correcto.
118 Como el dodecaedro, el Zodíaco y el año están formados por doce partes que se subdividen en treinta.
119 La teoría de la rhýsis o génesis de figuras y algunos sólidos haciendo girar figuras planas aparece ya en ARISTÓT ., Acerca del alma 409a3. Sobre su atribución a Arquitas y discusión de la bibliografía ad hoc, véase M. ISNARDI PARENTE , L'ereditá, pág. 55, notas 12-15. En «Plutarco e la matematica Platonica», pág. 133-134, M. ISNARDI sugiere que, movido por su deseo de apoyar el texto Platónico, Plutarco polemiza contra la matemática helenística que había privilegiado figuras como el cono, el cilindro y la esfera.
120 Sobre los números triangulares, Cf. PLUT ., Charlas... 744B.
121 En Sobre la generación del alma... 1020D el primer número triangular es el tres porque, como es lo habitual, la unidad es considerada al margen de la serie numérica. En La E de Delfos 391A la unidad es el primer cuadrado; en La desaparición de los oráculos 429E es el primer número triangular y el primer cuadrado.
122 Timeo 55d-56a.
123 Las alusiones a la esfericidad de la Tierra no llegan hasta 62d. Ya en Fedón 108e-110b la afirmaba Platón. Sobre esto, CF. F. M, CORNFORD , ob. cit., pág. 263. Plutarco identifica aquí lo que Platón dice del «elemento» tierra que está formado de cubos y lo que dice del mundo, que es esférico, como se afirmaba ya en Timeo 44d.
124 Esta distinción es la que separa en Cartas VII 343 a al circulo «en sí» de sus representaciones.
125 Hay cierta contradicción en la actitud de Plutarco que, como acabamos de ver, acepta la rotación de los triángulos como explicación de la generación de sólidos y este otro modo de explicar la generación de las figuras, limitadas por rectas o curvas, por yuxtaposición de líneas rectas. Por el contrario, en el Sobre la cara visible de la luna 932F parece rechazar esta hipótesis y apostar por el carácter uniforme del círculo. En ello ve ISNARDI , ob. cit., pág. 55, indicio de que Plutarco acude aquí a explicaciones ya superadas o en vías de serlo con tal de defender lo afirmado por Platón.
126 De nuevo la fórmula hórā dè mḗ sirve para introducir la propuesta que zanja la cuestión. Sobre ello, véase J. OPSOMER , Zητήματα, pág. 78.
127 Cf. PLAT. Filebo 62a-b y Cartas VII 343a.
128 Para la relación entre la epístasis y éntasis de Plutarco con la tásis de las figuras geométricas de los estoicos, véase, M. ISNARDI , art. cit., pág. 134.
129 Ya ARQUITAS , Frag. A 23a decía que el movimiento círcular es el movimiento natural de los cuerpos esféricos y redondos.
130 Plutarco recupera aquí las consideraciones de PLATÓN en la Carta VII: el círculo «en sí» sólo existe en el mundo de las Ideas; en nuestro mundo cotidiano, que es el que pretende describir en el Timeo, todo círculo está contaminado de recta.
131 Plutarco atribuye al alma, o a su elemento intelectivo, lo que es en Platón el mundo inteligible. H. CHERNISS , Aristotle’s criticism, págs. 601-601, apunta que Plutarco está al borde de la identificación del alma con la «quinta esencia aristotélica».
132 Cf. Timeo 36e-37c; también 34a, y 47b-c, Leyes 898a-b y PLUT. , Sobre la generación del alma... 1024C-D.
133 Plutarco plantea en esta Cuestión dos alternativas: ¿hay que entender que «la naturaleza de ala» es el amor o que es una facultad del alma? Frente a F. ROMANO , «Le ‘Questione Platoniche’», pág. 127 y a C. MORESCHINI , «L’esegesi del Fedro e il medioPlatonismo», Koinonia 14, 1990, pág. 37, que reprochan a Plutarco el dejar ambas opuestas posibilidades sin sintetizarlas, J. OPSOMER , Zητήματα, pág. 79, sugiere que, dada la íntima relación que establece el Fedro entre el alma y el amor. Platón pudo utilizar ambos términos para designar dos aspectos del mismo fenómeno, cuya oposición en Plutarco sería debida a la influencia de la estructura formal de los zetḗmata.
