Читать книгу Ecumenismo - Sandra Arenas - Страница 14

Оглавление

V

Elementos para una historia del ecumenismo en Brasil


Elías Wolff 1

El autor presenta la historia del movimiento ecuménico en Brasil desde el trasfondo del pluralismo religioso y los desafíos que este implica para el anuncio del evangelio y desde la diversidad de las comunidades cristianas. Además, muestra desafíos que imponen para el ecumenismo las diversas características y carencias de la multiplicidad de comunidades eclesiales que tensionan la posibilidad y el desarrollo del diálogo ecuménico, ala vez, que los alcances prácticos del movimiento ecuménico en Brasil y sus relaciones con el movimiento ecuménico internacional. Finalmente, expone los desafíos, las metas y propuestas del movimiento ecuménico en Brasil.


La expresión de la fe cristiana en Brasil acontece en un contexto de pluralismo eclesial, religioso y social que presenta desafíos para la misión que tienen las iglesias de proclamar el evangelio. En este contexto, la relación entre los cristianos asume formas que se contradicen, como, por un lado, el denominacionalismo, el sectarismo, el proselitismo y, por otro, la búsqueda de aproximación, de diálogo y de cooperación. Esta realidad desafía a la aspiración ecuménica de congregar a los cristianos en una comunidad que sea por todos reconocida como la iglesia de Jesucristo. El objetivo de esta investigación es analizar en el proceso histórico del cristianismo en Brasil cuáles son los elementos que permiten constatar cómo las iglesias establecen relaciones entre sí y el nivel y la relevancia de estas relaciones para la construcción de caminos hacia la unidad cristiana. Se trata de un intento de sistematización de la historia del movimiento ecuménico en Brasil, identificando sus principales actores, sus etapas, sus horizontes, los desafíos y los resultados ya alcanzados. También busca mostrar la relación de las iniciativas ecuménicas en Brasil con el movimiento ecuménico internacional, en el ámbito latinoamericano y mundial, verificando las influencias mutuas que posibilitan la suma de los esfuerzos en pro de la unidad cristiana.

La carencia de la conciencia histórico-teológica del ecumenismo en Brasil

Los estudios históricos, teológicos y pastorales de las iglesias en Brasil se presentan casi exclusivamente en su aspecto confesional, con profundas carencias en la presentación de sus relaciones ecuménicas. Pocas iglesias en Brasil fueron objeto de estudio en su compromiso ecuménico, y raros son los investigadores que se dedican a un análisis sobre la historia, las razones teológicas y los medios del movimiento ecuménico local.

Sin embargo, se observa que todas las iglesias llamadas “históricas” poseen orientaciones sobre el ecumenismo y desarrollan una experiencia de diálogo ecuménico que urge ser analizada. Esa experiencia es vivida en diferentes modos y organizaciones, según las iglesias implicadas en ella, y posibilita visualizar los elementos que permiten afirmar la existencia de una práctica ecuménica de los cristianos en Brasil, constituyendo el “movimiento ecuménico” a nivel nacional. En este estudio priorizamos las relaciones entre las iglesias y las organizaciones que están más directamente sintonizadas con el Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil (Conic) 2.

Percances históricos del camino ecuménico en Brasil

La historia del cristianismo en Brasil está configurada por el pluralismo eclesial y en este contexto hay tensiones y conflictos, particularmente entre el catolicismo y el protestantismo. Los percances en las relaciones entre las iglesias son principalmente de tres naturalezas:

