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Las ediciones 132

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La editio princeps de Tácito se publicó en Venecia en 1472 o 1473 y estuvo a cargo de Vindelino de Espira. Contiene Anales XI-XVI, Historias I-V, Germania y el Diálogo de los oradores . Los Anales aparecen sin título ni división de libros. Las Historias terminan en V 23, 2 como los manuscritos del grupo II, citados más arriba. La segunda edición salió a la luz en Milán en el año 1476 o 1477. Su editor, F. Puteolanus, añadió el Agrícola a su contenido, tres capítulos más a las Historias y puso título a los Anales (Corneli Taciti Historiae Augustae libri XI) . Una segunda edición de Puteolanus salió en el año 1497. La primera edición completa de Tácito, una vez redescubierto el Mediceus primus con Anales I-VI, apareció en Roma en el año 1515 a cargo de Filipo Beroaldo, a quien el papa León X concedió el derecho exclusivo para su publicación.

Durante el siglo XVI e inicio del XVII sobresalieron tres grandes editores de las Historias : Beatus Rhenanus, Justus Lipsius y Curtius Pichena. Beatus Rhenanus (1485-1547), discípulo de Erasmo de Rotterdam, editó la obra de Tácito en los años 1533 y 1544, después de haber sacado a la luz la editio princeps de Veleyo Patérculo en los años 1520-1521. Para la edición de Anales XI-XVI e Historias se valió del manuscrito Yalensis I . Justus Lipsius (1547-1606 133 ) se distinguió en sus sucesivas ediciones de Tácito desde 1574 hasta la póstuma de 1607 por su gran conocimiento no solo de la lengua y el estilo de Tácito, sino también de la historia e instituciones romanas. Introdujo cientos de enmiendas al texto 134 , especialmente en los Anales . Sus ediciones parece que están basadas solo en tres manuscritos del siglo XV : Vaticanus 1863, Vaticanus 1864 y Neapolitanus IV.C.21 . Con todo, Lipsius se ha mantenido como uno de los mejores editores de Tácito de todos los tiempos por la mejora evidente que introdujo en el texto, incluida la separación de Anales e Historias , y por el primer y excelente comentario completo de las obras mayores de Tácito 135 . Sus ediciones se siguieron imprimiendo un siglo después de su muerte, la última en 1648, en la que se incluyó la obra de Veleyo Patérculo. Por último, Curtius Pichena, una figura menor que los anteriores, tuvo el mérito de contar en su edición de 1607 136 con los códices Medíceos que él había colacionado antes muy cuidadosamente. Además, introdujo la división de los capítulos que han seguido los editores posteriores.

En los dos siglos siguientes no hubo un progreso evidente en los estudios de Tácito. J. Gronovius (1645-1711) editó a Tácito con las notas de su padre J. F. Gronovius (1611-1671) en los años 1672 y 1721. La edición de T. Ryck de Leiden en 1687 tiene el mérito de haber usado el Leidensis BPL 16B , del que se ha hablado más arriba. En el siglo XVII merece ser mencionada la edición de I. A. Ernesti en Leipzig (1752, 1772), aunque no tuvo en cuenta los Medíceos. En la primera mitad del siglo XIX destaca la edición de I. G. Orelli de 1846 en Zúrich. Es inferior a su Horacio de 1843, pero ofrece las lecturas de los Medíceos a partir de las completas colaciones de I. G. Baiter.

El siglo XIX supuso un gran avance en las ediciones de Tácito, porque se reconoció definitivamente la autoridad de los códices Medíceos y se construyó un aparato crítico fiable. K. Halm (Leipzig, 1850) fue el autor de una modesta edición que se convirtió en una especie de vulgata hasta los años veinte del siglo XX . Desde luego, no alcanzó la talla de K. Nipperdey, editor y comentarista de los Anales (Leipzig, 1852) y de toda la obra de Tácito (Berlín, 1871-1876). Mejoró el texto y creó un nuevo estilo de comentario, lingüístico, literario e histórico. De él bebieron Furneaux, Koesterman y el mismo Goodyear, como él mismo reconoce 137 .

En el siglo XX merecen ser citadas algunas ediciones aseadas, aunque no excepcionales. Así E. Koestermann se hizo cargo de sucesivas revisiones de la edición de K. Halm para la Bibliotheca Teubneriana (1934-1937 y 1949-1950) y de su propia edición de 1961, en la que da equivocadamente una gran importancia al códice Leidensis BPL 16B , del que hemos hablado antes. C. Giarratano elaboró una buena edición de las Historias basándose en el Mediceus II. La Collection Les Belles Lettres editó las Historias en 1921 al cuidado de H. Goelzer, pero ha sido sustituida por una nueva edición a cargo de P. Wuilleumier (solo para el tomo I) y H. Le Bonniec con extensas anotaciones de J. Hellegouarc’h (Histoires I, 1987; II-III, 1989; IV-V 1992, 20032 ). The Loeb Classical Library en los volúmenes II-III de la obra de Tácito presentó un texto de Historias (1925-1931 y sucesivas ediciones) con mínimas nota críticas y traducción inglesa a cargo C. H. Moore. La biblioteca Teubneriana ha editado otras dos versiones críticas de las Historias . Una fue publicada en Stuttgart (1978) y fue confeccionada por H. Heubner, también comentarista de la obra en cinco volúmenes (Heidelberg, 1963-1982) y está acompañada de una concisa introducción y un breve aparato crítico, igual que la edición oxoniense de C. D. Fisher (1911). La segunda edición Teubneriana (Leipzig, 1989) a cargo de K. Wellesley presenta un aparato crítico más completo y se viene convirtiendo en la edición crítica de referencia. De ediciones españolas poco hay que decir, a no ser de la de J. Vallejo (Madrid, CSIC, 1942) para los libros I -III (sin aparato crítico) y el texto con comentario de M. Bassols de Climent (I, Madrid, Bosch, 1971; II, Madrid, CSIC, 1946; III, Madrid-Barcelona, CSIC, 1951; IV, Madrid-Barcelona, CSIC, 1951; IV, Madrid-Barcelona, CSIC, 1955).

Historias. Libros I-II

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