134 Fedro 246d.
135 Fedro 249d-251a y 254b; cf. PLUT. , Erótico, 765B-766A, E-F.
136 Las Ideas son explícitamente llamadas «divinas» en Filebo 62a; en Fedón 84a-b theîos está por «inteligible». El paso previo se encuentra en pasajes como República 61 le, donde el carácter eterno de las Ideas arrastra los adjetivos «inmortal» y «divino», cuasi-sinónimos de «eterno» al que agregan el valor emotivo de su frecuente presencia en la tradición poética. El adjetivo «divino» se aplica a «la belleza en sí», esto es, a la Idea de la belleza, en Banquete 211e.
137 Cf. PLUT. , Sobre si los ancianos 786D.
138 Timeo 79e-80c. Ya en 58 a Platón excluía la existencia del vacío en el Universo, aunque, como es sabido —véase, por ejemplo, W. K. C. GUTHRIE , Historia de la Filosofía griega V, pág. 305, n. 139—, esto no es estrictamente cierto porque los poliedros regulares en contacto tienen que dejar intersticios; la afirmación Platónica debe, pues, entenderse en el sentido de que no están rodeados de vacío.
139 Antiperístasis es término aristotélico, cf. Física 215al4-15 y 267al5-20. El que Platón utiliza al abordar estas cuestiones en Timeo 80c es el verbo periotheîn.
140 PLATÓN habla de «los sorprendentes fenómenos de atracción»; Plutarco los convierte en «aparentes» convencido por el argumento Platónico que niega dicha atracción.
141 El imán, que en el punto 7, en Sobre Isis 376B y en Charlas 641 es llamado sideritis. Como es sabido, en Ion 533d, PLATÓN establece una famosísima comparación entre la imanación de los objetos atraídos por un imán y el contagio del entusiasmo desde el poeta inspirado por la Musa al intérprete y de éste al público.
142 Timeo 79b-80d.
143 Plutarco olvida, sorprendentemente, que en Timeo 67b PLATÓN había explicado sobre la misma base de movimientos de impulsión mutuamente provocados el proceso de audición y se detiene en 79b. donde Platón vuelve a aludir a ello para centrarse ahora en la concordancia de sonidos que será considerada consecuencia del proceso de audición así entendido.
144 Cf. Máximas de filósofos 903E-F.
145 En Timeo 80a PLATÓN , que, por cierto, no habla de aceleración del movimiento, apunta que esta explicación vale también para los cuerpos que ruedan por el suelo.
146 Cf. ARISTÓT ., Meteor . 324a y 369a.
147 H. CHERNISS , Plutarch’s Moralia, pág. 71, n. d, nos hace observar que esta segunda hipótesis es la sostenida por Plutarco y no la que parte de un impulso espontáneo del hierro, pues esta última no chocaría con el problema planteado.
148 Coincidencias y disparidades con LUCRECIO , VI 1058 ss.
149 Cf. Cuestiones sobre la nat . 916D-F.
150 Suprimimos la cruz filológica de la edición de HEUBERT.
151 Timeo 80a-b.
152 De acuerdo con los Mss. En el pasaje en cuestión del Timeo el sujeto es explícito, los movimientos.
153 El texto Platónico es, evidentemente, más explícito: la semejanza en cuestión es la que hay entre el movimiento producido en el sujeto por el agudo que se va apagando y el producido por el grave que se inicia.
154 La relación de la percepción de los sonidos con la cadena de movimientos de impulsión está más clara en Timeo 67b, donde, al hablar del sentido de oído, Platón explica que el sonido es un golpe que, por mediación del aire y los oídos, reciben «el cerebro y la sangre», mientras que la audición es el movimiento provocado por ese golpe y que, partiendo de la cabeza, llega a la zona del hígado. Plutarco, en cambio, parece haber abandonado el tema de su Cuestión y, arrastrado por el principio de su referencia al texto Platónico, se ha detenido en el tema de la concordancia de los sonidos que, rompiendo también su exposición, PLATÓN trata en 80a-b, si bien precisa que el sonido grave y el agudo cuya coincidencia parcial crea la consonancia son dos movimientos independientes que no se alteran uno a otro. A esta explicación alude también PLUTARCO en Sobre la fort. 98D, Sobre la E 390B y en Sobre la decadencia de los oráculos 436D.