a) Jurídica : por el hecho de que la Iglesia católica romana ha sido la iglesia oficial desde el inicio del Brasil colonial (1500) hasta el período de la República (1890). Cuando las denominaciones protestantes llegaron a Brasil, no encontraron ninguna tolerancia para sus manifestaciones de fe, y la iglesia oficial consideraba a los no católicos como herejes, peligrosos, malos, paganos 3. Por otro lado, el protestantismo, sobre todo el de carácter misionero, consideraba a la Iglesia católica como idólatra y buscaba eliminar las “supersticiones católicas”, consideradas la causa del atraso material y moral del pueblo 4. Las relaciones entre los cristianos pasaron por tres modalidades de implicaciones jurídicas: 1) De prohibición del pluralismo eclesial (1500-1800), ya que la iglesia de la Colonia tenía jurisdicción como iglesia de la metrópolis, prohibiendo otras expresiones de fe en el Brasil colonial. Los evangélicos y anglicanos vivían su fe procurando evitar confrontaciones con las autoridades, puesto que su comportamiento religioso era considerado ilegal 5. 2) De tolerancia: en el período del Brasil imperial (1800-1900) surgieron nuevas situaciones que favorecieron la penetración de cristianos de diferentes iglesias, sobre todo cuando el gobierno portugués pasó a vivir bajo la protección de Inglaterra. Problemas sociales y políticos 6 afectaron directamente a la Iglesia católica, de algún modo abriendo posibilidades para que ideas protestantes entraran en sectores de la población, sobre todo en las clases medias y altas. Los acuerdos comerciales entre Portugal e Inglaterra favorecieron la entrada de cristianos de las diferentes iglesias en Brasil. Estos pasaron a gozar de una libertad parcial para expresar sus convicciones religiosas, protegidos por el Artículo V de la Constitución del Imperio de 1824. 3) De legitimación: con el Brasil de la República, a partir de 1890, las restricciones religiosas que aún se mantenían en el Brasil imperial (ligadas a la construcción de templos, o reconocimiento civil de los matrimonios y el registro de los niños, entre otros) fueron al poco tiempo desapareciendo del Código Civil brasilero, y las iglesias evangélicas y anglicanas empezaron a ganar espacio público. Este proceso culminó con la abolición, al menos legal, de toda restricción religiosa con el Decreto n.º 119-A, del 7 de enero de 1890, que abandonaba definitivamente una religión oficial para la nación.

b) Teológico-doctrinal : el fin de las polémicas en el ámbito de la ley civil no significó el fin de las tensiones en las relaciones intereclesiales, que conservaron sus motivaciones doctrinales. El axioma salus extra ecclesiam non est 7, aplicado de forma exclusiva a la Iglesia católica, es cuestionado por el establecimiento de las colonias protestantes en el país. En la base de la polémica teológico-doctrinal está la contraposición entre la “Iglesia de los sacramentos” versus la “Iglesia de la palabra”, base sobre la cual se apoyan otros elementos de la confrontación, como el carácter mediador de las estructuras eclesiales y de los ministerios como siendo de iure divino; la relación entre escritura y tradición; el número de los sacramentos; el principio sola scriptura, sola gratia, sola fide; la comprensión racional de la fe, por un lado, y las tendencias pietistas, puritanas y fundamentalistas, por otro; la tendencia al relativismo de los elementos institucionales en la iglesia; lo individual y lo comunitario en la vivencia de la fe.

c) Pastoral : los elementos de carácter histórico y doctrinal influenciaron determinantemente en las motivaciones y estrategias del proceso de evangelización en las diferentes iglesias. Inicialmente, esas motivaciones asumen aires de conquista y defensa del espacio religioso. Los misioneros evangélicos buscan establecer una nueva orden religiosa, necesitando para ello conquistar el espacio público ocupado por la orden vigente. El catolicismo romano buscaba defender la legitimidad de sus espacios sagrados, reforzando sus bases catequéticas, devocionales y estructurales. En la actualidad, las motivaciones de “conquista” y “defensa” no son explícitas como en el período de la polémica. Pero las iglesias no siempre consiguen demarcar suficientemente las fronteras entre “evangelización” y “proselitismo”, “conquista” y “defensa”. La falta de cooperación ecuménica en la evangelización es síntoma de las diferencias existentes en la comprensión de la evangelización tanto en su contenido como en las finalidades y estrategias.

Elementos de la historia del movimiento ecuménico en Brasil

La comprensión de los caminos de la unidad cristiana en Brasil exige un análisis de sus inicios, sus desarrollos, sus diferentes etapas, los hechos y agentes en ellos implicados. Es una tarea demasiado exigente para ser hecha en un solo momento, y naturalmente no tenemos aquí las condiciones para tanto. Pero podemos presentar los principales trazos de esta historia.

En primer lugar, es posible constatar que la complejidad del pluralismo eclesial, religioso y social no impide del todo la existencia de relaciones intereclesiales, que asumen perspectivas diferentes conforme a los contextos y a los agentes implicados en ellas. De esta manera, es posible verificar elementos de la historia del movimiento ecuménico en Brasil en su dinamismo y perspectivas. La base material de esta historia está en las iniciativas concretas tomadas por individuos, iglesias y organizaciones ecuménicas. La base teórica está en los documentos oficiales de las iglesias, en los principios de los organismos ecuménicos y en las reflexiones de los teólogos.

