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Animación
ОглавлениеAnimar consiste en servirse de diversas técnicas creativas con el fin de crear la ilusión del movimiento a partir del uso de objetos inanimados, dibujos o imágenes generadas por computadora (CGI).
Las más notorias representaciones del Perú en el universo de la animación fílmica coinciden con las políticas panamericanistas, de “buena vecindad”, impulsadas por el gobierno de Estados Unidos durante los años de la lucha contra el Eje, a partir de 1941. Comprometido por la política exterior del presidente Franklin D. Roosevelt, un personaje célebre de la animación fílmica como el Pato Donald (Donald Duck) viaja por Sudamérica en *Saludos Amigos (1943).
Su creador y productor, Walt Disney (1901-1966), se suma con esa película a los esfuerzos oficiales de la Casa Blanca destinados a congraciarse con los países de la región, obteniendo apoyos en el esfuerzo de la guerra (ver “Panamericanismo”).
En años posteriores encontramos al Perú referido en *Rabbit’s Feat (1960), corto animado de Chuck Jones (1912-2002), uno de los nombres centrales en la historia del cartoon.
Producida por Warner Brothers, *Rabbit’s Feat forma parte de la serie de cortos animados denominada Looney Tunes, teniendo en este caso como protagonista al llamado Bugs Bunny (Conejo de la Suerte, como se le conoce en algunos países de América Latina).
En ella, el conejo Bugs, perseguido por Wile E. Coyote, su sempiterno antagonista, burla la muerte desconcertando al persistente enemigo a fuerza de verborrea. Tratándolo como si fuera su padre, el conejo escapa de una olla bullente y abraza al coyote luego de decirle, con la voz de Mel Blanc, la siguiente frase:
Conejo Bugs: —¡Papi! ¡Regresaste del Perú!
El nombre del Perú, en voz de Bugs Bunny, adquiere el poder ilusionista de un abracadabra. Forma parte de una frase dicha para salir del apuro y desconcertar al rival con la mención insólita de algún lugar remoto que bien pudo ser el País de Nunca Jamás.
De producción francesa, con aportes belgas y suizos, *Tintín en el templo del sol (*Tintin et le temple du soleil, 1969), de Eddie Lateste, se basa en las historietas Les sept boules de cristal y Le Temple du soleil, decimotercer y decimocuarto álbumes de Les aventures de Tintin.
El personaje de Tintín fue creado por el belga Georges Remi, “Hergé”, y por Edgar Pierre Jacobs, con la colaboración de Jacques Van Melkebeke. Las historietas adaptadas para el filme se publican durante la década de los años cuarenta del siglo XX.
La trama de Tintín en el templo del sol cuenta la historia de siete arqueó- logos que descubren una tumba inca, pero son alcanzados por una maldición. De regreso a Europa caen adormilados, víctimas de un sopor invencible. Padecen alucinaciones y creen confrontarse con la imagen amenazante del inca ofendido por la intrusión de los profanadores. Uno de los arquéologos, el profesor Tornasol, es secuestrado por dos “quechuas”, de rostros patibularios, bajo la acusación de haber robado un brazalete de oro de la momia inca llamada Ráspar Cápac, siendo embarcado en una nave llamada Pachacamac rumbo al Callao para ser conducido luego hasta el Templo del Sol6.
El reportero Tintín, el perro Milou y el capitán Archibald Haddock, los clásicos personajes de la historieta, parten en su búsqueda y rescate. Al llegar a los Andes peruanos enfrentan las inclemencias del clima y de los paisajes andinos y amazónicos, pero cuentan con el apoyo de un guía indígena, el joven Zorrino, volcado a la “causa correcta”. El peligro aparece cuando son capturados por los indígenas amenazantes que intentan sacrificarlos en una hoguera en honor del dios Sol, porque el imperio inca subsiste aún, en pleno siglo XX, enclavado en el magnífico Templo del Sol, ubicado en las alturas de Jauja.
Tintín y sus amigos enfrentan a la barbarie eligiendo como fecha de su sacrificio el día en que se producirá un eclipse solar capaz de aterrorizar a sus captores. Representantes del occidente ilustrado que detenta las claves del conocimiento científico, los héroes se salvan de la muerte gracias al conocimiento de la astronomía.
Fascinado por las grandes culturas del pasado, sobre todo por Egipto y el imperio inca, Hergé es uno de los forjadores, en tiempos del cómic y del cine, del imaginario gráfico popular de los Andes en el ámbito de los países francófonos. Sergio Purini, conservador de los Musées Royaux d’Art et d’Histoire de Bélgica, sostiene que el modelo para la creación del personaje de Ráspar Cápac es la momia peruana que forma parte de la colección precolombina de los museos belgas, bien conocida por el dibujante Hergé (Purini, 2012).
Pero esa pretendida fidelidad gráfica a un modelo verificable, y la inspiración basada en la experiencia arqueológica de Hergé, se hacen añicos en la adaptación al cine.
En la película, que empieza con la frase “se puede ser un buen etnólogo y ganar un Perú”, la momia del inca aparece con gesto fiero, rigor mortis y mascapaicha, mientras los restos arqueológicos incas están trazados con líneas que sintetizan grabados Tiahuanaco y pirámides aztecas con toques de escenografía egipcia, en el estilo de los filmes épicos italianos de los años sesenta, ambientados en la antigüedad clásica.
