Читать книгу Colombia frente a los escenarios del pacífico - Ricardo Mosquera Mesa - Страница 15
La globalización y las etapas de integración económica
ОглавлениеLa integración económica es el primer paso para avanzar hacia la consolidación de un posible bloque económico. Un bloque económico, tal y como lo señala Leal López, es un tipo de asociación de carácter internacional que agrupa a un conjunto de países con el propósito de obtener beneficios comerciales mutuos y, en general, en materia económica, sin perjuicio de que en la mayoría de los casos tenga como elemento predominante una motivación política. La creación de la ONU, la Opep, la Fifa, Amnistía Internacional, entre muchas otras, ha sido a partir de intereses políticos específicos (Leal, 2002).
Estas formas de unión entre países se realizan a partir de la firma de tratados internacionales que pueden ser de distintos tipos: la mayoría de los bloques comerciales están definidos por una tendencia regionalista; mientras que las relaciones comerciales de carácter no regional tienden a ser bilaterales, o a darse entre bloques comerciales en formación. Estos bloques pueden clasificarse de acuerdo a su nivel de integración económica, política y monetaria en seis diferentes grupos:
a. Acuerdos de Complementación Económica. Esta unión solo se da en relación con las preferencias y negociaciones arancelarias de algunos productos.
b. Áreas de Libre Comercio. Aquí se establecen protecciones arancelarias de productos sensibles entre dos o más zonas geográficas. Dentro de este grupo entran los Tratados de Libre Comercio (TLC) sobre los cuales las negociaciones enmarcan agendas complejas desde muchos puntos de vista.
c. Acuerdos Aduaneros. En estos existe unificación de la política aduanera. De hecho, todos los países miembros tienen los mismos beneficios.
d. La Comunidad Económica. En este nivel de integración económica se libera el comercio de factores de la producción. Es decir que la movilidad e interacción entre el capital, el trabajo, la tecnología y demás factores productivos se fortalece en medio de zonas geográficas predeterminadas.
e. Unión Económica. Este nivel de integración contiene un conjunto de elementos y retos importantes en materia de unificación de sus Políticas Económicas (Monetaria y Fiscal) que trasciende por supuesto a la tradicional extensión o negociación de aranceles.
f. Organizaciones multilaterales. Corresponde a la participación de países en organizaciones que dictan normas que gozan de bloque de constitucionalidad o que imponen normas por encima de las normas de los países que la conforman. Aplican exclusivamente para el desarrollo de la actividad para la cual fue creado el organismo multilateral.
Es necesario señalar que la integración económica, a pesar de proclamarse como la gran solución a los problemas económicos y sociales de nuestra sociedad, ha evidenciado durante las últimas cuatro décadas que solo es una forma más de afrontar los problemas sociales en todas sus dimensiones, pero que en definitiva los problemas siguen al orden del día. Lo anterior porque la visión de la globalización privilegia la nueva forma de ver la actividad económica: lograr beneficios significativos en el corto plazo y socializar el riesgo de la inversión, de tal forma que las pérdidas no sean asumidas por la actividad de las empresas. De ahí que la empresa de transporte más grande del mundo no cuente con un solo vehículo bajo su propiedad; o la principal firma de hotelería no cuente con una sola habitación propia; o que las inversiones más importantes en 2017 hayan sido en una moneda que no goza de respaldo institucional alguno, más allá de las fluctuaciones especulativas de las bolsas.
De hecho, Stiglitz (2007) ilustra una anécdota muy particular ocurrida en medio del Foro Económico Mundial del año 2006, en donde se organizó una sesión especial acerca de los problemas energéticos del planeta. En este panel, un distinguido conocedor de la industria petrolera dio a conocer una idea de negocio bastante asombrosa. Se trataba de “aprovechar” un problema ambiental como lo es el derretimiento de la capa de hielo polar explotando los hidrocarburos de estas zonas, ya que sería mucho más fácil la explotación en estas nuevas condiciones. Cuenta Stiglitz (2007) que según el experto, esto representa cantidades mayores a las encontradas en Irak, y mantuvo una posición férrea al afirmar que este “aprovechamiento” es un negocio donde todos saldrían ganando.
En general, la globalización ha sido una forma economicista de abordar los problemas de las sociedades, es decir, desde una perspectiva de respeto de las leyes del mercado (oferta y demanda). Los problemas se dimensionan dependiendo del ámbito disciplinar desde el cual se aborden. Por ejemplo, para un pedagogo los problemas parten de la forma como somos capaces o no de generar conocimiento y lograr aprendizajes; por el contrario, para la psicología social, define los problemas desde las posibilidades de interrelacionarnos4. Desde luego para las disciplinas de las ciencias exactas los problemas de la sociedad se ubican en la frontera del conocimiento. Sin embargo, cuando se define una situación como problema en el campo de la economía, siempre se hará referencia a los aspectos que impiden el desarrollo del principio fundamental de la libertad individual o cómo ciertos aspectos generan costos transaccionales que son trasladados al consumidor y que terminan restringiendo sus posibilidades de elección porque reduce su ingreso efectivo.
Por esto, la economía celebra el desarrollo de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC), pues permiten la toma de decisiones con información completa o, por lo menos, mejor informadas y en tiempo real. Además, que el acceso a esta información tiene un costo muy bajo, por lo cual se democratiza la información y se reduce significativamente la posibilidad de que las personas tomen decisiones no racionales.
Desde esta perspectiva, el modelo de globalización apunta a eliminar cualquier tipo de distorsiones que alteren los precios de los bienes y servicios en el mercado internacional; por esto, la necesidad de generar acuerdos comerciales para eliminar aranceles y flexibilizar el mercado financiero y de capitales.
Sin embargo, el enfoque economicista de la globalización no ha logrado solucionar el principal problema que históricamente ha generado el declive de las sociedades o sus principales transformaciones: la migración poblacional.
Según la Ocde, en los años 2016 y 2017 la migración a países que la conforman ascendió a más de cinco millones de personas al año:
La migración de índole humanitaria fue el principal factor del alza de 2015-2016; representó 1,5 millones de personas entre enero de 2015 y diciembre de 2016. En 2015 la migración por reunificación de familias y libre movimiento dentro de la Unión Europea representó alrededor de un tercio del total de la emigración permanente a la zona de la Ocde. Los cinco primeros países de origen en 2015 fueron China, Siria, Rumania, Polonia e India. De los nuevos inmigrantes a países de la Ocde, 29 % provenían de otro país de la Ocde.5
Este fenómeno ha contribuido para que en diferentes países se revivan sentimientos nacionalistas que apuntan a generar mayores controles sobre la movilidad de personas. De ahí que coexistan discursos de alta aceptación como en Estados Unidos6, Francia7, Alemania8 e Inglaterra9, donde las familias nativas buscan que el Estado genere medidas para el control de la inmigración de poblaciones a sus territorios. En suma, el mundo globalizado propone libertades e ingreso y salida de capitales y recursos, pero cierra las posibilidades para una migración poblacional abierta, lo cual se acompaña del miedo que se impone ante la oleada terrorista que hace que en cada nación se establezca el control de inmigrantes.