La necesidad de una periodización histórica del ecumenismo brasilero se presenta como uno de los muchos desafíos que deben ser enfrentados. Este no puede ser incluido sin más en las etapas del ecumenismo de todo el continente 8 porque posee peculiaridades que permiten distinguir tres períodos:

a) Primer período (1903-1957): es caracterizado por un diálogo que acontece exclusivamente al interior del protestantismo de misión y va desde la creación del primer organismo ecuménico en Brasil, la Alianza Evangélica Brasilera (1903), hasta las vísperas del Concilio Vaticano II. La principal característica de este período es la postura anticatólica y denominacionalista del protestantismo misionero, representado sobre todo por metodistas y presbiterianos, haciendo que el diálogo asuma aires de un “panprotestantismo”.

b) El segundo período (1957-1982): presenta nuevas características debido al ingreso en el diálogo ecuménico de la Iglesia Evangélica de Confesión Luterana de Brasil, la Iglesia Episcopal Anglicana de Brasil y la Iglesia católica romana cuando muchas de las iniciativas del protestantismo misionero pasaron a ser parte de un proyecto de unidad más amplio 9. El año 1957 es significativo por la creación del primer organismo ecuménico que cuenta con la presencia de cristianos católicos y que trató de cuestiones teológicas: el Grupo Ecuménico de Reflexión Teológica (GERT), compuesto por luteranos, metodistas, anglicanos y católicos. A partir de la década de los 60, la Conferencia Nacional de los Obispos de Brasil (CNBB, 1952) procuró concretizar las orientaciones del Vaticano II sobre el ecumenismo, contemplándola en sus Directrices Generales de Acción Pastoral 10. En este período el movimiento ecuménico pasó a desarrollarse de modo más orgánico, recibiendo estructuras/organismos que le posibilitan dar pasos más firmes en el camino de la unidad 11. La novedad es que ahora los líderes eclesiásticos intensifican el diálogo, cuya importancia consiste en tres principales factores: el crecimiento del conocimiento mutuo y de la formación de la conciencia ecuménica; el diálogo sobre cuestiones pastorales y doctrinales (sobre todo en los 14 encuentros de los dirigentes de iglesias de 1974 a 1982); la toma de posiciones comunes sobre cuestiones sociales. En el aspecto teológico-doctrinal, el principal resultado de ese período fue el acuerdo sobre el mutuo reconocimiento del bautismo, realizado entre católicos, luteranos y anglicanos (16/05/1978).

c) El tercer y actual período va desde la creación del Consejo Nacional de Iglesias Cristianas de Brasil (Conic) (1982) hasta hoy. Es el momento de consolidación de iniciativas tomadas en los períodos precedentes, como el incremento de las preocupaciones teológicas y de la acción conjunta. Dos hechos acreditan esto: 1) Los seminarios de estudios sobre temas como el Bautismo, Eucaristía y Ministerios (BEM, Curitiba, 1985), la doctrina de la justificación por la fe (Porto Alegre, 1998), la hospitalidad eucarística (Brasilia, 1999), el bautismo común (2006), la misión en perspectiva ecuménica (2014), la opción por el diálogo interreligioso (2014). 2) La cooperación en la acción, como la actuación de cristianos evangélicos en las pastorales sociales de la Iglesia católica; el establecimiento de áreas comunes de misión en algunas regiones de Brasil (Morro de Santa Teresa, Porto Alegre) y la Campaña de la Fraternidad Ecuménica, realizada en el período cuaresmal en los años 2000, 2005, 2010 y 2016. En este período, es a través de Conic que acontece el diálogo multilateral sobre temáticas teológicas y pastorales, siendo ese organismo la evidencia de un importante progreso del ecumenismo en Brasil, esperando que el proceso de la unidad, aunque avance con dificultad, sea irreversible.

Cosechando los frutos

En este camino, algunas etapas ya fueron superadas: 1) El diálogo que buscaba un “panprotestantismo” de los primeros tiempos del movimiento ecuménico en Brasil. El diálogo ocurre hoy en un esfuerzo de desarme de los espíritus de polémica y apología poco caritativa, adoptando actitudes de humildad y de respeto mutuo. Junto con la afirmación de la propia identidad, el diálogo exige una disposición de apertura para “descubrimientos inesperados” (UUS 38) de la verdad cristiana, reconocidos en la identidad de los otros. 2) La tendencia a la uniformidad. Hoy se busca valorizar la pluralidad en los modos de participar del diálogo. De aquí la posibilidad para entender la diversidad como legítimas expresiones de la única verdad del evangelio. 3) El ecumenismo apenas de cúpula. Se busca desarrollar en las comunidades de los fieles la conciencia de que el ecumenismo es una responsabilidad común de todo bautizado, conforme a las potencialidades y límites de cada uno. 4) En las comunidades, la convivencia, el respeto mutuo y la cooperación van superando el prejuicio y el distanciamiento entre cristianos de diferentes iglesias.