155 En la versión de Plutarco el paralelismo entre la percepción de los sonidos y el lanzamiento de objetos se limita a este primer momento.
156 En cambio, en Timeo 80b, Platón habla de «una impresión única, mezcla de lo agudo y lo grave».
157 Timeo 41e y 42d. Cf. [PLUT.] , Sobre el destino 573E.
158 Cf. Timeo 39d y 40b. El término tropḗ que, en general, es el «hecho de dar media vuelta», adquiere un significado especial cuando se utiliza como tecnicismo astronómico, el de «solsticio», momento en que el Sol «da la vuelta» en su aparente movimiento se subida o bajada con respecto al ecuador. También ocurre lo mismo con los planetas.
159 Timeo 40b.
160 El texto Platónico plantea aquí un problema de transmisión que condiciona la interpretación: el Parisinus 1807 da heilloménēn, «recogida», «apretada»; la mayoría de los demás manuscritos illoménen, «girando». La primera lectura supone la inmovilidad de la Tierra que Platón demostraba en Fedón 99 b y que parece sustentar la representación de la Tierra en Fedro 246 e-247 a. En ella se prolonga la identificación de la Tierra con Hestia que encontramos en el Himno a Heslia o en el frag. 938 de EURÍPIDES (cf. al respecto, J.-P. VERNANT , «Hestia-Hermes. Sobre la expresión religiosa del espacio y del movimiento entre los griegos», en Mito y Pensamiento en la Grecia antigua, trad. cast., Barcelona 1973, págs. 135-135). La otra lectura, que es la que conoce Plutarco, tiene el aval del testimonio de ARISTÓT. , Acerca del cielo II 13, 293b30, que refiere esta doctrina precisamente al Timeo. Véase ai respecto, CORNFORD , Plato’s Cosmology , págs. 127-129; H. CHERNISS , Aristotle's Criticism , págs. 545-564; F. M. BRIGNOLI , «La dinamica immobilità della terra nella concezione Platonica dell’universo», GIF 11, 1958, 97-143; W. BURKERT , ob. cit., pág. 305, n. 17.
161 Cf. PLUT. , Sobre la cara visible de la luna 923A. Aristarco de Samos, estoico discípulo de Cleantes, ejerció su actividad en Alejandría entre el 280 y el 260 A. C. Su obra Sobre los tamaños y distancias del sol y la luna gozaba todavía de mucho prestigio en la Edad Media; sabemos por Censorino que fijó la duración del Gran Año en 2.484 años solares. De su hipótesis heliocéntrica sólo tenemos noticia por Plutarco y por EUCLIDES (Arenario I 4).
162 Seleuco de Babilonia fue un caldeo helenizado que escribió en griego, aunque su obra se ha perdido. El único dato cronológico seguro que tenemos de su vida —su defensa de las tesis de Aristarco sobre el origen gen de las mareas, que eran criticadas por el estoico Crates— nos permite situarlo en la segunda mitad del S. II a. C. así como establecer la relación con aquél que se desprende de lo que aquí dice Plutarco y de la información que en el mismo sentido proporciona ESTOBEO (Ecl. 1 122, 2). La teoría heliocéntrica que Aristarco y Seleuco propusieron no tuvo el eco que merecía, barrida por el sistema de Hiparco y Ptolomeo. Para más detalles sobre Aristarco y Seleuco, véase E. HOPPE , Mathematik und Astronomie im klassischen Altertum, Heidelberg, 1966.
163 Frag. 22. Cf. PLUT. , Numa XI, 3.
164 Acerca del alma 42la27b5. Plutarco adapta la definición de Aristóteles, modificando el sentido del término organikoû de modo que pueda servir de base a la interpretación alternativa que propone para el pasaje Platónico.
