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DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA

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Algunas enfermedades parasitarias son cosmopolitas, ya que las condiciones de transmisión existen universalmente (p.ej., la oxiuriasis se transmite de persona a persona por deficiente aseo de manos; la tricomoniasis vaginal es una parasitosis de trasmisión sexual; y la toxoplasmosis se transmite por contaminación con materia fecal de gatos o consumo de carne mal cocida). Otras parasitosis tienen distribución geográfica variable debido a factores especiales como la presencia de vectores o huéspedes intermediarios exclusivos (p.ej., la tripanosomiasis africana o enfermedad del sueño solamente se presenta en África y únicamente en las zonas donde se encuentra la mosca Glossina o “tse-tsé”, que es la transmisora; la tripanosomiasis americana o enfermedad de Chagas solo se presenta en América Latina y coincide con la distribución de los triatominos de los géneros Rhodnius, Triatoma y Panstrongylus). Otras enfermedades parasitarias transmitidas por artrópodos tienen distribución geográfica más amplia, ya que los vectores están muy esparcidos en todo el mundo. La malaria ocurre solo en las zonas donde existen las especies de Anopheles capaces de transmitirla. Al norte y al sur del planeta, las enfermedades transmitidas por artrópodos son escasas; esta frecuencia va en aumento a medida que se acerca a la línea ecuatorial. En los países tropicales existen condiciones apropiadas para la vida y reproducción de los artrópodos vectores. Las condiciones de vida primitiva, el deficiente saneamiento ambiental, la mala vivienda y las precarias condiciones socioeconómicas facilitan el contacto de los artrópodos con el hombre.

El gran grupo de parasitosis transmitidas por el suelo contaminado con materias fecales, y adquiridas por vía oral o cutánea, predomina en los países de las zonas tropicales. La ausencia de letrinas, la falta de agua potable, la deficiencia en la educación, el mal saneamiento ambiental y la baja capacidad económica de gran parte de la población, son factores que determinan la alta prevalencia de parasitosis. La desnutrición contribuye a que esas parasitosis se manifiesten como enfermedad.

Algunas costumbres de los pueblos influyen en la frecuencia de ciertos parásitos. El hábito de comer carnes crudas y utilizar heces humanas como abonos, favorecen la diseminación de ciertos parásitos en algunas regiones. Por el contrario, la costumbre que tienen algunos grupos humanos de no comer carne, explica la ausencia de las parasitosis transmitidas por este mecanismo.

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