El camino de los Andes está sembrado de peligros: boas constrictoras, puentes levadizos tendidos sobre abismos, avalanchas de nieve y derrumbes de rocas sobre los desfiladeros que se remontan a lomo de mula o halando llamas, esas “malas imitaciones de camellos”, según definición de Haddock, que manifiesta abierta antipatía por ellas. En el repertorio animal aparece un cóndor que se lleva a Milou, una pantera y un oso emparientados con Bagheera y Baloo, personajes de El libro de la selva (The Jungle Book), escrito por Rudyard Kipling y llevado al cine en varias adaptaciones.
Pero sobre todo contrastan los rasgos faciales de los visitantes extranjeros, de ojos redondeados y curvas en la barbilla y la nariz, con aquellos de los “nativos”: las grafías privilegian en sus rostros las líneas rectas y sin contornos, como cincelados en piedra.
La geografía imaginaria creada por el filme ubica la localidad de Santa Clara en un Callao de empinadas callejuelas andinas, transitadas por llamas y pletóricas de indígenas y quenas, desde donde se aborda un tren con destino a Jauja (transcrita como “Jauga” en los carteles de ubicación), cuya población celebra la fiesta del pisco.
Haddock: —¿Y eso del pisco qué es?
Tintín: —La bebida alcohólica del país, creo.
Fiesta que se celebra con máscaras parecidas a las de la diablada puneña, pero con pasos de baile similares a los de la jota aragonesa, si es posible tal síntesis (ver “Gastronomía”).
*Las locuras del emperador (*The Emperor’s New Groove), de Mark Dindal (2000) es una popular película de animación producida por la casa Disney. En ella, el gobernante de un reino imaginario, el emperador llamado Kuzco, hombre de comportamientos arbitrarios y egolatría manifiesta que habita en un palacio en forma de tumi, es convertido en llama por acción de la villana Izma. Esa transformación es parte de la trayectoria hacia la madurez de Kuzco que, bajo su apariencia animal, se acerca a un campesino de nombre Pacha, con el que establece amistad.
En la película no se mencionan de modo inequívoco los referentes incaicos, pero se ofrecen como parte de una estilizada iconografía que apunta a una relectura de la propia tradición Disney en tiempos de la posmodernidad. Se dejan de lado los cuentos infantiles clásicos y las historias familiares que fueron la imagen de marca de la compañía, para barajar las más dispares influencias culturales. Aquí, con ánimo lúdico y voluntad de pastiche, se mezclan las convenciones del musical clásico, la iconografía inca, el reciclaje del patrimonio audiovisual de la casa Disney y las coreografías de Broadway, mientras se oyen la voz de Tom Jones y canciones escritas por Sting.
*Tadeo, el explorador perdido (*Las aventuras de Tadeo Jones), de Enrique Gato (2012), sintetiza la travesía de *Tintín en el Templo del Sol y las peripecias iniciales de Indiana Jones.
Esta producción española de animación en 3D presenta al personaje de Tadeo, imaginativo albañil que sueña con ser un audaz arqueólogo y explorador, tan arrojado como el mítico Max Mordon (que evoca el perfil de Indiana Jones), al que considera su modelo. Su fantasía se cumple de un modo azaroso al ser confundido con el explorador Mordon y enviado al Perú a realizar una misión. Acompañado por un perro de nombre Jeff, un loro y una profesora, asume la tarea de proteger Paititi, la ciudad perdida de los incas, de la codicia occidental encarnada por el malvado Kopponen y la corporación Odiseo.
Buena parte de la acción se ambienta en un Perú poblado de campesinos de aire mexicano mientras se recrean, con imágenes generadas por computadora, parajes del Cusco, Machu Picchu y el desierto de Nazca. Es un Perú de manual turístico o, acaso, de descripción de Wikipedia, que inserta a la manera de abalorios las imágenes de los lugares u objetos emblemáticos vinculados con las culturas prehispánicas: Huayna Picchu, los quipus, las líneas de Nazca, entre otros7.
Proveniente del “oscuro Perú” (the bear from deepest, darkest Peru), el oso Paddington (Paddington bear) es un personaje central en la literatura infantil del Reino Unido, gracias a las historias escritas por Michael Bond, desde finales de los años cincuenta del siglo XX.
Nacido en la Amazonía peruana, el oso debe migrar luego de un terremoto que destruye su lugar natal. Protegido por su tía Lucy luego del desastre, Paddington se embarca como polizón en una nave que viaja hacia Gran Bretaña. Al cabo de una accidentada travesía el pequeño oso llega a la estación de trenes londinense de Paddington, donde es acogido por la familia Brown (ver “Terremotos”).
La versión fílmica, *Paddington, de Paul King, data de 2014. Combina la animación digital con la figuración en vivo y dramatiza la partida del Perú y la relación del oso con la familia británica que lo defiende de los esfuerzos de una taxidermista que intenta convertirlo en una pieza disecada de colección.
Superados los riesgos que corre durante el viaje, el oso Paddington se transforma en un peruano asimilado, con perfecta comodidad, a los estándares culturales y el modo de vida del país que lo adopta8.