165 Cf. Timeo 4le. Para el sentido de la expresión Platónica me parece satisfactoria la explicación de J. MOREAU , La construction de l 'idéalisme Platonicien, Hidesheim, 1967, pág. 485: mientras el alma del Mundo es una organizacion imperecedera, la función atribuida a los astros induce a ver en cada uno de ellos «moins un être organisé qu’un principe d’organisation pour d’autres étres».
166 Timeo 38c.
167 Timeo 40c; cf. PLUT. , Sobre la cara visible de la luna 937E y 938E.
168 Frag . B 48
169 Alusión a Timeo 38c, recién citado.
170 República 506e-507a, 508a, b; 509b, d. Cf. PLUT. , Sobre la cara visible de la luna 944E.
171 Cf. Timeo 38b y 39b. Platón habla de phorás «revoluciones» y no de «esferas»; del mismo modo, PLUT. , en Charlas... 745C y en Sobre la generación del alma... 1029C, convierte en «esferas» los «círculos» del huso de la Necesidad que Piatón describe en República 617b. Sobre esto, véase CORNFORD , Plato’s Cosmology, págs. 78-79 y H. CHERNISS , Aristotle’s Criticism, pág. 555.
172 Física 219b1-2, 220a24-25, 220b32-221al y b7.
173 Frag . 53, LANG .
174 SVF, II 515.
175 Frag . 33, SNELL .
176 Contra ARISTÓT . Física 251b28, 219b15-16 y 220b24-28.
177 Plutarco se opone aquí a la concepción del tiempo que atribuye a Amonio en Sobre la E de Delfos 392E.
178 EURÍPIDES , Troyanas 887.
179 Cf. Dichos 898C, donde esa definición es atribuida a Pitágoras. En cambio, en Sobre la generación del alma 1012D, Plutarco critica detenidamente a Jenócrates por dar a entender que es Platónica. P. THEVENAZ , ob. cit.. pág. 96, estima que aquí, donde la cita en apoyo de su tesis, Plutarco diluye la autoría en un vago «según los antiguos».
180 Timeo 38b.
181 Cf. Timeo 30a y 52d-53a. Esta cuestión tiene especial relieve para Plutarco en el Sobre la generación del alma donde sirve de base a su construcción del «alma perversa». Cf 1014B, 1016D-F y 1024C.
182 Sin cruz. El mayor problema que presenta aquí el texto es consecuencia de la sustitución, ya mencionada a propósito de 1003A-B, de la divinidad por el alma cósmica como agente, porque en esta versión parece que el alma del mundo, una vez dotada de orden, razón y armonía, se encarga de regular sus propias revoluciones, tarea que en Timeo 36b-d asume el Demiurgo. Lo mismo ocurre con la imposición de orden y regularidad a los elementos corporales —cf. Timeo 52e-53b—. La consecuencia de dicha sustitución es asimismo perceptible en el participio epiklúsasa en el que se cruzan el divino enkatéspeiren aph' hautoû têi hylêi que hemos visto en 1001B y el alma extendida, rodeando el cuerpo del mundo de Timeo 36e y 34b, que Plutarco acaba de mencionar en 1002C.
183 Cf. Cuest. Platónicas 1001B-C y Charlas 719E.
184 Cf. la exomoiōsis en Sobre la generación del alma 1014B y en Sobre la tardanza del castigo 550D.
185 Esta afirmación, que no concuerda con lo que dice Platón, parece derivar de la interpretación que en el Plat onismo medio se pudo hacer de Timeo 92c.
186 Timeo 37d.
187 Timeo 34a-c; Criti . 106a. Cf. Sobre la generación del alma ... 1017C.
188 Timeo 38b.
189 Timeo 27d-28a y 38c.
190 Frag . B 100.
191 El contenido de esta cuestión tiene notables paralelos en el conjunto del tratado Sobre la virtud moral, especialmente en 444E y 451F.