Por esa razón, es posible afirmar que: a) existe en Brasil un camino rumbo a la unidad cristiana, la que permite verificar los horizontes de unidad y la intensidad del compromiso de los cristianos en ese proceso. El camino es lento y difícil, pero la experiencia del diálogo local afirma la posibilidad del encuentro y de la reciprocidad. b) La cuestión ecuménica no es afrontada por modismo, sino por los desafíos que presenta la respuesta de fe al deseo de unidad manifestado por Cristo: “que todos sean uno” (Jn 17,21). c) La búsqueda de la unidad en la fe está directamente relacionada con la búsqueda de la unidad visible de la iglesia. Lo que se busca es la unidad de todo el pueblo de Dios en una comunidad una, santa, católica y apostólica, unida por el Espíritu en torno a un solo pastor, Jesucristo, para la gloria de Dios Padre. d) En su naturaleza más profunda, la iglesia es comprendida como la realidad de koinonía. Aunque sin definir con claridad, el diálogo local entiende que la koinonía, en la perspectiva cristiana, tiene a la Trinidad como principio y modelo, y aparece como algo que va más allá de toda uniformidad y de la simple diversidad reconciliada, cuya mayor expresión sería la comunión eucarística, celebrada por pastores cuyo ministerio sea mutuamente reconocido. e) El diálogo es contextualizado, posibilitando la vinculación entre unidad en la fe y la construcción de una sociedad justa y solidaria. f) Los frutos están apareciendo: en las relaciones entre los dirigentes eclesiásticos existe la localización de puntos de encuentro y la mutua búsqueda de acercamiento a nivel teológico-doctrinal, se llegó a acuerdos como el mutuo reconocimiento del bautismo y el establecimiento de una base común para el diálogo, sobre todo entre las iglesias de Conic. g) Entre las características generales de diálogo local, se puede afirmar que este es universal, por la pluralidad de las cuestiones abordadas; diferenciado, por la diversidad de sus sujetos; recíprocamente abierto, por la convicción de que el ecumenismo no se construye a una sola mano.

Desafíos que persisten en el movimiento ecuménico en Brasil

Los límites del diálogo ecuménico en Brasil también se hacen notar. Existen elementos divergentes en la comprensión de la unidad de la iglesia, lo que significa diferencias tanto eclesiológicas como variaciones en las exigencias para la unidad según la doctrina de las iglesias en diálogo. La verificación de los elementos constitutivos de la unidad eclesial (como la fe, los sacramentos y los ministerios) no significa consenso sobre la naturaleza teológica de estos y el modo de expresarlos en las instituciones eclesiásticas. Por esas razones, en cuanto el ideal de la unidad aparece como algo confirmado, el “modo” de concretarlo no encuentra aún consenso, exigiendo un discernimiento apurado y perseverancia en el diálogo teológico.

Los desafíos que más se manifiestan son: ad intra al movimiento ecuménico, la centralización más en personas que en las instituciones y los conflictos entre carismas e instituciones; las tensiones inherentes al posicionamiento ecuménico de las iglesias y las dudas sobre las reales intenciones ecuménicas de algunos liderazgos eclesiásticos; la tensión entre la perspectiva cristiana de la unidad y el diálogo interreligioso; las diferentes concepciones de unidad cristiana, a veces demasiado ligadas al confesionalismo; la tensión entre la defensa de las identidades y la apertura a lo diferente, aun cuando existe la afirmación de elementos comunes en la fe, como en el Credo y en las “notas” de la iglesia, lo que no significa consenso en su interpretación y su aplicación a nivel práctico. Ad extra del movimiento ecuménico los principales desafíos son la realidad social y la pluralidad del campo religioso brasilero; el proselitismo, sobre todo en el medio pentecostal; la frágil unidad interna de algunas comunidades; la pérdida de sentido de pertenencia eclesial y la privatización de la práctica de la fe de los cristianos; el tránsito de los cristianos de una confesión a otra en búsqueda de una experiencia religiosa satisfactoria; el reciente posicionamiento dogmático de algunas iglesias, que avalan el clima de apertura, respeto y transparencia en el diálogo.

