Читать книгу El diálogo entre las disciplinas en el Centro Universitario de Tonalá - Rodolfo Humberto Aceves Arce - Страница 17

La utopía

Оглавление

Somos seres con dudas, curiosos, inquietos. Ávidos de construir explicaciones y nos desenvolvemos en un mundo lleno de incertidumbres, de desencantos, de tótems que se derriban y nos dejan desprotegidos. “Ningún hombre es una isla completa para sí mismo. Cada uno de nosotros forma parte de un continente, somos una parte de una misma tierra firme” se planteó John Donne el día que se preguntó por quién doblaban las campanas. Necesitamos explicaciones y no pueden darse desde una sola postura, bajo un solo enfoque; no podemos seguir negando otras opciones de lo que hemos construido para entendernos a nosotros mismos y aquello que nos rodea.

Nunca acabaremos por conocerlo todo. Las ciencias naturales y las ciencias sociales, irreconciliables como se habían planteado, hoy ven un encuentro, no hay ciencias duras ni blandas si todas se conciben para esclarecer las grandes preguntas del ser humano, para acercarnos a algo que pudiera ser la verdad, para llevarnos fuera de la barrera de los sentidos y los pensamientos, para ayudarnos a ver el mundo, a comprenderlo, a reconciliarnos con él. Tal vez nunca logremos comprenderlo todo, tal vez la fatalidad nos lleva a eso. Shakespeare puso en boca de un loco la condena hace cuatrocientos años: “Hay más cosas en el cielo y en la tierra, noble Horacio, que todas las que pueda soñar tu filosofía.”

Estamos en un momento crítico en que la humanidad debe tomar conciencia de la gravedad de su entorno, de cómo hemos llegado a un punto en que un modelo económico, una dinámica laboral y una depredación sin freno nos ha llenado de enfermedades, insatisfacciones y decepciones. Retomar el camino no es una aspiración, sino una exigencia inmediata, donde todos debemos tomar cartas en el asunto. Ese mismo conocimiento que apagó las luces es el que puede volver a iluminar el sendero.

Nuestros problemas requieren una visión más amplia de las cosas, donde abordemos las posibilidades y alternativas desde diferentes formas de pensar. Una sociedad complicada requiere acciones integrales y complejas, y cada una de ellas debe ser planteada por los efectos que puedan producir.

Contamos con el conocimiento y el anhelo de hacerlo útil, pero tenemos algo mucho más grande, incluso que nosotros mismos y que es el motor de todo lo que veremos hoy: es la inventiva la que nos inspira a hacer obras grandes en favor de todos y que, creo, constituye nuestra herramienta más grande. Es tiempo de que la creatividad nos lleve a las soluciones que requerimos, que los problemas se resuelvan con la determinación de las ideas y con la ambición de los sueños, que las utopías sean un día la anécdota de la cotidianeidad.

En el CUT queremos formar profesionales que demuestren que en el conocimiento está la plenitud del ser, que lo vivifica y lo enaltece. Por algo ahora decimos que en el CUT nos esforzamos para construir sueños, cultivamos el talento y formamos una generación con una visión innovadora, esfuerzo que todos deberíamos adoptar, hacerlo propio, hacerlo valer. De nada sirve buscar un futuro prometedor si desde hoy no nos proponemos un presente que nos rete, que nos conmueva.

El hombre es su propia obra de arte, y durante siglos la había moldeado con amor y respeto por todo aquello que es inmensamente superior a su comprensión. La historia, la política, la cultura y el arte forman parte de esa obra que resulta inacabada, dinámica, transformadora.

Carl Sagan nos llamaba a ubicarnos en nuestra propia naturaleza y rendirnos a la majestuosidad de una creación inacabada. La pequeñez del ser humano ante la grandeza del universo es apabullante, pero la soberbia de nuestra especie parece habernos definido y guiado en el paso del tiempo y ahora empezamos a pagar el precio de la altivez.

Las cosas que hagamos serán buenas o malas, y eso sólo depende de nosotros. La ciencia en verdad ha avanzado a pasos agigantados, nos ha dado los conocimientos que hace apenas una generación eran teorías que a veces sonaban irracionales. En la ciencia reposa la certidumbre absoluta que en las ciencias sociales está matizada por los enfoques. Una verdad científica es contundente, pero basta que otro descubra lo que en la naturaleza ya existe y nos permita conocer para crear un nuevo paradigma. La utopía marcada en la teoría se hace una realidad contundente cuando las evidencias así nos lo marcan. No hay espacio para la duda, pero tampoco límites para que la imaginación proponga lo imposible. Usamos nuestras manos y destrezas para manipular la materia, la moldeamos. Somos artesanos.

No podemos crear con lo que ya existe, el hombre fabrica, construye, transforma la naturaleza y con ello su entorno, a veces de manera irresponsable, a veces para lograr cosas hermosas. Y lo hace consigo mismo, con nuestro propio carácter, sendero y con nuestra vida.

El diálogo entre las disciplinas en el Centro Universitario de Tonalá

Подняться наверх