192 República 443d.
193 Cf. [ARISTÓT .,] Sobre el Mundo 397b24-26 y ARISTIDES QUINTILIANO . Sobre la Música 1, 6.
194 Frag. 18 HEINZE.
195 A este Zeus infernal, a veces identificado con Hades, atribuye también Plutarco Sobre la cara de la tuna 942 F y 943 C toda la región sublunar. Sobre la influencia de Jenócrates en el tratamiento Plutarqueo de estos temas, véase J. DILLON , «Seres intermedios», págs. 90-98.
196 Il. VIII 31; Od. I 45, 85; XXIV 473.
197 Kreíttōn en Homero es epíteto de los dioses.
198 Cf. Fedro 247c.
199 Cf. Timeo 44d y 69d-71a.
200 En sentido etimológico, sin las connotaciones cristianas.
201 Etimología popular que da lugar a una figura difícil de reproducir en la traducción.
202 Sobreentendido el nuevo sujeto, «lo que ocupe esa posición».
203 Cf. infra 1009A.
204 Cf. PLAT. , República 441e-442d y PLUT. , Sobre la virtud moral 442A-D, así como ARISTÓT. , Ética a Nic. 1102b25-31 y Ética a Eud. 1219b28-31.
205 A pesar de la crítica de H. CHERNISS , Plutarch 's Moralia. pág. 95, n. d, acepto la enmienda de Hubert porque entiendo que esta frase introduce la alternativa —que podríamos llamar «funcionalista»— a la hipótesis «protocolaria» (cf. 1007E) que ha venido desarrollando. Ambas coinciden, sin embargo, en atribuir la posición central a lo irascible.
206 Cf. PLAT ., República 44le y Timeo 70a.
207 Como es sabido, los antiguos suelen atribuir a las letras las características de los sonidos.
208 Cf. PLUT. , Sobre la virtud moral 442B.
209 Fedro 246a. Sobre la recurrencia de este símil en Plutarco, especialmente en los escritos dedicados al Platonismo, véase P. FUHRMANN , Les images de Plutarque, París 1964, pág. 141-142 y J. OPSOMER , «L’âme du monde et l’âme de l’homme chez Plutarque» en M. GARCÍA VALDÉS (ed.), Estudios sobre Plutarco: Ideas religiosas, Madrid, 1994, págs. 33-33; para este aspecto, págs. 46-47.
210 En el símil Platónico este aspecto es importante para destacar la paridad de los caballos en todo excepto carácter y conducta en los que son diametralmente opuestos, siendo obligación del auriga asegurar el difícil equilibrio del carruaje.
211 Plutarco pasa del símil al alma y atribuye a sus elementos los calificativos que Platón aplica a los caballos del símil.
212 Fedro 253e.
213 Fedro 247b.
214 Cf. PLUT. , Sobre la generación del alma 1019D-E.
215 Cf. PLUT. , Sobre la virtud moral 442B.
216 Es el argumento expuesto en 1007F-1008a.
217 Cf. PLUT. , Sobre la virtud moral 444C, ARISTÓT , Física 224b33-34
218 Cf. PLUT. , Sobre la cara visible de la luna 927D-928B.
219 Esclavo que acompañaba a los niños en sus salidas.
220 Il . XI 64-65.
221 Cf. PLAT. , República 441e-442a y PLUT ., Sobre la virtud moral 444C.
222 Cf. PLAT. , Filebo 64 e, 66 a-b y PLUT. , La E de Delfos 391C-D.
223 Cf. PLUT. , Sobre la virtud moral 443C-D.
224 Acepto la enmienda de Becchi.
225 Cf. PLUT. , Sobre la virtud moral 444B, 445A, 451A. La doctrina es expuesta por PLATÓN en el Político. Sobre ello, cf. H.-J. KRÄMER , Arete bei Plato und Aristoteles, Heidelberg, 1959, págs. 146-171. D. BABUT , Plutarque. De la vertu éthique, París 1969, págs. 74-76 enlaza la teoría de las pasiones de Plutarco directamente con Platón, prescindiendo de Aristóteles. Sobre esto véase J. OPSOMER «L’âme du monde», pág. 46.
226 Tenemos un minucioso comentario de esta Cuestión en O. GÖLDI , Plutarchs sprachliche Interesse, Tes. doct., Zúrich 1922, págs. 2-10.