Caminos por recorrer

La superación de los desafíos verificados en el ecumenismo en Brasil exige, entre otros:

1) La intensificación de los esfuerzos ecuménicos en todas sus direcciones, estrechando el diálogo entre los liderazgos eclesiásticos y organismos ecuménicos, entre el camino teológico/doctrinal y el pastoral, entre la búsqueda de la unidad cristiana, el diálogo interreligioso y los esfuerzos por la promoción humana. Esto implica renovar y fortalecer el diálogo ecuménico en Brasil, de modo de hacer compatibles creativamente tanto la necesidad de estructuración y funcionamiento como la capacidad de innovación y cambio. Además, implica que las iglesias y organismos realicen un esfuerzo decidido por explicitar las convicciones teológicas que fundamentan su compromiso ecuménico.

2) Tal hecho exige que la práctica del ecumenismo sea sustentada por motivaciones de fe consistentes. De este modo, se vuelve clara la especificidad de la acción ecuménica de los cristianos y cómo esta se relaciona con su condición de ciudadanos. Se crea así una visión ecuménica como principio de vida, radicada en la vivencia comunitaria de la fe. De aquí la importancia de explicitar también los principios epistemológicos que pueden guiar la comprensión de la unidad cristiana en Brasil.

3) Las diferentes formas de participación en el movimiento ecuménico necesitan estar fundamentadas en la conciencia de los elementos ya comunes entre las iglesias. Esa conciencia posibilita la comprensión de la unidad como un constitutivo original de la fe cristiana, de las causas de división y de los modos de superarlas, así como la comprensión de que lo que es diferente en los demás implica respetarlo, aunque aún no sea posible compartir su posición, y el rompimiento con toda pretensión de superioridad. Concretamente, esto es posible si son fortalecidas las iniciativas ecuménicas sobre todo en lo cotidiano de los cristianos, en las iniciativas oficiales de las iglesias, en la conjugación entre los caminos teológicos y pastorales.

El movimiento ecuménico en Brasil no abordó todas las cuestiones relativas a la unidad cristiana deseada, e incluso en aquellos elementos tratados existen lagunas. Por supuesto, esto no compete solo al diálogo local, sino también a la universalidad de la fe cristiana vivida por comunidades cristianas de otras latitudes. El análisis del diálogo local muestra que ya es un gran paso presentar la conciencia del valor del ecumenismo para la vida cristiana y eclesial. Aunque los resultados de los esfuerzos ecuménicos en Brasil sean pocos aún y no muy consistentes, ofrecen una contribución que puede ser importante para el movimiento ecuménico del ámbito internacional. Muestran que la unidad va más allá de la convivencia pacífica de diferentes concepciones y estructuras de la fe cristiana. No se admite un minimalismo ecuménico. La unidad es entendida dentro del horizonte de la koinonía, que expresa una real y visible comunión entre todos los hijos e hijas de Dios.

En los caminos hacia la unidad cristiana en Brasil es mayor el número de las preguntas que de las respuestas. Muchos caminos son recorridos a tientas, entre tensiones, conflictos mal entendidos, incluso rupturas. El camino aún es largo y es necesario recorrerlo con realismo y con la perseverancia de la fe. Es necesario que se desarrollen estructuras a favor de la unidad. Sin embargo, la fuerza del movimiento ecuménico local está en el desarrollo de una mística de la unidad, en la súplica humilde para que el Espíritu Santo suscite en la iglesia, como signo del reino ya en acción en la historia, el don de la plena unidad y comunión entre todos los discípulos de Cristo para la gloria de Dios Padre. Además de los obstáculos, existen condiciones para cultivar la semilla del diálogo, afirmando los elementos comunes ya constatados y creyendo que la unidad es, por sobre todo, don de Dios. Dios ofrece siempre nuevas oportunidades para estructurar sus proyectos para realizar la unidad de su pueblo. El movimiento ecuménico es un medio privilegiado para esto.

Notas:

1 Miembro del Programa de Posgrado en Teología de la Pontifícia Universidad Católica de Paraná (Brasil) y líder del Grupo de Investigación Teología, Ecumenismo e Diálogo Interreligioso (PUCPR).

