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Respuesta inmune del huésped contra el parásito

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El hombre es huésped apropiado para ciertos parásitos y presenta resistencia natural para otros; lo mismo que sucede con parásitos propios de animales: estos son incapaces de adaptarse cuando no existen los requerimientos nutritivos adecuados, la facilidad de desarrollo o la posibilidad de penetración e invasión. Cuando los parásitos logran entrar en el organismo humano, se desarrollan mecanismos de defensa tal como lo hace contra bacterias, hongos o virus. Es mucho lo que se desconoce acerca de estos mecanismos, especialmente contra los helmintos, metazoarios con estructuras de gran tamaño y mayor complejidad antigénica que los microorganismos inferiores. El concepto de inmunidad activa más antiguo es la premunición, la cual se refiere a que un agente infeccioso, que existe dentro de un huésped, produce en él un estado de resistencia que lo protege de nuevas infecciones por el mismo agente. Esta inmunidad relativa existe en ciertas protozoosis como el paludismo.

Los parásitos son inmunogénicos, pero la calidad de la respuesta del huésped contra el parásito depende de los mecanismos que este último desarrolle para evadir la acción del huésped. La respuesta inmune se efectúa con participación de todos los sistemas inmunológicos como la inmunidad humoral, la inmunidad celular, la fagocitosis y el complemento. El efecto de estas defensas se manifiesta en los parásitos por la modificación en su número, cambios morfológicos, daños estructurales, alteraciones en el ritmo de crecimiento, cambio en la infectividad, alteraciones metabólicas e inhibición de la reproducción. En la defensa de los parásitos se tiene en cuenta el estado de desarrollo y la vía de entrada, puesto que el organismo responde contra estas formas como las larvas y, posteriormente, contra los parásitos adultos.14

La permanencia de los parásitos en los huéspedes requiere procesos de adaptación, entre los cuales se encuentra la evasión de la respuesta inmune que, normalmente, el huésped desarrolla contra estos agentes invasores. Esta evasión la consiguen de diferentes maneras:

Invasión a una población de huéspedes con baja respuesta inmune. La resistencia natural de ciertas cepas de ratones a Leishmania donovani se asoció al denominado locus Lsh, gen autosómico del cromosoma 1 del ratón. La calidad de la respuesta inmune igualmente es determinada genéticamente.15

Estímulo de respuesta inmune no protectora. Muchos parásitos despiertan una gran respuesta inmunológica, pero cuando son de gran tamaño esa respuesta no es efectiva en su ataque (p.ej., la infección por Ascaris lumbricoides).

Variación en su composición antigénica de superficie. Algunos parásitos (Trypanosoma brucei) de animales tienen numerosos genes que codifican los antígenos de superficie periódicamente. Esto explica las ondas de parasitemia del protozoo en el transcurso de su infección.16

Recubrimiento con un disfraz inmune. Algunos parásitos como Schistosoma, adquieren moléculas antigénicas del huésped que aparecen como parte de sus tejidos de este.17,18

Interferencia de la respuesta inmune del huésped. Algunos parásitos llegan a causar cierto estado de inmunodepresión como en las infecciones por Plasmodium falciparum.19

Escape de la vacuola fagocítica del macrófago que impide la acción lítica de los lisosomas. Algunos protozoos de localización intracelular, como Toxoplasma gondii, Trypanosoma cruzi y Leishmania donovani, impiden que sean atacados y en algunos casos ocasionan la destrucción de las células del huésped.20

Muchos parásitos, al evadir la respuesta inmune, conviven con el huésped sin dejarse eliminar y permanecen en él sin hacerle daño durante meses, años o por toda la vida cuando permanecen en estado latente. Si el hospedero sufre un deterioro de su estado inmunitario, el parásito, que es un oportunista, puede salir y diseminarse a otros tejidos, momento en el cual causa lesiones y síntomas. Inicialmente, la presencia de parásitos pequeños como los protozoos estimula la aparición de macrófagos que comienzan la defensa. Cuando los parásitos son de mayor tamaño desencadenan una respuesta de inmunidad celular.

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