227 Sofista 262c., cf. Crátilo 425a, 431b-c, Teeteto 206d, Cartas VII, 342b, 343b, y [PLAT .], Def . 414d.
228 La exposición siguiente no deja lugar a dudas sobre el sentido en que Plutarco entiende el término rhêma. Se discute, en cambio, el que le daba Platón: basándose en observaciones de H. STEINHAL , Geschichte der Sprachwissenschaft bei den Griechen und Römern. I, Berlín, 1890, pág. 141, GUDEMAN , «Grammatik», RE VII, col. 1780 ss. y, sobre todo, T. BENFEY , Über die Aufgabe des Platonischen Dialogs: Kratvlos, Gotinga, 1866, págs. 139 ss., V. GOLDSCHMIDT , Essai sur le Cratyle, París, 1940, pág. 51, n. 2, admite que el significado de «verbo» es el que tiene rhêma en Sofista 262-263, en Cartas VII y en Def. 414d; sugiere que este uso tiene su origen en la utilización de lo que podría ser une formule courante en Teeteto 206d y sostiene que en el Crátilo el sentido es el de «locución», interpretación que tiende a imponerse a partir de G. PRAUSS , Plato und der logische Eleatismus, Berlín, 1966.
229 Laguna de 28-40 letras en la que debía ir el verbo. Se sigue la propuesta de H. CHERNISS.
230 Il. I 185: «yendo yo mismo a la tienda, tu botín, para que sepas bien».
231 Cf. DIONISIO TRACIO , Gramática 11. Cf. STEINHAL , ob. cit. II. págs. 251-256.
232 «Hacia la tienda» y «hacia Atenas». Ya en época clásica -de sólo aparece en fórmulas estereotipadas como Athḗnaze (< Athḗnas + -de).
233 Cf. PLAT. , Sofista 262c.
234 Los estoicos oponían los lektá, enunciados al axíōma, proposición lógica, unidad lógica elemental, sede de verdad y mentira.
235 PLAT ., Sofista 262 e y 263 a-b.
236 Los dialécticos de los que habla aquí PLUTARCO —también en 1011A y D— son los estoicos.
237 El término ptôsis suele significar en contextos gramaticales «caso». Con el significado de «sujeto» aparece también en SEXTO EMPÍRICO , Contra los profesores XI 29 y Clemente de Alejandría, Combinaciones VIII 26, 4-5.
238 Cf. Sobre las nociones com . 1074d.
239 Cf. PLAT. , Sofista 263a-b.
240 En el mito que cuenta Protágoras, una de las primeras cosas que hace el hombre, tras haber sido dotado por Prometeo de la sabiduría técnica, es «articular la voz y los nombres» (PLAT ., Protágoras 322a). Plutarco alude al carácter articulado del lenguaje humano en Sobre la inteligencia de los animales 973A y a la comunicación de contenidos mentales en Sobre la generación del alma... 1026A.
241 Platón sólo menciona práxeis y práttontes como contenidos de nombres y verbos, modificación observada por CHERNISS que remite a los escolios a DIONISIO TRACIO , Gramática, pág. 215, 28-30 HILGARD , y a APOLONIO DÍSCOLO , Sintaxis I 30 y III 58 UHLIG , para la sustitución de práxeis por prágmata.
242 Sofista 262a y b.
243 Plutarco piensa prioritariamente en el significado denotativo, pero se le hace cuesta arriba admitir que «lo demás» carezca totalmente de significado y, como vemos a continuación, reconoce las funciones expresivas; no obstante y, sin duda, porque son ajenas al criterio de verdad y mentira, considera que tan sólo agregan «matices».
244 Prueba del valor significativo que el silencio tiene para Plutarco, puede hallarse en el Frag. 202 SANDBACH (= ESTOBEO , III, I 109), donde hablando de los pitagóricos, dice que su método de enseñanza, «mezcla de palabra y silencio», se caracteriza por ser, como el de la iniciación, simbólico.
245 Sigue la confusión entre letra y fonema.
246 Cf. PLUT. , Charlas 738F.
247 Como es sabido, éste es el fondo del reproche de Sócrates a Anaxágoras en el Fedón, confundir la condición necesaria con la causa.