2 Entre los estudios más destacados del diálogo ecuménico en Brasil —todavía no todos publicados— se destacan: E. W. Seibert, Busca da Unidade na Confissão de Fé – Um estudo comparativo entre o Credo Niceno-Constantinopolitano e declarações de fé cristã recentes no Brasil, Dissertação de Pós-Graduação em Ciências da Religião, na Universidade Metodista - SP, 1995; G. Tiel, O Ecumenismo na perspectiva do reino de Deus – Uma análise do movimento ecumênico de Base, São Leopoldo, Sinodal, 1998; J. Alves, Macroecumenismo – Gênese e trajetória de uma idéia, Dissertação de Pós-Graduação em Ciências da Religião, na Universidade Metodista – SP, 1999; C. G. Bock, O Ecumenismo Eclesiástico em Debate – Uma análise a partir da proposta ecumênica do Conic. São Leopoldo, Sinodal, 1998; E. Abumanssur, A Tribo Ecumênica – Um estudo do ecumenismo no Brasil nos anos 60 e 70, Dissertação de Mestrado em Ciências Sociais – PUC/SP, 1991; E. Wolff, O Ecumenismo no Brasil. Uma introdução ao pensamento ecumênico da CNBB. São Paulo, Paulinas, 1999; Caminhos do Ecumenismo no Brasil, São Paulo: Paulus, 2002; R. Colet, Rede Ecumênica da Juventude – Memória, identidade e atuação no movimento ecumênico brasileiro. Dissertação de Mestrado, PUCPR, 2016.

3 J. F. Hauck, “A Igreja na emancipação”, en J. O. Beozzo (ed.), História da Igreja do Brasil, Tomo II/2. São Paulo, Paulinas, Rio de Janeiro, Vozes 1985, 128.

4 Tal fue, por ejemplo, el objetivo de la Sociedad Brasilera de Tratados Evangélicos, creada en 1883, por Eduardo Carlos Pereira. Cf. A. G. Mendonça, O Celeste Porvir – A inserção do protestantismo no Brasil. São Paulo, Paulinas, 1984, 86.

5 E. Braga - K. J. Grubb, The Republic of Brasil – A Survey of the Religious Situation, Londres, World Dominion Press, 1932.

6 Como la influencia jansenista, la escasez de obispos, la prohibición de la entrada de novicios en la orden religiosa de los jesuitas, en 1855, entre otros.

7 Cipriano, Epistula 73, 21, citado por J. Quasten, Patrologia – I primi due secoli, vol. I, Casale, 1995, 603. En el n.º 14 de la LG el Concilio Vaticano II permite formular positivamente esa expresión, afirmando tres aspectos de la misma: toda salvación viene de Cristo a través de la Iglesia; la iglesia es cuerpo de Cristo; esta iglesia peregrina es necesaria para la salvación.

8 A nivel continental, el metodista J. de Santana divide el movimiento ecuménico en tres períodos: el interdenominacional protestante (1913-1929); el surgimiento de los movimientos eclesiales: la toma de consciencia latinoamericana (1929-1961); la opción por los sectores populares (1961…). Cf. “Il movimento ecumenico in America Latina”, en SIAL 16-17 (1994) 41-43.

9 Para las iglesias protestantes, este hecho tiene origen en la intensificación de las actividades ecuménicas a nivel continental después de la Conferencia de Panamá (1916). Se destacan las Conferencias de Montevideo (1925), Habana (1929) y la creación del Consejo Mundial de Iglesias – CMI (Amsterdan, 1948). Cf. O. E. Costas (ed.), De Panamá a Oaxtepec, Quito, CLAI 1982. Para los católicos, fue decisivo el Concilio Vaticano II (1962-1965), por el cual la Iglesia católica se manifestó más intensamente sintonizada con el movimiento ecuménico. Cf. F. Lepargneur, “O Ecumenismo Católico após a Terceira Sessão”, en REB 24 (1964) 976-986; E. Wolff, Caminhos do Ecumenismo no Brasil, cap. II.

10 Se creó la llamada “Linha 5” de las Directrices Pastorales, dedicada a la promoción del ecumenismo. E. Wolff, O Ecumenismo no Brasil, 41-42; E. Wolff, Caminhos do Ecumenismo no Brasil, 103-118.

11 Se sitúan aquí la creación de importantes organizaciones ecuménicas, que existen hasta el día de hoy, como Serviço de Aconselhamento Interconfessional – SICA (1969), Conselho de Igrejas para Estudo e Reflexão – CIER (1970), Coordenadoria Ecumênica de Serviços – CESE (1973), Comissão Nacional Católica – Luterana (1974), Encontros de Dirigentes de Igrejas – EDI (1975), Centro Ecumênico de Serviço à Evangelização e Educação Popular – Cesep (1982).

Ecumenismo

Подняться наверх