248 El uso de sôma para «persona» es frecuente en las actas de manumisión de Delfos para referirse al esclavo antes de ser manumitido; una vez cumplido el trámite, es mencionado como «hombre» o «mujer». Cabe pensar que en este pasaje Plutarco incluya también en sôma animal o cosa. En efecto, en la doctrina estoica sôma designa todo lo que puede ser agente o paciente, cf. PLUT. , Sobre las nociones com . 1073E y APOLONIO DÍSCOLO , Sintaxis I 16.
249 Esto es, en función metalingüística.
250 En Sobre la E de Delfos 386C-D Plutarco opone el punto de vista de los «dialécticos», para quienes «no existe ningún hecho real detrás de la particula ‘si’ ni detrás de la frase introducida por ella» a la sabiduría de Apolo que considera hechos reales todas esas subordinadas y que viene a ver en ellas una síntesis de interrogación y súplica.
251 Cf. PLAT. , Sofista 262c y d.
252 Cf. ARISTÓT ., Retórica 1404b. AMONIO , Sobre la interpretación 40, 26-30 afirma, basándose en el Crátilo y en el Sofista que Platón había sostenido este punto de vista.
253 Plutarco acude a una fórmula homérica cuya traducción literal es «le dijo una palabra —épos — y lo llamó por su nombre».
254 Od. XXIII, 183: «En verdad, mujer, has dicho una palabra que causa aflicción».
255 Od. VIII, 408-409: « Salud, padre huésped, y, si se ha dicho alguna palabra molesta, ojalá la empujen y alejen las ráfagas de viento».
256 Frag. 10. PLUTARCO atribuye igualmente esta cita a Eveno en Cómo distinguir a un adulador de un amigo 50A y en Charlas de sobremesa 697C; en cambio, en Consejos para conservar la salud 126C la atribuye a Pródico.
257 Cf. la tabla de variantes.
258 La primera alusión que encontramos en la literatura griega a la expresión kósmon epéōn es su negación en Il. II 213 donde Homero justifica el calificativo ametroepḗs «desmedido en sus palabras», que había aplicado a Tersites en el verso anterior, porque « sabía... muchos épea ákosma »; en el verso siguiente precisa este último término: ou katà kósmon. En el juicio de Homero lo relevante es la insolencia del plebeyo que se atreve a increpar a los reyes, pero, ya en SOLÓN , Frag. ADRADOS = 2, 1-2 GENTILIPRATO —fragmento citado por PLUTARCO en Solón 82C—, se aplica al aspecto formal, como será lo usual —cf. PARMÉNIDES , Frag. 8, 52 DK, TUCÍDIDES , III 67, 6; EURÍPIDES , Frag. 206, 2, etc.— como hace aquí Plutarco.
259 Con la mayor parte de los Mss.
260 La palabra ekpṓmata designa todo recipiente —con o sin asas — utilizado para beber: copa, vaso, taza...
261 Parásēma es el término genérico que designa toda clase de anotaciones marginales.
262 Il. XV 459: «Y en especial excitaba el ánimo al valeroso Áyax, al hijo de Telamón»
263 Il. XX 147: «hacer, para conseguir huir y escapar al monstruo marino».
264 Cf. PLUT. , César 1, 3-4 y [PLUT .], Sobre la vida y poesía de Homero 40.
265 Il. XX 536.
266 DEMÓSTENES . XXI 72. También para el autor del tratado Sobre lo sublime 20, 1. 2, en el asíndeton —junto con la anáfora y la viveza de la descripción — reside la fuerza de este pasaje.
267 DEMÓSTENES , XXI, 200.
268 Demo de Atenas.
269 Tirano de Eretria. Cf. PLUT. , Foción 12-13.
270 Cf. Sobre lo sublime , 21; DEMETRIO , Sobre la dicción 193-194 y 268-269.
271 Cf. SVF II 207 y 254; APOLONIO DÍSCOLO , Sobre las conjunciones pág. 149-150; DIÓGENES LAERCIO VII 71-72. PLUTARCO alude a estos aspectos de la teoría gramatical sobre las conjunciones en La E de Delfos 386C-D, Sobre la inteligencia de los animales 969A-B y en Sobre la generación del alma... 1026B-C.
272 Cf. Od. IX 425-427 y EURÍPIDES , Cíclope 225.
273 Laguna de extensión variable según los manuscritos.
274 Cf. SVF II 147 y 148, DIÓGENES LAERCIO , 7, 57-58; APOLONIO DÍSCOLO , Sobre las conjunciones 4-8. En el primer parágrafo de esta Cuestión. Plutarco aludía ya a la doctrina estoica de acuerdo con la cual la unidad mínima del discurso es la oración simple formada por sujeto y predicado, con exclusión de conjunciones. La función de las conjunciones es unir dos o más de esas unidades mínimas.
275 Frag. 13. Demades es un orador ático del. S. IV a . C.
276 Instituido por Pericles para pagar la entrada al teatro de los ciudadanos sin recursos y para fines asistenciales.
277 Plutarco describe una técnica diferente del trabajo del hierro en Charlas... 660C y en Sobre el principio deI frío 954A-B. Cf. ARISTÓT. , Meteorol. 383a32-b7, [ARISTÓT.] , Mir. ausc. 48, y ESTRABÓN , V 26.
278 El páschei de los Mss., que conserva HUBERT , es eliminado por HARTMANN , solución que acepta CHERNISS. Por mi parte pienso que la frecuente coordinación de páschei con poieî no ha provocado la introducción de un término nuevo en la frase, sino la sustitución de otro que debia formar endiadis con poieî ti koinón, por ejemplo, un pachnoî; en ello se basa la traducción que propongo.
279 Esta consideración del carácter lineal de la comunicación lingüística está en la base del argumento escéptico que niega la existencia de un juicio o proposición porque sus elementos constituyentes, al ser sucesivos, no coexisten. Cf. SEXTO EMPÍRICO , Contra los profesores 1 132-138; VIII 81-81, 132 y 136.
280 De acuerdo con la doctrina estoica el nombre propio se halla a medio camino entre el indefinido y la plena definición de los demostrativos, cf. SVF II. frag. 205.
281 Cf. DIONISIO TRACIO , Gramática 15.
282 También esto es doctrina estoica, a pesar de no haber sido recogido en SVF, cf. PRISCILIANO , Princip. gram. XI 2.
283 Cf. PRISCILIANO , Princip. gram . XI I.
284 Esto es «recíprocas».
285 Como para los estoicos ónoma era tan sólo el nombre propio, utilizaron el término prosēgoría para la clase de los nombres comunes y adjetivos, cf. SVF II, frag. 147. Cf PLUTARCO , Las contridicciones de los estoicos 1046F-1047A.
286 La traducción propuesta pretende reflejar la noción de agentividad, presente tanto en el participio de presente como en el nombre de agente, que es lo que Plutarco pretende ejemplificar; a ella se sacrifica la exactitud del contenido léxico.
287 De acuerdo con el análisis de J. OPSOMER , Zητήματα, pág. 78, la fórmula hórā dé mḗ sirve para zanjar la cuestión, en este caso para probar que la preposición no es realmente parte de la oración.
288 Plutarco utiliza aquí la especie por el género, e. e., «nombre» por «palabra», puesto que los ejemplos que siguen son verbos.
289 Respectivamente «entrar» y «salir».
290 «Ir adentro» e «ir afuera».
291 «Preceder» de «nacer u ocurrir antes».
292 «Sentarse» de «tomar asiento encima».
293 «Tirar piedras» y «perforar la muralla» junto a sendos verbos compuestos que significan lo mismo.
294 Plutarco ha omitido el adverbio, que, sin embargo, aparecía en el verso de Homero que le ha servido de sumario en el tratamiento de las partes de la oración. Bien pudiera ser, como apunta CHERNISS , porque los estoicos, que lo comparaban con un chupón o con un redrojuelo —escolio a DIONISIO TRACTO , Gramática, págs. 356, 15-16, y 520, 16-18 HILGARD— , prescindían de él.